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3.24.2012

MUNDO FACHO

Por Daniel Guebel



No lo conocía ni sabía quién era, posiblemente porque no tengo gran afición por la radio. El habla espectral de los parlantes, el diálogo imaginario con un interlocutor que no contesta, me parece la forma socialmente aceptada de la proliferación de voces imaginarias propia de la psicosis. De hecho, me enteré de su existencia por casualidad, una vez que haciendo zapping vi, en una serie penosísima de la televisión local, a un ser tirando a pequeño y obeso y fuera de estado físico que interpretando a un héroe solitario y vengador al estilo Charles Bronson corría, asesinando gente a troche y moche. Me impresionó el error del casting, la pésima interpretación, que en vez de producir el efecto de identificación buscado y el subrayado subsecuente (“salgamos a hacer justicia por mano propia, el otro es tu enemigo, matemos a lo que no se nos parece”), llevaba todo involuntariamente para el lado del ridículo. Me asombró también, cuando cayeron los títulos, que el protagonista que desempeñaba el papel de duro llevara por nombre artístico el seudónimo “Baby” (bebé) precediendo a su apellido que imagino es real.


La segunda noticia acerca de esa persona la tuve gracias a un amigo cuyas opiniones en general respeto y que en una reunión lo mencionó como autor de performances radiales nocturnas. Mi amigo exaltaba las bromas a costa de los oyentes, las frases disparatadas, el fascismo salvaje del personaje, su brutalismo populachero, estimando la mezcla como una actuación extraordinaria, de carácter surrealista o dadaísta. La tentación más convencional es prestarles atención y darles crédito a aquellos que reman contra el sentido común, así que me prometí escuchar alguna vez el programa de Baby Etchecopar. ¡Quizá fuera un genio radial y un fiasco televisivo! Luego, por supuesto, me olvidé.

Hasta que una vez, volviendo de una de esas tediosas aventuras nocturnas que nos dejan sabor amargo, escuché su famoso programa radial. Me pareció que el señor Etchecopar era ducho en la respuesta rápida, ingenioso de baja manera. Era, sí, muy bueno en lo suyo, pero lo suyo no me gustaba nada.

Francamente, lo que escuché me pareció una repulsiva demostración de sadismo profesional, un proferidor de barbaridades y un exaltador de la barbarie más vil, un apologeta ruin de la violencia que se solaza en el desprecio exhibicionista por las opiniones y las emociones de las pobres gentes que lo llaman en la ingenua creencia de que van a ser escuchadas y a cambio reciben el mismo trato que el ganado que se lleva al matadero. “Mi amigo –pensé– en este caso se equivoca de principio a fin”.

Desde luego, la violencia es un diamante brutal y multifacetado, que soporta las miradas de una múltiple interpretación. Y por supuesto, el deseo de que le vaya mal a alguien que nos disgusta profundamente debe tener ciertos límites, así que, enterado de la historia del asalto a su domicilio y del tiroteo subsecuente, no puedo sino lamentar lo que le ocurrió al señor Etchecopar y a su hijo, desearles la más pronta y completa recuperación, y también lamento, aunque este sentimiento no sea, en este momento social, muy compartido, el sufrimiento de la familia del asaltante muerto.

Mientras un periodista como un perro rabioso recitaba los hechos de violencia que el difunto había perpetrado, vi por televisión las fotos de su prontuario, de frente y de perfil, y tuve la impresión de que ahí había un tipo sin opciones y sin futuro, alguien que tal vez había agarrado un arma sin saber qué hacer con ella, como suele ocurrir con tantos otros sin futuro que matan o mueren sin saber por qué.

Desde luego, que un asaltante que porta un arma reciba diez balazos de un apologeta de la violencia que finge sufrir un ataque al corazón y desarmado encuentra su razón de ser y dispara, da mucho que pensar. No tanto sobre los hechos, sino acerca del modo en que se montan y se presentan al público, y sobre el modo en que el mundo se organiza sin saber qué hacer con la gente que se ve empujada a salirse de él.



Diagramación & DG: Andrés Gustavo Fernández

HAY QUE MATARLOS A TODOS



"Felizmente, pensó, la penosa transformación 
habría de limitarse a los días de plenilunio. 
Aunque ahora, recién superada por primera vez, 
notaba como si le hubiese legado alguna secuela. 
Y aquella difusa cólera latente, aquel 
imperceptible deseo de revancha, no lo dejaban, 
no, del todo tranquilo".


De El lobo-hombre (1947), 
cuento corto de Boris Vian [1920-1959]


Digamos que, a esta altura, ya me acostumbré a la desmesura del fútbol; un ámbito donde cada animalada es vista como excepción cuando, lejos de ello, se constituye en nueva regla. 

Me niego a discutir sus estúpidos lugares comunes. Por ejemplo ese que dice: “El público paga y tiene derecho a expresarse”. Pues no. Aceptar que cualquier energúmeno te insulte, te llame ladrón y exija a los gritos que te echen porque perdiste un partido, es como volver al “estado de naturaleza” del que hablaba Thomas Hobbes en su Leviatán, escrito en 1651.

Hobbes, un duro, desarrolló su idea de un contrato social para limitar y controlar el natural instinto salvaje del ser humano. Allí describía el peligro de una “guerra de todos contra todos” [bellum omnium contra omnes] y advertía: “El hombre –malo por naturaleza– es el lobo del hombre” [homo homini lupus est]. Más de tres siglos pasaron y para algunos, las cosas no parecen haber cambiado demasiado.

Estuve en Auschwitz en 1979, durante la tensa primera visita oficial de Karol Wojtyla a su país natal como nuevo Papa. Ese campo era, desde su mismo diseño, una perfecta fábrica de muerte. Hornos. Horcas. Paredones. Y las duchas, donde en lugar de agua caía gas Zyclon B. En las paredes, cubiertas por vidrios, podían verse los arañazos. Morían como ratas porque eso eran los judíos para los nazis. Ratas, no seres humanos.

“Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”, dijo alguna vez Theodor Adorno. ¿Cómo calificar, entonces, las rimas que, con notable obstinación, la hinchada de Chacarita repite cada vez que juega contra Atlanta, su clásico rival, un club identificado con la colectividad judía? Estos imbéciles tienen sus hits y, obvio, los cantaron la semana pasada en San Martín, antes de emboscar y casi linchar a medio centenar de dirigentes que acompañaron al equipo. El más festivo, advertía: “¡Ahí viene Chaca / por el callejón / matando judíos / para hacer jabón!”.

Cierto; eso hacían con la grasa de los cuerpos. Yo los vi. Tienen forma irregular, un tono amarillento y, en algunos casos, restos de pelos. Es un recuerdo perturbador, pero para eso están allí, exhibidos. Para perturbarse, para no olvidar. Con eso se divierten estos subnormales.

