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10.11.2013

EL ALMA DE "EL ALEPH" [2/4]




 [Leer El aleph, de Jorge Luis Borges]

Este es mi postulado: toda literatura
es autobiográfica, finalmente.
J.L. Borges




CAPÍTULO 2.
 FUNES, EL DESPERTAR DE BORGES.
EN EL NOMBRE DEL PADRE

Es conocida la íntima y simbiótica relación de Borges con su madre. Mujer inteligente y vivaz, autoritaria y controladora, muy celosa de su hijo, fue referente obligado en su vida. Tenaz y colaboradora, acompañó y asistió siempre a Jorge Luis. De su padre, él mismo afirma, le ofreció su Biblioteca de infinitos libros ingleses. Pero era indiferente, escéptico, "un hombre muy irónico" y como alguien que "ya estaba de vuelta de muchas cosas."

Tal vez esto nos sugiera que en esa Trinidad borgeana faltó lo que Lacan llamó 
'castración simbólica'. La que permite la separación de la díada madre-hijo, en la Etapa en que este hijo es vivido como falo imaginario por la madre. El niño varón no puede superar el Complejo de Edipo y alcanzar la identificación con el padre si no ha atravesado, precisamente, ese proceso de 'castración simbólica'. Este sella la 'prohibición del incesto', que encarna la Ley, como función instauradora del orden humano.

En el contexto bíblico, El Nombre del Padre quiere indicar, la presencia de Dios-Padre como origen de la vida y Principio de Orden. En su Nombre queda inscripta la Ley. Esta expresión fue tomada por Lacan para designar una Función que sólo es pensable en la categoría de Significante. 

"En el Nombre del Padre -escribe- es donde tenemos que reconocer el sostén de la Función Simbólica", [1] y ésta hace a la 'castración simbólica'.
Al dar su Nombre, el de los antepasados paternos, el padre que declara al niño, se reconoce co-responsable de él ante la Ley y los Hombres. En este sentido, y lo profundizamos más adelante, creemos que la orfandad de padre del padre de Jorge Luis, privó a éste de una imagen paterna, de un modelo y seguramente de su Función.

El Padre Simbólico es dado al niño por la madre, en la medida que ella lo designa como aquél que cuenta para ella, aquél a quien ella ama y desea. La presencia y la palabra real del padre es tanto más imprescindible cuanto mayor es la tendencia de la madre a excluírlo. Con todo, es de alertar que si la presencia paterna se da con carácter despótico y arbitrario, actuará como aquella madre simbiótica de la relación pre-edípica y no se realizará entonces la Castración Simbólica. Lo decisivo no es, por lo tanto, que el padre venga a reemplazar a la madre en el lugar de amo absoluto, sino que advenga como un Tercero, Representante de la ley, a indicar que no existen los amos absolutos.

En fin, consideramos que escribir Funes, el memorioso le permitió a Borges, después de la muerte del padre y de su propio accidente en la Navidad de 1938, elaborar aspectos de esa relación y despertar, con mayor libertad y lucidez a los artificios de la Ficción.




IRENEO FUNES, EL MEMORIOSO INSOMNE 
PRIMERAS REFERENCIAS

En la Revista Sur, de Febrero de 1941 -a tres años del fallecimiento del padre- Borges publica Fragmento sobre Joyce. Es un breve Artículo donde anticipa, de modo singular, a Ireneo Funes: 

"Lo he recordado -escribe- porque la consecutiva y recta lectura de las 400 mil palabras de Ulises exigiría monstruos análogos".
¿Lee Borges al Ulises, o a las 400.000 palabras que lo componen? Victor Hugo observó irónicamente, si habría gente capaz de criticar al Himalaya, piedra por piedra. Mucho se ha comentado -y el mismo Borges ha reconocido- acerca de su observación fragmentada, su obsesiva adhesión a ciertos detalles de un cuadro, de una obra o del cuerpo de una mujer.

En ese Texto, Funes es referido como un personaje del cual "no he escrito ni escribiré, pero que de alguna manera me justifica." A la vez, confiesa poseer un relato de 8-10 páginas cuyo profuso borrador se titula: Funes, el memorioso y que en otras versiones se llama Ireneo Funes.

Algunas de esas consideraciones no van a figurar después en el cuento. Así, Funes es, en ese primer Relato, un compadrito del 1884 -luego será trenzador- oriundo de Fray Bentos o de Junín. Su madre es planchadora y del padre, "problemático", se cuenta que ha sido rastreador. De la escuela primaria lo expulsaron por "calcar servilmente un par de capítulos, con sus ilustraciones, mapas, viñetas, letras de molde y hasta una errata... " 


Este increíble "haragán" se ha pasado casi toda su vida -corta por cierto- en un catre, puestos los ojos en la Higuera del fondo o en una tela de araña. Muere antes de los 20 años y en su velatorio, los vecinos, rememoran las pobres fechas de su Historia: una visita a los corrales, otra al burdel, otra a la estancia de Fulano. ¿La explicación?: 
"Ha sido -escribe oximorónicamente- el único hombre lúcido de la Tierra: su percepción y su memoria eran infalibles."


ARTIFICIOS

Funes, el memorioso, aparece luego como el primer cuento de Artificios, 1944; posteriormente integrado a Ficciones. En razón de ese anticipo, su redacción data posiblemente de 1940. Borges mismo lo consideró como "una larga metáfora del insomnio."

En vano esperolas desintegraciones y los símbolos que preceden al sueño.
Sigue la historia universallos rumbos minuciosos de la muerte en las caries dentales,la circulación de la sangre y de los planetas.
(He odiado el agua crapulosa de un charco,he aborrecido en el atardecer el canto del pájaro.)
Las fatigadas leguas incesantes del suburbio del Sur,leguas de pampa basurera y obscena, leguas de execración,no se quieren ir del recuerdo.Lotes anegadizos, ranchos en montón como perros, charcos deplata f étida:soy el aborrrecible centinela de esas colocaciones inmóviles. [2]
En 1940 y ya en prosa, Funes se constituirá en ese "aborrecible centinela."

En la Entrevista con Burgin, Borges afirma que el insomnio "no es únicamente un caso de falta de sueño, sino de alguien que le está haciendo eso".

-"¿Algo así como una paranoia cósmica?", pregunta Burgin.
-"Paranoia cósmica o tal vez un enemigo diabólico, no? -responde- No parece que sea una casualidad. Más bien parece que alguien intenta matarlo de alguna manera, o hacerle daño, no?." [3]

A Ireneo Funes le era difícil conciliar el sueño porque dormir era "distraerse del mundo". De un mundo, al parecer, muy peligroso.

En otra Entrevista, Borges vuelve sobre el Tema: 
"Quería dormir y no podía. Para dormir es necesario olvidar un poco las cosas. En esa época no podía olvidar. Cerraba los ojos y me imaginaba con los ojos cerrados en mi cama. Imaginaba los muebles,los espejos, imaginaba la casa. Imaginaba el jardín, las plantas, había estatuas en ese jardín. Para librarme de todo ello escribí esta historia de Funes que es una especie de metáfora del insomnio, de la dificultad o imposibilidad abandonar el olvido. Ya que dormir es eso: abandonarse al olvido total. Funes no podía. Por eso murió agobiado". [4]
Marguerite Yourcemar en otra memoria, las de Adriano, lo dice así: 
"Almohadas revueltas...al despertar mantas en desorden, evidencias casi obscenas de nuestros encuentros con la nada, pruebas de que cada noche dejamos de ser". [5]


EL CUENTO

Borges escribe en primera persona, pero la acción es ubicada entre 1884 y 1887. Todos son recuerdos de aquel encuentro con Funes, hacía ya más de 50 años. Juego de memoriosos, el Relato tiene tan solo a esos dos personajes: un "literato porteño" presumido y a la moda, y a Funes, "cimarrón, vernáculo" de la Banda Oriental, que sabía "no darse con nadie" y decir la hora con exactitud "sin consultar al cielo y sin detenerse".

