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6.11.2009

LACAN Y EL PENSAMIENTO CHINO

Por Françoise Cheng [*]
Sus artículos en ADN Omni






Lo que voy a decir, esta noche, tendrá un lazo poco directo con el Psicoanálisis. Esta primera afirmación, que se relaciona con Lacan, puede asombrar. Sin embargo, eran las condiciones mismas en las cuales se habían efectuado nuestras reuniones de trabajo. En efecto, a fin de hacerme sentir cómodo, y con la inquietud de no influenciarme en mis respuestas a sus preguntas, me había pedido expresamente olvidar lo poco que conocía del Psicóanálisis en general y de su teoría en particular.

El quería, en mi companía, visitar o, en muchos casos, volver a visitar ­ciertos campos del pensamiento chino, ello de la manera mas auténtica posible, estudiando los textos en su escritura original, línea por línea, palabra por palabra. Inútil decirles con qué prisa acepté esta proposición. Estaba en ese entonces en plena investigación, tratando de aplicar los métodos fenomenológicos o semióticos a diversas prácticas chinas significantes.


Los diálogos que había podido anudar con Gaston Berger, Levinas, Barthes y Kristeva me habían convencido lo suficiente de las virtudes de los intercambios directos. Cuánto de esto era cierto con Lacan, es lo que no tardé en verificar. Lacan, con su manera tan tenaz y tan abierta de interrogar los textos, su capacidad tan pertinente para hacer resaltar la apuesta de una interpretación, contribuía a reforzar mi impulso, a agudizar mis facultades de discernimiento.

A punto tal, por otra parte, que al cabo de un período de varios años absolutamente privilegiados para mí, he debido despedirme de él para consagrarme a la redacción de dos obras [1] que en el momento de su publicación, en 1977 y en 1979, tendrán el honor de interesarlo y de recibir su aprobación. 


Es decir que del intenso intercambio con Lacan, a veces extenuante para mí, yo era, de hecho el gran beneficiario. En cuanto a Lacan mismo, ¿Qué obtuvo él de esto? Probablemente nadie está en condiciones de contestarlo actualmente con precisión. ¿Cómo un gran espíritu puede nutrirse de todos los aportes que encuentra en su camino?

Para saberlo, eso exigiría sin duda una investigacion paciente, minuciosa y sobretodo global. Estábamos al principio de los años setenta. Lo esencial de la teoría de Lacan ya estaba formulada. 

Sin embargo, no se puede dudar que, en este sumergirse en la cultura china, su curiosidad intelectual no haya encontrado atractivos, que su espíritu escrutador no haya extraído inspiraciones, que, en el corazón mismo de su teoría, tal o cual concepto no haya encontrado ecos, incluso prolongaclones. Si no ¿Por qué todas esas sesiones encarnizadas que duraban a veces varias horas, y una o dos veces una tarde entera?

Aparte de las discusiones puntuales sobre diversos temas tales como los pronombres personales, las preposiciones, las expresiones de tiempo en chino, estudiamos ante todo textos elegidos uno a uno por Lacan mismo. 


De una manera general, se trata de textos de los cuales él había leído las traducciones. Si hago abstracción de algunos textos anexos que mencionaré al pasar, puedo citar, en orden, las principales obras siguientes:­ Le Livre de la Voie et de sa vertu, el Mencius y Propos sur la peinture du moine Citrouille amere. 

Veremos que este orden sigue una cierta lógica, dado que las tres obras en cuestión corresponden a grandes rasgos, a los tres niveles constitutivos del pensamiento chino: el nivel de base que calificaría de cosmo-ontológico luego el nivel ético, y finalmente el nivel estético.

La primera obra, Le Livre de la Voie et de sa vertu [2] -en chino el Tao Te King- es atribuido a Lao Tsé, el padre fundador del taoísmo. Lao Tsé habría vivido en el siglo VI antes de nuestra era. Pero el texto que conocemos es una versión más tardía, versión escrita de una enseñanza oral transmitida desde hace varias generaciones a partir de Lao tsé


La obra se compone de ochenta y un capítulos cortos. Los dos capítulos que me propongo comentarles se cuentan entre los más determinantes en lo que concierne a la manera en la cual los chinos han concebido la Creación y la marcha del Universo, que se designa en chino con la palabra Tao, que quiere decir la Vía. 

Sucede que verbalmente la palabra Tao quiere decir también "hablar". De manera que, si se permite un juego fónico en francés, se puede decir que el Tao está dotado de un doble sentido: la Vía y la Voz (la Voie, la Voix) [*]. El Tao significa pues un orden de la vida al mismo tiempo que un orden de la palabra. Se ve en este punto lo que pudo interesar a Lacan

De esos dos textos un poco abruptos, voy a hacer un comentario lo más cercano posible al que Lacan y yo hicimos juntos. Primero el primer texto (Le livre de la Voie et de sa vertu, cap. XLII):



Le Tao d'origine engendre l'Un
L'Un engendre le Deux
Le Deux engendre le Trois
Le Trois engendre del Dix-Mille ¿tres
Les Dix-Mille étres endossent le Yin 
et embrassent le Yang,
Par le souffle du Vide-médian
Ils réalisent l' echange-entente [3]


Todas las frases que componen ese texto abordaron la idea del soplo. Es aquí que, sin más, conviene indicar un punto central: la idea de soplo se encuentra en el pensamiento chino.


Es cierto que, muy antiguamente, en la manera en que los chinos concebían el orígen de la Creación, la idea de una voluntad divina no estaba para nada ausente, Puesto que ellos se referían al Señor de Arriba, y más tarde, al Cielo. No estaban ausentes tampoco las referencias a ciertas materias, como el Fuego o el Humus. 


Pero en un momento dado, muy temprano sin embargo, según una gran intuición, optaron por el soplo, que no estaba forzosamente en contradicción con las ideas precedentes, pero que, fenomenológicamente, les permitía adelantar una concepción unitaria y orgánica del universo vivo donde todo se enlaza, todo se sostiene, por justamente, el soplo. 

Por más que hayan buscado, no encontraron nada mejor que el soplo, esta entidad dinámica, capaz de engendrar la Vida, a la vez que el espíritu y la materia, el Uno y lo Múltiple, las formas y su metamorfosis. Optando por el soplo, extrajeron rápidamente de él todas las consecuencias. El soplo es precisamente esa unidad de base que estructura todos los niveles de un sistema orgánico. 

Es así que, a nivel físico, las materias vivas, nuestros mismos cuerpos, son concebidos como condensaciones de diferentes soplos vitales. Que, a nivel ético, cuando alguien actúa con justicia y equidad, se dice que su conciencia está movida por el soplo íntegro o el soplo de la Rectitud. Y que, a nivel estético, la regla de oro recomienda animar los soplos rítmicos. He aquí muchas cosas arrojadas así un poco desordenadamente. Pero tranquilícense, no me extravío. Volvamos al primer texto. Lo voy a comentar frase por frase.

El Tao de origen designa el Vacío original de donde emana el soplo primordial que es el Uno. El Uno se divide en dos soplos vitales que son el Yin y el Yang. El Yang, que concierne al principio de la fuerza activa, y el Yin, que concierne al principio de la dulzura receptiva, están virtualmente en estado de engendrar los Diez Mil seres


Pero al Dos viene a agregarse el Tres, o más bien al corazón del Dos viene a intercalarse el Tres. Pues el Tres no es otro que el soplo del Vacío-central del cual es cuestión en la última frase. Este soplo del Vacío-central, ese Tres, ¿Es indispensable? Según el pensador chino, sí. 

Puesto que, sin ese soplo actuando en el Vacío-central, el Yin y el Yang se plantarían cada uno por su lado en una actitud de reserva o se encontrarían en una oposición estéril. Mientras que, con la intervención del Vacío-central, los dos partenaires entran en un campo a la vez abierto, distanciado e interactivo, y por su interacción, acceden a la transformación mutua. 

El soplo del Vacío-central es entonces lo contrario de un lugar neutro y hueco, de un no mans land [**]. Es una entidad dinámica en sí. Por cierto nace del Dos, es decir que solamente puede estar ahí cuando el Dos está ahí. 

Pero una vez ahí no se borra como una simple ráfaga de viento pasajero; se vuelve un presencia en sí, un verdadero espacio de intercambio y de cambio, un proceso en el cual el Dos podría cruzarse y excederse. Consideremos ahora el segundo texto (Le Livre de la Voie et de sa vertu, cap. 1):

Le Tao pouvant etre énoncé
n' est pas le Tao constant
Le Nom pouvant etre dénonimé 
Sans-avoir Nom, n'est pas le Nom constant 
commencernent du Ciel-Terre 
Y-avoir Nom, Mere de Dix-Mille êtres
Tojours Sans-avoir Désir 
pour en saisir le germe
Toujours Y-avoir Désir ­
Pour en prévoir le terme 
Même issue mais différente appellation 
Participent du même élan originel 
Mystere et miystere autre 
Porte de toutés merveilles [4]


El primer texto nos ha informado acerca del mecanismo del Tao sobre el modo en cómo funcionan los soplos vitales, particularmente con el soplo del Vacío-central que trae consigo el intercambio entre el Yin y el Yang y, por ahí, los lleva más lejos, en el proceso del cambio continuo. 


Aquí, en este segundo texto, palpamos una verdad más sutil. Ciertamente el Tao implica el cambio continuo, pero ¿Es que en el seno de esta inmensa marcha permanente, hay sin embargo algo constante que no cambia? ¿Que jamás se altera ni se corrompe? Y bien, contesta Lao Tsé con una convicción no desprovista de humor: lo que no cambia es el Vacío mismo. 

Un Vacío sin embargo vivificante dónde se origina el soplo, de donde lo que es sin-tener Nombre tiende constanternente hacia el-tener Nombre; lo que es sin-tener Deseo tiende constantemente hacia el-tener Deseo. Pero he aquí: en cuanto hay Nombre, en cuanto hay Deseo, no estamos más en lo constante. 

Lo único constante, el verdadero constante, una vez más, es el Vacío de donde surge constantemente el soplo. Desde esta óptica, estamos forzados a admitir que el verdadero ser es a cada instante el salto mismo hacia el ser, la verdadera vida es a cada instante el impulso mismo hacia la vida. 

