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10.11.2013

EL LIBRO PERDIDO DE ENKI [5/14]

Por Zecharia Sitchin







SINOPSIS DE LA QUINTA TABLILLA


Ninmah llega a la Tierra con un Grupo de Sanadoras | Hace entrega de 
Semillas para Plantas que proporcionarán un Elixir | Lleva noticias a Enlil 
de su hijo extramatrimonial, Ninurta | En el Abzu, Enki establece una 
morada e instalaciones mineras | En el Edin, Enlil construye instalaciones 
espaciales y de otros tipos | Los nibiruanos en la Tierra, o Anunnakis, suman 
Seiscientos | Trescientos Igigi operan las instalaciones en Lahmu o Marte | Estando exiliado por la violación de su acompañante Sud, Enlil 
se entera de las armas escondidas | Sud se convierte en la esposa de Enlil, le 
da un hijo: Nannar | Ninmah se une a Enki en el Abzu y le da hijas | Ninki, 
esposa de Enki, llega con el hijo de ambos, Marduk | A medida que Enki
Enlil engendran más hijos, se forman clanes en la Tierra | Acosados por las 
privaciones, los Igigi lanzan un golpe contra Enlil | Ninurta derrota a su líder, 
Anzu, en las batallas aéreas | Los Anunnaki, obligados a producir Oro con más 
rapidez, se amotinan Enlil y Ninurta denuncian a los amotinados | Enki sugiere 
la creación artificial de Trabajadores Primitivos. 



LA QUINTA TABLILLA

El Carro partió del planeta Lahmu; continuó su Viaje hacia la Tierra. Dieron vueltas alrededor de la Luna, para ver de hacer allí una Estación de Paso. Dieron vueltas alrededor de la Tierra, desacelerando hacia un amerizaje. Nungal hizo descender el Carro en las Aguas, junto a Eridú. Desembarcaron en un muelle construido por Enlil; ya no hacían falta las Embarcaciones. Enlil y Enki recibieron con abrazos a su hermana; con Nungal, el Piloto, estrecharon los brazos.

Los Héroes, hombres y mujeres, fueron recibidos con vítores por los Héroes presentes.
Todo lo que llevaba el Carro se descargó con rapidez: Naves Espaciales y Naves Celestes, y las Herramientas Diseñadas por Enki, y Provisiones de todo tipo. De todo lo que ocurría en Nibiru, de la Muerte y el Entierro de Alalu, les habló Ninmah a sus hermanos; de la Estación de Paso de Lahmu y de la Comandancia de Anzu les habló.

Enki expresó su visto bueno a esto, Enlil expresó palabras de desconcierto. ¡Es una decisión de Anu, su palabra es inalterable!, dijo Ninmah a Enlil. He traído alivio para las enfermedades, dijo Ninmah a sus hermanos. Sacó de su bolsa un paquete de Semillas, Semillas para ser plantadas en la Tierra; multitud de matorrales brotarán de las Semillas, y producirán Frutos jugosos.

Con el Jugo se hará un Elixir, será bueno para que lo beban los Héroes. ¡Esto ahuyentará las enfermedades; les pondrá contentos! ¡Hay que sembrar las Semillas en un lugar fresco, necesitan calor y Agua para alimentarse! Así habló Ninmah a sus hermanos. ¡Te voy a mostrar un sitio perfecto para ello!, le dijo Enlil. ¡Es donde se construyó el Lugar de Aterrizaje, donde construí una morada de madera de Cedro! 

En la Nave Celeste de Enlil se remontaron en el Cielo los dos, Enlil Ninmah; hermano y hermana fueron hasta el Lugar de Aterrizaje, en las montañas cubiertas de nieve, junto al bosque de Cedros. En la gran Plataforma de piedra aterrizó la Nave Celeste, fueron a la morada de Enlil. Una vez dentro, Enlil la abrazó, con fervor besó a Ninmah. ¡Oh, hermana mía, amada mía!, susurraba Enlil. 

La tomó por el bajo vientre, no derramó el semen en su útero. ¡De nuestro hijo, Ninurta, te traigo noticias!, le dijo suavemente Ninmah. ¡Es un joven Príncipe, está dispuesto para la Aventura, está preparado para unirse a ti en la Tierra! ¡Si te quedas tú aquí, que traigan a Ninurta, nuestro hijo!, le dijo Enlil a ella. Los Héroes iban llegando al Lugar de Aterrizaje, las Naves Celestes llevaban Naves Espaciales hasta la Plataforma. 