Podemos considerar la narración dividida en Dos Partes: una de Introducción, donde Borges cuenta la primera vez que vió a Funes. Y la Segunda, más importante, a partir de la llegada de un telegrama urgente, con el anuncio de la enfermedad grave del padre. Borges refiere entonces su encuentro por toda una noche con Funes.

El primer recuerdo, claro y transparente, es de Marzo o Febrero de 1884. Ese año, el padre lo lleva a veranear a Fray Bentos. Cabalgando con su primo Bernardo Haedo, desde la Estancia San Francisco, y en la proximidad de una oscura tormenta, ve un muchacho de "duro rostro" con bombachas, alpargatas y cigarrillo encendido. 

A la pregunta por la hora, responde con "voz aguda y burlona" y sin hesitar: "Faltan 4 minutos para las 8, joven Bernardo Juan Francisco". Su primo le revela entonces algunas intimidades de este raro personaje: hijo de una planchadora, María Clementina Funes y de padre desconocido. Se dudaba si del m édico ingl és O´Connor, o de un domador o rastreador. Vivía solo con su madre, a la vuelta de la quinta Los Laureles.

Tres años más tarde, el relator-Borges, de regreso por Fray Bentos, recuerda al "cronométrico Funes". Se entera entonces que lo había volteado un redomón -precisamente- en la Estancia San Francisco y había quedado tullido sin esperanza. No se movía del catre y mantenía fija la mirada en una higuera o en una telaraña. 


El Relator confiesa que lo vió tras las rejas de su ventana, en dos oportunidades: una inmóvil, con los ojos cerrados y otra vez, con los ojos absortos en una "oscura pasionaria" o en "un gajo de santonina". Funes, que se estaba enseñando Latín, enterado de la presencia del literato, le envía una carta "florida y ceremoniosa" donde le recuerda aquel primer fugaz encuentro del "7 de Febrero de 1884". Pondera al ya finado tío Gregorio Haedo y le solicita en préstamo unos libros en Latín, con un Diccionario de Latín-Español.

Algunos días después, Borges recibe un telegrama para que "volviera inmediatamente" a Buenos Aires, porque su padre "no estaba nada bien." Era el 14 de Febrero de 1887. 

"Dios me perdone el prestigio de ser el destinatario de un telegrama urgente, el deseo de comunicar a todo Fray Bentos la contradicción entre la forma negativa y el perentorio adverbio; la tentación de dramatizar mi dolor, fingiendo un viril estoicismo, tal vez me distrajeron de toda posibilidad de dolor." 
El Saturno zarpaba temprano al día siguiente. Por eso, después de cenar, se encamina a buscar los libros que había facilitado a Funes.

"Arribo ahora, al más difícil punto de mi relato", -En El Aleph, Borges escribía: 

"Arribo al inefable centro de mi relato; empieza aquí mi desesperación de escritor..."
Ahora, se trata del inconcebible universo de Funes: su abrumadora percepción y memoria. Funes se manifiesta casi como un otro Aleph.

El encuentro con el Universo de Ireneo Funes se da llamativamente después de ese telegrama, con el aviso inminente de la pérdida del padre. Lo halla en la pieza del fondo y en medio de una anhelada penumbra. "La alta y burlona voz" de Ireneo murmuraba en Latín como una plegaria: "ut nihil non iisdem verbis redderetur auditum", palabras del primer párrafo del Capítulo 24 del Libro de Naturalis Historia. 


Iluminado tan solo por el fuego del cigarrillo, Ireneo lo hace pasar. 
"Me senté; repetí la historia del telegrama y de la enfermedad de mi padre. El comenzó por hacer un catálogo en latín y español de casos prodigiosos de memoria: Ciro, Mitrídates, Simónides, Metródoro. Y continuó relatando que antes del accidente, "el había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sordo, un abombado, un desmemoriado. Diez y nueve años había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oir, se olvidaba de todo, de casi todo. Al caer, perdió el conocimiento; cuando lo recobró el presente era casi intolerable, de tan rico y tan nítido y también las memorias más antiguas y más triviales".
Todo esto hizo de su parálisis casi una bendición: 
"Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo. Mis sueños son como la vigilia de ustedes". Aunque abrumado por tanta fijación, al amanecer se lamentará: "Mi memoria, señor, es como un vaciadero de basuras".
Hacia 1886 había discurrido casi una nueva Lengua y un nuevo Sistema de Numeración que llegaba ya al 24000. A diferencia de La Cábala, donde cada Letra tiene equivalencia con un número, el idiolecto de Ireneo consideraba al 7013 como 'Máximo Pérez' y al 7014 como 'el ferrocarril'. En lugar de 500 decía 9 -con lo cual nos permitimos imaginar que Las Mil y Una Noches serían 9+9+1=19[6]

Ireneo recordaba no solo cada hoja de cada árbol, de cada monte, sino cada una de las veces que las había percibido o imaginado. Un vocabulario infinito para la serie natural de los números y un catálogo mental de todos sus recuerdos eran sus proyectos insensatos pero, como se ve, de grandeza 'balbuciente'. 


"Era casi incapaz de ideas generales, platónicas. Le molestaba que el perro de las tres y catorce -visto de perfil- tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto -visto de frente-." Y como ya Borges lo había escrito años atrás en su poema Insomnio, Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción de las caries, de la fatiga... 

Le era muy difícil dormir; de espaldas en el catre, en la sombra, se figuraba cada grieta, cada moldura de las casas precisas que lo rodeaban. Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. 
"Sospecho, sin embargo, que no era capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no habia sino detalles, casi inmediatos." [*]
Ireneo tenía entonces 19 años y murió, dos años después, de congestión pulmonar.




APROXIMACIÓN PSICOANALITICA [7]

Funes sufrió dos accidentes: el primero, la orfandad de padre, que lo deja sin su reconocimiento y su palabra, obligándolo a vivir solo con la madre. El segundo, la caída que quiebra su columna, lo paraliza y lo somete seguramente, a sufrir incontinencia esfinteriana e impotencia. 


Este accidente resignifica al primero y es allí donde, podemos conjeturar, se origina esa necesidad de controlar todo, empezando por el tiempo, siguiendo luego con la fijación perceptiva y una memoria de puras representaciones, memoria para no recordar. Se agrega el insomne juego de una forma singular de nombrar las cosas y los números. 

Puede así desafectivizar los sentimientos de invalidez, humillación, verguenza, dolor y rabia. Lo bizarro, puesto en esa cronometría de leer el tiempo, el no darse con nadie y la necesidad arrogante de un control omnipotente nos hablan, a las claras, de una personalidad escindida, esquizoide.

La Historia sobre su origen es ambigua: el padre habría sido un médico inglés, de apellido O´Connor -¿Con o no?; ¿Con honor?- o tal vez, en otro extremo, un domador o un rastreador. Y esto apunta al accidente. Vinculado a ese padre domador, paradojalmente, lo 'voltea' un redomón, un indomable. 

Funes, sin embargo, "llevaba la soberbia hasta el punto de simular que era benéfico el golpe que lo había fulminado". En ese momento, dejó de ser "como todos los cristianos, un ciego, un sordo, un abombado y un desmemoriado. Diez y nueve años había vivido como quien sueña." Ahora despierta. Pierde un conocimiento para recuperar otros muchos, según él, más nítidos y lúcidos. 

Pero el control omnipotente de la percepción y de la memoria, aunque satisface y suple las insuficiencias físicas, obtura el verdadero conocer. La memoria se transforma así en un baluarte narcisístico. La pulsión de dominio se transmuta en un intento, pensamos fallido, de pulsión epistemofílica.

Pasa de la acción a la retracción. Solo lo perturba que el perro de las tres y catorce sea el mismo que el de las tres y cuarto, lo mismo de perfil que visto de frente. El cronométrico Funes se sumerge en un tiempo sin tiempo. Vive tullido pero no abombado. Aunque termine abombado de tanta memoria parásita.

La manía parece haber hallado residencia en la mente, mientras la depresión se hace cargo del cuerpo... Funes figura una parodia tragicómica de la memoria. Como una comedia del absurdo.