Otro hit refiere a “hazañas” locales. “Les volamos la embajada / les volamos la mutual / solo les queda la cancha / y se la vamos a quemar”. Muy bien. Suficiente. El castigo debería hacerles honor. Que sea… a lo bestia. ¿Exagero? Para nada. No subestimemos el valor de la palabra, muchachos.

Los chinos tienen una curiosa maldición: “Que se cumplan todos tus sueños”, dicen. Ahí sonaste. Vivir sin sueños sería intolerable. Tanto, como que se cumplan tus peores pesadillas. 

En medio del caos de 2001, Baby Etchecopar, después de recibir una amenaza, creo, dijo esto en su programa: “Los argentinos vamos a salir a cazar ratas, a cazar gente que nos molesta. Todo hombre tiene derecho a la autodefensa. No sé si me gustaría cargar en mi conciencia con la vida de un ser humano, pero si peligra la integridad de mi familia, no dudaría en usar un arma”.

No conozco a Etchecopar salvo por sus opiniones, con las que suelo no coincidir. Pero es imposible no solidarizarse con alguien que sufrió un asalto a mano armada, en su propia casa y con su familia presente. 

Estas “ratas”, cierto, nada tienen que ver con esas víctimas de Auschwitz estigmatizadas por el nazismo. Son jóvenes crueles, violentos, devastados por la droga, que balbucean una jerga que solo desciframos con la ayuda de los programas de América. Pero no cayeron del cielo. Son producto de otra clase de fábrica. Una que multiplicó excluidos durante los noventa mientras nuestra clase media tomaba sol en Miami o Punta Cana.

Salvajes, despiadados con un arma en la mano, no debe ser fácil enfrentarse con ellos en su propio terreno, a balazos. Hay que tener, al menos, algún código en común. Tirar a matar no es para cualquiera.

Habrá mil debates. “¡Hay que matarlos a todos!”, gritarán unos. “¡Perpetua para los de 14!”, pedirán los que exigen mano dura. Alguno dirá: “Esto, con los militares no pasaba”. Lo de siempre.

Es increíble que alguien crea que la pena de muerte podría cambiar algo, más allá de reimplantar un Estado asesino que ya sufrimos. La vida de esos chicos no vale nada, para nadie. Ellos lo saben y por eso se la juegan a cara o cruz en cada salida, llenos de odio. Nada les importa. Nada son, nada tienen que perder. Bajemos al sótano a revisar nuestro retrato de Dorian Gray, compatriotas, porque esas “ratas” son obra nuestra. A hacerse cargo.

De esa maginalidad surgió otro curioso invento nativo: los barras profesionales. Esos que, en “estado de naturaleza” hobbesiano, también defienden su terreno a sangre y fuego, mientras facturan a cuatro manos. Los medios los llaman “inadaptados” (ridículo: nadie más adaptados que ellos), mientras el negocito crece, cada vez con más socios. Punteros, dirigentes, policías, vendedores de esto o aquello. Por eso están, siempre, se diga lo que se diga. 

Nazis de cartón. Chorros limados. Locos de la guerra. Odio de clase. Malheridos. Muertos. Vivillos. Amantes del plomo.

Lo siento, Hobbes. Me quedo con Boris Vian y su historia del lobo del bosque de las Supuestas Quietudes, al pie de la costa de Picardía, que un día fue mordido… por un ser humano. 

Acá es igual. Son los hombres los que muerden a los lobos.



3.19.2012

ESCRIBIR, HASTA LLENAR LOS POZOS DE LA LUNA,





I.
Antes yo había conocido otra palabra. Con un aguijón venenoso me acechaba.
Sus perros salvajes no me dejaban salir. Yo creía en el temor de su horrible
aspecto. En sus labios babosos de hastío.

Esa palabra también era una casa con un estrecho pasillo por donde iba y venía
mi halconero con su verdadera vida de escorpión. De ella, no se podía salir ni con
la muerte.

Pero yo ya no encontraba esmeros para seguir siendo un parásito de mi espanto.
Di un portazo y me fui para ser la culpable de mi pequeña hazaña.

II.
Para bajar al pozo donde duermo con la luna,
bebo una botella de ron.

Mi luna es el principio de todas las cosas.

En ella dibujo mi huella
sin destino.

III.
La escritura recoge el último eco de la voz de dios. Antes de morir, dios saluda
con su mano purísima y se esconde tras una presencia montañosa.

Muerto él aparece la escritura.

El mundo, repentinamente estremecido, agradece que haya perecido el eterno.
Solo se escucha el sonido de las alas de ese ángel sagrado y molesto, que se
retira a gobernar en su verdadero reino, hecho a su imagen y nuestra
desemejanza.

IV.
No, no, no, esta palabra mágica, no es un juramento ni un conjuro.
Tampoco es demasiado clara.

Intento hablar de ella y balbuceo torpemente.
Escribo torpemente.

Ese pájaro que es palabra, ha construído en mí, su severa casa.

V.
El demonio baja a contar su versión de los hechos. Lanza una melancólica
destrucción que no significa remordimiento. Liberado de pisar la mórbida
superficie del paraíso, viene a sacudir sus huesos calientes. Sus pies de toro no
son insensibles al beso.

VI.
Ella desempeña con destreza las tareas imposibles.

Desempolva los sueños no soñados,
escribe,
queda ciega, ayuda a los pájaros a sostener las alas del espanto,
hace visible al hombre invisible.

Ella no es aquella decapitada boba que sueña con un collar de suspiros pero es
hábil para morir al caer del segundo escalón de una escalera imaginaria.

Ella no resuelve ninguna historia, va haciendo su propia insuficiencia y reina en
un territorio de ideas remontísimas.

VII.
Toda esta construcción, estos muros, estos edificios, estos palomares, estos
poemas, estos mosaicos, estan sostenidos por el invencible cimiento de la
vacilación.

VIII.
No está muerta. Ella, aquí, no está muerta. Esta alargada, estirada, suspirada
largamente. No está muerta aunque tenga hábitos de fantasma. No es un
cadáver con sombrero ni una imperceptible huella de araña. Tampoco es algo
nuevo, no rutilan sus pupilas como noticia de último momento. Ella juega con el
abecedario de la noche y se sumerge en sus olas de polvo fino.

Pájaros de enero se le enredan en el pelo. Ella es hermosísima aunque le falte un
seno.

La vida, es verdad, esta llena de cosas. La vida es suficiente en sí misma, para sí
misma. Es la gloria de todos los vivientes. Pero ella es otra cosa.

Ella pasa dentro de mí, no es mía sino que pasa dentro de mí y se marcha,
alargada, estirada. Ella se hace y se deshace en mi cuerpo mientras escribo
suspiradamente...