Desde entonces comprendemos la inquietud de los pensadores chinos por aprehender el Vacío. En el corazón de las sustancias vivas aparentemente las más consistentes, las más compactas, ellos ven obrar el Vacío y su corolario el soplo, los cuales hacen que, en la raíz de los fenómenos abundantes, destinados finalmente a ser deteriorados, hay esta fuente constante que, ella, no se agota, no traiciona. 

Es la razón por la que es necesario, según ellos, sostener los dos extremos, sostener el sin tener Nombre y el sin tener Deseo para captar el germen, sostener el tener Nombre y el tener Deseo para prever el término. 

Aquí, si se quiere dar un paso más y formular la cosa de manera menos enigmática, diré: hay en estos pensadores chinos, como más tarde en los artistas chinos, una preocupación constante. 

Ellos buscan enlazar lo visible a lo invisible, lo finito a lo infinito, o inversamente introducir lo invisible en lo visible, y lo infinito en lo finito, esto incluso en la misma vida cotidiana. 

Pero concretamente ¿cómo? Por el Vacío- central, responden ellos. Cada uno de nosotros, cada cosa en sí es una finitud. La infinitud es lo que sucede entre las entidades vivas. A condición sin embargo, lo sabemos ahora, que las entidades en cuestión estén en una relación de intercambio y no de dominación, y que actúe entre ellas el verdadero soplo del Vacío­ central

El Vacío-central es precisamente ese soplo que viene de sí del sujeto cuando está a la vista de otros sujetos y que lo empuja fuera de sí, para que el vivir y el hablar le sean indefinidamente posibles. El Vacío- central transforma al sujeto en proyecto, en el sentido que él lo proyecta delante de sí, tendiendo siempre hacia lo inesperado, es decir hacia el infinito. 

El sujeto justamente no es ese bien celosamente conservado, lo dado, fijado de una vez para siempre. La verdadera realización no está en el estrecho recinto de un cuerpo mensurable, tampoco está en una vana fusión con un otro que sería todavía una finitud, sino en el ir y venir sin fin y siempre nuevo entre las unidades de la vida, el verdadero misterio siempre otro. 

Aquí, si se acepta la idea de soplo, se debe poder admitir también la visión según la cual aún nuestras sensaciones más íntimas no se limitan al interior de un pobre cascarón; ellas son vibraciones, ondas propagadas en un espacio que viene de sí, pero desbordándolo infinitamente, en resonancia con la gran rítmica del Tao. Ahí está la definición misma del éxtasis.

Lo que acabamos de ver, a través de los dos textos de Le livre de la Voie et de sa vertu, concierne al pensamiento taoísta. La obra siguiente, que espontáneamente Lacan ha elegido, concierne, al confucionismo, ya que se trata del Mencius. En esta ocasión, por otra parte, nos hemos interesado igualmente por ciertos pasajes de las Entretiens de Confucio, y por otra obra: Le Milieu juste. [5]

Mencio (371-289 antes de Cristo) es considerado un poco como el San Pablo del confucionismo. El habría estudiado al lado de un discípulo del nieto de Confucio. Fue por lo tanto un rezagado. 


Pero por su fogosidad, por su elo­cuencla, contribuyó a propagar las doctrinas confucionistas en otras numerosas escuelas de pensamiento. A pesar de las dife­rencias entre las dos corrientes mayores, taoísta y confucionista, particularmente en lo que respecta a su actitud ante la vida, lo esencial del confucionismo confirma, sin embargo en el plano ético, muchos de los elementos de base que hemos podido ver en los taoístas. 

En principio: como los taoístas que han construido su sistema con la ayuda de tres elementos, el Yang, el Ying y el soplo del Vacío-central, los confucionistas, fundaron su concepción del destino del hombre en el seno del Universo sobre la tríada el Cielo, la Tierra y el Hombre. Por lo cual está permitido afirmar que el pensamiento chino es decididamente ternario

Y si se lleva un poco más lejos la observación, se puede constatar que además, hay correspondencia entre el Tres taoísta y el Tres confucionista, en la medida en que el Cielo concierne el principio Yang, la Tierra el principio Yin y donde el Hombre, este ser intermediario, debe tener en cuenta la doble exigencia de la Tierra y del Cielo. 

Sí, no es la idea taoísta del soplo del Vacío-central que no encuentre su equivalente en los confucionistas, con la noción del justo Medio

El justo Medio designa aquí una ley vital y constante -no inmutable sino constante-en el funcionamiento del Tao, una ley en la que el hombre puede tener confianza y a la que debe precisamente tener en cuenta para ajustar su vida. Recordemos que el Tao no es otra cosa que la Creación en marcha, esta inmensa aventura de la vida en sus transformaciones continuas. 

Ahora bien, cualquiera que sea el misterio que subyace este orden de la vida, una cosa es segura: el soplo primordial que lo inauguró mantiene siempre su promesa; no se desvía, no traiciona. Dicho de otro modo, no es caprichoso ni insolente. No cae en lo impulsivo o en el extremo, al punto de volverse siempre imprevisible. 

Por el contrario, el pensador confucionista constata que este orden de la vida se mantiene en la duración; es constantemente fiable. ¿Qué es lo que hace que este orden de la vida sea constantemente fiable, a pesar de tantas vicisitudes? Es que su vía fundamental es el justo Medio

Sobre todo no tomen el justo Medio en el sentido de semi-medida o de compromiso, no cesan de repetir los primeros confucionistas y los grandes comentadores que vendrán después. El justo Medio es, tal como la viga central de un edificio, la exigencia misma de la Vía, la condición severa a partir de la cual la vida puede alcanzar la plenitud de sus potencialidades. 

Es, en realidad, la exigencia más difícil, mientras que el capricho y la fantasia son fáciles, así como lo excesivo o lo extremo. Según Mencio, el justo Medio es, teniendo en cuenta elementos presentes, y según el principio de vida, lo que se debe hacer exactamente en cada circunstancia.

Es la más alta expresión de la justicia. Si es preciso, hay que estar listo para sacrificar su vida por su realización. Toda esta concepción, Mencio la debe esencialmente a Confucio, que en sus Entretiens, tuvo varias ocasiones para desarrollarla. 
A un discípulo que lo interroga acerca de su saber, Confucio le contesta que no posee ningún saber preestablecido, que su saber es tan vacío como el Vacío

Pero que si alguien lo consulta por una situación humana concreta, él se esforzaría siempre por examinar la situación hasta sus límites extremos, antes de pro­poner, en la medida de lo posible, la Vía central (médiane) más elevada, la más justa. En base a esta actitud, él hizo, por otra parte, esta afirmación que gustó mucho a Lacan
"Cuando uno pasea aunque sea de a tres, cada uno está seguro de encontrar en el otro un maestro, haciendo la parte del bueno para imitarlo ­y superarse, o del malo para corregirlo en sí mismo" [6]
Esta afirmación nos hace captar la perspectiva confucionista según la cual, toda situación humana siendo intersubjetiva, lo que nace entre las entidades vivas, sobre todo cuando éstas apuntan a buscar lo verdadero, no es algo abstracto ni pasajero. 

Se encar­na en una entidad en sí, una especie de trans-sujeto, de hecho el verdadero sujeto, el justo Medio por excelencia, ya que es él el que permite a los "sujetos" en presencia elevarse, transformar­se, en el sentido de la Vía. 

Tanto más que, sobre este tema, la tradición de los letrados, que tocan el problema del sujeto, concibe dos tipos de "yo" (moi): el pequeño yo y el gran yo. El primero concierne al sujeto en su estado de individuo y el segundo el sujeto en su dimensión social y cósmica (en relación con la tierra y al cielo). 
En el seno de esta última dimensión, el sujeto debe esforzarse en pensar y actuar en el sentido del bien colectivo, ciertamente, pero sobre todo "cósmicamente", aceptando la idea que, si tiene el mérito de pensar el Universo, es a fin de cuentas el Universo vivo que no ha cesado de pensar en él, por él. Él piensa así cómo él es pensado a través de todos los encuentros decisivos. Es así que él se siente ligado. Es así que su pequeño yo se deja desbordar ventajosamente.
En este punto de nuestra marcha, si hace falta, antes de continuar, resumir en algunas frases todo lo que acabamos de ver, diría, a riesgo de repetir, que desde el Livre des mutations [7], esta obra inicial -que, mediante sesenta y cuatro trigramas dobles compuestos de trazos plenos y de trazos quebrados, intenta precisamente figurar toda la complejidad de las interferencias y transformaciones cuando el sujeto entra en relación con el otro o con los otros-, todos los pensadores chinos aceptan la idea de una Vía que, gracias a interacciones internas, está en permanente mutación. 

Pero cualquiera sea la etapa de su evolución, sean cuales sean las entidades vivas en presencia, hay en cada circunstancia, incluso entre dos personas solamente, este intervalo vital, ese lugar incontorneable percibido por los taoístas como el Vacío-central y concebido por los confucionistas como el Justo Medio. En suma, no es el Uno que comanda el Dos, sino el Tres que trasciende el Dos, no olvido ese comentario de Lacan.

Aquí, uno está en su derecho de preguntarse donde reside la divergencia entre taoísmo y confucionismo. En primer lugar hay en cada uno una postura diferente: el primero, privilegiando el principio Yin, se refiere, por así decir, a un orden de lo femenino; el segundo, predicando el principio Yang, depende ante todo del orden del Padre. Luego, podemos constatar esto. 


Mientras que los taoístas predican la comunión total con el universo viviente, fiándose en la capacidad innata y natural del hombre en su esfuerzo de ajuste, los confucionistas, preocupados ante todo por la ética, creen que es bueno, e incluso necesario, regular las relaciones humanas mediante el Ly y el Yue, es decir ritos y música. 

Los Ritos, se comprende: se trata de un conjunto de actitudes y de gestos en vista de crear la buena distancia y la buena medida. La Mús­ica, puede sorprender. Sin embargo, Confucio proponía diferentes tipos de música para cada circunstancia, a menudo muy, despojadas, aptas para engendrar el sentido del ritmo y de la armonía, en las relaciones que todo hombre debe mantener con los otros. 

El preveía las cinco relaciones siguientes: entre hombre y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas, entre amigos, y, en el plano institucional, entre soberano y sujeto.