METÁFORA DEL DESPERTAR

Desandando la interpretación psicoanalítica que diera el mismo Borges, creemos que Funes, más que una metáfora del insomnio, lo es del despertar. 

"Pienso en una frase común, 'recordarse', es porque uno se olvidó de uno mismo y al despertarse se recuerda." 
Esto surge en una entrevista donde al hablar del memorioso, Borges agrega: 
"Y ahora viene un detalle psicoanalítico: cuando yo escribí ese cuento se me acabó el insomnio. Como si hubiera encontrado un símbolo adecuado para el insomnio y me liberara de él mediante ese cuento". [8]
Recordarse es volver a uno mismo, luego de haberse olvidado. Es esto lo que Borges, con culposa ansiedad, debe haber presentido luego de la muerte del padre, vivenciado seguramente, como juez severo de todo su quehacer. Exigido a realizar lo que aquel no pudo, Borges paga su culpa con el propio accidente y de allí surge como a otro amanecer.
"Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones". 
Dirá, refiriéndose precisamente a esa circunstancia en el cuento El Sur.

Tras la volteada, el despertar. Imposible, pues, no asociarlo a ese grave accidente padecido por Borges a meses de la muerte del padre. Imposible no recordar aquellas líneas escritas por su madre: yo creo que alguna cosa cambió dentro de su cerebro. A partir de la Navidad de 1938, Borges despierta a Ficciones, a El Aleph, al extrordinario escritor reconocido internacionalmente. 


Su primer admirador y amigo, Emir Rodriguez Monegal, estudioso de su Obra, lo interpreta de esta forma: 
"Después del accidente -la prueba, la ordalía- Borges reaparece transformado en un escritor distinto, engendrado por sí mismo. Antes del accidente era un poeta, un crítico de libros; después del accidente será el redactor de arduos y fascinantes laberintos verbales, el productor de una nueva forma, el Cuento que es a la vez un Ensayo. 
El nuevo Borges -el nuevo escritor- va mucho más lejos que cualquier proyecto de su padre. El hecho de que el accidente también ocurra en circunstancias románticas -iba a buscar una muchacha no hay que olvidar- sólo agrega el necesario elemento erótico al parricidio simbólico que el acto mismo -la Muerte y la Resurrección del Héroe- ya implica". [9]
Didier Anzieu, primer psicoanalista que desde Francia se ocupara de Borges, enfatizó también la importancia de este accidente vinculado con la pérdida del padre. Al punto de significarlo un hito que separa su producción en un antes y un después. 
"Borges debe renunciar-escribe-a aquella competencia edípica y desarrollar su obra a otro nivel." [10]
En nuestra Investigación concluímos que la problemática borgeana pasa más por los vericuetos ambivalentes de la dependencia narcisista que por el campo de la conflictiva edípica. Más por el sometimiento que por la lucha. Más por un vínculo dual que por las pasiones trianguladas. Acordamos que el accidente, el corte, la septicemia y el riesgo de muerte le permiten re-nacer -despertar- a sí mismo, a su propio estilo. 
"Paga inconscientemente el alivio culposo por la muerte del padre y logra así el desprendimiento de esa figura, fantaseada o real, de un padre idealizado y persecutorio." [11]
La extraordinaria memoria había servido a Funes para desmentir su invalidez: 
"Razonó (sintió) que la inmovilidad era un precio mínimo. Ahora la percepción y la memoria eran infalibles". 
La memoria infalible que sirve a Funes para olvidar.

Voltear es ser lanzado o tirado, pero sabemos que el vulgo usa esta palabra para decir del macho que se voltea una hembra. ¿Podríamos pensarlo tambi én como expresión de una actitud de presión como cuando el joven George se sintió obligado a "debutar" allá en Ginebra? En las charlas con Burgin, comentando la poesía Mateo XXV,30; Borges dice: 

"Incluso me hizo olvidar que aquella tarde me habían dado calabazas... todos los hombres rechazan y son rechazados. Pero cuando ocurre es bastante importante. Es como caerse de un caballo". [12]


JORGE GUILLERMO BORGES

El padre aparece en el cuento, al principio, llevándolo a veranear a Fray Bentos, expresión que remite al relato de un niño pequeño.

Tres años más tarde, ya solo en Fray Bentos, Borges-protagonista recibe ese telegrama urgente, ligado también a su padre, ahora enfermo y grave. Muy significativo resulta que la fecha del 14 de Febrero corresponda realmente a la del fallecimiento del padre. éste, luego de haber padecido una hemiplejía hipertensiva de la que se recuperó, muere a la edad de 64 años. Jorge Luis tenía entonces 39 y toda su vida, transcurrida en la casa de sus padres, había estado dedicada a la Literatura.

Jorge Guillermo Borges fué hijo del Coronel Francisco Borges. Años atrás el Coronel Borges había sido nombrado jefe de tres fronteras -Norte y Oeste de Buenos Aires y Sur de Santa Fé- y junto a su joven esposa residieron en la comandancia, en Junín. Jorge Guillermo fue el segundo hijo y nació en Paraná. El hermano mayor se llamaba Francisco, como el padre. 


La versión más conocida es que en la batalla de La Verde, ya perdida, Francisco Borges, montado en un tordillo y cubierto por un llamativo poncho blanco, hizo una carga final con un puñado de hombres. Y allí cae, bajo las balas enemigas. Sólo en una entrevista en inglés de la BBC, se le oye decir a Borges que su abuelo se había suicidado de dos tiros de Remington, mientras cabalgaba en su caballo blanco. Prejuicios familiares y cristianos habrán hecho que se diera la versión de una muerte "heroica".
"Lo dejó en el caballo, en esa horacrepuscular en que buscó la muerte;que de todas las horas de su suerteésta perdure, amarga y vencedora.Avanza por el campo la blancuradel caballo y del poncho. La pacientemuerte acecha en los rifles. TristementeFrancisco Borges va por la llanura". [13]
"Tristemente va por la llanura" no refleja una muerte en batalla...


Lo cierto es que Jorge Guillermo tenía entonces 7 meses y no conoció a su padre. Hemos hecho referencia sobre las consecuencias psíquicas de esta falta. Y cuánto de ésta se proyectarían en las dificultades de Jorge Luis, producto de una conflictiva relación con un padre, a quien le faltó realmente la palabra de su propio padre.

Frances Haslam, la madre de Jorge Guillermo, había llegado a la Argentina en compañía de su padre, Edward Young Haslam, protestante y doctor en Letras de la Universidad de Heidelberg, para visitar una hermana, casada con un argentino en Paraná. Frances -a quien llamaban Fanny- en su dura vida de frontera, vió: 

"...Soldados en el cepo, conoció a los caciques Pincén, Coliqueo y Catriel y fué servida por mujeres que nunca habían visto un cuadro de La Virgen". [14]
Jorge Guillermo Borges fue criado en esa familia materna con la que, naturalmente, siempre habló en inglés. Sus inquietudes literarias lo llevaron a escribir una única novela: El Caudillo. El personaje no es el caudillo sino su víctima, al que nombra Carlos Dubois. éste es pintado como un joven tímido, introvertido, soñador y amigo de los libros. Al parecer, características que bien podrían "reflejar al autor". [15]

De su paso por el Colegio Nacional recuerda: 

"Días absurdos, profesores pedantes o grotescos. Sus compañeros le molestaban. Algo tenía distinto a los demás: exceso de sensibilidad. Una conciencia demasiado aguda de sí mismo. Sufrió mucho, tonta e innecesariamente. No encontró nadie, tan pobre o tan humilde, que quisiera ser su amigo". [16]
Jorge Borges fué Abogado y Profesor de Psicología en inglés. Trabajaba también, en la Secretaría de un Juzgado Civil en Tribunales. Pero era escéptico de la Psicologia, y del Derecho, pensaba: 
"Que era propio de arribistas. Se basa en lo convencional y muerto. Protege los intereses mezquinos de la sociedad, su afán de lucro y las pequeñas preocupaciones de familia, nacionalidad, estado... ¡Es más noble soñar en los caminos!". [17]
Los padres de Jorge Luis se conocieron a los 19 años. Se casaron en 1898 y al año nació Jorge Luis -Georgie- en la casa de la calle Tucumán, donde tambíén había nacido su madre, Leonor Acevedo. Según Leonor, su esposo empezó a perder la vista a los 37 años por la presencia de una catarata congénita familiar. Durante trece años ella le leyó, cosa que repetiría luego con su hijo. 

