Páginas

Mostrando entradas con la etiqueta Fe. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fe. Mostrar todas las entradas

5.06.2011

LOS PELIGROS DE LA FE

Por Roberto Daniel León



A muchos años ya de mi casi involuntaria incursión en el mundo de la fe y las religiones, considero tiempo apropiado el presente para expresar mi pensamiento acerca de los peligros de la sinrazón. Por alguna razón- no sin importancia- Fe es el símbolo del hierro (Ferrum). Metal bruto, si los hay. No deseo continuar, sin antes decir que creo en el derecho de las personas de, por ejemplo, profesar la fe que le venga en gana. No obstante, también creo en la libertad. La que provee la razón, el conocimiento, el saber. Y creo en los límites de los derechos; frontera que se establece donde comienza el derecho del otro. Creo entonces, que tengo derecho a denunciar aquello que atente contra la razón y el conocimiento y por tanto contra la libertad; valor y condición que considero de excelencia en el hombre.

La fe es enemiga de la razón y el conocimiento. La fe es instrumento para la sumisión y la esclavitud. La fe detiene la búsqueda. Inmoviliza. Entorpece. La fe es pensamiento mágico. Y el pensamiento mágico pone afuera el hacer y la responsabilidad del individuo. Lo que se ha dado en llamar necesidad de creer en algo, es a mi criterio comodidad de despojarse de la responsabilidad de hacerse cargo. Las religiones en general, estimulan esta actitud autodestructiva en la sociedad. En lugar de decir hágase cargo, pague, remedie, restituya; dicen yo te absuelvo, en un alarde de irresponsabilidad que apesta. Un toque de confesión y vuelta a lo mismo. Sin enterarse o quizá sin importarles ni al absolvedor ni al absuelto, las graves consecuencias sociales de tamaña actitud.

Una cadena de engaños hace posible la consecución de enredos y entorpecimientos en el desarrollo del individuo. A esta altura no poca gente se pregunta cuántos cristianos habría si no existiera el infierno. Es que este cuco vino a reemplazar en las deliberadamente entenebrecidas mentes de la sociedad, el antiguo temor que supieron infligir por medio del hierro candente o cortante.

Es que, como se dice vulgarmente, el “circo” está bien armado. Si al creyente la cosa le sale bien, pues entonces es obra del “dios” a quien le haya rezado (cualquiera sea su nombre), el cual “demuestra” de esa manera su capacidad de “hacer milagros”; ergo su “existencia”, a la vez que “premia” la fe del desprevenido creyente. Si la cosa le sale mal, en cambio, los “intérpretes de la fe” le explicarán que como ese dios es soberano -o más o menos poderoso- no siempre responderá a sus deseos porque sabe realmente que es lo que más le conviene (al creyente). “Ah...! Qué vivo...!” diría con fina lógica cualquier niño aún no contaminado. Es que así siempre cierra. Bastante forzado, claro está. Porque si ese dios va a hacer de todos modos lo que le parece, que sentido tiene rezarle y confiar en él? Ah... casi lo olvido: el peligro de ir al infierno. Cierto es que la fe incorpora la “virtud” de la resignación. Millones de “resignados – sometidos – conformistas – esclavizados” contribuyen a sostener las cosas tal y como están, impidiendo cualquier cambio que mejore las condiciones de vida en el mundo.

Sin dudas los líderes religiosos (tanto como los líderes políticos) usufructúan en su propio beneficio una tendencia muy humana de estos días, como es la de “zafar” y poner el esfuerzo y la responsabilidad en otros. “¡Ganamos!” dicen los hinchas de fútbol, cuando en realidad ellos no jugaron. “San Cayetano me va a conseguir trabajo” dicen muchos, después de haber votado al que les destruyó las fuentes de trabajo (individuo generalmente perverso, al que seguirán votando sin enterarse jamás que San Cayetano no tiene nada que ver, especialmente desde que falleció). Y los intérpretes de la fe, falaces ellos, continúan alentando cínicamente el sometimiento de las gentes al pensamiento mágico que los esclaviza y entorpece. Y anatemizando toda voz que pretenda llamar a la cordura. Y haciéndose cómplices del poder político y económico con el que comparten y se sostienen en sus estructuras. 




3.03.2011

EL HUEVO O LA GALLINA?

Por Roberto Daniel León



Felizmente, el libre ejercicio de pensamiento obtenido por la humanidad contra viento, marea, espadas, hogueras y otras sutilezas, nos ha permitido avanzar en la construcción de apreciaciones mas precisas, aunque claro, siempre perfectibles. Habernos permitido dudar de las verdades absolutas, es un paso que, a mi criterio, supera y mucho a un pisotón en la luna.

La relatividad de Einstein, es una observación filosófica antes que científica. Que lo observado depende del observador y de su estado, nos posibilita entre otras cosas, dejar entrar a nuestro mundo otras condiciones que, no por ignoradas, debemos presumir inexistentes. Sin embargo, a la hora de establecer parámetros comunes, deberíamos ser cuidadosos de utilizar solo aquello que sabemos y podemos demostrar al menos razonablemente, evitando construir sobre la aventura de la imaginación y el absolutismo, a fin de no regresar a las sombras originales.

Tendemos, en un característico afán reduccionista de esta época, a catalogar eventos y condiciones por orden de importancia, alfabético o cronológico, y lo hacemos aún a martillazos cuando no encaja en nuestro esquema de pensamiento. Convengamos, antes de continuar, que la posibilidad de un razonable ejercicio del pensamiento, aún permanece vedado a inmensos sectores de la sociedad, entre-tenido y ador-mecido no por casualidad.