Aparte de esas generalidades hay un problema en el Men­cius que interesó particularmente a Lacan, el problema concer­niente al habla humana. Ahí también, se ve la diferencia de postura entre taoístas y confucionistas.


De una manera general, y diría instintiva, los taoístas desconfían de la palabra humana. Según ellos, una palabra demasiado proliferante no podría ser más que una forma degenerada de los soplos vitales. 


Para los confucionistas que creen en las virtudes de la educación, y para Mencio en particular, que alienta la expresión de los sentimientos y los deseos, la palabra al contrario es un instrumento indispensable. 

Por supuesto, Mencio no ignora que la palabra es de doble filo: ella puede contribuir a alcanzar lo verdadero, como ella puede corromper, incluso destruir. En un pasaje del cual Lacan ha copiado frases, copia que he conservado ciudadosamente (Mencius, cap. II), Mencius enumera ante un interlocutor cuatro clases de palabras que él considera como deficientes o defectuosas: palabras parciales, palabras disimuladas, palabras deformadas y palabras excesivas. 

Más adelante, Mencio afirma que, en cuanto a él, posee en principio el discernimiento frente al hablar de la gente, de lo que ellos dicen. A su interlocutor que le pregunta sobre qué funda esta certeza, él contesta que se esfuerza sin tregua de nutrir en él el soplo íntegro o el soplo de la Rectitud

Aquí, él hace referencia a lo que decíamos hace un momento acerca del soplo primordial que, en tanto soplo íntegro, asegura el orden de la vida sin jamás desviar, sin jamás traicionar; es el garante de la Rectitud. 

También se ve ahí, al menos para los confucionistas, que la palabra humana está ligada al soplo; en tanto es habitada por el soplo íntegro, la palabra humana pue­de alcanzar lo verdadero. 

Sin embargo, por otro lado, como buen confucionista, Mencio exalta también el rol propio del hombre, puesto que el hombre participa como tercero en la obra de la Tierra y del Cielo. 
Dado que la palabra es un soplo, si el hombre, gracias a su voluntad y a su espíritu esclarecido, logra proferir palabras justas, contribuiría, a su vez, a reforzar el soplo que lo habita y que anima el Universo.
¿Cómo, finalmente, nutrir en sí ese soplo íntegro? Hace falta, para hacerlo, dice Mencio, que toda su voluntad, su corazón -sede de los sentimientos y del espíritu- tienda hacia él. Sobre todo hace fal­ta ponerse en la disposición de extrema humildad y de extrema rectitud. 

De extrema paciencia también: no fijar un término preciso ni buscar resultados inmediatos; no imitar a ese hombre de pocos alcances, que bajo el pretexto de ayudar a las plantas de arroz a crecer más rápido, las estira para arriba y termina por arruinarlas completamente. Mencio no duda que si se logra llenar esas exigencias, el resultado estará asegurado.

En 1960 al final de su Seminario sobre la Etica del Psicoanálisis, Lacan habló de Mencio diciendo que según éste, la benevo­lencia estaba en el origen natural del hombre. La degradación vino después. Mencio era un apasionado de la justicia. No ignora las desviaciones, las perversiones, el mal, pero cree, lo hemos dicho, en la fuerza de la educación. 


El mismo había sido educado por su madre que, para sustraer a su joven hijo de influencias nefastas, no había vacilado en mudarse tres veces. Lacan estaba de acuerdo conmigo en pensar que los confucionistas han probablemente confiado demasiado en la naturaleza humana. 

No han escrutado el Mal de manera radical, ni planteado de manera radical el problema del derecho para proteger al sujeto. Esta es la gran lección que China puede y debe aprender del pensamiento occidental. Es cierto que Lacan admiró esta actitud de confianza de los confucionistas para quienes los bienes son dados al hombre y el entendimiento con el mundo de los vivos le es acordado. 

Sobre este tema, Mencio expuso por otro lado un argumento simple: 
Puesto que hacer el mal es la cosa mas fácil del mundo, que hacer el bien es infinitamente difícil, casi contra natura, y que sin embargo de generación en generación cantidad de hombres continúan espontáneamente haciendo el bien, hay que creer que el bien es sin embargo innato al hombre desde el comienzo. 
Si no, ningún Señor de Allá-Arriba, ningún Cielo, ninguna Razón está posibilitada de imponérselos desde afuera, retroactivamente -aprés coup-.

La última obra que hemos estudiado es un tratado de pintura compuesto por dieciocho capítulos cortos. Titulado: Propos sur la peinture du moine Citrouille-amère [8], escrito por el gran pintor Shitao, del siglo XVII

El deseo de Lacan de profundizar su conocimiento de un texto tan particular me sorprendió al principio, luego me encantó. No tardé en darme cuenta del interés que podía presentar un texto así para él, y de rebote, para mí mismo. 

El arte caligráfico y pictórico, tal como es practicado en China, es un arte de vida. Pone en práctica, justamente, todos los elementos de la cosmo-ontología que hemos despejado. En su tratado, Shitao ha elaborado un pensamiento estructurado, fundado en todo un conjunto de nociones, a veces técnicas, del cual es difícil dar cuenta aquí. 

Sin embargo, vamos a señalar algunas nociones de base sobre las cuales Lacan se había detenido más, tales como la noción de Yin-Yun, la del Trazo único de Pincel, y en fin la de la Receptividad. Todas estas nociones que dependen de la creación artística están en re­lación íntima con la manera en la cual los pensadores chinos conciben, sencillamente, la Creación. 

La primera noción, por ejemplo, el Yin- yun, que algunos traducen por el caos. Como su pronunciación lo sugiere, el Yin-yun designa un estado donde el Yin y el Yang son aún indistintos pero en virtual devenir. No es por lo tanto un término negativo. 

El estado que él designa no es nada menos que la promesa de la vida, un lugar abierto donde el impulso del no- ser hacia el ser es posible, incluso inminente. En pintura, es precisamente ese espacio primero en el seno del cual el deseo de la forma puede emerger, y el acto de figurar puede emprenderse. 

En la realización de un cuadro, el Yin-yun está ciertamente al comienzo; pero debe permanecer presente en el curso de ejecución y subsistir al final, tanto es así que, en la óptica china, un cuadro demasiado terminado es un cuadro fracasado, en un verdadero cuadro debe quedar un espacio siempre virtual y que tienda a otras metamorfosis.

Es con relación a esta imagen de Yin-yun que la segunda noción, la del Trazo único de Pincel, toma todo su relieve. El Trazo único de Pincel se desprende del Yin-yun en tanto que primera afirmación del ser. El es a imagen del soplo primordial que se desprende del Vacío original. 


Es por lo que, de ahí en más, se puede afirmar, como Shitao mismo lo hizo, que el Trazo, en el orden pictórico, es el equivalente del soplo, es la traza tangible. El Trazo no es una simple línea. Por medio de un pincel, embebido en tinta, el artista coloca el Trazo sobre el papel. 

Por su pleno y su perfil, su Yang y su Yin, el empuje y el ritmo que implica, el trazo es virtualmente y a la vez forma y movimiento, volumen y tinte. Constituye una célula viviente, una unidad de base de un sistema de vida. 

Y además en tanto poderoso significante, el Trazo significa siempre más de lo que manifiesta. Porque aún siendo una completud en sí, llama a la transformación que porta en germen. No cesa de llamar a otros trazos, como lo proclama Shitao
"El Trazo único de Pincel contiene en él los Diez Mil Trazos". 
De este modo, es en torno a ese nudo en movimiento, equivalente al soplo, a la vez lo Uno y lo Múltiple, la traza y la transformación, que la Tradicion pictorica china, renovada por Shitao, ha forjado una práctica significante que tiene una coherencia orgánica.

Para adquirir el arte del Trazo ¿Es suficiente un ejercicio asiduo? No, dice Shitao, ya que se trata de una disciplina de vida. Para ello, hace falta que el artista esté en estado de acogerlo. 


Es aquí que interviene la noción de Receptividad. Como el Trazo debe ser movido por el soplo, hace falta que previamente el artista, él mismo en lo más íntimo, sea movido por los soplos vitales, tanto el Yin, el Yang, como el Vacío-central, los mismos que han sido capaces de encarnarse en bambú y en roca, en montaña y en agua. 

El artista debe alcanzar ese grado de disponibilidad abierta donde los soplos internos que lo habitan estén en condiciones de relevar aquellos que vienen del Afuera. El verdadero Trazo no puede resultar más que de este encuentro y de este intercambio entre soplos internos y soplos externos. "Venerar la Receptividad", es la última recomendación lanzada por Shitao

Este último no ignora que hay conocimientos conscientes y prácticos, pero afirma que la Receptividad es primera y el Conocimiento segundo. Para decirlo todo, la Receptividad es un estado superior del Conocimiento, una especie de intuición plena por la cual captamos algo que no sabemos y que sin embargo por adelantado, ya sabemos.

Acabamos de tratar la idea del Trazo. Pasemos ahora del Trazo a la combinación de trazos, y de la combinación de trazos a las figuras dibujadas. Entre las figuras dibujadas, más abstractas y al mismo tiempo más significantes, hay que contar los ideogramas que, como se sabe, son un conjunto de signos hechos de trazos estructurados cada vez alrededor de un centro, según ciertas reglas pero que ofrece variedades infinitas. A causa de los ideogramas, la caligrafía se volvió un arte mayor.


Por la gestualidad surgente, y rítmica que ella suscita, la caligrafía exalta el ser carnal de los signos, restableciéndolos en su dignidad plena. Si hablar es un soplo, escribir es un soplo también. Los signos a trazar comprometen cuerpo y espíritu del que traza, lo proyectan al afuera para que él se realice en figuras formales pero plenas de sentido. Plenas de sentido, dijimos. 


La palabra sentido [sens] en plural, pues el sentido de los signos en los cuales el hombre se inviste enteramente es inagotable. Acerca de esto, no puedo dejar de abrir un paréntes para evocar el ideograma yi sobre el cual Lacan y yo hemos tenido una discusión de las más instructivas para mí. 