Ambos tuvieron múltiples afinidades: por el Esoterismo, la Magia, la Biblia, la Cábala, el Budismo... Admiraban a Bernard Shaw, Herbert Spencer, H.G.Wells. Guardaban en sus memorias prodigiosas, poemas que recitaban con frecuencia: Shelley, Keats, Shakespeare, etcétera. En la familia existía un culto a la memoria de los Antepasados.

Luego de una operación afortunada de su catarata, fue él quien leería el diario a Leonor.





MNEMOSINA

La Memoria es un intento de los hombres para luchar contra la ausencia. Así nacieron la Pintura, la Escritura y mucho después la Imprenta. Hoy la Memoria se inmortaliza a través de la imagen y la voz de un video, o de un grabador. El culto a la Memoria para trascender, para no morir, cautiva y fascina. De tal manera que la diosa Mnemosina es la madre de las Musas y nada tiene de extraño atribuirle hazañas inverosímiles y proezas excesivas. 


¿No la ha convertido Marcel Proust, de forma dominadora y obsesionante, en heroína absoluta en su Recherche du temps perdù? Es Proust quien escribe de "la terrible potencia recreadora de la memoria". Y agrega: 
"Las flores que se muestran hoy por primera vez, no me parecen verdaderas flores... la realidad no se forma sino en la Memoria".
¿Es Memoria lo de Funes? En realidad, se trata de una hipermnesia perceptiva, tipo Cámara Fotográfica, donde su mente aparece como tabla rasa que solo fija y retiene impresiones. No eran ajenos a Borges los conceptos del empirismo, ya que en este mismo Cuento, precisamente, cita a Locke, su teórico fundamental.

El instrumento Percepción-Memoria deja de ser un medio para convertirse en fin. La Memoria deja de ser garante de identidad y en vez de núcleo organizador de una Historia, se transforma en depósito desvalorizado de infinitas percepciones, vaciadero de basura.

Funes aparece así como "enterrado bajo los escombros de su insaciable Memoria" y pierde la posibilidad de pensar y abstraer. [18]

A fuer de querer nombrar todo, termina por no poder nombrar nada.



RECORDAR
Del Latín {recordare}, deriva de {cor}, corazón. Es traer a la Memoria. También: despertar el que se halla dormido.Saber de Memoria, en francés, es par coeur -por corazón-.Corazón en quechua, es {soncco}. Soncco hapic es memoria.Soncco pisi man, el que tiene poca memoria.Soncco ancha man, el que tiene mucha memoria.Memoria y Falo tienen en hebreo la misma raíz. [19]

Acordar, a partir del Siglo XIII, volver uno a su juicio; despertar; caer en la cuenta. Acordado, cuerdo, prudente. Del Latín {cordatus}: cordis, corazón.

`Recordar´: En la oximorónica versión de Borges es un verbo sagrado que se transforma más tarde en un vaciadero de basura.

La palabra `Recordar´ aparece citada 8 veces en la primer página del Cuento. Pero Funes es un enfermo que no da audiencias a sus recuerdos. Se le imponen perceptivamente, intrusivos y pertinaces.



INVENTANDO ¿EL FUNÉS?

El vertiginoso mundo de Funes pudo crear, por la erudición de Borges, un vocabulario infinito para designar los Números. Se inspira en John Wilkins, quien ya en 1665 había imaginado algo parecido. La Clave de los Alfabetos persas era reemplazar las Letras por Símbolos extraños [20]. Igualmente en La Cábala se dan diversas mutaciones mágicas. En algunos alfabetos mágicos medievales se sustituía el nombre de letras por el de pájaros.

En un comentario bibliográfico de un Libro de Dravers, Borges escribe: 

"Los gnósticos intercalaron entre el mundo imperfecto y el Dios perfecto una casi infinita jerarquía de divinidades graduales. Busco un ejemplo: la vertiginosa cosmogonía que Ireneo atribuye a Basílides. En el principio de esa cosmogonía hay un Dios inmóvil..." [21]
Ireneo Funes, dios inmóvil. Aleph de la Memoria. De memoria, como un Aleph.

Basílides también redujo ese vasto vocabulario de nombres a una sola palabra cacofónica kaulakau, una suerte de Llave Universal [22]. ¿Kaulakau o Aleph?



LOS NOMBRES

Valiéndose de su Memoria excepcional, Borges logra trenzar Lo Onírico, Lo Simbólico y Lo Real autobiográfico. Sus obsesiones y fantasías. Todo, en una tonalidad paródica y ambigua.

"Una puesta en escritura comienza cuando Proust encuentra o inventa nombres propios".[23] 
El nombre se extiende más allá y alcanza al Texto. Thomas De Quincey en La esfinge tebana escribe que el Enigma de Edipo está en su propio nombre: 'pies hinchados'.

FUNES: leído como un palíndroma 'ES-UN-F'; F: ¿de Francisco? ES UN, UNO: "Hablo del mismo, del uno, del que siempre está sólo". [J.L.B.]

SATURNO: ¿Porqué elige Borges llamar así al barco que lo devolvería a Buenos Aires ante la enfermedad grave de su padre?

Saturno es en la Mitología latina, el más antiguo Rey de Creta. Hijo de Urano y de la Tierra, castró y destronó a su padre y para evitar que sus hijos hicieran lo mismo con él, los devoraba al nacer. Rea, su esposa, hubo de engañarlo para salvar algunos de esos hijos.


En las Fiestas que le estaban consagradas -las Saturnales- las relaciones sociales se invertían: los servidores mandaban a los Señores y estos servían la mesa de los Esclavos. Por esto Chevalier-Gheerbrant se preguntan: 
"¿No podría interpretarse esta ceremonia en sentido psicoanalítico del Complejo de Edipo: la supresión del dios, del padre, del maestro?". [24]
A Saturno se lo figura como un esqueleto con una guadaña, tal como en la Mitología griega a Cronos. Andrè Barbault habla de un complejo saturnino, reacción de rechazo ante las pérdida de distintas fijaciones vitales. De estas pérdidas, el destete es paradigmático: 
"...Y conduce a una exasperación de la avidez en sus diferentes formas -bulimia, ambición, envidia, avaricia,erudición...- sintetizando el aspecto canibalesco del Mito." 
La otra cara de este Jano presenta lo inverso: el desapego excesivo, la insensibilidad, la frialdad, la "renuncia que desemboca en el pesimismo, la melancolía y el rechazo de vivir". [25]

BASíLIDES: Heresiarca del Siglo II, que pretendió conciliar el Cristianismo con el Aristotelismo y el Estoicismo.

SAN IRENEO: Obispo de Lyon que padeció martirio en el 202 DC.

IRENEO: si separamos IR de ÉNEO: éneo viene del Latín y es un adjetivo poético que alude al Cobre o al Bronce. Precisamente ENEOLíTICO es el período de transición de la Edad de Piedra a la de Bronce. Al final del Cuento, Borges anota que, con la claridad del día, pudo observar "la cara de la voz" que toda la noche había hablado en ese delirante monólogo. 

"Me pareció monumental como el bronce, más antiguo que el Egipto, anterior a las profecías y a las pirámides."
FRANCISCO: Nombre del abuelo paterno. También del hermano mayor del padre de Borges y del mismo Jorge Luis Francisco Isidoro Borges. En el Cuento aparece como formando parte del nombre del primo y de la estancia, lugar de la "volteada" de Funes.

PASIONARIA: Consideramos la palabra más allá de su sentido literal como pasion-aria. El alemán fué el idioma que Borges se autoenseñó en Ginebra. La pasión-aria como lo perseverante, obsesivo, pertinaz.