De la bolsa de Ninmah se sacaron las Semillas, se sembraron en las Tierras del Valle. ¡Un Fruto de Nibiru crecería en la Tierra! En la Nave Celeste, Enlil y Ninmah volvieron a Eridú. De camino, Enlil le mostró el paisaje, le mostró el Edin en toda su extensión, desde los cielos, Enlil le explicó sus Planes. ¡He diseñado un plan imperecedero!, le decía.

He dispuesto lo que determinará su construcción para siempre; lejos de Eridú, donde comienza la tierra seca, estará mi Residencia, Laarsa será su nombre, se convertirá en un lugar de mando. A orillas del Burannu, el Río de Aguas Profundas, estará ubicada, una ciudad gemela de ella surgirá en el Futuro, la nombraré Lagash. Entre las dos, en las llanuras, he trazado una línea, a sesenta leguas de allí, habrá una Ciudad de Sanación, será tu propia ciudad, Shurubak, la Ciudad Refugio la nombraré.

En la línea central estará ubicada, dirigirá hacia la Cuarta Ciudad; Nibru-ki, Lugar del Cruce de la Tierra la nombraré, estableceré en ella un Enlace Cielo-Tierra. ¡Albergará las Tablillas de los Destinos, controlará todas las Misiones! Junto a Eridú, sumarán cinco ciudades, ¡Existirán para toda la Eternidad! En una Tablilla de cristal, Enlil le mostró a Ninmah su Plan; en la Tablilla, ella vio más Marcas, sobre ellas le preguntó a Enlil. 

Más allá de las Cinco Ciudades, construiré en un Futuro un Lugar del Carro, ¡Para que llegue directamente de Nibiru a la Tierra!, le respondió Enlil. Entonces comprendió Ninmah por qué el desconcierto de Enlil ante los Planes de Anu sobre Lahmu. ¡Hermano mío, es magnífico tu plan para las Cinco Ciudades!, le dijo Ninmah. 

La creación de Shurubak, una Ciudad de Sanación, como Morada mía, para mí misma, es algo por lo que estoy agradecida; ¡Más allá de ese Plan, no transgredas a tu padre, no ofendas tampoco a tu hermano! ¡Eres tan sabia como hermosa!, le dijo Enlil. En el Abzu, Enki también estaba concibiendo Planes, dónde construir su Casa, dónde preparar Moradas para los Héroes, por dónde entrar en las entrañas de la Tierra.

En su Nave Celeste, midió la extensión del Abzu, inspeccionó cuidadosamente sus Regiones. El Abzu era una tierra distante, estaba más allá de las Aguas del Edin; era una tierra rica, rebosante de Riquezas, perfecta en su totalidad. Poderosos ríos atravesaban la Región, grandes Aguas discurrían rápidamente; una Morada junto a las Aguas corrientes hizo Enki para sí mismo, en medio del Abzu, en un lugar de Aguas Puras se puso Enki a sí mismo. 

En esa tierra, Enki determinó el Lugar de la Profundidad, para que los Héroes descendieran a las entrañas de la Tierra. Allí puso Enki el Agrietador de Tierra, para con él hacerle un corte a la tierra, llegar por medio de túneles a las interioridades de la Tierra, descubrir las venas doradas. Muy cerca, emplazó Lo-Que-Parte y Lo-Que-Tritura, para partir y triturar el mineral aurífero, para transportarlo en Naves Celestes, llevarlo al Lugar de Aterrizaje en las Montañas de Cedros, para desde allí transportarlo a la Estación de Paso de Lahmu con Naves Espaciales. 

Más Héroes iban llegando a la Tierra, unos eran asignados al Edin, a otros se les daban trabajos en el Abzu. Enlil construyó Laarsa y Lagash, fundó Shurubak para Ninmah. Un ejército de Sanadoras vivía allí con ella, las jóvenes que dan auxilio. En Nibru-ki, Enlil estaba ensamblando un Enlace Cielo-Tierra, para comandar todas las Misiones desde allí. Enki viajaba entre Eridú y el Abzu, iba y venía para supervisar.

En Lahmu, la construcción seguía progresando; también iban llegando los Héroes para la Estación de Paso. Un Shar, dos Shars duraron los preparativos; entonces, Anu dio la palabra. En la Tierra, era el Séptimo día, un día de descanso decretado por Enki en el Principio. En todas partes, los Héroes se reunieron para escuchar un Mensaje de Anu transmitido desde Nibiru; En el Edin se reunieron, Enlil estaba allí al mando. 