IX.
Una sola palabra suscita diez mil pensamientos y de ellos nacen diez mil
constelaciones. Alguien puede hacerse añicos pero, quién quisiera detenerlos?
Quién?

X.
La ansiedad que me posee no viene de necesidades nítidas sino de alguna cima
en busca de montaña. De las colinas giratorias del sosiego, de las zapas de la
virtud, de los latidos de un corazón pequeño y malhechor, a veces mío.

La ansiedad que me posee viene de un amo que lame las patas de su perro. De
un nombre que busca un labio, una voz, un sentido. De una duda omnipotente,
abominable. Viene de las entrañas del mundo. De un antiguo parentesco con los
lobos. De la pavorosa visibilidad de los objetos. De un campo de lavandas que
jamás he visto y me persigue con sus garras, su rugido violeta, su desolacion.



Diagramación & DG: Andrés Gustavo Fernández

3.12.2012

UNO DIVIDIDO UNO



Llegó el momento, el Temazcal está presente, las personas van ingresando a la parcela. Cada una a su ritmo, sin obligación. Mi estado es profundo este día, más de lo habitual. En la mañana, Elfa pronunció mi segundo nombre, Fabiana. Llamó mi atención que lo hiciera, ya que para mí ese nombre significó una vivencia que me llevó a verme en un aspecto herrado de hembra cultural. Cuando ella lo pronunció, mis antenas comenzaron a observar qué me quería decir ese momento, pues desde mi entender, detrás de cada palabra hay una posibilidad más para descubrir de uno mismo.

Observé la conversación  y me detuve a ver qué  me sucedía, que significa para mí  el segundo nombre. Mientras me quedé sola en la cocina, haciendo la sopa para compartir con los temazcaleros en la noche, miré hacia atrás y recordé qué etapa representó en mi vida ser llamada Fabiana, es lo único que en sí entendí que podía hacer para comprender lo que estaba asomando entre mis sentidos como una emoción profunda que desbordaba la razón.  El silencio se apoderó de mí y entró  Fabiana a mi propio diván, en ese espacio pude ver el segundo nombre de un nombre, representado sutilmente como el segundo lugar de una mujer. Parece una locura pensar que exista un segundo lugar en uno, al igual que parece una locura que exista yo misma con la creencia de ocupar un segundo lugar como mujer. Dos caras de una mujer que necesita reconciliar su pasado, dos extremos que anclan el punto de equilibrio,  y sé que puedo hacerlo, al reconocer y liberar ese valor de creencias que son la distancia que me separa de mí misma.

Comencé a hurgar en el recuerdo hasta que dí con la experiencia en donde este nombre tuvo protagonismo. El último empleo en relación  de dependencia, y sí, nada más representativo para esta creencia que la dependencia y el sometimiento. En este lugar, existía una mujer, Andrea, que figuraba como esposa del dueño de la empresa, y si bien ella quizás entendiera poco lo que estaba mostrándome, podía ver como este personaje formaba parte, al igual que todas las personas que allí estaban, de lo que yo llamo, el shopping del inconsciente.  Ahí en donde por decir así, tuve la posibilidad de ver de una manera acelerada, cada uno de los personajes que no son ni más ni menos, que sutiles proyecciones de actores de la personalidad de  las creencias que hasta ese momento creía mías. Y para sacar el jugo a esta puerta, necesito trascender esas formas, ir más allá de ese sistema de creencias, más allá de ese juego de poder que se enquista en lugares como los que formaron mi entorno en ese momento.

Al verlo así, hoy puedo reconocer la manipulación desde la ambición que converge en un mismo punto, la necesidad de poder en sus dos aristas, una que se somete por no creer tenerlo y la otra que somete por temor a perderlo, en ambos casos  el punto de encuentro es el mismo, el temor al poder poseído o desposeído por no poder ser. Creencia tras creencias creyendo ser verdades, y el desenmascararlas, es lo que está haciendo posible que hoy comprenda muchas actitudes que como Fabiana tomé, actitudes basadas en ideas de competencia y rencor, que en sí, me llevaron a caer en la victima, frente a un sistema que juega con la idea de sacarle valor a la energía femenina y masculinizar las estructuras para que así funcione. Y en sí, es ridículo y destructivo creer que una funciona sin la otra, y el equilibrio es lo que hace posible que cada relación se exprese como una danza en esta pista de baile que es la vida.


Y entrar en este espacio, reconocerlo, conmueve a la mujer que soy, y al mismo tiempo me libera. Y este punto, me ayudó a comprenderme más aún con el libro de Elfa, "La Mujer Consciente!. Ya que el énfasis que ella pone al exponer que las creencias en contra de la mujer no nos pertenece,  y que  las tomamos en momentos de la historia donde el miedo fue la carta de presentación para existir. Y frente a esto la propuesta de mover la pieza de la reina en el tablero de la creación y dejar de identificarnos con el peón disponible que alimenta la gula de la ignorancia de un sistema de "patrones" que cree ser dueño de todas las fichas. Sin embargo, sin ellas no habría posibilidad de jugar. Y  es ahí, cuando nos cae la ficha de que la mano que mueve el juego,  lleva el impulso de la actitud. Y si esta se sabe dueña de sí misma, ya sea hombre o mujer, no necesita directivas de ningún patrón más que el propio, ni menos aún necesita someter a alguien por creerlo amenazante para su existencia.

Ya que la mayor amenaza para la existencia son las creencias tomadas como verdad.
Entonces Andrea Fabiana, es una mujer íntegra, al igual que la mujer en sí,  si deja de competir consigo misma y se dispone a dialogar con las creencias para encontrarse un poco más  con cada experiencia que en si la lleva al encuentro consigo misma, reconociendo que es lo que de  manera sutil llega a someter y manejar la integridad y el sentido de la mujer. Y me atrevo a decir, la del hombre, por correspondencia. Ya que el sentido que encuentro viable es el de común acuerdo íntegro para el género humano ya sea mujer u hombre.  Entonces, podría ser que lo que queda en el tintero, es la posibilidad de  escribirnos ahora de una manera diferente, responsables de uno mismo. Y si tengo que transgredir la gramática establecida de repetición de palabras lo hago con la palabra conciencia, consciente de que es el vehículo posible, innato, gratuito e infinito.