SANTONINA: se obtiene de una Planta y se utiliza en Medicina como vermífugo en la parasitosis intestinal. Sinónimo de Semencontra. Del Latín {semen contra vermes}, simiente contra las lombrices. En la búsqueda de liberarse de tantas obsesiones, de tantas ideas parásitas, de tantamemoria parásita, Borges asocia, creemos que inconscientemente, a este vermífugo

SANTÓN: muy cerca de "santonina", vida austera, de penitencia y remordimiento de personas no cristianas, especialmente mahometanos.

RASTREADOR: quien busca huellas o pistas a explorar. Inquiere por conjeturas o señales.

QUINTA 'LOS LAURELES': Funes habitaba el rancho a la vuelta de la Quinta 'Los Laureles' sugestivo nombre que hace pensar en los Antepasados próceres de Borges, los laureles que supimos conseguir. [*]

MARIA CLEMENTINA: Clementina, de clemencia: indulgencia, misericor-dia.

UT NIHIL NON IISDEM VERBIS REDDETUR AUDITUM: Ninguna palabra que alguna vez fue dicha vuelve a ser oída de la misma manera. Son las primeras frases que Borges escucha mientras se va acercando a la oscura celda donde lo espera Funes. Creemos percibir en ellas, un haz brillante de luz. El mismo que ilumina con Heráclito: 

"Nunca se desciende dos veces al mismo río", que Borges amaba recordar.
Se abre una puerta así al tiempo sucesivo, dinámico. Atrás queda la temporalidad circular, repetitiva y estereotipada. Nos evocan un aspecto esperanzado y luchador de Borges que tambi én se puede percibir en estos versos:
Ecos, resaca, arena, liqu én, sueños.Otra cosa no soy que esas imagenesque baraja el azar y nombra el tedio.Con ellas, aunque ciego y quebrantado,he de labrar el verso incorruptibley (es mi deber) salvarme. [27]


HIPOTESIS CLíNICA

En síntesis, consideramos que lo mismo que perturba a Funes, lo indomable de sí mismo, lo animal de sí mismo -proyectado en ese redomón- es lo que lo voltea, hasta dejarlo tullido, castrado. Como hijo varón que debe forzosamente vivir solo con su madre desde niño, Funes debió exigirse, y auto-domar sus pulsiones incestuosas. La madre, es de suponer, no supo guardar ese espacio del padre y de su palabra. Palabra ésta que puede estar presente a ún en su ausencia, como hallarse ausente aún en presencia. De ahí lo del Nombre del Padre, simbólica representación de la Ley.

Funes prefiere morir inválido y castrado que vivir agobiado y angustiado por sus exigencias instintivas, padecidas con culpa y dolor. Cuando la fatiga, cuando el agotamiento de la tortura obsesiva lo ha inundado, un caballo tan difícil de domar como sus propias pulsiones sexuales, lo tira. Lo voltea para salvarlo. Y aún así, Funes considera un precio mínimo el que paga. 


La cruel caída, aparece paradojalmente, como una bendición, como una liberación. Prefiere la cárcel de su parálisis a la libertad; la castración al deseo impostergable que lo perturba. Obturada la posibilidad de la castración simbólica -por ausencia de la palabra paterna- se le impone la castración real. Hasta ese momento era: "como todos los cristianos: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo".

Negación y confusión mediante, mata así los deseos de poseer, conocer una mujer, y los permuta por un conocer intelectual. Con la fría erudición de una hipermnesia torturante y estéril. 

"Para mostrar que le era indiferente ser un cobarde físico, magnificaba su soberbia mental" [28]. Culpa y castigo lo llevan a la mortificación y la penitencia de una vida austera y anacoreta.
¿Para que toda esta hueca palabrería?solo dos mundos valen la devoción de un hombre
la juventud de una mujer de pechos generosos,
inflamadas por el vino de ardiente deseo,
o la selva del anacoreta. [29]


Funes es volteado en la estancia San Francisco. La resentida asociación de Borges es con su abuelo, que dejó a su padre huérfano y solo con la madre desde el Nacimiento. En este sentido nos parece muy sugestiva la anécdota que refiere Bioy Casares: 

"El -Borges- tuvo muchas obsesiones en la vida. Me acuerdo de una época en la que estaba obsesionado con una frase que era: -' ¿Cómo? ¿No me conoce? Soy el popular Pancho Estafa. ¡Encantado!' Y la repetía continuamente" [30]. Pancho, como sabemos, nombra a Francisco.
Esto formaba parte de su Memoria ancestral. Será por ello que en el video de la BBC de Londres, Borges hablando en inglés, como prólogo a la dramatización de Funes, dirá enigmáticamente estas palabras:
"Es simplemente la historia de un hombre y de un deber, es decir una carga que se me hacía difícil, se me había impuesto y que debía cumplirla. Tenía que hacerlo. Pero siempre pienso de esas cosas como si fueran solo ideas. Tal vez palabras de mi propio pasado, o de mi propia memoria o lo que se llama de la gran memoria. La memoria de las especies. De cada individuo".
En ese mismo video y también en inglés Borges dice:
"Usted en mi cuento lo primero que v é esla trama. Luego se pasa a los personajes. En cuanto a mí no concreté personajes de ningún tipo. Solo me imaginé a mí mismo en períodos diferentes, en situaciones diferentes". [*]


LA GRAN MEMORIA

A diferencia de Funes, Borges ofrece en El Hacedor, [31] dos recuerdos impregnados de una delicada carga afectiva. A pesar que afirma -y en primera persona- que no va a "demorarse en los goces de la memoria", muy borgeanamente desciende a ella, "que le pareció interminable". Allí descubre, como "una moneda bajo la lluvia", un recuerdo olvidado, tal vez, un sueño: injuriado por un muchacho, acude a su padre. 


Este lo escucha "como si no escuchara" y descuelga de la pared un puñal de bronce, "bello y cargado de poder". Al entregárselo, le dice como si fuese una orden: "que alguien sepa que eres un hombre". El se abrazó al cuchillo y soñóse Ayax o Perseo "poblando de heridas y batallas la oscuridad salobre."

De seguido asocia el otro recuerdo: una noche y una inminente aventura. "Una mujer, la primera que le depararon los dioses..." lo esperaba en la sombra de un hipogeo y él la buscó por galerias como redes de piedra y declives que se hundían en la sombra. Estos recuerdos le llegaban sin amargura ¿Por qué? Porque esa noche el hacedor descendía al amor y al riesgo, a Ares y Afrodita: lo esperaba la lectura de la Odisea y la Ilíada... [32]

Si el hipogeo es una bóveda subterránea donde los griegos enterraban los muertos sin incinerarlos, es natural imaginar lo que pudo acaecer en esa habitación de Place Bourg de Four, en Ginebra, en 1918. [*]

Ares y Afrodita casi siempre juntos en Borges. En otro cuento, La noche de los dones, un púber de 13 años debuta sexualmente con una prostituta, la Cautiva, y asiste al asesinato a bayonetazos de un criollo, que en esta ficción es Juan Moreira. Además, se comenta de las sensaciones de una primera vez. Primera vez de nuevos colores y de nuevos sabores, que no se fijan. En tanto, "hay otras primeras veces que nadie olvida...". Nadie olvida que la guerra servía como las mujeres, para que se probaran los hombres. [33]

Ares, Dios de la Guerra por la guerra misma, inspirará mucho de su admiración por el coraje del cuchillero. En El Sur, será un viejo extático, dios inmóvil oscuro, chico, reseco quien le alcanza la daga suicida. Se lo imponía su apellido y el orgullo de pertenecer a una raza de Próceres militares. Los Dioses, esos Dioses, son los mismos que le deparan la primera mujer, los que le alcanzan el puñal y la Gran Memoria.