Este ideograma, que tiene como sentido original "Idea" o "intención",­ goza de numerosas combinaciones con otros ideogramas para formar toda una familia de términos que giran en torno de la noción de imagen, de signo y de slignificación. 
Es así que a partir del núcleo {yi}, asistimos al nacimiento de la siguiente serie: {yi-yu[deseo]; {yi-zhi} [mira]{yi-xiang} [orientación]; {yi-xiang} [imagen, signo]{yi-hui} [comprensión]{yi-yi} o {zhen-yi} [significacion o esencia verdadera]; {yi-jing} [estado más allá de lo decible]
De los dos últimos terminos, el {yi-yi[significación] implica la idea de la eficacia justa, mientras que el {yi-jing} [estado no decible] implica la idea de un rebasamiento con re­lación a la palabra significada. 

Y toda esta serie de palabras nos inspira la constatación que, por una parte, el signo es el resulta­do de un deseo, de una mira y dotado de una significación que sin embargo no la agota, y que, por otra parte, la verdadera significación de un signo puede actuar eficazmente, y el rebasamiento del signo no puede hacerse mas que a partir de esta significación misma. 

Nuestra discusión sobre ese tema nos llevó naturalmente, lo recuerdo bien, a referirnos a la concepción desconstructivista del Lenguaje y pensamos que si es totalmente justo afirmar que el sentido de un "escrito" es sin cesar "diferido", eso no impide que en cada situación determinada, en cada encuentro decisivo, la significación es, en la medida en que la significación en cuestión actúa eficazmente sobre los seres presentes, haciéndoles acceder, en el mejor de los casos, a la Transformación.

A Lacan le gustaban los ideogramas -por su Forma y por su manera ingeniosa de sugerir el Sentido- así como la Caligrafía. El me dijo que me envidiaba el poder practicar ese Arte ligado a lo concreto como una terapia. 


Me habló también de André Masson al que consideraba como un Calígrafo occidental En 1973, hubo una Exposición china en el Petit Palais. Fuimos allí juntos. A falta de Pinturas y de Caligrafías, contemplamos largamente los Objetos, más particularmente esas líneas altamente estilizadas, grabadas sobre bronce.

Pero lo que fascina a Lacan, sin embargo, son esos Signos escritos como Sistema. Un Sistema que está al servicio de la palabra, aunque guardando una distancia con relación a ella. Como cada Ideograma forma una unidad autónoma e invariable, su poder significante sólo se diluye poco en la cadena. 


De este modo, siendo capaz de transcribir fielmente la Palabra, el Sistema también puede, por todo un Proceso de elipsis voluntaria y de combinación libre, engendrar en su seno un juego abierto, sobretodo en el Lenguaje poético donde, en el interior de un Signo y entre los Signos, el Vacío-central juega a pulverizar el dominio de la linealidad unidimensional. 

A propósito de esto, recordemos que me he despedido de Lacan hacia 1974 para consagrarme precisamente a la redacción de una Obra acerca de la escritura poética china. Esta Obra, publicada en 1977, atrajo toda la atención de Lacan. En una carta fechada el 22 de Abril de 1977, me escribe: 
"He tenido en cuenta su Libro en mi último Seminario, diciendo que la interpretación -es decir lo que debe hacer el Analista- debe ser poética -palabra subrayada por Lacan".
A continuación, hemos tenido varios encuentros de los cuales uno, memorable para mí, en su casa de campo du­rante una jornada entera. En un Artículo para la revista L' Ane, relaté de manera bastante detallada lo que nos hemos podido decir acerca de una octava del Siglo VIII, El pabellón de la grulla amarilla de Cui Hao

Aquí, hoy, me conforrno con evocar una cuarteta de Wang Wei que estudiamos ese día, de alguna manera como una entrada -Hors-d' oeuvre-. Yo le preguntaba como, finalmente, definía la metonimia y la metáfora. El me dijo que se cuidaba bien de hacerlo. 

Que a partir de la idea de continuidad y de similitud, se puede siempre ahondar, pero lo importante es observar el lazo entre las dos figuras en su funcionamiento. Inmediatamente después, abrió mi Libro para buscar en él ejemplos simples y recavó sobre la cuarteta de Wang Wei

Ahí, una vez más, debo decir que admiré el olfato lacaniano. El Poema, titulado, El Lago Qi, tiene por tema una escena de despedida. La escena es descripta por una mujer que acompaña a su marido hasta el borde del Lago tocando la Flauta. Mientras ella permanece en la orilla, el Hombre se aleja en barca hacia un largo Viaje. 

Eso es lo que indican los dos primeros Versos. El Tercer Verso dice que en un momento dado, en el corazón del Lago, ya lejos, el Hombre se da vuelta. Y este último Verso termina de manera un poco abrupta, como una detención en una imagen, con esto: 
'Montaña verde rodea nube blanca'.
Con este Verso estamos en presencia de dos metáforas, montaña verde y nube blanca, en una relación de metonimia. En primer grado, la imagen representa lo que el Hombre ve efectivamente desde el medio del Lago cuando él se da vuelta. 

La Montaña figura entonces el ser que permanece allí, en la orilla, es decir la Mujer; mientras que la nube, símbolo de la errancia, figura el ser partiendo, es decir el Hombre. Pero en un grado más profundo, hay como un vuelco de la mirada. 

Pues en el imaginario chino, desde siempre, la Montaña pertenece al Yang, y la Nube al Yin. En ese caso, la Montaña designa al Hombre y la Nube a la Mujer. El Verso entero parece hacer oír la voz interior de cada Protagonista. 
El 'hombre-montaña' parece decir a la mujer: "Estoy en errancia, pero permanezco fielmente Allí, próximo a Ti", y la 'mujer-nube' parece responder al hombre: "Estoy Aquí, pero Mi Pensamiento Se Hace Viajero Contigo"
En realidad, en un Grado más Profundo aún, ese último Verso dice lo que por pudor o por impotencia la Mujer no llega jamás a decir con un lenguaje directo y denotativo: toda la relación sutil e inextricable entre Hombre y Mujer.

Según los chinos, la Nube nace de las Profundidades de la Montaña, primero bajo forma de Vapor, el cual subiendo hacia el Cielo se condensa en Nube. En el Cielo, puede bogar un instante a su antojo, pero vuelve hacia la Montaña para rodearla. 

Está dicho en el Verso: "Montaña verde rodea nube blanca". El verbo 'rodear', no marcado aquí, puede ser activo, en el sentido de 'rodear', o pasivo, en el sentido 'ser rodeado', de manera que el Verso significa a la vez:
"la montaña rodea la nube" y "la montaña se deja rodear por la nube". 
Un enlace alternando activo y pasivo, o inversamente. ¿Es eso todo? No del todo. Hay que quebrar el pudor señalando el hecho de que la Nube vuelve a caer como Lluvia sobre la Montaña. Este hecho tiene un sentido Más Profundo y un alcance más amplio que lo que se piensa. 

Ciertamente, se sabe que en chino la expresión "nube-lluvia" significa el Acto Sexual. Es muy interesante pero podemos ir más lejos. La Nube que se eleva de las entrañas de la Montaña, que sube al Cielo y que vuelve a caer como Lluvia para realimentar la Montaña, encarna de hecho el inmenso movimiento circular que enlaza a la Tierra y el Cielo. 

Desde esta óptica, se vislumbra un poco el Misterio de lo Masculino y lo Femenino. La Montaña verde, levantada entre Tierra y Cielo, entidad aparentemente estable, es precaria, sin embargo, estando bajo la amenaza de perder su Cualidad de verde si ella no es alimentada por la Lluvia. 

En cuanto a la Nube, una entidad aparentemente frágil, es tenaz. Aspira a tomar múltiples Formas porque lleva en sí la nostalgia del Infinito. A través de ella, lo Femenino busca -al desgarrarse el Corazón- decir lo Infinito que no es otro que su propio Misterio [9].

Estamos en el imaginarlo chino. Cómo no señalar al pasar la Maravillosa Casualidad en francés donde, fonéticamente, la imagen de la mujer 'desnuda' {nue} está ligada también a la de la Nube {nue} [***]. Lo que ha permitido la rica ambigüedad del Poema de Mallarmé que comienza por "A l'accablante nue...".


Creo que a fin de cuentas, es también para acorralar ese misterioso Femenino, caro al pensamiento taoísta, que el doctor Lacan emprendió en mi modesta compañía, pero con qué ingeniosa paciencia, su búsqueda china.




Diseño|Arte|Diagramación:  Pachakamakin
Portada: Ashley Vincent



NOTAS:

[1] Cheng F., L' Écriture Poétique chinoise, Le seuil, coll. "Points", 1996, et Vide el plein, le langage pictural chinois, Le Seull, col. "Points", 1991.
[2] Para la lectura del Livre de la Voie et de sa vertu -
El libro de la vía y de su virtud-, Lacan consultó varias traducciones, particularmente las de J.J.L. Duyvendak. Jean Maisonneuve, 1987, y de F. Houang y P. Leiris, 1979.
[*] [N. Del T.], Voie y Voix en francés son homofónicos.
[3] El Tao de origen engendra el Uno / El Uno engendra el Dos / El Dos engendra el Tres / El Tres engendra los Diez Mil seres / Los Diez Mil seres endosan el Yin / Y abrazan el Yang / Por el soplo del Vacío-central / Realizan el intercambio-entendimiento
[**] [N. Del T.], en inglés en el texto, "tierra de nadie".
[4] El Tao pudiendo ser enunciado / no es el Tao constante / El Nombre pudiendo ser denominado / no es el Nombre constante / Sin tener Nombre, Comienzo del Cielo-Tierra / El-tener Nombre, madre de Diez mil seres / Siempre Sin-tener Deseo / para captar el germen / Siempre el-tener Deseo / para preveer el término / misma salida pero diferente denominación / Participan del mismo impulso original / Misterio y misterio otro / Puerta de todas las maravillas
[5] Estas tres obras -Entretiens de Confucius, Mencius, Le Milie juste- citadas aquí, forman, con La Grande Étude los Cuatro Libros canónicos del confucionismo. Lacan los ha estudiado en la traducción de Séraphin Couvreur -reeditado por las Ediciones Kuan-Chi, en venta, en París, en las librerías Le Phénix y You-feng-.
[6] Confucius, Entretiens de Confucius, trad. A. Cheng, Le Seuil, coll. "Points", 1981, p. 65.
[7] Libro de Adivinación cuya versión actualmente conocida es atribuida al Rey Wen de los Zhou, aproximadamente mil años antes de nuestra era.
[8] Shitao, Propos sur la peinture du moine Citrouille-amere -Palabras sobre la pintura del monje Calabaza-amarga-, trad. P. Ryckmans, reed. Hermann, 1997.
[9] La interpretación de esa cuarteta de Wang Wei, hecha por Lacan y por mí ese día, ha podido ser integrada veinte años más tarde en mi Obra L' Ecriture poétique chinoise, cuando ésta entró en la colección de bolsillo Points de la Editorial Le Seuil.