Con él, estaba Ninmah; su Ejército de jóvenes estaban a su lado reunidas. Alalgar, Señor de Eridú, estaba allí; Abgal, que comandaba el Lugar de Aterrizaje, también estaba. En el Abzu estaban reunidos los Héroes, ante la mirada de Enki se encontraban; Con Enki, estaba su visir Isimud; Nungal, el Piloto, también estaba. En Lahmu, estaban reunidos los Héroes; con su orgulloso Comandante, Anzu, estaban. Seiscientos había en la Tierra, Trescientos se reunían en Lahmu.

En total, fueron Novecientos los que escucharon las palabras de Anu, el Rey: ¡Héroes, vosotros sois los salvadores de Nibiru! ¡La suerte de todos está en vuestras manos! Vuestros Logros serán recordados por toda la Eternidad, se os llamará con nombres gloriosos. ¡Los que están en la Tierra serán conocidos como Anunnaki, Los-Que-del-Cielo-a-la-Tierra- Vinieron

¡Los que están en Lahmu, serán nombrados Igigi, Los-Que-Observan-y-Ven serán! Todo lo que hace falta está dispuesto: ¡Que empiece a llegar el Oro, que se salve Nibiru! Viene ahora el Relato de Enki, Enlil y Ninmah, de sus amores y esponsales, y de las rivalidades por sus hijos. Los Tres Líderes eran Descendientes de Anu, de diferentes madres nacidos. Enki fue el Primogénito; una concubina de Anu fue su madre.

Enlil, de Antu, la esposa de Anu, nació; convirtiéndose así en el Heredero Legal. Ninmah fue hija de otra concubina, siendo hermanastra de los dos hermanastros. Era la Primogénita de Anu, esto quedaba indicado por su Título-Nombre de Ninmah. Era sumamente hermosa, llena de Sabiduría, rápida en aprender. Ea, como se le llamaba entonces a Enki, fue elegido por Anu para que se casara con Ninmah, por lo cual el hijo de ambos se convertiría a partir de entonces en el Sucesor Legal.

Ninmah estaba enamorada de Enlil, un arrojado Comandante; ella se dejó seducir por él, en su vientre derramó él su simiente, de la simiente de Enlil, ella tuvo un hijo; Ninurta le nombraron los dos. Anu se enfureció con lo ocurrido; ¡Como castigo, le prohibió a Ninmah que se casara con nadie! Ea abandonó a la que, por decreto de Anu, tenía que ser su novia; y se casó en su lugar con una Princesa llamada Damkina; un hijo, un Heredero, les nació; Marduk le pusieron por nombre, que significaba El-Nacido-en-un-Lugar-Puro. 

En cuanto a Enlil, no tenía hijo alguno por Matrimonio, no tenía a su lado una esposa. Fue en la Tierra, no en Nibiru, donde Enlil se casó; su historia es la historia de una violación, de un exilio y de un amor que trajo el perdón, y de más hijos que no fueron más que hermanastros. En la Tierra, era Verano; Enlil se retiró a su Morada en el Bosque de Cedros. 

Por el Bosque de Cedros iba Enlil paseando cuando refrescaba el día; en un frío torrente de montaña, estaban bañándose unas jóvenes de Ninmah asignadas al Lugar de Aterrizaje. Enlil quedó hechizado por la Belleza y la Gracia de una de ellas, Sud era su nombre. Enlil la invitó a su Morada en el Bosque de Cedros: ¡Ven y bebe conmigo del Elixir del Fruto de Nibiru que crece aquí!, le dijo a ella.

Sud entró en la morada de Enlil; en una copa, le ofreció Enlil el Elixir. Sud bebió, Enlil también bebió; Enlil le habló de relaciones sexuales. No estaba dispuesta la muchacha. ¡Mi vagina es muy pequeña, no conoce la cópula!, le dijo a Enlil. Enlil le habló de besos; no estaba dispuesta la muchacha: ¡Mis labios son demasiado pequeños, no conocen los besos!, le dijo a Enlil. Enlil se echó a reír y la abrazó, él se rió y la besó; ¡Su semen derramó en su matriz! 

A Ninmah, la Comandante de Sud, se le informó de la inmoral acción. ¡Enlil, el inmoral! Por tu acción, tendrás que afrontar un Juicio! Así le dijo la enfurecida Ninmah. En presencia de Cincuenta Anunnaki, se reunieron los Siete-Que-Juzgan, los Siete-Que-Juzgan decretaron un castigo para Enlil: ¡Quede desterrado Enlil de todas las ciudades, sea exiliado a una Tierra Sin Retorno!

