EL CHAMANISMO:
DEFINICIONES FUNDAMENTALES
DEFINICIONES FUNDAMENTALES
En la decimoquinta edición de la Encyclopaedia Britannica, refiriéndose a la palabra "Chamán", el profesor Vilmos Dioszagui escribe que su origen es tungúsico-manchuriano {samán}, derivada de la palabra sa, que es un verbo:
"Esto implica una relación con la raíz indoeuropea de la que derivan la francesa savoir y la española saber. De tal modo que el chamán, o samán, es "el que sabe", "dando a la palabra una relación etimológica con términos tan familiares como brujo {witch} y mago {wizard} ambos de la raíz indoeuropea que significa ver o saber, y que presente en las formas de la palabra francesa voir y de la castellana ver, ambas derivadas de la latina videre, así como también de la alemana wissen, es decir, saber.
El Chamanismo, como modelo de práctica religiosa arcaica, es un fenómeno por excelencia siberiano y central-asiático, pues fue en tales regiones donde los primeros investigadores , etnólogos y antropólogos, se encontraron con él y definieron sus rasgos característicos, aunque debe quedar bien claro que una cosa es el modelo científico creado por estos investigadores para explicar el Chamanismo y otra son las prácticas chamanísticas en sí, no realizadas únicamente en aquellas regiones asiáticas sino a lo largo, como veremos, de los Cinco Continentes.
¿Qué es lo que "sabe" el Chamán? ¿Cuál es la naturaleza de ese Conocimiento que lo enviste de tan enigmáticas ínfulas? Lo que sabe el Chamán, lo que él conoce por encima de todos los demás hombres comunes y corrientes es, precisamente, la respuesta a la serie de interrogantes que aquejan a la criatura humana desde que habita esta tierra.
El Chamán conoce las Fuerzas Escondidas que rigen la Naturaleza; él sabe todo acerca del Espíritu Humano y de sus íntimas relaciones con todas las otras Formas de Vida. Conoce de primera mano las Formas Divinas de la Existencia, él es capaz , gracias a que posee dichos Conocimientos, de realizar casi todo tipo de Hazañas, todo aquello que a los demás hombres les está vedado. El puede trasponer las barreras del Tiempo y del Espacio, cambiar su Forma por la de un Animal o por la de otro Ser Humano; restituir la salud de un enfermo o provocar la enfermedad en uno saludable; puede devolver la Vida a un muerto y, asimismo, provocar la Muerte.
El Chamán sabe acerca de esto y de mucho más, pues tiene también Conocimientos Secretos que la mente de cualquier otro hombre no sería capaz de comprender e inclusive de tolerar.
Lo que sabe el Chamán no solamente en sí, resulta maravilloso, sino que también la manera misma como lo ha aprendido, como ha llegado hasta él dicho Conocimiento; resulta sorprendente, pues además de la guía de un Maestro Humano, el verdadero Chamán, según la Tradición, adquiere sus Conocimiento directamente de las Potencias que Rigen el Curso del Universo, lo ha aprendido de lo que podemos llamar el Más Allá, el Mundo de los Espíritus.
Todo saber implica Poder. Cuanto Más Se Avanza en la ruta del primero, mayores son las Capacidades desarrolladas por el Poder Personal. En el caso del Chamán, dado que la Naturaleza de su saber es metafísica, en el sentido de que desborda o rebasa las fronteras de lo meramente físico, es trascendente y mágica; la índole de su Poder también es metafísica, trascendente y mágica y, por lo mismo, todo chamán es capaz de hacer lo que ningún otro hombre puede, ni siquiera los más poderosos o los más fuertes, ni los más inteligentes o inspirados, puesto que su Poder, así como sus Conocimientos, se extienden Más Allá de los límites de lo meramente humano.
El Chamán tampoco es un Medium, como los que existen en los diversos cultos africanos y afroantillanos... El Medium es aquel individuo que "presta" su cuerpo para que sea poseído por los Espíritus. El Medium, en efecto, sirve como "medio" de enlace entre nuestro mundo y el "Más Allá", pero lo hace de manera pasiva; mientras la acción del Chamán es siempre activa y lúcida, él no se abandona al capricho de los Espíritus, sino todo lo contrario: fuerza a los Espíritus a escucharlo y, echando mano de sus propios Recursos, va y viene al Otro Mundo, sin depender, como lo hace el Medium, de la sola voluntad de dichas Entidades.