Ahora sí, habiéndome compartido conmigo misma en este espacio que deleita los sabores del paladar, me dirijo al plano físico del Temazcal. Previamente a esto, las personas se reúnen a conversar en un círculo creado por la familia para este fin entre otros. La conversación es variada, sin embargo hay un tema en común que nos atañe a todos y que surge una y otra vez. Y que desde donde lo veo, e incluso desde donde lo viví, es uno de los condimentos necesarios para el alimento que mantiene en pie el mercado inconsciente: la esclavitud del ser humano por el propio ser humano. Y esta realidad se vive en los distintos entornos citadinos principalmente, y esto es sabido, sin embargo aun existe. Entonces me pregunto;  en manos de quien está la decisión de permitirlo, y no encuentro otra más que en la de cada uno. Y sé muy bien que esta decisión es una realidad posible de tomar y transformar, porque así lo hice y lo afirmo en cada espacio que comparto. Y es por esto justamente que el entorno que ahora está en mi vida, es acorde a esa elección. Entonces puedo darme cuenta que lo sofocante-mente explotador existe en tanto y en cuanto se le dé lugar. Y aunque estas palabras parezcan simplistas como dicho, el hecho es confirmable  cuando se toma la decisión de hacerse responsable de lo que cedimos irresponsablemente, la libertad de elegir como vivir.

Y estas  costumbres forman parte de los diez manda-mientos criados desde hace tiempo en el moisés que navega por el mar turbio de las limitaciones mentales. Sin embargo, podría ser que  el moisés ya quede chico, que la queja sea el anzuelo de mal turbio, y las limitaciones mentales la tarjetas de invitación para atreverse a nadar mas allá de este mar. Y en esta orilla, donde hoy estamos, existe la oportunidad de compartir cuestionamientos llevándonos la  posibilidad de bucear océanos y encontrar las perlas que tienen el brillo propio. Es decir, animarnos  a nadar sin la necesidad de utilizar salvavidas que se inflan y se desinflan con expectativas que no nos pertenecen. Ya que el tomar eso es un recurso limitado a eso, y es justamente lo que en cierta forma le da a la explotación, entre otras cosas, la posibilidad de existir.

Es sinceramente sabido que el sistema por sí solo no puede mantenerse en pie como sus dioses mandan. Y me pregunto, cómo manda un dios en un mundo creado a su imagen y semejanza con la posibilidad de la libre voluntad?  Quizás, sabiendo que quienes ceden la libre voluntad, toman el espacio que sobra de las tarjetas horarias de entrada y salida para poder vivir, y se premian cada fin de semana comprando la cajita feliz  al mejor empleado del año en un restaurante de hamburguesas de lombriz. Y darse cuenta de estos pequeños detalles es ilimitado. La federrata del sistema, traducida globalmente como la fe herrada al sistema. Y es aquí cuando la fe deja de mover montañas de reservas a los bancos del estado privados  de la conciencia. 

Respiro profundo, y me detengo  a ver como detrás de cada pensamiento se proyecta una película, y acceder al  tráiler oficial es lo que entusiasma mi recorrido. A veces se torna poco alentador  ya que  implica atención sabiendo que el resultado puede ser no deseado. Y habitualmente los resulta-dos son así o uno u otro. Lo que entusiasma es que ni uno ni otro es  lo que Es.  Y saborear este plato es una experiencia propia a cada paladar donde las palabras recobran  el sentido, y son, la melodía más preciada para el oído que se atreve a escuchar su propia voz.

Ahora me dispongo a descansar en el silencio del inipi. Caco dirige el Temazcal, entra en primer lugar y luego los demás temazcaleros  lo hacemos cada uno en su momento. Mientras los guardianes del fuego continúan acompañándonos, y se disponen a dar la entrada a las abuelitas que avivan esta nave de purificación.

La vivencia es personal, y el grupo se acompaña con respeto y con la premisa que se ofrece. Humildad y Honestidad. Nada simple en nuestras vidas, debido a la necesidad de apariencia a las que venimos acostumbrados. Y esto desde donde lo veo y vivo, se expresa hasta en el momento que podríamos mostrarnos físicamente desnudos frente a otros y por cuestiones que consideramos importantes, titubeamos al quitarnos la ropa. Sabiendo esto, no doy lugar a que esas líneas sutiles de prejuicio me detengan, suelto mis harapos  para entrar como vine a esta tierra al nacer. Des-nuda, esto me suena a sin nudos que me aten a ideas. Así me presento a esta tierra que me vio nacer y morir más de una vez. Así me entrego para nacer otra vez sin temor a  morir para vivir.

Como tripulante, no puedo describir cómo se dirige un Temazcal, ya que no soy quien lo dirige. Lo que sí puedo es compartir este viaje personal, en la medida de lo posible. Que es lo que recuerdo. El cuerpo es quien habla aquí, me traduce la  resistencia que se presenta en los primeros momentos. Cierro los ojos, comienzan los cantos, las palabras van y vienen, y el debate en uno mismo por dejar salir lo que ya no se necesita va perdiendo intensidad, entonces ahí uno comienza a disfrutar esta experiencia, comienza a dejar que la tierra  nos inunde y nos permita reconocernos un poco más momento a momento...

Lo que se vive aquí no lleva traje y corbata, ni manuales de instrucciones técnicas, lleva corazón, tierra y valor. Entonces es ahí cuando nos permitimos ver que los problemas solo existen en nuestra manera de interpretar. Las lágrimas comenzaron a recorrer mis ojos, se retuerce mi cuerpo con el apego de historias sentimentales que al parecer no resultaron como esperaba.

En un momento afortunado, el despertador se hizo presente y Caco comenzó a entonar una canción del tipo popular que hablaba del amor. Lo que generó fue una angustia cómica en mi interior. Algo así como una parodia sentimental en donde el Romeo comienza a perder la forma, y queda solo un vacío de esa ilusión. Y aquí es cuando uno se entrega con patas y todo para aprender de la experiencia que es uno mismo, aquí es cuando me doy cuenta, una vez más, que no sabía nada de lo que creí saber. Aquí, el martillo inconsciente me da en el ombligo del pequeño centro del mundo de las creencias, se derrumba la historieta. Y entonces el para qué de estas experiencias son el vehículo hacia las aguas claras de lo que somos y de lo que vivimos.

La travesía es intensa y profunda. Y a medida que las olas van suavizando su ritmo, nos regocija encontrarnos con la plenitud de poder contemplarnos y dejar de ser náufragos a merced de las  creencias.

Así, pasa este momento único para nuestras vidas, penetrante en lo sutil. Cada quien  se retira a su tiempo y de una manera natural, mas allá de las sugerencias, nacemos con menos capas de las que entramos. Nos entregamos con el cuerpo a la tierra fresca que nos cobija y nos comparte con el inmenso cielo que en su plenitud nos ilumina la noche con el brillo de la luna, las estrellas y los planetas que acompañan y forman esta comunidad con el planeta tierra. Y en este  sueño hecho realidad llegó la hora de descansar hasta la mañana siguiente. En donde nos encontramos a compartir entre mates y meriendas, las vivencias, las palabras que necesitamos quizás diariamente expresar y que por razones racionales solemos dejar para otro momento. Y esto salta a la vista, ya que los rostros se ven alegres, contenidos, relajados. Y quien decide el silencio como voz, no necesita justificar su tono, pues es natural no problemático, y más aun, es parte del compartir.