4.13.2009

OREJA

Por Roberto Daniel León



OREJA… 

Con buena vista se busca para neutralizar accionar de lengua veloz. 


No hace mucho tiempo, densa polvareda levantó un comentario de Carmen Argibay (Ministra de la Suprema Corte), al referirse a esta sociedad como esquizofrénica. Dado que la palabreja describe un síntoma que pocos reconocen, pero que la mayoría huele peligroso, todo el mundo (léase los medios masivos de comunicación), se mandó a guardar pasado el estupor inicial. No se hable más del asunto, pareció ser la consigna no escrita. La declaración resultó todo un incómodo dedo en el culo, de modo tal que nadie se siguió moviendo después de la primera impresión: no vaya a ser que profundice o haya más dedos.

Susana “Sinpecado” Giménez lanzó la primera piedra: el que mata debe morir. Uno, que también tiene su corazoncito, claro, acostumbrado a volar más alto que los alambrados porque sabe que son peligrosos, inmediatamente imagina, casi seducido por la idea: a los que matan de hambre, a los que matan con la especulación, a los que matan por dinero, por poder o no poder, a los que matan los sueños, la libertad, la justicia, el amor…Bueno, en este caso no; en este caso es a los que matan a los floristas. Tanta sensibilidad por la belleza (y no es ironía) tirada a la basura mediante la simple y torpe eliminación de un cuerpo. ¿Cuántas sensibilidades por el arte, la belleza, la libertad, la justicia y el conocimiento, fueron masacradas antes por similar método? La diva, que se las ha ingeniado para que la ignorancia resulte simpática, parece que al igual que el “ingeniero” y muchos miles similares, acaban de llegar de Andrómeda, donde aún no hay señal de cable y por lo tanto, no sólo no estaban enterados, sino que además no tienen nada que ver con los horrores que ocurren en este país (en el exterior no se consiguen, excepto en la temible Cuba).

Como “todos” somos “nadie”, entonces hay que encontrar a uno que pague por todos; uno que tenga nombre y apellido, que sea fácil de identificar y, sobre todo, vulnerable. La brillante idea –que ya se le ocurrió al dios de la Biblia con su supuesto hijo- sigue vigente: ahora son nuestros hijos, es decir los jóvenes. Claro que eso no se puede confesar tan crudamente, así que hay que disfrazarlo un poco y desviar la atención de la conciencia. La droga! Ahí está! Ese es el monstruo que se devora en forma oral, aspirante o inyectable, nuestro futuro… no! Mejor poné “seguridad”! Eso, nuestra seguridad! La droga es la culpable. Tiene vida propia, llovió de los cielos… no, de los cielos no puede ser, porque tendría que ser buena; apareció del infierno! Eso! Nosotros no tuvimos nada que ver con construir porquerías ilegales. Solo legales; dentro de la ley, todo. ¿Cómo hace la droga para apoderarse de nuestros hijos, poniéndolos en situación de ser sacrificados, por el bien de nuestra seguridad eterna en el country prometido? ¿Tiene ese monstruo vida propia? ¿Acaso es alienígena? ¿Por qué no todos los jóvenes consumen estupefacientes? ¿Por qué no todos los que consumen son violentos? ¿Acaso no tiene el mismo efecto en todos? ¿Por qué no hacerle lugar a la-s pregunta-s?

La precariedad intelectual que nos dejaron los milicos, encaramada a diversos estratos del poder, no solo no logra sino que no permite ver mas allá de las formas externas y, por las dudas que haya que hacerse cargo de algo, prefieren atacar sólo lo que se ve. De este modo, como dice Dolina, le apuntan al cura pero le pegan al campanario, perpetuando el mismo fracaso con idéntico método.

Para el control de plagas, la biología moderna incorpora el concepto de llegar a la gestación de la misma, evitando matar a los bichos que están a la vista y usándolos como emisarios portadores de algún tipo de inhibidor de la reproducción. El producto llevado a la madriguera, detiene la gestación de más plaga. Obviamente los biólogos no se nutren de los medios de comunicación masiva y tampoco ocupan sitios de decisión en los ámbitos gubernamentales ni eclesiásticos. Es menester abundar, en función de la comparación y en virtud del ejemplo utilizado, que para los seres humanos, el inhibidor no sería biológico sino educativo, ético, cultural, intelectual.

Llevamos ya muchos años de estímulo a las emociones y nula nutrición de la cabeza. Los “sentidos” cobran fuerza, mientras el raciocinio se debilita por ausencia de la palabra formadora. Un porcentaje cada vez mayor de la sociedad moderna deja de tener hijos y solo paren crías, posicionándonos cada vez más cerca del primigenio animal. Ya casi no se escucha a los niños y la charla formativa de actitudes es reemplazada por: “no molestes”, “andá a ver la tele”, “andá a jugar con la compu” (jugar con la compu, en casa o en el cyber, es “jugar” a matar sin consecuencias; matar sobre todo al diferente, cuanto mejor si negro o musulmán, pero sobre todo, desarrollar placer por la muerte del otro).

Toda esta barbarie no puede tener mejores consecuencias que las que están a la vista. Hacerle abundantemente la cabeza a una persona en formación o sin ella, para que consuma innumerables productos que le darían un status preferencial, convirtiéndolo en alguien valioso y aceptado, mientras que a la vez se los excluye, negándoles los medios de acceso al tan promovido objeto, no puede menos que contribuir eficazmente a, por lo menos, la rotura de una vidriera.

Que las personas adineradas eludan tan fácilmente el accionar del sistema legal (mal llamado justicia), mientras que las cárceles se llenan de pobres de toda pobreza, no puede menos que multiplicar reacción violenta.

Burlarse de los sueños hasta matarlos, no puede menos que dejar vacíos de toda vida interior a aquellos que necesitarán de abundante estímulo externo para no morir de hastío, seres a los cuales luego querremos matar porque “no tienen remedio” y porque “nacieron así”. La hipocresía es carísima. Genera un alud de previsibles consecuencias, salvo para quienes se niegan a enterarse de su participación en los hechos.

La destrucción de la palabra, de las utopías, de los valores éticos, reemplazándolos por viles y efímeros objetos concretos, pondrá afuera del individuo lo que debería pasar por su interior. Poner afuera es no hacerse cargo, es culpar siempre a otro y deteriorarse gradualmente como persona, conduciéndonos a un progresivo descenso de la calidad humana. La calidad humana se construye, nadie viene hecho, mal que les pese a los místicos creyentes. Ahora quieren regresar al lugar del que a duras penas intentamos salir, pero no nos engañemos: Susana y los “susanos”, no quieren regresar –por ejemplo- a la “colimba” (no tienen puta idea de lo que realmente era esa bazofia), quieren que regresen los otros; esos “otros” que tienen la culpa de todo. La pena de muerte es la solución maravillosa, excepto, claro, que me la quieran aplicar a mí. Y todo eso sin contar con que el criterio y la aplicación de “justicia” actuales, mataría inocentes y seguiría liberando culpables por doquier.

Una sociedad cuya bandera y símbolo supremo de desarrollo es el autito, o el aire acondicionado, no puede pretender lidiar tan fácilmente con conceptos éticos y filosóficos como la vida, la muerte, la libertad o la justicia. No sin antes detener la lengua, agudizar el oído para escuchar y aprender, la vista para observar y leer, el olfato para detectar carne podrida o quemada y el tacto para acariciar en vez de golpear, sin olvidar la otra acepción del término, que posibilitaría pensar lo que se dice, en vez de decir lo que se “piensa”.

Pena de muerte 

Muerte de pena 

Pena a la muerte 
Muerte a la pena. 


Diagramación & dg: Andrés Gustavo Fernández

3.23.2009

TEXAS PUEDE

Por Roberto Daniel León



Según reza el titular de una reciente noticia, habrían descubierto en Texas (milagro, dios existe!) una hormona que sería la causa de la infidelidad femenina (insisto, ESE dios existe).

Cierta vez, sin que le fuera requerido, una dama intentaba justificar su aventura con la frase: “una también tiene sus necesidades…”. Se inscribe esta anécdota circunstancial, en la modalidad reduccionista –y me atrevo a agregar irresponsable- proveniente en general de los “avanzados” cerebros estadounidenses (aunque no todos, por suerte), que insisten vez tras vez -incapaces de simbolizar-, en encadenar la persona al cuerpo.

Claro que una hormona establece condiciones y “necesidades” fisiológicas, pero la sexualidad excede al cuerpo, incluyendo la genitalidad. Eso, es lo que ese dios aún no les permite ver. Necesidades tienen los animales, las personas (no parece ser el caso de ellos) despegaron del animal al haber podido simbolizar, elegir, desear… 

Yo no tengo “necesidad” sexual, tengo deseo. Y deseo en función de aquello que está armado en mi psiquis, conforme la influencia de la cultura en que me ha tocado desarrollarme, las vivencias personales dentro de esa cultura, y las consecuencias de mis elecciones. A un perro en celo le da igual cualquier perra y viceversa, condicionados solo por diferencias prácticas de tamaño. A un hombre no le da igual cualquier mujer y viceversa. La elección (siempre hay una elección), proviene de los estándares culturales, de las fantasías, de las asociaciones de imágenes disparadoras del deseo, que se construyen en la persona a partir de su inmediatez.