En resumen, el Chamán cuenta con un carácter propio entre las muchas Formas que asumen los diversos manipuladores de Lo Espiritual desde los orígenes paleolíticos. No es Brujo o Mago, no es un Medium ni un Sacerdote. El Chamán puede dedicarse a la brujería o a las funciones sacerdotales, pero un Sacerdote o un Brujo "a secas" no puede hacerlo.
Entonces, ¿Cuál es este rasgo característico del Chamán, que impide a otros Acceder al Conocimiento que él tiene y por lo tanto a sus muy particulares Poderes? Mircea Eliade, ya es un clásico en el Estudio de las Religiones en general, y en particular del Chamanismo, dice al respecto:
Poco a poco, el rostro del chamán va adquiriendo una mueca no humana, va llegando a un rictus que más parece el de una máscara con un gesto de éxtasis salvaje y alucinado. La Danza llega a adquirir un ritmo muy frenético siempre alrededor del Fuego, y los ojos del Chamán parecen a punto de salirse de las órbitas. El entona siempre Canción, una y otra vez hasta parece que, con el esfuerzo de su garganta, se va desgarrar. En el paroxismo de su acto guarda repentinamente silencio, y con los ojos cerrados retorna torpemente hasta su rincón para volver a sentarse, luego de haber colocado con el mayor cuidado posible -que no es mucho, pues sus movimientos se han vuelto torpes- su Tambor en el suelo. En cuanto vuelve a sentarse deja caer el cuerpo hacia atrás, como presa de un agotamiento mortal.
LO QUE ES Y LO QUE NO ES UN CHAMAN
La Práctica del Chamanismo a lo largo de la historia se ha dado prácticamente en todo el mundo y en la gran mayoría de los grupos sociales. Siempre la imagen del Chamán aparece investida de la misma aureola de majestad y misterio, así como con patrones repetitivos que lo distinguen de otros "profesionales" o "especialistas" en el trato con el Más Allá; es decir con las Fuerzas Trascendentes de la Naturaleza, entre los que podemos encontrar a los Magos, los Brujos, los Sacerdotes y los Mediums, de tal manera que debemos establecer las diferencias lo más claramente posible.
En primer lugar, un Chamán no es un Sacerdote, pues el tipo de operaciones que realiza para comunicarse con el Más Allá; no se sujeta a un cuerpo de creencias o a una doctrina más o menos institucionalizada, manteniendo en todos los casos un carácter o ciertos rasgos muy personales; para sus operaciones no cuenta con ninguna Escritura o Libro Sagrado, no sigue la huella de algún Profeta en el sentido estricto del término. Por otro lado, las funciones que cumple dentro de su grupo social son específicas y no pueden ser igualadas en el cuerpo ritual al que el Sacerdote por lo común se encuentra sujeto, como lo serían los Nacimientos, los Matrimonios, las Ceremonias de Iniciación a la vida adulta, etcétera.
Un Sacerdote es el miembro de una elite que se ha apoderado de la administración y el control de la vida espiritual del grupo, pasando de esta manera a formar él mismo, parte de un grupo; mientras el Chamán, por lo común, es un individuo, aunque muy vinculado con las creencias de su grupo social, solitario y normalmente reacio al convivio. No tiene que formar parte de ninguna elite para que su Trabajo Mágico sea tomado como legítimo, sino que posee, como ya fue señalado, una especie de "línea directa" con el mundo de los Espíritus; y sus Funciones, así, más bien cuentan con una empatía natural con la comunidad, pues representa y encarna su Cosmovisión (forma de ver el mundo) Tradicional. Por otro lado, las funciones sociales realizadas frecuentemente se encuentran más bien relacionadas con la muerte y con la enfermedad, ya sea para alejarlas o para atraerlas.
El Chamán no es un Brujo, pues ni la Naturaleza ni el origen del Conocimiento sobre el que uno y el otro basan sus Poderes es el mismo.