Comienza una semana nueva.  La agenda solo indica una acción: yo misma.  Esta tarea que se presenta en mi vida no es nada fácil, y mas allá que ni llega a ocupar un reglón, su contenido es profundo y más aun, interminable.  Sin embargo sé, que es necesaria para poder elegirme cada vez. Y cuando hablo de elegirme, me refiero al sentido que va más allá de la idea idolatrada de solo aquí importo yo. Más bien, me dirijo a desmenuzar  la idea cuestionada de cuando sobre tiempo me dedicare a saber quién soy y qué elijo en esta vida para crear y compartir. Y si digo cuestionada es porque sé que los  momentos de lucidez nos llevan a esto una y otra vez, hasta que en si nos comenzamos a dar cuenta que aquí estamos, que llegamos dormidos, la gran caída, que el despertador de la creación sonó tantas veces como es necesario con el ringtone universal del sentido de la existencia, y el cuestionarla, es el primer paso. Ya que pasar la vida detrás de un entorno sin sabernos generadores de él nos quita protagonismo en esta obra, y lo mundano se transforma en la pantalla que se toma como realidad y la vida pasa a ser una ficha repetida en el casillero de la creación.

Y la profundidad que nos permite reencontrarnos con lo que somos, se tapa con la vestimenta de la rutina. Entonces, vivimos aburriéndonos de nosotros mismos hasta que nos damos cuenta de que este  circo comienza a tener sentido, y la diversión se hace divertida con el simple hecho de vivir cada instante conociéndose uno mismo, y se, que esta frase es popularmente repetida, tanto, como las veces que la pasamos por alto. Sin embargo, es una de las principales  señales de tránsito en la autopista de la consciencia.

Ahora, tras tomar el lápiz y el papel de la observación, me entrego a compartir lo cotidiano para entrar de una manera simple a lo más complejo, la idea de lo que uno es…

3.11.2012

BIOGRAFIAS Y NOVELAS BIOGRAFICAS

Por Juan José Oppizzi
Sus Artículos en ADN CreadoreS





Viene a cuento recordar que una biografía es el seguimiento documentado de los hechos de una vida. Existen biografías de miles de personas que se han destacado en algo, y tanto es así que estas narraciones cronológicas ocuparon el lugar de un género dentro de las clasificaciones literarias. 

Por otra parte, una novela biográfica es lo mismo, sólo que con el aditamento de la fantasía del autor, a través de la cual se construyen sucesos que no figuran en la documentación respaldatoria. 

Ahora bien, esa diferencia entre ambos tipos de obras es de suma importancia para entender el papel que cada una desempeña en referencia a la persona de la que se ocupa. En la actualidad es común leer la calificación de “biografía autorizada” o de “biografía no autorizada” para los libros que, especialmente, cuentan los pasos de celebridades contemporáneas. 

Ahí, por supuesto, se deja indirecta constancia de la credibilidad que puede o no merecer el contenido. Se supone que en una “biografía no autorizada” habrá muchísimos datos que, al no tener la censura del biografiado, aparecerán con nitidez absoluta. 

Las “autobiografías” cargan con una subjetividad adicional, que las vuelve aún menos confiables. Las especulaciones que ofrece de por sí el género biográfico son tan amplias como diversas las manos y los criterios de quienes se ponen a escribir. 

Hay biografías apologéticas, es decir aquellas que tienen por objeto ensalzar a los que motivan su aparición; hay biografías críticas, embarcadas en lo contrario; y hay –las menos– concienzudos trabajos empeñados en salirse del maniqueísmo, del garronerismo y del edulcorante sintético. 

Con estos antecedentes, queda bien claro que establecer la diferencia entre una “biografía” y una “novela biográfica” no es una tarea sencilla. Se sabe que, en lo profundo, la biografía tiene un compromiso con la verdad y que la novela biográfica lo tiene con la amenidad. Allí donde la biografía reconoce que no tiene qué poner, la novela biográfica pone lo que no conoce. 

Cuando leemos un libro actual sobre alguien que vivió hace mucho tiempo, cuanto más seguros son los detalles y más completo el panorama, menor es el apego al rigor histórico. En muy pocos casos habrá suficiente documentación real como para llenar con minuciosidad el relato de una vida. 

La correspondencia, la obra escrita o los testimonios de allegados, y hasta los diarios íntimos, dejan siempre en blanco mucho de lo que es cada existencia humana. Para la biografía, esto siempre será un problema; para la novela biográfica, en cambio, esto será la oportunidad de ejercitar la imaginación.

Acá llegamos al punto en donde biografía y novela biográfica se enfrentan. Si el norte de la biografía es la verdad, la labor de la novela biográfica tiende a complotar contra ella, porque fabrica mitos. Un ejemplo por antonomasia de este choque es la película Amadeus de Milos Forman. 

Su fidelidad a los hechos de la vida de Mozart y a las características personales de este genial músico lleva la sospecha de la versión libre. Forman se ensañó particularmente con la figura de Salieri, el maestro de Mozart. Según la película, fue un mediocre, lleno de envidia por el genio de Salzburgo, rumió veneno hacia él y acabó en un intento de autodegüello, a partir del cual sólo vivió para recordar masoquísticamente  los episodios relacionados con el joven compositor. 

Los datos biográficos de Salieri indican que, lejos de haber cesado en el papel de maestro, siguió dando lecciones de música y tuvo por alumnos a otros dos colosos del pentagrama: Beethoven y Liszt; incluso está documentado el afecto que Beethoven –carácter levantisco y susceptible– sentía por él.


Respecto del propio Mozart, las tintas se cargan en algunos rasgos improbables: intercala actitudes de imbecilidad (incluso de grosería) y gestos de suprema conciencia. Sus cartas, si bien delatan a un humorista picante, gustador de las mujeres y de la buena vida (que casi no tuvo, porque murió en la peor de las miserias), jamás revelan características de pobreza intelectual ni de chabacanería cotidiana. 

Hoy, a tantos años del estreno de ese filme, en numerosos criterios la figura de Mozart continúa asociada a la envidia de Salieri y a la risita idiota que el libretista le hizo emitir al actor que encarnó al músico austríaco.

El libro de Félix Luna sobre el General Roca fijó una imagen poderosa del personaje histórico. Al haber sido escrito en primera persona, se le trasladaron las obligatoriedades de una autobiografía, pero como no lo es, tiene la herramienta que le permite darle majestad y credibilidad a las ideas del protagonista, sin que aparezca una inclinación demasiado notoria del autor por él. 