El reduccionismo salvaje de estos sectores, fruto de sus frustraciones personales, del vacío de construcción interior y de la ignorancia supina, los hace cómplices –si no artífices- de la construcción de pedazos de carne esclava. Lograron avanzar admirablemente en el conocimiento de las vías de comunicación inter cerebral, pero poco o nada saben (y a eso le temen), acerca de que es lo que viaja por esas vías. Acostumbrados a poner el cuerpo (de otros) y las armas, cuando no logran entender simplemente disparan un misil y vuelan el puente (lobotomía). Lo que no logran entender –o no quieren- es que la información que viajaba por esa vía solo se detuvo, no desapareció. Claro que, cortando la cabeza completa, entonces si desaparecerá. Basta con martillar el disco duro de una PC para que su contenido desaparezca. De todos modos, con solo la biología como recurso, se puede construir un idiota que sonría siempre y presentarlo al mundo como el nuevo hombre feliz. La compleja integralidad de una persona parece no entrar en sus cabezas y, Murphy mediante, como todo lo que tienen es un martillo, cualquier cosa que ven les parece un clavo. De aquello que no cierra, pues no se habla y sanseacabó.

¿A que destino conlleva esta forma de concebir la vida? Temo una realidad que supere a las peores películas futuristas, con zombis programados para determinadas tareas, con la pérdida absoluta de su libertad y por lo tanto de su humanidad.


Diagramación & DG: Andrés Gustavo Fernández

3.17.2009

¿LA CAJA DE PANDORA ES INCONSCIENTE?





Realmente ocupo mi lugar en el espacio indefinido donde el señor de los sueños, teje, desteje, juega. Crea historias que condimenta con realidad y ficción. Y aún siendo director y actor en cada escenario, hace visible su estrategia a quien; intrépido, osado y valeroso, se apropia de lo que, dormido, cedió. ¿He dejado de ser sonámbula de las noches y los días? ¿Recorro y elijo escenarios?... o soy un extraña en mi propia creación. Debajo de mis párpados descubro el poder de ser y hacer. Reconozco mucho más que un par de ojos de vigilia. Lo sé en el momento que aparece la forma de mis formas y esta cambia junto conmigo. 
Entonces ahí me pregunto… ¿Será ese poder posible en lo onírico probable en la vigilia? ¿Será el espacio atemporal el confesionario del inconciente al conciente? …¿De qué o de quién depende? ¿De un dios, de mí, de un chip? ¿Existe el final acaso? ¿Quién decide hasta dónde llegar?... 
Estas preguntas llevan a Pandora a recorrer lo que pronuncia una y otra vez hasta encontrar qué intenta decir. O más bien, descifrar el mensaje que pronuncia de manera inconciente aún sin estar soñando. ¿Será solo una aventura para ella, un libro de cuentos que puede diagramar y colorear por tan solo el capricho de ocupar un lugar? ¿Dejará de ser cómplice del polvo que empaña el sentido que las palabras le muestran si las escucha? 
Se acerca la noche, Pandora, decide abrir su caja otra vez, sin embargo, cansada ya de repetir la misma historia se propone registrar antes, todo cuanto la rodea. 
Observa cada persona, cada situación y lugar que visitó durante ese día. Pone atención en todos los detalles. Está dispuesta a encontrar el sentido de aquello que atesora durante el día y la divierte en las noches. Sabe que hasta ahora, quizás, solo fue un extravagante juego de imágenes, formas y sonidos. Una película en la cual cada noche protagoniza un personaje favorito de su álbum infantil. Había llegado el momento de responder a preguntas que distrajo con historietas de un espacio al parecer reducido. La caja de Pandora. Ya no caben mas disfraces. Nada sacia su sed al reconocer que fuera de ella vive historias que dibuja en cada sueño con crayones y acuarelas, duendes, dragones, hadas, mariposas. Y todo forma parte de una obra inconsciente que llegó a contenerla aferrada a su destreza conocida y majestuosa en ese lugar. Aún sin saber del todo para qué. 
Sin vacilar, abrió la caja, bajó sus parpados, respiró profundamente y sumergiéndose en medio de la corriente que ella sabía navegar. Comenzó a dejar pasar lo que suele distraerla. Su destino esta vez era llegar al fondo de la caja, y comprobar si ese era el fin, el límite de su viaje. Pandora supo en ese instante que ningún otro sueño la había atraído tanto como éste. Y al mismo tiempo, la oscuridad en la cual se sumergía comenzaba a intrigarla. Era más que incierta la travesía. No había un lugar definido, ni tampoco la acompañaban personajes a los que ella estaba acostumbrada. Solo un pequeño lucero parecía atraerla en esa dirección. Ya no había vuelta atrás.
 Comenzó a recordar sus viajes anteriores, uno tras otro, como si se abrieran capítulos de un mismo libro, y cada uno formara una palabra, y cada palabra perteneciera a una misma frase. Pensó que lo mejor sería ordenarlas, unirlas y encontrar qué buscaban decirle. Sabía que podía hacerlo, entonces, se detuvo, y comenzó acaminar en círculos sobre el mismo lugar. 
Fue recogiendo una tras otras las palabras, conectándolas de distintas maneras, como un rompecabezas, hasta que al fin apareció. El Sentido De La Destreza Atemporal… de eso hablaban las palabras. Su mirada parecía abrirse a un horizonte mucho más lejano que el del comienzo. 
De repente frente a ella, se dibujó una puerta, su color dorado, encandilaba sus ojos como el oro brillando frente al sol. Estiró las manos para abrirla, notó que era diferente. En ella no había picaporte ni cerraduras. Solo resplandecía y parecía latir al ritmo de su corazón. Se pregunto si habría un secreto para cruzar. ¿Había llegado a algún lugar?
No podía concebir esto como el final de su viaje, tenía que existir mucho más, de hecho, existe. Y esa puerta tiene un significado mucho mas valedero que lo que parece a simple vista, al igual que los sueños de Pandora. Aturdida frente a tantos interrogantes, respiró hasta escuchar el silencio y decidió sentarse frente al portal y contemplarlo. 
Su intenso brillo contradecía la profunda oscuridad en la cual había penetrado. ¿Cómo es posible, se dijo, que detrás de tanta oscuridad exista algo tan luminoso? Al mismo tiempo recordó el lucero que la guiaba, tenía la misma intensidad, en ese instante comenzó a pronunciar con toda naturalidad la frase que había formado en el viaje: El Sentido De La Destreza Atemporal. 
La repitió tantas veces como su corazón lo necesitaba. Las palabras parecían brotar desde su pecho cada vez con mayor potencia y estas quedaban talladas sobre la puerta una tras otra, hasta que al fin, Pandora quedó en silencio y el valor de las mismas permitió que la puerta se abriera dejando ver el nuevo escenario. El asombro frente a tal inmensidad la desbordó, brotaron lagrimas de sus ojos, un aroma agradable la atraía hacia delante. No había un sendero marcado, sin embargo cada paso que daba diseñaba su rumbo. Comprendió que en ese espacio nada estaba definido, existía la posibilidad de crear sabiendo para qué. El sentido marcaba la dirección momento a momento y éste acompañaba su habilidad, su destreza. Todo había cambiado para ella, lo que conocía como una cofre con principio y final, se había transformado en un pasaporte hacia nuevos lugares. Ya no existían personajes azarosos. Ahora comprendo, se decía una y otra vez, ahora comprendo; aquí no hay afuera ni adentro, yo soy la caja de Pandora y al mismo tiempo soy Pandora, puedo deslumbrarme con historias de ficción, navegar a la deriva, penetrar la oscuridad, brillar, expandirme y crear. 
Esa soy yo, Pandora. La que escribe, la que habla, la que sueña, la dueña del espacio que mantuvo latente la ilusión de no ser responsable de mi propia creación. Aquí no es de noche ni de día, estoy con los ojos abiertos, veo cuanto me rodea y esto cobra la forma de cada paso que doy. Obras que transcienden la dichosa posibilidad de crear. Soñar con lucidez es saberme dueña de mis actos en las noches. Vivir con lucidez es reconocerme en cada momento dando forma a lo incierto. En ambos casos, la imaginación es el combustible del vehículo de mi mente. La intención el sentido de haber elegido hacia donde ir. Y el azar se transforma y florece en azahar con tan solo una letra que sepa ubicar en su justo lugar. Nada está separado y menos aún, nada tiene un final. Buenas noches, es de día, he dejado de dormir para soñar. Ahora vivo creando de los sueños mi propia realidad.





ENTREVISTA A MARIANA VERNIERI


El yoga del sueño habla de esto desde siempre. Lo mismo que los chamanes. 
Pero el concepto de Sueños Lúcidos tal como lo entendemos hoy, 
encarado desde el ángulo científico y sistemático surge en los años 80 
con los estudios de Stephen Laberge y la Fundación Lucidity Institute.


Mariana, ¿Qué significado tienen para vos los Sueños Lúcidos? 

Una oportunidad de encontrarme cara a cara con mi Inconsciente, entenderme por dentro, explorar el lado desconocido del mundo como para sacar mis propias conclusiones. Una oportunidad de vivir mis fantasías, de enfrentar mis temores, de crecer. 

¿Podrías describir tu experiencia en los Sueños ? 

Es simplemente saber que estamos soñando, ser conscientes de que estamos dentro del Sueño. Luego aparece el tema del control de sueños casi siempre asociado. 

¿Podemos hacer lo que querramos? ¿Cambiar cosas? ¿Cambiar de escenario? ¿Hacer aparecer personas o cosas? ¿Manejar las actitudes de los personajes oníricos? 

...Eso depende del nivel de manejo que hayamos desarrollado y de la confianza que tengamos sobre nuestro propio poder. Pero la lucidez no implica control. La lucidez es simplemente el reconocimiento de hallarnos dentro de un Sueño. 

En tu vida, ¿Cómo repercute esta experiencia? ¿Qué cambios experimentaste a partir de ellos? 