El Mago o Brujo manipula las fuerzas de la Naturaleza por medio de ciertos Entes Espirituales: posee ciertos Conocimientos de los cuales se derivan determinados procedimientos mediante los cuales es capaz de forzar tanto a los "Angeles" como a los "demonios", así como a las almas de los muertos, para hacer lo que él les ordena. Por su parte, el Chamán no posee fórmulas; con su propio Poder, casi podría decirse que "con sus propias manos", doblega a los seres espirituales y establece diversos vínculos personales con ellos. Un Brujo realiza un Hechizo o un Conjuro; el Chamán hace un Viaje al Más Allá, Asciende a los Mundos Superiores o desciende a los Infiernos. El Brujo, por medio de la manipulación de Objetos Mágicos, influye sobre el curso de los hechos; para lograr efectos similares, el Chamán trata directamente con las Potencias Primarias del Universo.
El Chamán tampoco es un Medium, como los que existen en los diversos cultos africanos y afroantillanos... El Medium es aquel individuo que "presta" su cuerpo para que sea poseído por los Espíritus. El Medium, en efecto, sirve como "medio" de enlace entre nuestro mundo y el "Más Allá", pero lo hace de manera pasiva; mientras la acción del Chamán es siempre activa y lúcida, él no se abandona al capricho de los Espíritus, sino todo lo contrario: fuerza a los Espíritus a escucharlo y, echando mano de sus propios Recursos, va y viene al Otro Mundo, sin depender, como lo hace el Medium, de la sola voluntad de dichas Entidades.
En resumen, el Chamán cuenta con un carácter propio entre las muchas Formas que asumen los diversos manipuladores de Lo Espiritual desde los orígenes paleolíticos. No es Brujo o Mago, no es un Medium ni un Sacerdote. El Chamán puede dedicarse a la brujería o a las funciones sacerdotales, pero un Sacerdote o un Brujo "a secas" no puede hacerlo.
Entonces, ¿Cuál es este rasgo característico del Chamán, que impide a otros Acceder al Conocimiento que él tiene y por lo tanto a sus muy particulares Poderes? Mircea Eliade, ya es un clásico en el Estudio de las Religiones en general, y en particular del Chamanismo, dice al respecto:
Los Chamanes son seres que se singularizan en el seno de sus respectivas sociedades por determinados rasgos que, en las sociedades de la Europa moderna, representan los signos de una "vocación" o, al meno, de una "crisis religiosa". Los separa del resto de la comunidad la "intensidad" de su propia experiencia religiosa. Esto equivale a decir que sería más racional situar al Chamanismo entre los Místicos que en lo que comúnmente se llama una Religión.
El Chamanismo sigue siendo siempre una técnica extática a la disposición de una determinada minoría... los pueblos que se declaran "chamanistas" conceden una considerable importancia a las experiencias extáticas de sus Chamanes; estas experiencias les conciernen personal e inmediatamente, porque son los Chamanes quienes, valiéndose de sus trances, los curan, acompañan a sus muertos al "reino de las sombras", y sirven de mediadores entre ellos y sus dioses, celestes o infernales, grandes o pequeños... El Chamán es el Gran Especialista del Alma Humana: sólo él la "ve" porque conoce su "forma" y su destino.
UN MODELO
Repentinamente la enfermedad llegó a la aldea. En su cabaña, desde hace alrededor de cinco días, una joven pareja yace postrada sin poder ponerse en pie; son el jefe de la familia y su hermano menor. La esposa se encuentra en el cuarto mes de su primer embarazo y ha empezado a temer por la vida de su cónyugue, y por lo tanto por los destinos de ella y del niño.
Los cuidados y los tratamientos que, tanto la muchacha como una anciana curandera, han suministrado a los enfermos no han logrado efecto positivo, y por el contrario, parecen haber empeorado la situación. Los afectados se quejan día y noche, no duermen pero tampoco parecen estar despiertos, sino más bien en un estado intermedio en el cual difícilmente puedan mantener una conversación y darse cuenta de lo que sucede. Sudan profusamente y son incapaces de ingerir cualquier alimento. Han vomitado una sustancia negra y de vez en cuando atraviesan crisis, en las cuales gritan e intentan huir, como perseguidos por terribles seres invisibles.