La obra intenta hacer de Roca lo que tal vez no fue: alguien con una rotunda personalidad y una mente brillante. El hecho de que haya ocupado los sitios que ocupó, originaron actitudes y acciones que hacen a la simple mecánica de esos sitios. 

Su protagonismo mayor (aparte del que surge por haber sido Presidente de la Nación), la jefatura de la última Campaña del Desierto, no puede ser alabado ni en base a la justificación argumental de Félix Luna. Los hechos concretos, documentados, pintan al General Roca como un ejecutor de los designios de una clase en ascenso y en expansión territorial. 

Ponerle a la limpieza étnica y a la depredación un cartelito patriótico (la dichosa “necesaria” consolidación del país) deja su criminalidad intacta. Tampoco fue, dentro de esos parámetros, un sacrificado; el rigor histórico descubre algunos atajos de su parte, como haber viajado en barco a la actual provincia de Río Negro para estar en las fotos que lo muestran al frente de sus expedicionarios victoriosos, en el final de la campaña.

Otros ejemplos modernos de novelas biográficas podrían ser algunas obras de Eduardo García Hamilton, aunque él sostuvo que eran biografías. Sarmiento, Alberdi y San Martín le merecieron amplios desarrollos imaginativos, en los que prevalece la idea del impacto sobre los lectores. 

Tomando como base documentación real, García Hamilton efectuó elaboraciones con más defectos que virtudes. No tiene el encanto poético de un Félix Luna; arrastra el prosaísmo informativo de su condición de periodista sin que éste se ponga al servicio de una verdadera información y le da prioridad a los ángulos puramente novelísticos sin ser un novelista. 

En el caso del libro sobre San Martín, hay un móvil de provocación. Pretende ser una biografía crítica, pero la importancia de la figura sobre la que trata hace que resalte la carencia de fundamentos y la abundancia de enconos  personales. El Libertador que aparece en las páginas de Don José (título que se revela como altamente irónico) es inepto, oscuro y pusilánime.

El paso del tiempo dicta una sentencia cruel: las impactantes pinceladas imaginativas de las novelas biográficas siempre serán, en la mente que las recorra, más duraderas que los datos fieles, aunque no siempre coloridos, de las biografías. 

El mito tiene allí más posibilidades de imponerse que la realidad. Por eso, opino que los que se dedican al seguimiento documentado de alguna vida deberían rendirle culto exclusivo a la biografía rigurosa.



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3.06.2012

TRASCENDIENDO EL SALON DE LOS ESPEJOS [3/3]



Por Natasha Acimovic
Sus Artículos en ADN Omni
PUNTOS DE IDENTIFICACION Y DE DIFERENCIACION
Y LA REPRESENTACION DEL CUERPO

En esta sección ofreceré algunos breves ejemplos de cuando los experimentadores encuentran simultáneamente puntos de identificación y de diferenciación, o de conflicto, en el proceso de navegación de los yoes humano-extraterrestre.
 De hecho, esto es a menudo evidente en la mayor parte de los relatos de experimentadores y la identidad fragmentada, explorada antes, también es representativa de este espacio. 

Sin embargo, lo que es menos evidente quizá es que los experimentadores fluctúan entre el habitar la ubicación de su identidad humana o la extraterrestre más, hacia “cambiar grados de intensidad" [33]. Posteriormente, en determinados estados de conciencia, la percepción es especificamente apropiada a través de la lente del humano o del extraterrestre.
 

Quizás más que cualquier otro tipo de relato escrito u oral, la narración del experimentador destaca la recurrencia de estados que fluctúan entre los puntos de conflicto y de identificación. Durante el episodio de un encuentro, Pedro siente una sensación de miedo y odio, pero al mismo tiempo expresa que "no hay comprensión aquí", como él mismo cree, eso es "la explicación a esto" [34]. 

Shelia, durante un encuentro, experimenta un sentido de lucha entre a querer mirar a los ojos de los extraterrestres y al mismo tiempo que quiere hacerlos "desaparecer". Cuando se establece una conexión, ella, de repente se siente más relajada y al mismo tiempo podía "estar loca". [35]

Joe también experimenta un evento similar cuando se describe queriendo mirar a los ojos Tanoun, su guía extraterrestre, mientras que al mismo tiempo quiere evitar su mirada para reducir el poder de la conexión. [36] Los estados fluctuantes entre la resistencia y la identificación con la presencia extraterrestre demuestran que la influencia de ambos aspectos de las identidades humano-extraterrestre, y posteriormente, sus puntos de vista humano-extraterrestre, están presentes en mayor o menor grado. 

Sin embargo, un momento de conciencia que es predominantemente influenciada por la lente de la percepción humana es proporcionada por Scott. Una vez más, al igual que Sheila y Joe, se resiste al contacto visual con los extraterrestres diciendo "mi humanidad no quiere ver esto", ya que "no puede manejar el otro lado". 

La base de esto es revelada cuando se responde con "porque estaría buscándome a mí mismo". [37] En esta instancia parece que es su identidad extraterrestre la fuente del conflicto. ¿Qué sucede entonces, cuando los experimentadores conectan con sus yoes extraterrestres?

Un aspecto provocador de los relatos de contacto es cuando los experimentadores se encuentran a ellos mismos habitando físicamente en el lugar del extraterrestre. Durante un encuentro Joe descubre que existe en un cuerpo extraño que es aproximadamente de siete a ocho pies de altura, en una formaque va cambiando como un "camaleón". Además, como 'Orion', siente que tiene la capacidad de hacer que su cuerpo sea más alto o más bajo. Mientras que habita en este estado observa que se siente "mucho más cómodo", algo que él describe como "etérico", "fluido", con una sensación de "vastedad". 

Él de repente experimenta un sentimiento de lucha con su "humanidad". En este momento, es su sentido humano de la identidad el que le proporciona la fuente de conflicto. Por otro lado, Joe, como Orión, es capaz de explicar el propósito del programa de crianza extraterrestre a través de la lente de la percepción ajena. [38]

Carlos también describe una situación similar, ya que durante los numerosos encuentros él se descubre así mismo en el interior de un casco  extraterrestre, lo que le permite ver su entorno con una "calidad extraterrestre". Cuando esto ocurre, se torna más como un "examinador" en el estudio de los seres humanos. De nuevo, es provisto un ejemplo de cuando los experimentadores son apropiados a través de la lente ET [39].
 
Es interesante señalar que incluso el cuerpo de Joe no necesariamente vive en un estado físico fijo con su aparente capacidad de alterar su tamaño.
 Esto plantea una pregunta ontológica sobre el propósito del cuerpo en la experiencia de contacto y exige un examen que va más allá de la preocupación puramente paradigmática referida a la experimentación física que tienen los abducidos.