La disquisición acerca del ser y-o estar (de eso se trata), con relación a cierta preeminencia de uno u otro concepto, debiera comenzar por permitirnos des establecer el criterio de que habría una mayor importancia en una de esas manifestaciones respecto a la otra. Porque, en definitiva, porqué habría de haberla? 

Estimo que ambas condiciones son referenciales. Estar requiere de referencias externas y respondería a las cuestiones ¿Dónde? o ¿Cuándo?, en tanto que ser requiere de referencias internas y responde a las cuestiones ¿Qué? o ¿Cómo?,

Ajenos a lo que se cree, según la cultura de que se trate, y por lo que razonablemente se conoce, nace un ser humano con potenciales condiciones para procesar determinados estímulos, con los que poco a poco irá construyendo una persona, Estos estímulos se originan en su entorno inmediato y se amplían luego a la sociedad y la cultura en que el individuo está. El proceso que realice con todos esos estímulos –que no son otra cosa que palabras y actitudes- determinará un ser que, de nuevo, responderá a un qué y un cómo altamente influenciado por el entorno. La calidad de los estímulos iniciales, determinarán por consecuencia u oposición, el como será y donde estará. Cierto es que la cultura actual pasa por alto ciertas cuestiones fundamentales y fundacionales y suele confundirse el ser con la profesión (sos telemarqueter), y la calidad o reafirmación del ser con sus posesiones (si no tenés... no sos nadie).

Pásase por alto entonces al sujeto, que en nuestro análisis sería el ser, y contémplase al objeto funcional a la estructura social (en la mayoría de los casos, simple consumidor).

Respecto al estar, podríamos determinar al menos dos condiciones: un estar físicamente, en referencia geográfica; y un como estar en referencia actitudinal. Este último aspecto adquiere una relación directa con el ser.


Diagramación & DG: Andrés Gustavo Fernández

6.03.2010

CARTA ABIERTA AL ESTADO MUNICIPAL



Por Roberto Daniel León



El islamismo tiene mala prensa. No es para menos, causa cierto escozor tanto fundamentalismo, y ni hablar de la denominación República Islámica de... donde gobierna la religión, no el conocimiento sino la fe, con lo que toda posibilidad de mejora y desarrollo está descartada, porque la fe es inamovible y empecinada. Un ancla, digamos. Quienes ya se posicionaron (favorablemente) sobre ese estado de situación, no querrán, por supuesto, que haya cambios. 


Sin embargo, aún a riesgo de sentirme inoportuno y molesto por molestar, quiero llamar la atención sobre cierto coincidente parecido.

El año anterior, en el acto central (desfile de las instituciones) del 26 de Septiembre, el locutor oficial anunció que presidía el desfile la Virgen del Carmen. Este año, el 25 de Mayo del Bicentenario, se decide que la bandera argentina salga del templo parroquial –después del tedeum- para ser izada en el mástil de la plaza. Un gesto nada desdeñable de apropiación de un símbolo de identidad nacional que se pretende de TODOS los argentinos. ¿Pretenderá la iglesia católica que TODOS los argentinos seamos católicos? No hace mucho, un cura y un concejal declararon públicamente "pueblo mariano" a Carmen de Areco, ninguneando estrepitosamente a los ciudadanos que no profesan esa fe y a los que no profesamos ninguna pero que habitamos este pueblo; lo que constituye tanto un acto de discriminación como una flagrante falta de respeto por el Otro. Socializada esta pérdida (del respeto) y el abuso de poder, los resultados pornográficamente visibles son aquellos de los que después nos quejamos y para los cuales propondremos "soluciones" que, para variar, nada tendrán que ver con el asunto.

Quiero recordarles que la cristiandad en general, tiene sus festejos de identidad (bajo la órbita del dios Mercurio) en Abril y en Diciembre (Pascua y Navidad) y el catolicismo en particular el 16 de Julio, festividad en la que utiliza recursos del estado, con todo lo que ello significa.

Quiero recordarles también que ésta, con sus más y sus menos, es aún la República Argentina, no la República Católica Apostólica y Romana de...

Que nuestra constitución diga que SOSTIENE el culto católico, no significa que comulga, se somete u obliga a los ciudadanos a esa fe.

Que el 25 de Mayo, el 9 de Julio, el 20 de Junio, el 26 de Septiembre, etc. son FIESTAS CIVICAS, es decir, de TODOS los ciudadanos (en términos prácticos, todos los que tenemos DNI, LE, LC, CI, etc.).

Que habemos ciudadanos ateos, evangélicos, testigos de Jehová, apostólicos, judíos, agnósticos, umbandistas y probablemente más.

Que la denominación REPUBLICA contempla los derechos de las minorías, para que la sola democracia no convierta a la mayoría en virtud ni en verdugos, por el solo hecho de ser muchos. Suele decirse, con tanta inocencia como ingenio, que las moscas también son mayoría por estos lares, y sin embargo...

Espero sinceramente que las autoridades que nosotros elegimos para que gobiernen de acuerdo a los estamentos de la República, decidan estar a la altura de las circunstancias y lo hagan con justicia, cordura e independencia.

Estas autoridades, fueron elegidas por los ciudadanos, no ungidas por algun dios.



Diagramación & DG: Andrés Gustavo Fernández