Finalmente, la anciana aconseja a la muchacha solicitar el auxilio del Chamán, por lo cual ésta pide auxilio a algunos de los hombres para que vayan a buscarlo, pues no quiere separarse de sus enfermos. Los hombres parten en direcciones distintas, pues ha llegado la noticia de que se ha visto al Chamán en dos lugares muy distantes entre sí el mismo día por la mañana, lo cual no sorprende a nadie, pues es de todas conocida esta capacidad (Bilocación) del Chamán; los hombres parten en sus botes hacia diferentes islas cercanas.
Luego de dos días, los hombres regresan sin haber podido dar con el Chamán. Los afectados siguen sin presentar signos de alivio, y la joven esposa se encuentra cada vez más y más preocupada. Se organiza un nueva expedición, en la cual participa la mayor parte de los hombres de la comunidad e inclusive la esposa, junto con la anciana curandera, quienes, por su parte, se internan en la selva. Los enfermos quedan bajo el cuidado de una jovencita, nieta de la anciana... nadie tiene éxito en la búsqueda.
Sin embargo, cuando la desesperada joven regresa a su choza, ya el Chamán se encuentra ahí, sentado en un rincón con una extraña postura que a la muchacha le parece muy incómoda; a las preguntas de ella, el responde que se dirigió hasta ahí porque vió pasar las almas de los enfermos, convertidas en cuervos, hacia el Infierno, y decidió entonces ayudarlos. Finalmente pide que se le deje sólo en compañía de los enfermos.
Cuando la esposa ha salido, en compañía de la jovencita, el Chamán sigue sentado en su rincón. Apenas se mueve; sólo se balancea rápidamente hacia delante y hacia atrás, como un niño; tiene la vista perdida y susurra una extraña y repetitiva Canción. Se incorpora para prender una pequeña hoguera justo en el medio de la choza; nunca deja de cantar. Vuelve a su rincón y permanece ahí hasta que cae la noche, sale la Luna y asciende hasta la mitad del cielo.
Continúa cantando y cantando en un susurro mientras se mece frente a los enfermos, quienes permanecen inmóviles y sudorosos. Repentinamente, el Chamán se pone de pie de un salto; tiene todavía la mirada perdida, toma su tambor y comienza a tocarlo para acompañarse en el canto. Inicia al mismo tiempo una Danza alrededor del pequeño Fuego, al que no deja de alimentar de cuando en cuando. Gradualmente eleva el volumen del Canto y acelera el Ritmo de la Danza. Los enfermos permanecen inconscientes.
Es entonces cuando inicia el Viaje: su cuerpo queda arrumbado en aquel rincón de la choza, inmóvil, pero sólo así su Espíritu puede por fin disociarse e ir hasta el Mundo de los Espíritus para realizar su trabajo.
Junto con el Humo que se desprende de la pequeña Hoguera, el Alma del Chamán se volatiliza y se eleva por los aires, solamente que ella no se dispersa, sino que "trepa" por el tronco del Arbol Mágico que aparece frente a él en cuento ha accedido su Estado Espiritual y Mágico. De esta manera, el Chamán, o mejor dicho, su Alma, sube por ese tronco que le ayudará a salvar la barrera de entre los Mundos. Luego de haber iniciado el Ascenso, recuerda que los Cuervos en que se habían transformado los hermanos enfermos volaban en dirección al Infierno y, en consecuencia, mejor decide descender hasta los Mundos Inferiores, hacia las raíces del Arbol.
Ya en los Mundos Inferiores, o en los Infiernos, el Espíritu del Chamán puede ser testigo de cómo las almas de los hermanos han sido capturada por una Legión de Espíritus Salvajes, cuyos cuerpos son una mezcla de diversos Animales con figura humana.
En la choza, el cuerpo del Chamán se ha vuelto a incorporar; ha hecho la pantomima de trepar por el tronco de un Arbol, después se ha puesto a Danzar de nuevo, sólo que esta vez más moderadamente. Sus ojos permanecen medio cerrados y el gesto sereno.
El Chamán le pregunta a aquellos Espíritus qué hacen con el par de almas del que se han apoderado, pero no lo hace ni con voz ni con lengua humana alguna, sino con una mezcla de rugido, terrible y profundo, de una fiera y el siseo de la Serpiente.