 

LAS MONTAÑAS SE LEVANTARON Y ABRIERON BRECHAS: 
EL NUEVO TERRENO DE HIBRIDACION Y COMUNICACION ET

La parte inicial de este título: "Las montañas se levantaron y abrieron brechas", actúa como una metáfora propicia para el estado intermedio que está implícito en la delimitación del Tercer Espacio de Bhabha. 


Los "intersticios" entre las montañas, mencionados por u experimentador, sitúa apropiadamente el dominio del Espacio Triádico. [40] En esta sección examinaré esto para ilustrar cómo los momentos simultáneos de conciencia fusionada humano-ET es representada de varias maneras. 

Aunque estas formas están interconectadas, o presentes por igual, pueden ser conceptualizadas como momentos de hibridez relacionados a la ubicación, imágenes, estados físicos y el lenguaje.

El relato de Joe nos ofrece numerosos ejemplos de representaciones físicas y visuales del espacio híbrido. Se describe un evento temprano en el que mira su reflejo en un espejo. De repente se experimenta una sensación de hundimiento y descubre que él está buscando a través de una ventana y mirando hacia atrás suyo: es la imagen del extraterrestre "cara a cara". [41]

Ser buscado fuera de la ventana puede leerse como el yo interior mirando hacia fuera, hacia lo externo. Este concepto es interrumpido sin embargo por la idea de que la ventana es, quizás, al mismo tiempo, un espejo que lanza de nuevo un reflejo de sí mismo y reforzando así la inserción del Otro extraterrestre. 

En este momento, la aparición simultánea de los yoes humano-extraterrestre puede concebirse como una ubicación triádica: un refuerzo visual de la identidad híbrida. Este evento es especialmente interesante si tenemos encuenta que, más tarde en su relato, Joe viene a habotar físicamente el lugar de su Otro extraterrestre.

En otro encuentro, Joe se sometido a un procedimiento mediante el cual un grupo de extraterrestres grises aparece para integrar los aspectos de su yo humano-extraterrestre. A continuación, experimenta el atractivo de ver su cuerpo como un "salón de los espejos". 

Se ve a sí mismo "en muchos niveles diferentes", y parece caminar, aunque en "membranas diferentes", tal como los múltiples aspectos de su identidad humana-ET comenzaron a integrarse en armonioso orden. 

Este acontecimiento parece coincidir con un cambio evolutivo en la conciencia y se experimenta una sensación de "unidad". Esta unificación se puede ver como algo esfuerzo físico y/o espiritual híbrido que resulta en un instante triádico de ser.
 
En el relato del experimentador, lenguaje y formas de comunicación están representados de maneras muy diferentes, algunas de las cuales son significativamente distintas unas de las otras.
 Este extenso análisis no puede ser brindado adecuadamente en este Ensayo. 

Incluiré un resumen de cómo las modalidades particulares –no humanas ni Extraterrestres, aunque sí ambos simultáneamente-, pueden ser vistos como un esfuerzo híbrido que rompe las formas establecidas del lenguaje y (o) los medios de comunicación. Ellas reflejan el emprendimiento híbrido desde el momento que son el resultado de las interacciones humano-ET.

El fenómeno de la canalización de entidades extraterrestres se encuentra a menudo en el relato del experimentador, y los registros de Peter, Eva y Scott incluyen esta característica. Durante uno de esos eventos con Eva, John Mack señala que su perspectiva parece alterar lo referido a la comunidad extraterrestre ya que ella adopta el uso del pronombre "nosotros". 

Sin embargo, al final de la regresión ella  alude a la idea de que su conciencia está presente de alguna manera, así que aunque ella dice "Es como si yo no estuviera hablando", Eva también afirma: "Fui yo. Yo sé que era yo... Pero fue otro yo ". 

En vista de esto, el uso del "nosotros" de Eva, puede ser leído como el indicador de una modalidad, tanto humana como ET, y por lo tanto un reflejo de un estado híbrido del ser y otra modalidad de comunicación.

En esencia, la canalización de Eva no es tanto el resultado de una conciencia humana o ET, sino que es ambas a la vez. Crucialmente, al igual que muchos otros experimentadores, Eva parece tener acceso a la información durante estados alternativos de conciencia que, posiblemente, no hubiera estado disponible de otra manera. 

Además, estos estados pueden ser provocados por un cambio evolutivo en la conciencia. Bajo hipnosis, mientras que Eva está discutiendo la forma de viajar de una dimensión a la siguiente por "contracción y expansión al mismo tiempo" (un proceso similar que podría ser visto como un estado híbrido), entonces el cambio hacia la perspectiva del "nosotros", ocurre. 

Curiosamente, en esta etapa de su relato, los ET se ausentan repentinamente y Eva se encuentra a sí misma mirando la figura de un triángulo blanco. Obtiene así acceso a los conocimientos que requieren los ETs "alguien que está muy cerca del ser humano". Esto es necesario con el fin de "reducir la velocidad de transmisión" de la información, ya que es de una "alta intensidad".
 
Esta noción es, simbólicamente, respaldada por la imagen del triángulo, ya que puede verse que representa un modo híbrido de comunicación nacida de la fusión de las formas extraterrestre y humana.
 Este concepto es de nuevo más tarde reforzado desde la perspectiva del “nosotros” de Eva, cuando afirma que los extraterrestres necesitan "ajustar nuestra comunicación desde niveles de vibración muy altos en relación a la vibración (verbal) terrestre." [42]

El entrenamiento de Jim Spark en la enseñanza del lenguaje extraterrestre  destaca conceptos similares. Remarca: “comencé viendo algo que era una forma medio-baja de comunicación" [43]


El cuerpo, en la negociación de la hibridez, parece jugar un papel fundamental. El hallazgo del triángulo por parte de Eva es descripto como "intenso" y "dañino” para el cuerpo [44]. El triángulo puede ser visto como una representación simbólica de la comunicación híbrida, entonces la vivencia de Eva experimentando el dolor físico puede ser el indicador de limitaciones físicas y mentales en la humanidad del sujeto. 

Además, este puede arrojar luz sobre la existencia de múltiples idiomas extraterrestres, y algunas habilidades para ser utilizadas en más de un modo, ya que podría no haber, específicamente, un único idioma extraterrestre. Un tema central de esta idea es el papel del cuerpo en las interacciones humano-ET como es el caso de "lenguas exóticas" que no pueden funcionar como un lenguaje en absoluto, sino que sirven a un propósito totalmente diferente. Si algunos extraterrestres están obligados a "ajustar" su comunicación -una empresa híbrida-, entonces ¿Qué es lo ajustado y cuáles son las implicaciones?
 