EL FALSO ARTAJERJES

"Atenas" es un sueño que figura en Atlas [34]. En un anaquel observa la Enciclopedia Británica, "uno de mis paraísos perdidos". Busca la palabra 'Coleridge', cuyo Artículo tenía fin pero no principio. Después, 'Creta', que también concluía pero no tenía comienzo. Busca entonces 'Chess' y el Sueño cambia: 

"En el alto escenario de un anfiteatro, abarrotados de personas atentas, yo jugaba al ajedrez con mi padre, que era también el Falso Artajerjes, a quien le habían cortado las orejas y que fué descubierto mientras dormía, por una de sus muchas mujeres que le pasó la mano por el cráneo, muy suave para no despertarlo y que fué matado después. Yo movía una pieza; mi antagonista no movía ninguna, pero ejecutaba un acto de magia, que borraba una de las mías. Esto se repitió varias veces." Despertó pensando que estaba en Grecia, "donde todo ha empezado".
No encuentra el comienzo del artículo 'Coleridge', ni el de 'Creta' que solo tienen final. Pero frente a la palabra 'Chess' todo cambia. Al parecer, se ilumina una región traumática de su infancia, o adolescencia. Escenifica entonces un enfrentamiento público con su padre a quien claramente agrede y por quien es mágicamente agredido. 'Chess' es, sin lugar a duda, la clave de este Sueño. El padre, su antagonista, su rival... el falso, de orejas cortadas, de muchas mujeres y que será asesinado. A diferencia de él, no movía las piezas pero lograba 'borrar' las de Georgie. Impotente jugador que pierde ese 'chess', desigual y cruel.

En la línea de lo traumático -Garma- este Sueño revela un padre que priva al hijo de la ilusión. La ilusión de poder ganar, de poder crecer, de poder ser como él. Al "borrar", "comer" mágicamente, lo mantiene en la impotencia, en la descalificación, en la infantilidad. El doloroso resentimiento lleva entonces a la realización onírica de un deseo parricida -Freud- que Borges proyecta y concreta a través de las mujeres.

El comienzo, ausente en los dos primeros artículos, aparece condensado y desplazado en Chess. Comienzo que condiciona la cólera -Coleridge- y su encierro como escritor en el Laberinto -Creta-.

EL Ajedrez es de origen hindú pero fué transmitido por los persas. Las únicas palabras que se utilizan provienen, precisamente, del persa: {shah}, Rey y {shah mat}, el Rey ha muerto. Desde un enfoque psicoanalítico se puede interpretar la significación edípica de este juego cuyo objetivo es matar al Rey-Padre. [35] 
Además permite, como otros Juegos, la expresión de impulsos violentos de una forma socialmente aceptada. El Reglamento, al instituir Lugares y Movimientos, representa la Ley paterna. 

Cuando, como en este Sueño, surge una gran carga de ansiedad por las características propias de los rivales, puede suceder que se abandone el partido, o como ocurre aquí, que mágicamente, se 'coman', se 'borren' piezas, dando al Juego un sesgo regresivo oral-sádico. El corte de las orejas, claro símbolo castratorio y la muerte del Rey, aparecen casi como final de partida, ganado por el hijo: shah mat.

¡Qué pesadilla!

El Relato, a pesar de su aparente frialdad, sugiere un enfrentamiento sadomasoquista, más que duro, con un padre. Duelo solo posible de imaginar en un Sueño, en una Fantasia o en un Texto literario. Lo interpretamos, según vimos en Funes, como seria dificultad en asumir, por parte del Padre, la Función paterna. Todo esto ligado a la severa relación simbiótica con la madre. La referencia a Creta como Laberinto, y al Minotauro puede, muy bien, simbolizarlo.

Me parece oportuno el recuerdo de estas palabras de Freud en Dostoievski y el parricidio: 

"Lamento, pero no puedo evitar que estas puntualizaciones sobre las actitudes de odio y amor hacia el Padre -y desde el padre J.W.- y sus mudanzas bajo el influjo de la amenaza de castración, parezcan de mal gusto e increíbles al Lector desconocedor del Psicoanálisis". [36]




"TENIAMOS QUE SER OTROS"

El padre de Borges fallece el mismo mes y año en que se suicida Lugones.

El Hacedor, 1960; lleva un extensa dedicatoria a Lugones. Pero es conocida, y está escrita, la opinión agridulce y ambivalente que éste le merecía. Entre la admiración y el rechazo, Borges frecuentó la ironía y la parodia -recordar El Aleph- como Estrategias propias de su estilo y de sus formas de agredir. 

"Estrategias predilectas-escribirá David Viñas- frente a un hombre, cuya mirada o la proximidad de su voz, le recordaban las más sutiles crueldades de su propio padre." [37]
No sabemos en virtud de qué fuente Viñas afirma esto, pero parece confirmarse por lo que acabamos de ver.

En Febrero de 1937, un año antes de la muerte del padre y de Lugones, Jorge Luis publica, en su Sección de El Hogar, un breve ensayo donde alude a la influencia literaria de Lugones. Allí dice: 

"Yo sé que nos defendíamos de esa belleza y de su inventor con la injusticia, con la denigración, con la burla. Hacíamos bien: teníamos que ser otros."
La injusticia y la denigración al servicio de su libertad e independencia. Como persona y como escritor.
"Recordarse es volver a uno mismo luego de haberse olvidado." [38]


EL CAUDILLO

Cuando ya descartaba la posibilidad de conocer la única Novela del padre de Borges, encuentro en el catálogo, para nada difundido, de la Academia de Letras, la referencia a una Edición realizada por la misma, en 1989. Así llegó a mis manos esta Obra.

El Caudillo narra la Historia de Carlos Dubois, joven mozo hijo de franceses, que arriba a esos pagos, con sus libros y su violín, a trabajar el campo. Había fracasado en sus estudios de Derecho. Era un muchacho bueno, tímido, de carácter dócil y diligente. 


Marisabel, hija menor del Caudillo -en realidad, patrón feudal- se enamora locamente de él. En su apasionamiento, es ella quien prácticamente lo atrapa. Dubois, en tanto, vive con la esperanza de volver a encontrarse con su novia de Buenos Aires. Por eso, en un primer momento, se lo nota muy indeciso frente al arrebato amoroso de Marisabel. 

Una tormenta y una gran inundación impide que ésta regrese desde la estancia de Dubois a su casa. El Caudillo interpreta esto como un rapto humillante de Carlos y sin más, lo manda apuñalar. El Diluvio rompe el único puente del lugar, arduamente deseado, y que había sido construído por el Gringo, judío italiano, amigo del Caudillo.

La colosal tormenta aparece como un castigo de los dioses frente a la pasión de esos dos jóvenes. Se infiere del prólogo, Motivo Liminar, donde Jorge Guillermo Borges relata una Leyenda entrerriana. Trata de una tribu indígena que habitaba a orillas del Espinillo. Su dios estaba encarnado en Yrisunday, Yacaré que vivía con su hembra en una laguna cenagosa e inalcanzable. 


La hija del Cacique, mujer de caprichosa belleza, pone a prueba a su pretendiente exigiéndole vestir con la piel de Yrinsunday. Venciendo los obstáculos más difíciles, el joven cazador logra su cometido. La Boda dura varias Lunas. Pero las consecuencias llegan hasta hoy. 
"Los dioses no mueren, ni olvidan, ni perdonan. Son inmortales, rencorosos y crueles." La furia de ese dios se llevó toda la tribu. Cuando el río Paraná crece aún hoy "las viejas se santiguan y dicen ¡Es Yrisunday, no satisfecho, que de nuevo castiga!".
La entrega amorosa de la hija es vivida por el Caudillo como un desafío, como una agresión intolerable a su narcisismo omnipotente.

Por su parte el Gringo, enfrentado a este desastre que derrumba el Puente que él construyó, optará por suicidarse en la torrentada. Actitud ésta que recuerda la del propio padre, el General Francisco Borges, suicidándose en La Verde. También por una franca intolerancia narcisista a la frustración.