Los Espíritus, chillando como cerdos y graznando, responden que han capturado a aquellos mortales pues profanaron un recinto sagrado para ir a pescar. En la cabaña, el Chamán ha detenido su Danza por un momento, ha elevado su mirada al Cielo y, en un idioma indescifrable ha pronunciado algunas palabras. Luego vuelve a cerrar los ojos y agacha la cabeza; comienza a mecer de nuevo su cuerpo, ahora de derecha a izquierda y con los miembros laxos, como un borracho. Regresa al Canto. De repente inhala profundamente y da un salto para volver a la Danza y al Canto, ahora sin el acompañamiento del Tambor, pero a todo pulmón y poniendo en ello todas sus energías.
En El Otro Mundo, el Chamán ha solicitado la liberación de las dos almas, pero los Demonios se la han negado, y entonces de nuevo ha comenzado a Cantar y a Bailar pero de una manera muy distinta a como se encuentra haciéndolo frente a los hermanos enfermos, pues su Canto vuelve a ser el rugido profundo y potente con el que hace un momento hizo sus preguntas; además, la Danza tiene el Poder Maravilloso de hacer Crecer Su Cuerpo a cada movimiento, aunque no se trata solamente de un Crecimiento, sino que a la vez que crece va adquiriendo formas distintas: los brazos gradualmente se le van convirtiendo en Potente y Majestuoso Par de Alas, el tronco se le alarga más y más, como el de un terrible reptil, pero con varios pares de brazos serpenteantes y muy largos, terminados no en manos sino en garras.
El Canto y la Danza continúan en la choza, efectivamente en voz alta, pero de ninguna manera comparable con la Potencia que los mismos tienen en el Mundo de los Espíritus, donde cada rugido provoca que la tierra se cimbre, a tal grado que hace perder el equilibrio a los Espíritus captores.
Para ahora el Espíiritu del Chamán ya se encuentra convertido en un enorme y majestuoso monstruo al cual los Demonios se han dispuesto a atacar; el Monstruo-Chamán ruge y revuelve su gesto con una forma que algo tiene de parecido con la de un Dragón. Los Demonios dejan inmovilizadas las almas de los dos hermanos, envueltas en una Crisálida semitransparente, como gusanos en plena Metamorfosis y se echan a volar, lanzándose en contra de su enemigo.
La batalla se desarrolla en el aire; ambas partes, el Chamán-Dragón y los Demonios-Animales-Humanoides, se trenzan en una mortal batalla de Gran Belleza, en la cual se entrelazan sus Cuerpos entre las Nubes; mientras, en la cabaña, el Chamán ha dejado de cantar y ahora permanece de pie en un solo sitio, realizando hermosas figuras con el cuerpo, que mueve con lentitud, mientras, de cuando en cuando, lanza gritos feroces, con los de un animal furioso.
El Dragón-Chamán se percata de que aun cuando se deshace de aquellos Demonios con relativa facilidad, por cada uno que derriba se le lanzan dos o tres más, mejor decide dejar la lucha y opta por salvar a los jóvenes, arrebatando sus almas del poder infernal.
Describe una caprichosa figura en el Cielo, va rugiendo y lanzando Llamaradas de Color Violeta por el hocico; su cuerpo parece formar un magnífico nudo en las alturas, que engaña a sus rivales, lo cual él aprovecha para lanzarse hacia el lugar donde permanecen inmóviles las Crisálidas. En la cabaña, el cjhamán se ha tirado al suelo y ha dado una vuelta sobre su espalda, para caer sentado sobre las piernas cruzadas, con la espalda muy erguida y los brazos levantados hacia el cielo. El dragón-chamán se apresura a recoger las crisálidas, pero accidentalemente se le resbala una, que de inmediato es recuperada por uno de los demonios.
El Dragón-chamán se mete al hocico la crisálida que se ha logrado mantener, pero no para devorarla, sino para tenerla lo mejor protegida posible; el Demonio que se apoderó de la otra Crisálida se entierra en el suelo y desaparece de la vista; el Chamán comprende que ya nada puede hacer y vuelve rápidamente hasta las Raíces del Arbol para, trepando por ellas, ascender de nuevo al Mundo de los humanos.
En el Camino toma una Decisión: siempre trepando se sigue de largo hasta las Ramas Altas del Arbol dónde, como si se tratara de un Fruto aún no maduro, arranca una pequeña Alma, en compensación por aquella otra que no pudo rescatar, y la lleva consigo hasta la Tierra, donde podrá encarnarse junto con la que ya la joven esposa lleva en el Vientre.