Los Sueños Lúcidos son una parte de mi vida de la que no podría prescindir. Las razones son muchas. Quizás la primera de ellas es tener un feedback con mi Inconsciente, lo que me ayuda a ser una persona realmente integrada. Digamos: el Inconsciente me habla a través de los Sueños ¿Cómo le contesto yo para hacer un verdadero diálogo? Mediante la lucidez. Sólo así puedo ir domando ese caballo salvaje que llevo dentro. Más allá de eso me parece una fuente de experimentación y autoconocimiento excepcional. Una herramienta necesaria. Siento que vivo en varios mundos, trato de tener conciencia y decisión en cada uno de ellos, incluso en este, en la vigilia, lo cual a mucha gente se le pasa y viven como autómatas, arrastrados hacia donde los lleva la corriente. La práctica para la lucidez te entrena a vivir lúcidamente en todo momento. A estar mejor parada y con mayores herramientas para la búsqueda fundamental de mi vida: Siento que cada día estoy más cerca de saber “a qué estamos jugando”. Mejoré en mi autoestima, el poder y autoconfianza que me aporta el dominio de mis sueños lo traslado a la vida real. Eso me ayuda a triunfar en mis objetivos, a la par de en mis sueños, en la vida real. Me ha ayudado psicológicamente a conocerme cada vez más y mejorar los aspectos de mí que no me gustaban. Me siento una persona más integrada: consciente e inconsciente caminan de la mano ahora, sin secretos. Hay varias personitas dentro de mí, y ahora puedo sentir que vamos todas para el mismo lado. 

¿Que podrías comentar de los riesgos de entrar en Sueños Lucidos? ¿Existen o forman parte de nuestras creencias? 

Me gustaría decir, como lo hacen casi todas las publicaciones que hablan sobre el tema, que la práctica frecuente de Sueños Lúcidos no tiene ninguna contraindicación o efecto adverso. Pero mi experiencia me indica que -si bien no se trata de nada demasiado grave- hay ciertos riesgos de los que hay que estar conscientes para su buen manejo: usar los sueños como un refugio. El espectacular abanico de posibilidades que se nos abre en los Sueños Lúcidos puede funcionar como una droga que nos haga dar menos importancia a las frustraciones de la vida real. “¿Que me importa fracasar aquí si en mis sueños soy tan exitoso como desee?” Algunas Personas, se me ocurre, pueden dormir largas siestas, o incluso desear que llegue la noche e ir a dormir temprano para entrar en este estado en el que tienen control de la situación, dejando de lado lo más importante: La vida real. Esto sólo puede ocurrirle a aquellos que tienen cierta predisposición a la locura. La vivencia de experiencias demasiado realistas pueden hacer que algunos confundan la realidad con la ficción. Esto desde ya no representa riesgo alguno para el común de la gente, ya que se trata de estados de conciencia muy distintos y fácilmente reconocibles por la mente sana.

¿Hablando de lo real y lo que no lo es, qué es aquello que, generalmente, atemoriza y cuestiona la experiencia que vive la persona en su Sueño? 

Es relativamente frecuente que en medio de nuestro Sueño Lúcido oigamos una voz, o nos encontremos con un personaje onírico que nos diga cosas como: “Aquí sólo llegan los elegidos y tu no has sido invitado. Más vale que si vuelves sepas para lo que haces, porque si sigues haciendo tonterías como volar o hacer desaparecer cositas, puede ser muy peligroso para tí. Es una advertencia!!” Personalmente he sido escarmentada por este tipo de mensajes más de una vez, sobre todo en WILDS. A pesar de todo aquí estoy, persistiendo. Porque creo que se trata simplemente de voces generadas por nuestro Inconsciente, que nos quiere poner a prueba, y guiarnos sobre qué deseamos hacer de nuestros Sueños Lúcidos. Con sueños de “escuela nocturna”, por ejemplo, jamás me ha sucedido algo así. 

Imagino que tarde o temprano todas estas situaciones serán vivenciadas por el navegante lúcido. Es fácil deducir que puede producirse un quiebre o modificación en nuestros actividades y vínculos con otras personas ¿Qué hacer entonces? 

Si tenemos nuestra atención enfocada en los Sueños Lúcidos podemos tener problemas con la gente que nos rodea, sobre todo en horas de la noche y de la mañana. Si alguien nos interrumpe mientras estamos intentando recordar un sueño, nos despierta en medio de un Sueño Lúcido o nos distrae cuando estamos penetrando en un WILD o un MILD podemos enojarnos mucho, sin que en realidad la persona haya hecho nada malo. Sin ir tan lejos podemos no prestarles atención mientras nos hablan por no “perder” el recuerdo de nuestro último sueño. Puede aburrirles el tema o desconfiar de él, si queremos contarles nuestras experiencias, mientras que si no lo hacemos sentimos que están alejados de una importante faceta de nuestras vidas. Además, al profundizar en estas prácticas los sueños se hacen más vívidos. Por eso podemos hablar por las noches, emitir sonidos, despertarnos sobresaltados, lo cual puede molestar a nuestro compañero de cama. Por lo tanto, si uno va a abocarse a esto, es importante poner las cosas en su lugar: en primer término la familia. 

¿Qué hay de la frecuencia en la ejercitación? 

La mente necesita descansar, y los sueños REM normales cumplen una función muy importante en este descanso. Si dedicamos todos nuestros sueños a explorar las fronteras de la conciencia, podemos sentirnos muy cansados y hacernos daño a largo plazo. Por tal motivo recomiendo no tener Sueños Lúcidos todos los días, o si lo hacemos, tener Sueños Lúcidos tranquilos y amenos que requieran poca concentración, y dejar los “ejercicios difíciles” para una o dos veces por semana. 

¿Qué motivos más recurrentes son los que asustan a las personas comúnmente? 

Por motivos... de los más variados. El miedo a lo desconocido está por sobre todos ellos. La persona está haciendo algo que nunca hizo: mantener la conciencia a medida que se queda dormido. Esto resulta emocionante, y el corazón puede ponerse a latir rápido cuando empieza a suceder, y esto impide que logremos conciliar el sueño. Por otro lado, al extender nuestro período de conciencia podríamos observar en nuestro cuerpo sensaciones que naturalmente desconocemos, por suceder siempre cuando ya estamos dormidos: movimientos oculares rápidos, zumbidos, temblores, sensación de liviandad, parálisis, voces hipnagógicas fuertes, presencias que pueden parecer reales… Si la persona no está preparada para esto, o si le tiene miedo, cuando llega a ese punto sólo quiere salir, y tampoco logra su WILD. Hay mucho “misterio” en torno a todo esto. Hay leyendas urbanas que dictan que ese umbral es peligroso, que pueden haber espíritus malvados, etc. También en algunos pesa la fantasía de que el WILD es una experiencia sobrenatural en la cual abandonamos nuestro cuerpo para salir a otras dimensiones, y si “se rompe el hilo de plata” nos podemos morir. No deseo interferir en las creencias de cada cual, pero desde la humilde perspectiva de una onironauta con cierta experiencia, que se suma a todo lo que he leído sobre el tema, me atrevo a decirles que no hay que temer el WILD, no es sino un Sueño Lúcido, no hay fantasmas, no hay peligros. Es nada más y nada menos que un Sueño Lúcido, a veces muy vívido y duradero, al que podemos llegar directamente desde la vigilia. El miedo es un enemigo, que nos detiene de lograr el objetivo. Si alguien se está relajando para entrar a un WILD, pero a su vez está “protegiéndose” sobre lo que pueda pasar, su mente está tironeada entre un “quiero” y un “no quiero” a nivel más o menos consciente, según el caso. Así no se llega a ningún lado, y ni siquiera es algo agradable. Abandonar realmente el miedo es un paso esencial para lograr el objetivo. Si no es posible esto para alguien, tal vez lo más recomendable sería que no lo intente hasta más adelante, hasta que haya superado su temor. Pero ánimo!! El WILD es algo hermoso, estimulante e inofensivo. No hay fundamento alguno para temerle. Una vez allí podemos tener un gran control de nuestra experiencia, como en un sueño lúcido, muy lúcido, y hacer lo que se nos venga en gana. 

¿Es el sueño lúcido la antesala del llamado Viaje Astral? 

Personalmente, aunque es un tema de gran debate entre los miembros, hoy por hoy yo me inclino a definir al Viaje Astral como un tipo de WILD. Se diferencia de los otros básicamente en la manera de entrar. Los dos tipos de WILD que podemos distinguir están relacionados con lo que hagamos con las IH (Imágenes Hipnagógicas), es decir, con esas ensoñaciones y “voces” que vamos percibiendo en el estado previo a dormirnos. Esos dos tipos de WILD son: 

WILD tipo 1: Se llega concentrandose en las IH. Cuando estas aparecen tratamos de intensificarlas, de verlas, tocarlas, sentirlas, hasta que se conviertan en un sueño. Este tipo de WILD acelera la fase REM, por lo cual tardamos menos en entrar al sueño. (20 a 40 minutos) En general por este mismo motivo no se siente parálisis del sueño ni zumbido en él. Aparecemos donde las IH nos guíen, en general en un lugar distinto de nuestro propio cuarto. 

WILD tipo 2: Se llega dejando pasar las IH. Cuando estas aparecen, a diferencia del WILD tipo 1, tratamos de ignorarlas, de no darles importancia, de dejarlas fluir como una película a la que no le prestamos atención. Este tipo de WILD no acelera la fase REM, por lo cual tardamos más en entrar al sueño (50 a 60 minutos) y es el tipo de WILD que puede presentar parálisis del sueño, zumbidos, y otros fenómenos relacionados. Aparecemos en general en nuestro propio cuarto, y es un fenómeno que a muchos les gusta llamar “Viaje Astral”. El latido rápido del corazón es una prueba de que estás asustado, expectante, y eso justamente debe ser el motivo por el que no terminas de entrar, aún llegando tan cerca. ¡Y no sos el único al que le pasa esto! Según pude ver, aproximadamente el 70% de los intentos de WILD que fracasan, aunque parezca mentira, son a causa de que la persona “se asusta” y esto no le permite entrar tranquilamente al sueño. 

¿A qué le llamás umbral? 