LA MUJER Y EL AMOR

La joven Marisabel, con la segura frescura de su pasión le dice a Carlos: 

"Una sola curva de mi cuerpo es un vaso sagrado, arca de los destinos de la raza, refuta el saber de tu vetusta filosofía y es la est ética misma de las academias [...] mis brazos abiertos para tí mi prometido son cruz de redención, sálvate en ellos [...]". [39]
Para Jorge Guillermo Borges el amor de las mujeres: 
"Es grande en su egoísmo, terrible en su sacrificio. Una fuerza elemental y primitiva como el agua, el aire, o la tierra. Es anterior al ser. Es inexplicable como el dolor o la muerte."[40]
Entre padre e hijo pueden colegirse encuentros y desencuentros. Creo que en cuanto a la vinculación con personajes femeninos la distancia es marcada. Jorge padre se acerca más natural y humanamente a la "enorme realidad del sexo". Ese "extraño mundo del deseo apasionado, imperativo, cruel." [41]

En la obra de Jorge Luis, hablar de los personajes femeninos es hablar de figuras, sin duda, menospreciadas y denigradas. Objetos de uso, transferibles. Verdaderas "aves de corral", polígamas -al decir de Alicia Jurado- que oscilan en ser tratadas como una cosa totalmente pasiva o como vengadoras y asesinas. Entre el terror al hombre y la prostitución no habrían estaciones intermedias. 


El nombre que las identifica es folklórico, pero descalificante: Juliana, en La intrusa, Relato "que ninguna mujer puede leer sin indignación y horror" -A. Jurado-; la Serviliana, servil de su Cuento cruel, El otro duelo; la Casilda, de Historia de Rosendo Juarez; la Lujanera, que se entrega al compadrito de más coraje, en El hombre de la esquina rosada. [42]

Cuando de lo filosófico, metafísico se trata, el Borges de Ajedrez se acerca al padre, que en El Caudillo ya había escrito: 

"En el tablero de las noches y los días somos piezas que se mueven o son movidas ¿Qué más da lo uno que lo otro?". [43]




"EL SUR"

"Y el destino mismo no es en definitiva sino una tardía proyección del padre." Freud
En este Cuento aparecen algunos Datos autobiográficos del accidente que sufriera Borges en la Nochebuena de 1938. Ya en Funes, 1940, de escritura más cercana a lo acontecido, había una referencia cierta de la Fecha del fallecimiento de su padre. Años más tarde, en El Sur, 1956, el mes de Febrero de 1939, que Borges anota como el del serio percance, condensa tanto ese Dato, como el de la convalescencia. Es el momento en que Dahlmann-Borges decide viajar a reponerse al casco de estancia de la familia materna.


EL CUENTO

Juan Dahlmann, Secretario de una Biblioteca Municipal, ansioso por encontrarse con una Edición "descabalada" de Las Mil y Una Noches, no espera al ascensor y sube con apuro las escaleras. "Algo en la oscuridad le rozó la frente ¿Un murciélago, un pájaro?". Un batiente de ventana abierto lastima su frente. La herida se complica y una septicemia lo obliga a la internación. 

Las ilustraciones de Las Mil y Una Noches le sirvieron para decorar pesadillas de esas malas noches de fiebre. Durante ocho días, "Dahlmann minuciosamente se odió; odió su identidad, sus necesidades corporales, su humillación, la barba que le erizaba la cara." 

Después de mucho temer y sufrir es dado de alta. Un coche de plaza lo lleva a Constitución para tomar el tren que lo trasladará a la Estancia.

Mientras el tren avanza, el Protagonista siente que no solo va al Sur. 
"Como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la Geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres". 
Hacia el Pasado, al encuentro de sus Orígenes, de la Pampa y el coraje, empujado por alguna voz de la Gran Memoria. En tanto, el otro permanecía en el sanatorio.

En la 'discordia de sus Dos Linajes' se hallaban los Abuelos, el germano pastor protestante Johannes y el militar, Francisco Flores, Jefe del  de Infanteria en combate.

Si Ireneo Funes podía ser hijo optativo de un Médico o de un Domador, en El Sur, esa extrema Dualidad parece ubicada entre el sanatorio, donde le devuelven la Vida y el Campo, donde lo espera la Muerte.

El desgraciado final, producto de ese aparente 'coraje', narcisista y suicida, resulta una siniestra parodia de la muerte de Francisco Borges, en La Verde. El nombre Francisco, vimos, es una presencia significativamente obsesiva y paranoide en la Vida y la Obra de Borges.

"Cuando yo escribí El Sur, venía de leer Henry James y de descubrir que se puede relatar dos o tres historias al mismo tiempo. Mi cuento pues, es ambiguo. Se lo puede leer de una primer forma pero pensar que se trata de un sueño: el de un hombre que muere en el hospital y hubiese preferido morir en el campo con el cuchillo en la mano. O se lo puede ver como Borges que prefiere morir como su abuelo general, a caballo más que en su cama. O todavía que el hombre es muerto por su sueño: esta idea del Sur, de la Pampa, que lo lleva hasta allí." [44]
Cuánto de devoción y resentimiento. Cuánto de la orfandad sufrida por el padre de Borges y heredada y padecida por éste. Cuánto de veneración e ironía en ese triste y lamentable final.

La pre-historia del 'Complejo de Edipo', nos recuerda que "nunca hemos sido el único amor de nuestros padres, sino tan sólo un sustituto tardío de sus primeros objetos de deseo y de odio, esos abuelos con cuyos anticuados atavíos nos vestimos a menudo, sin saberlo."(45)



JUEGO DE SIMETRIAS Y CONTRASTES

'En la discordia de sus Dos Linajes', de sus dos opuestas exigencias -Superyo autoritario y Yo intelectual- Borges trata de expresarse con un tono paródico. Con sutil mordacidad y cifrada burla, logra decir su rebeldía, expresar profundos anhelos de libertad personal y sueños de libertad interior. Obedece y denigra a ese personaje que al pie del mostrador "se acurrucaba inmóvil, como una cosa, un hombre viejo. Oscuro, chico, reseco". 

Reniega, a la vez que apoya, la actitud del Médico que lo somete como Paciente a dolorosas curaciones. Y duda, oscila entre desear esa muerte suicida, herencia de ancestrales prescripciones, o reconocer que "en el sanatorio no hubieran permitido que me pasaran estas cosas." -subrayado de Borges-.

El mandato narcístico que dice amarlo, lo mata. Juego de Simetrías y Contrastes, de amores que matan, de Médicos que agreden para curar.

El Sur empieza del otro lado de Rivadavia y quien atraviesa esa calle "entra en un mundo más antiguo y más firme."

En El Sur, además, se oye {ur}, que en alemán, apunta a lo Origina-rio, a lo Primordial.

Ese gaucho extático, cifra "del Sur que era suyo" -nosotros leemos "su-yo"-, al igual que el gato acariciado antes de partir, son como Divinidades desdeñosas, capturadas en un narcisismo tanático. Paradojalmente el "contacto ilusorio, como separado por un cristal", no protege a Juan Dahlmann de tener que pelear. 

En La otra muerte, [46] Borges insiste: Pedro Damián, "vivió la soledad sin una mujer, sin amigos; todo lo amó y lo poseyó, pero desde lejos, como del otro lado de un cristal". El pobre muere en la cama de congestión, una muerte insensata, descalificada -como Funes-. 

Había dedicado toda su vida a esperar la ocasión de reparar esa cobardía suya en la Batalla de Masoller. Cuando su agonía, con el último delirio, revive la batalla que él, con singular arrojo, conduce como un valiente hasta morir...

En el campo de ciertos prejuicios, el de tipo de muerte, pareciera anidar en el fondo de un atávico, heroico mandato. Del cual se burla, pero al cual, en un mismo movimiento, se somete.

Una vez más el oxímoron, preside Vida y Obra de Borges: valiente-cobarde; rebelde-sometido; anticonvencional-convencional.



PABLO Y VIRGINIA

Ante la vista del almacén donde recala Dahlmamnn, éste asocia el recuerdo de un viejo grabado de la Novela Pablo y Virginia.

La Novela fue escrita en el Siglo XVIII por Bernardino de Saint Pierre y es un melodrama rosa, como el color del frente del almacén. Una mujer, la señora Latour, se casa con un joven no apreciado por su familia, que muere al poco tiempo, dejándola embarazada. 

Esta, con auxilio de la providencia, encuentra una muy buena amiga, Margarita, también embarazada y también abandonada, en este caso, por su novio. Viven juntas y solas. Abrazadas al desencanto y la desilusión: los hombres son infieles y traidores. 