El Chamán, frente a los dos jóvenes enfermos, cae rendido al suelo, mientras su Alma se encuentra en Camino de Regreso. Cuando vuleve en sí ya la mañana del nuevo día se encuentra avanzada, entonces llama a la muchacha. Le explica lo sucedido, le dice que pudo salvar a uno de los dos hermanos, aunque no sabe a cuál, así que ella debe organizar los preparativos para las Ceremonias Fúnebres, aunque no sabe a cuál, aunque después de todo, le aclara, no debe ponerse tan triste, pues en compensación ahora ya no será madre de una criatura, sino de dos.
Luego de un par de días, en efecto, uno de los hermanos se opone, y al siguiente muere el otro; quien queda es el cuñado, quien al no tener familia hereda a la mujer del difunto.
Toda la Comunidad participa en la Celebración, portando Trajes Ceremoniales que guardan gran parecido con el Atuendo Mágico del Chamán, pero que ni lejanamente tienen los mismos Poderes: portan Pieles, Plumas y Máscaras y llevan Pintado el Cuerpo. En estos Ritos Funerarios también se encuentra presente el Chamán, quien luego de inahalar el Humo de un Preparado de Hierbas que ha puesto a quemar, se sienta al lado del cadáver, en una posición de respeto y permanece sin moverse, con los ojos cerrados, dedicado a acompañar el Alma del muerto a su nueva morada, guiándolo por el Camino hacia el Mundo de los Espíritus, que tan bien conoce y que tantos y tantos peligros encierra.
Luego de terminadas las Ceremonias, y cuando aún en la Comunidad, dividida en grupos, ejecuta variadas Danzas, los Nuevos Esposos, siguiendo las instrucciones del Chamán, Celebran el Sacrificio de un pequeño Animal con el fin de que ni el Alma del muerto ni la ira de los Demonios regresen hasta ellos para molestarlos.
Los Espíritus, chillando como cerdos y graznando, responden que han capturado a aquellos mortales pues profanaron un recinto sagrado para ir a pescar. En la cabaña, el Chamán ha detenido su Danza por un momento, ha elevado su mirada al Cielo y, en un idioma indescifrable ha pronunciado algunas palabras. Luego vuelve a cerrar los ojos y agacha la cabeza; comienza a mecer de nuevo su cuerpo, ahora de derecha a izquierda y con los miembros laxos, como un borracho. Regresa al Canto. De repente inhala profundamente y da un salto para volver a la Danza y al Canto, ahora sin el acompañamiento del Tambor, pero a todo pulmón y poniendo en ello todas sus energías.
En El Otro Mundo, el Chamán ha solicitado la liberación de las dos almas, pero los Demonios se la han negado, y entonces de nuevo ha comenzado a Cantar y a Bailar pero de una manera muy distinta a como se encuentra haciéndolo frente a los hermanos enfermos, pues su Canto vuelve a ser el rugido profundo y potente con el que hace un momento hizo sus preguntas; además, la Danza tiene el Poder Maravilloso de hacer Crecer Su Cuerpo a cada movimiento, aunque no se trata solamente de un Crecimiento, sino que a la vez que crece va adquiriendo formas distintas: los brazos gradualmente se le van convirtiendo en Potente y Majestuoso Par de Alas, el tronco se le alarga más y más, como el de un terrible reptil, pero con varios pares de brazos serpenteantes y muy largos, terminados no en manos sino en garras.
El Canto y la Danza continúan en la choza, efectivamente en voz alta, pero de ninguna manera comparable con la Potencia que los mismos tienen en el Mundo de los Espíritus, donde cada rugido provoca que la tierra se cimbre, a tal grado que hace perder el equilibrio a los Espíritus captores.
Para ahora el Espíiritu del Chamán ya se encuentra convertido en un enorme y majestuoso monstruo al cual los Demonios se han dispuesto a atacar; el Monstruo-Chamán ruge y revuelve su gesto con una forma que algo tiene de parecido con la de un Dragón. Los Demonios dejan inmovilizadas las almas de los dos hermanos, envueltas en una Crisálida semitransparente, como gusanos en plena Metamorfosis y se echan a volar, lanzándose en contra de su enemigo.