Las sensaciones que podemos tener, algunas veces podrían llegar a ser algo molestas, pero para nada aterrorizantes. El zumbido, por ejemplo, es una vibración que se siente en todo el cuerpo, acompañada por un ruido como el de la turbina de un avión. No es algo feo, si uno no le teme, y pasa a los pocos segundos dejándonos de lleno dentro de nuestro WILD. Lo mismo la parálisis: puede ser molesta la sensación de no poder movernos, pero ¿Para qué movernos, si es sólo cuestión de aguantar un ratito? Luego ya estaremos en el sueño, y absolutamente libres! No pasa nada si no nos movemos por unos instantes, no hay de qué angustiarse, al contrario, hay que vivir la parálisis como la antesala de lo que está por venir, y recibirla con alegría, porque significa que estamos a punto de lograrlo! Respecto a las voces, a las presencias, etc., es sólo cuestión tener bien en claro que no son reales: son hipnagógicas, parte de el sueño. “Esto es un sueño” debemos decirnos para no asustarnos, igual que en un DILD donde nos amenaza una ola gigante, o un muerto vivo; si ya sabemos que es un sueño, el temor se reduce a nada, verdad? Esto es exactamente lo mismo. Es un sueño, digámonos, que es lo mismo que decir, ¡Que bien, ya estoy dentro del sueño, son las primeras señales de mi WILD! En definitiva, te recomiendo vivir el WILD como algo natural y positivo, quitándole todo halo de misterio u oscurantismo. Tranquilo y auténticamente relajado, intentalo como de costumbre, y que tengas mucho éxito en tu meta! 

¿Cómo distinguimos si estamos en un Sueño Lúcido o en la realidad? ¿Existen técnicas especificas ?

Claro, los chequeos de realidad. Suelo ser buena identificando estados de conciencia, el único tema es llegar a preguntármelo, la respuesta me surge sola, de la observación de mi entorno. De todos modos, si llego tener alguna duda, taparme la nariz e intentar respirar con ella tapada, o bien atravesarme la palma de una mano con un dedo de la otra, son pruebas muy efectivas. 

¿En alguna ocasión en un Sueño Lúcido has “interactuado” con la materia? ¿Es decir, cambiar cosas de sitio, romper vasos, llevarte a esta “realidad” algún objeto del “otro lado”, etc.? 

Lo intenté decenas de veces. Llevarme un objeto de los sueños a la vigilia, cambiar alguna cosa de lugar, romperla, o hasta escribir en la pared. Pero no ha dado resultado. El mundo físico no es el mismo que vemos en nuestros sueños, o al menos no podemos influir desde él desde nuestra forma inmaterial. Ya lo he comprobado de sobra. No obstante, de vez en cuando lo sigo intentando. 

¿Existen períodos de ausencia de los Sueños Lúcidos, o períodos en los que abundan? 

Hay etapas, cuando una realmente desea provocarlos y hace los ejercicios, en las que pueden venir 3 a 4 veces por semana, o incluso más. Cuando uno ya se acostumbró a tenerlos, aunque no haga nada especial, vienen espontáneamente una vez por semana o por lo menos cada dos semanas. 

¿Utilizas técnicas para conseguir tener la experiencia del Sueño Lúcido? ¿Cuáles? ¿Qué sugerencia darías a aquellas personas que pretendan tener esta experiencia? 

A todo aquel que desee tener Sueños Lúcidos le recomendaría formar parte del portal www.suenoslucidos.com.ar, allí tenemos un montón de técnicas, pero te digo un resumen básico de las elementales para lograrlos: 

1. Llevar un diario de sueños detallado, en los que además de anotar los sueños, en los casos en que no haya habido lucidez afirmemos: “Debería haberme dado cuenta de que era un sueño porque...” ycompletarlo según el caso. 
2. Tener un propósito para nuestro próximo Sueño Lúcido. Una idea clara de qué deseamos hacer con él que recordemos con facilidad. La idea es recordarlo desde dentro del Sueño. 
3. Luego de anotar, quedarnos un rato recostados o descansando y visualizarnos en el mismo sueño pero dándonos cuenta de que era un sueño, tomando el control y cumpliendo con el objetivo. 
4. Durante el día, hacer chequeos de realidad constantes (Es decir, preguntarnos, a cada momento ¿Estoy soñando?) 
5. Antes de dormir, releer el diario de los sueños de esa mañana, y luego escribir: “Esta noche voy a tener un Sueño Lúcido y voy acumplir con mi objetivo del Sueño” (y más afirmaciones por el estilo). Algunas noches, incluso, dibujar un esquema del sueño, y dibujarse a sí mismo cumpliendo el objetivo. 
6. Poner el dibujo o algún objeto o imagen que nos recuerde al objetivo en nuestra mesita de luz. Mirarlo antes de dormir, al despertar, y cada vez que pasamos por allí. 
7. Irnos a dormir practicando un WILD o al menos pensando en el objetivo y visualizándonos lográndolo. 
8. Despertarnos 3 hs. antes de lo habitual, como para recordar el sueño que hayamos tenido hasta entonces, anotarlo, hacer unas cuentas que despierten el hemisferio izquierdo del cerebro (divisiones, por ej) y volver a dormir. 
9. Tratar de entrar con lucidez a ese sueño (visualizándonos en el sueño mismo que veníamos teniendo e intentando volver a él) 
10. Si contamos con alguno de estos medicamentos y alimentos, pueden ser de ayuda. Medicamentos: DMAE, 5-HTP, Melatonina, Gingko Biloba, Galantamine HBr (Lycoris radiata), Vitamina B5. Alimentos: Té, té verde, mate, jenjibre, chocolate, huevos, leche caliente, jugo de manzana) La manera ideal de consumir estos suplementos es en dosis pequeñas, a la noche justo antes de ir a dormir, o en el momento a la mañana en que nos levantamos para anotar y luego volver a la cama -ADN consultó a Mariana Vernieri para que diera mayores precisiones sobre la utilización de los medicamentos antes mencionados, sin embargo, no obtuvo respuesta; dado lo valioso de la Entrevista, se decidió mantener con exactitud lo transmitido por MV, no obstante lo cual sugerimos a los lectores informarse correctamente antes de seguir esta técnica. 
11. Tratar de “encadenar los sueños” es decir, procurar no abrir los ojos ni bien levantarnos, sino mantenerlos cerrados y volver al sueño, pero con lucidez. 

Por último me atrevo a preguntarte….¿qué es para vos la realidad? 

¿Conoces los libros de Elige tu propia aventura? Aquellos de... “Si decides quedarte donde estás, pasa a la página 76. Si decides abandonar la plataforma, pasa a la página 39". Pienso que la vida puede ser algo así. Todas las posibilidades están, nosotros decidimos entre ellas, y nos vamos moviendo en lo que parece ser una línea de tiempo única, aunque en realidad en el universo, como en el libro, están incluidas las demás opciones que no percibimos. Las decisiones que nos hacen ver un camino en vez de otro, son permanentes, en lo grande y en lo chico, en los hechos y en los pensamientos. Por eso es que una actitud auténticamente optimista puede llevarnos a un camino más exitoso. Hay infinitos puertas disponibles y el Universo late despierto en todo momento al igual que nuestra mente. Escucha y otorga a quien se sabe responsable de su propia creación.





EL ESPACIO DE MARIANA

Algunas de las experiencias de Mariana Vernieri en los Sueños.


Mi primer sueño controlado.
A los 8, ya varias veces había tenido “Sueños Lúcidos” pero no sabía qué hacer en ellos, nunca había tomado el control. Simplemente sabía que era un sueño, pero seguía soñando como espectadora. A esa edad, mi papá me contó de un libro de Castaneda, y que decía que al tomar lucidez, te mires las manos, y así controlarás tu sueño. En la primera ocasión que tuve, lo hice, y al mirar mis manos sentí como que me metía en ellas y empecé a volar!! Fue mi primera experiencia también en vuelo lúcido.
La Biblioteca del Congreso.
Una vez, a los 14 años, soñé que estaba estudiando en un lugar que no conocía con muchos compañeros, que no eran amigos míos ni amigos entre sí, hacíamos la cola para pedir unos libros. Me pareció un sueño algo absurdo. Meses más tarde, una maestra armó un grupo con esos chicos, y fuimos a estudiar a la Biblioteca del Congreso, porque a la que íbamos siempre “no había el material que necesitábamos.” Desde que llegué, el lugar me pareció muy conocido, aunque nunca había estado ahí. Haciendo la cola para retirar los libros me acordé del sueño. ¡Eran los mismos chicos que yo había soñado!
Los falsos despertares.
A los 16, tuve una etapa de muchos falsos despertares que desembocaban en lucidez. Escribí sobre el tema por primera vez en esa época. “Sueños Conscientes” les llamaba. Fui aprendiendo a volar, al principio sólo podía hacerlo muy bajo. También hice muchas pruebas de “poderes” como hacer aparecer/desaparecer objetos, moverlos con la mente, o transformar una persona en otra. El primer WILD. Fue en Alemania, en un hotel. Tenía 16 años. Me dormí relajándome boca arriba, tratando de “poner la mente en blanco”. Tuve una experiencia muy larga e interesante, de viajar en el tiempo y el espacio. Pareció una historia super larga, pero al despertar, vi el reloj, y sólo habían pasado unos minutos!! Algunos sueños románticos/eróticos también fueron muy importantes en esta historia. Aquellos que no fueron lúcidos me hicieron sentir mucha tristeza al despertar, en la época de mis grandes enamoramientos platónicos.
Las amenazas
Esto habrá pasado cuando tenía 18, y me mantuvo alejada de los Sueños Lúcidos como por dos años, luego de encontrarme en un par de WILDs con “personas” que me amenazaban; que me decían cosas así como “Aquí no viene cualquiera... sólo viene el que tiene una misión... si vuelves por estos lugares sin saber para qué, te lo advierto.. Morirás!!” Eran voces fuertes y aterradoras, que parecían más escuchadas que soñadas.
Experimentando con lo paranormal.
Luego decidí, que podía volver a experimentar con Sueños Lúcidos si sabía que hacer con ellos, en vez de dedicarme a cosas lúdicas como hacer volar objetos, y esas cosas. Así que me dediqué a experimentar con lo paranormal, tratando de influir en el mundo real desde el sueño, hice mil quinientas pruebas, sin demasiados resultados.
Hacia un mayor dominio.
Tuve una época por el 2002, donde lograba Sueños Lúcidos casi todos los días. Fue cuando creé MV’s Place. Estaba utilizando la técnica MILD, me despertaba temprano todas las mañanas. Respetaba a full mi diario de sueños. Experimenté cosas muy interesantes, como desdoblarme, hablar con mi Inconsciente, llamarme por teléfono, además de muchos intentos de ir a la luna. Respecto a Dreamytopia -la otra página web de Mariana: www.dreamytopia.com.ar-, el sueño que dio origen a Dreamytopia, fue hermoso, fue algo grande para mí. 

Diagramación & DG: Andrés Gustavo Fernández