Los dos hijos, Pablo y Virginia, intercambian hasta las tetas... Crecen pues huérfanos de padre, en esa confusa mezcla de atracción e incesto. Como era de esperar, terminan enamorándose.

¿Porqué esta asociación? Pensamos en lo sugestivo de esa potenciada orfandad de padre. Pensamos en el Coronel Francisco Borges, que se suicida en La Verde, sin reparar que su mujer lo esperaba con su hijo recién nacido.

La significación que Borges daba a la orfandad de padre se destaca en Funes y en otros personajes de su narrativa. Rosendo Juarez, no había conocido ni el nombre de su padre: se 'crió como los yuyos'. [48]

Didier Anzieu subraya la presencia "abusiva" de las mujeres en la infancia de Georgie: la madre, ambas abuelas, y la hermana.

A la pregunta sobre sus padres, Borges responde: 
"Yo no los veo diferentes. Posiblemente mi madre se preocupara más. Mi padre era un hombre indiferente, y estaba de vuelta de muchas cosas. Era un hombre muy irónico. Me franqueó su biblioteca; pero nunca me dío consejos directamente. Mi padre era un hombre muy valiente y yo no". [47]
Desde muy chico, Borges juega con las Aporías, de Zenón y la Tortuga. Con Berkelly y Hume. Con Las Mil y una Noches, con Shelley, Keats, Swimburne y la Psicología de William James. Le faltó el juego con otros niños y tal vez, el contacto con el cuerpo afectivo y próximo de su padre.


CIEGO A LAS CULPAS

"Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones". 
Justamente ese destino, no ciego a las culpas, hizo que Borges al subir la escalera, no se percatara de la hoja abierta de ese batiente, que "acuchilla" su frente.

Creemos que 'ciega culpa' es la mejor definición de culpa inconsciente. Ciego también, y monstruoso, el Animal que Borges imagina como el agresor envenenado. Un Murciélago, el Pájaro de la noche, el Ratón que vuela, con sus anchas y negras alas, extravagante enemigo de la luz, repulsivo demonio. 

¿Enviado de quién? ¿En venganza, porqué? Las culpas que, como el insomnio, no se logran simbolizar -elaborar- pueden jugarle esa mala pasada. Sin embargo, a su través, logra purificar su conciencia, despertar y lanzarse con libertad a ser él mismo: a escribir su Obra.








Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin





NOTAS

[*] J.L.Borges. El tamaño de mi esperanza. Edit. Seix Barral, BsAs., 1993 p.128
[1] J.Lacan. Ecrits II. Edit. Siglo XXI México, 1978; Seminario 1955-56 p.71
[2] J.L.Borges. El otro, el mismo, 1964. Insomnio es de 1936; O.P. Edit. Emecé Bs. As. 1977, p171
[3] R.Burgin. Conversaciones con Borges. Edit.Taurus Madrid, 1974 p.67.
[4] M.R.Barnatan. El autor y su obra. Barca Nova Barcelona 1974 p.51. Lo subrayado es mio, JW.
[5] M.Yourcemar. Memorias de Adriano. Edit.Sudamericana Bs. As.,1984 p.29
[6] Hemos visto la significación obsesiva del 19 que ligamos a la edad de su iniciación sexual en Ginebra. Véase El Secreto de Borges. Epílogo p.259
[**] El subrayado es mío, J.W.
[7] Algunas de estas consideraciones fueron discutidas en 1988 con los Dres. P. Aguilar, D. Kicillof, D. Kitainik, F. Petre y E. Zimmerman. Una primera síntesis de esas reuniones fué realizada con el Dr. Kitainik, en 1989.
[8] Maria E. Gilio Borges. Colección Letra Abierta. Edit. Mangrullo BsAs.,1976. En la casa de los Borges era habitual el decir recordar por despertar. J.W.
[9] Emir Rodriguez Monegal Borges, hacía una interpretación Edit. Guadarrama Madrid, 1976 p.87.
[10] Didier Anzieu. Le corps et le code dans le contes de Borges. Edit. Gallimard Paris, 1981.
[11] J.Woscoboinik. El Secreto de Borges. Edit. GEL Bs.As., 1991 p.54.
[12] R.Burgin. O.Cit. p.92. El subrayado me pertenece, J.W.
[13] J.L.Borges. Alusión a la muerte del Coronel Francisco Borges. (1833-74), Obra Poética, 77 p.136.
[14] Alicia Jurado. Prólogo al libro El Caudillo, de Jorge Guillermo Borges, Academia Arg.de Letras, 1989
[15] Alicia Jurado. Idem p14.
[16] Jorge Guillermo Borges. El Caudilo. Academia Argentina de Letras, p.45. Lo subrayado es mio, JW.
[17] Jorge.G. Borges. Idem p.48
[18] Juan Nuño. La filosofia de Borges. Edit. Fondo de Cultura Economico, Mejico, 1986 p.102.
[19] Julia Kristeva. Historia de amor. Edit.Siglo XXI, Bs. As. 1987 p.75.
[20] M. Howard. Los runas y otros alfabetos mágicos. Edit. Lidium BsAs, 1987.
[21] J.L. Borges. Revista El Hogar, 18-2-38.
[22] J.L. Borges. Historia de los ecos de un nombre. O.I.O.C. Emecé, Bs. As., 74 p.750.
[23] Roland Barthes, Le degr é Zero de L écriture. Edit. Seuil Paris, 1972 p. 132.
[24] Chevalier-Gheerbrant. Diccionario de Símbolos. Edit. Herder, Barcelona 1993 p.915.
[25] Chevalier-Gheerbrant, Idem p.916.
[***] "Los laureles que supimos conseguir": estrofa del Himno Nacional Argentino
[27] J.L. Borges. El Hacedor. La cifra O. Poética. Edit. Emecé Bs, As, 1977 p.585. Lo subrayado es mio, JW.
[28] J.L. Borges. La forma de la espada. Artificios, Obras Completas. Emecé, Bs. As.,1974 p.491.
[29] Poesía sánscrita clásica Kavya. Trad. Octavio Paz, Diario La Nación, Bs.As, 26-3-95.
[30] Entrevista de Mónica Sabbatiello. Revista First, Noviembre, 1987.
[****] Los subrayados de lo escuchado en el video de la BBC, de Londres me pertenecen J.W.
[31] J.L.Borges. El hacedor, del Libro El Hacedor, O.C. p.781.
[32] El subrayado es mío, J.W.
[*****] Se trata de un barrio de prostitutas de Ginebra, donde a los 19 años y a instancia de su padre, Borges habría intentado su iniciación sexual.
[33] J.L. Borges. La otra muerte, El Aleph. O.C. Edit. Emecé Bs. As., p.571
[34] J.L. Borges. Atenas, en Atlas O.C.T.III, Edit. Emecé, Bs. As., p.419.
[35] Mónica S. de Armesto. El Ajedrez y el Complejo de Edipo. Rev. de Psic. BsAs., T.XXXVIII p.891.
[36] S. Freud. Dostoievski y el parricidio. Edit. Amorrortu, Bs. As., T.XXI p.182.
[37] David Viñas. Suplemento Literario Página 12. 12-2-95.
[38] El subrayado es mio, J.W.
[39] Jorge Guillermo Borges. El Caudillo. O. Citada, p.147. El subrayado es mío. J.W.
[40] Jorge Guillermo Borges. O.Citada, p.110.
[41] Jorge Guillermo Borges. O.Citada, p.148.
[42] Julio Woscoboinik. El Secreto de Borges. p.172.
[43] Jorge Guillermo Borges. O. Citada, p.220.
[44] Antonio Carrizo. Borges,el memorioso. Obra citada p.203.
[45] Alain de Mijolla Los visitantes del yo. Edit. Tecnipublicaciones Madrid, 1986.
[46] J.L.Borges. La otra muerte. El Aleph, O.C. p.571.
[48] J.L. Borges. Historia de Rosendo Juarez. El Informe de Brodie, 1970. O.C. p.1034
[47] Antonio Carrizo. Obra Citada, p.75; el subrayado es mio, J.W.