La batalla se desarrolla en el aire; ambas partes, el Chamán-Dragón y los Demonios-Animales-Humanoides, se trenzan en una mortal batalla de Gran Belleza, en la cual se entrelazan sus Cuerpos entre las Nubes; mientras, en la cabaña, el Chamán ha dejado de cantar y ahora permanece de pie en un solo sitio, realizando hermosas figuras con el cuerpo, que mueve con lentitud, mientras, de cuando en cuando, lanza gritos feroces, con los de un animal furioso.
El Dragón-Chamán se percata de que aun cuando se deshace de aquellos Demonios con relativa facilidad, por cada uno que derriba se le lanzan dos o tres más, mejor decide dejar la lucha y opta por salvar a los jóvenes, arrebatando sus almas del poder infernal.
Describe una caprichosa figura en el Cielo, va rugiendo y lanzando Llamaradas de Color Violeta por el hocico; su cuerpo parece formar un magnífico nudo en las alturas, que engaña a sus rivales, lo cual él aprovecha para lanzarse hacia el lugar donde permanecen inmóviles las Crisálidas. En la cabaña, el cjhamán se ha tirado al suelo y ha dado una vuelta sobre su espalda, para caer sentado sobre las piernas cruzadas, con la espalda muy erguida y los brazos levantados hacia el cielo. El dragón-chamán se apresura a recoger las crisálidas, pero accidentalemente se le resbala una, que de inmediato es recuperada por uno de los demonios.
El Dragón-chamán se mete al hocico la crisálida que se ha logrado mantener, pero no para devorarla, sino para tenerla lo mejor protegida posible; el Demonio que se apoderó de la otra Crisálida se entierra en el suelo y desaparece de la vista; el Chamán comprende que ya nada puede hacer y vuelve rápidamente hasta las Raíces del Arbol para, trepando por ellas, ascender de nuevo al Mundo de los humanos.
En el Camino toma una Decisión: siempre trepando se sigue de largo hasta las Ramas Altas del Arbol dónde, como si se tratara de un Fruto aún no maduro, arranca una pequeña Alma, en compensación por aquella otra que no pudo rescatar, y la lleva consigo hasta la Tierra, donde podrá encarnarse junto con la que ya la joven esposa lleva en el Vientre.
El Chamán, frente a los dos jóvenes enfermos, cae rendido al suelo, mientras su Alma se encuentra en Camino de Regreso. Cuando vuleve en sí ya la mañana del nuevo día se encuentra avanzada, entonces llama a la muchacha. Le explica lo sucedido, le dice que pudo salvar a uno de los dos hermanos, aunque no sabe a cuál, así que ella debe organizar los preparativos para las Ceremonias Fúnebres, aunque no sabe a cuál, aunque después de todo, le aclara, no debe ponerse tan triste, pues en compensación ahora ya no será madre de una criatura, sino de dos.
Luego de un par de días, en efecto, uno de los hermanos se opone, y al siguiente muere el otro; quien queda es el cuñado, quien al no tener familia hereda a la mujer del difunto.
Toda la Comunidad participa en la Celebración, portando Trajes Ceremoniales que guardan gran parecido con el Atuendo Mágico del Chamán, pero que ni lejanamente tienen los mismos Poderes: portan Pieles, Plumas y Máscaras y llevan Pintado el Cuerpo. En estos Ritos Funerarios también se encuentra presente el Chamán, quien luego de inahalar el Humo de un Preparado de Hierbas que ha puesto a quemar, se sienta al lado del cadáver, en una posición de respeto y permanece sin moverse, con los ojos cerrados, dedicado a acompañar el Alma del muerto a su nueva morada, guiándolo por el Camino hacia el Mundo de los Espíritus, que tan bien conoce y que tantos y tantos peligros encierra.
Luego de terminadas las Ceremonias, y cuando aún en la Comunidad, dividida en grupos, ejecuta variadas Danzas, los Nuevos Esposos, siguiendo las instrucciones del Chamán, Celebran el Sacrificio de un pequeño Animal con el fin de que ni el Alma del muerto ni la ira de los Demonios regresen hasta ellos para molestarlos.
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