Paul, Scott y Carlos describen que reciben descargas de imágenes durante las experiencias de contacto con los ET.
 Scott afirma que el proceso es extraño, como "un acumulación masiva de información en mi cabeza que no puedo entender", y Paul recibe las imágenes tan rápidamente que es incapaz de comprenderlas [45]. 

Al igual que Pablo, la velocidad a la que Carlos recibe las imágenes revela las limitaciones de la conciencia humana y el lenguaje cuando se esfuerza para refererir esta imaginería usando palabras descriptivas, y al mismo tiempo tratando de aferrarse al siguiente flujo de imágenes [46].

Los límites cognitivos humanos entonces tal vez expliquen el propósito de las formas particulares de comunicación ET en la experiencia de contacto. El relato de Jim Spark puede leerse como una respuesta a estas limitaciones. 

Por ejemplo, la forma híbrida o neutral de comunicación extraterrestres implica el entrenamiento en el uso de símbolos holográficos: un modo de comunicación telepática por el cual "una gran cantidad de información es comprimida en símbolos muy pequeños" [47].

Viendo los símbolos puede facilitarse una descarga instantánea de la información. Al igual que Jim, Becky Andreasson también recibe formación sobre los símbolos ET a través de la utilización de "laves duales evocadas con símbolos móviles". 

Este lenguaje simbólico es enseñado a través del uso de "la mente, sentido, tacto, color y sonido". Además, Becky también tiene la experiencia de tocar “una página de luz” de un libro que despierta la compulsión de dibujar símbolos de manera espontánea. 

Esto parece ser un paso necesario para algún tipo de entrenamiento, y más tarde, Becky tiene las manos "calibradas" para determinar "la cantidad de conocimiento simbólico" que puede manejar y absorber [48] Becky en el  contacto con el libro. 

Una metáfora bastante adecuada indica que la absorción física de la información ha ocurrido al desencadenarse un movimiento concreto de representar los símbolos. El rastreo de los símbolos ETs sitúa de nuevo el cuerpo como una parte intrínseca de este proceso.

La obra de Mary Rodwell con sujetos experimentadores también ha hallado algunos resultados convincentes. A medida que el relato evoluciona, lo mismo ocurre con las manifestaciones de las formas híbridas del idioma y comunicación ET, y, a pesar de la complejidad y la profundidad de su caso -que no se puede discutir en detalle aquí-, el relato de Tracey Taylor puede verse como representante de este cambio

Al igual que Becky Andreasson, Tracey también muestra imágenes simbólicas. Sin embargo, muchas de las imágenes que ha creado son extremadamente detalladas y multifacetadas, y su destreza para canalizarlos es generado como resultado de un episodio de contacto ricamente simbólico que implica, más intrigante, el uso de una imagen triangular que contiene dos círculos concéntricos en su interior. 

Entonces es impactada por "una intensa ola de energía" y el evento desencadena su habilidad de "canalizar a través de los símbolos geométricos y los mensajes". El propósito de estos diseños geométricos es "desencadenar un nuevo conocimiento más profundo de nuestra psique". Por otra parte, Tracey también produce escritura extraterrestre y tiene la capacidad de hablar espontáneamente en varios idiomas ET. 

Esto es especialmente interesante desde que Tracey se relaciona con muchas entidades interdimensionales y (o) extraterrestres, y la información que recibe usando sus diseños geométricos vienen “a través" de toodos estos seres [49]. Una vez más, este espacio puede ser interpretado como un intento de comunicación híbrido.
 

FORMACIONES EVOLUTIVAS DE LA PSIQUE

Y ALGUNAS IMPLICACIONES DE LA HIBRIDEZ

El intento híbrido debería ser visto como un "código integrado, abierto y en expansión”, y no como un lugar fijo que uniforma las conciencias humano-extraterrestre conciencia para crear una nueva forma totalizada [50]. En cambio, el tercer espacio debería ser considerado como un sitio
 que "permite a otras posiciones emerger" [51].

Las variedades de comunicación extraterrestre en el relato del sujeto que experimenta, a partir de la diversidad de lenguas ET a las diferencias existentes en las formas visuales, son una prueba de ello. Todos estas posiciones son manifestaciones de los sujetos movilizándose dentro y fuera de la hibridez, es como los lugares de oposición e identificación de Henderson también se revelan. 

Además, sus movimientos desde un sentido de identidad fragmentada hacia un lugar de integración, como Joe, trascendiendo el Salón de los Espejos, no implica necesariamente que este estado de integración se haya completado. 

Ciertamente, el relato de los sujetos revela lo contrario, por lo que el híbrido debería abrir el espacio para que aparezcan nuevas preguntas a medida que profundizamos nuestra comprensión de la ETH. 

Pedro Fausto define el proceso de interacción humano-ET como "sin límites" y "muy incómodo", pero es precisamente esta incertidumbre la que suele provocar cambios evolutivos en la conciencia del experimentador [52].

Es más, las formas híbridas en el presente Ensayo demuestran un proceso en constante evolución, sobre todo en lo que respecta a los efectos del lenguaje extraterrestre. Es la identificación de este Tercer Espacio lo que  permitirá que emerjan lecturas más diversas del relato del encuentro.

En última instancia, son los propios sujetos experimentadores los que representan una amenaza para la estabilidad del gobierno soberano. Bhabha define el concepto de "el yo no soberano" donde la diferencia puede ser articulada, y aún vivenciada [53].

Los sujetos, en la negociación de sus identidades humano-alienígenas, todavía habitan este lugar y, sin embargo, es este estado el que crea la posibilidad de una perturbación a la soberanía ya que sus experiencias "cuestionan la política de la polaridad” y no pueden ser reguladas por el Estado [54].

Se trataría de formas híbridas desconocidas que no pueden ser aprehendidas por el Estado. Una forma de resistir esta posición es crear las oportunidades para que surjan los relatos de los experimentadores, y la Exopolítica puede desempeñar un papel importante en este Proceso.







 Trascendiendo el Salón de los Espejos [3/3]

Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin
Portada: Pachakamakin


CITAS:
[33] Henderson, p37.
[34] Mack, Abduction, 310.
[35] Mack, Abduction, 86. 
[36] Mack, Abduction181.
[37] Mack, Abduction104-106.
[38] Mack, Abduction, 185-186.
[39] Mack, Abduction, 360-361.
[40] Mack, Abduction, 266. 
[41] Mack, Abduction, 180.
[42] Mack, Abduction250-256.
[44] Mack, Abduction, 250.  
[45] Mack, Abduction, 96.
[46] Mack, Abduction, 358. 
[50] Bhabha, 208.
[52] Peter Faust, Touched, DVD. Directed by Laurel Chiten (San Francisco: Bind Dog Films, 2003)  
[54] Bhabha, 209.