En una Cámara Celeste le hicieron abandonar el Lugar de Aterrizaje; Abgal era su Piloto. A una Tierra Sin Retorno se le llevó, ¡Para no volver jamás! Los dos viajaron en la Cámara Celeste, a otra tierra se dirigieron. Allí, en medio de inhóspitas montañas, en un lugar de desolación, aterrizó Abgal la Cámara Celeste. ¡Éste será tu lugar de exilio!, le dijo Abgal a Enlil.

¡No por casualidad lo he elegido!, le dijo a Enlil. Hay oculto aquí un Secreto de Enki;
en una cueva cercana, Enki ocultó Siete Armas de Terror, las sacó del Carro Celestial de Alalu. ¡Toma posesión de las Armas, con las Armas conseguirás la libertad! Así le dijo Abgal a su Comandante; ¡Un Secreto de Enki le reveló a EnlilLuego, Abgal partió del Lugar Secreto; Enlil quedó allí solo.

En el Edin, Sud le habló a Ninmah, su Comandante: ¡De la simiente de Enlil estoy embarazada, he concebido en mi matriz a un hijo de Enlil! Ninmah le transmitió a Enki las palabras de Sud; ¡El era el Señor de la Tierra, en la Tierra era supremo! Convocaron a Sud ante los Siete-Que-Juzgan: ¿Tomarás a Enlil como esposo?, le preguntaron. Ella pronunció palabras de consentimiento; Abgal le transmitió las palabras a Enlil en su exilio.

Enlil volvió de su exilio para casarse con Sud; de este modo, Enki y Ninmah le dieron el perdón. Sud fue declarada Esposa oficial de Enlil; se le concedió el Título-Nombre de Ninlil, Dama del Mandato. Después de ello, un hijo les nació a Ninlil y Enlil; Nannar, el Brillante, le llamó Ninlil. ¡Fue el primero de los Anunnaki en ser concebido en la Tierra, uno de la Simiente Real de Nibiru nacido en un planeta extraño!

Fue después de esto que Enki le habló a Ninmah: ¡Ven conmigo al AbzuEn medio del Abzu, en un lugar de Aguas Puras, he construido una Morada. Con un metal brillante, Plata es su nombre, la he embellecido, con una Piedra de un Azul Profundo, Lapislázuli, está adornada; ¡Ven, Ninmah, ven conmigo, abandona tu adoración por EnlilAl Abzu, a la Morada de Enki, viajó Ninmah; allí, Enki le habló Palabras de Amor, de estar hechos el uno para el otro, dulces palabras le susurró.

¡Sigues siendo mi amada!, le dijo acariciándola. La abrazó, la besó; ella hizo que su falo rebosara. Enki derramó su semen en la matriz de Ninmah. ¡Dame un hijo! ¡Dame un hijo!, gritaba. Ella acogió el semen en su matriz, el semen de Enki la fecundó. Un día de Nibiru era un mes de la Tierra para ella, Dos días, Tres días, Cuatro días de Nibiru, eran como Meses de la Tierra, Cinco, Seis, Siete y Ocho días de meses se completaron; la cuenta Novena de la Maternidad se culminó; Ninmah estaba de parto. 

Dio a luz a una niña; la recién nacida era hembra; ¡A orillas del río, en el Abzu, nació una hija de Enki y Ninmah! Enki estaba decepcionado con la niña. ¡Besa a la pequeña!, le decía Ninmah. ¡Besa a la pequeña!, le dijo Enki a su visir Isimud: ¡Yo deseaba un hijo, he de tener un hijo de mi hermanastra! De nuevo besó a Ninmah, por el vientre la tomó, su semen derramó en su matriz.

De nuevo dio a luz ella, de nuevo una hija le dio a Enki. ¡Un hijo ,un hijo he de tener un hijo contigo!, le gritaba Enki a Ninmah. Después de lo cual, Ninmah pronunció una maldición sobre Enki, que todo alimento que coma sea veneno en sus entrañas; que le duela la mandíbula, que le duelan los dientes, que le duelan las costillas. Isimud convocó a los Anunnaki, a Ninmah le rogaban alivio. 

Distanciarse de la vulva de Ninmah juró Enki con el brazo en alto; uno a uno, los achaques le quitó, Enki se liberó de la maldición de ella. Ninmah volvió al Edin, para no casarse nunca; ¡La orden de Anu se cumplió! Enki trajo a la Tierra a su esposa Damkina y a su hijo Marduk; Ninki, Dama de la Tierra, se le concedió a ella por Título. Enki tuvo Cinco hijos más, de ella y de concubinas, éstos fueron sus nombres: Nergal y Gibil, Ninagal y Ningishzidda, y Dumuzi el más joven. 

Enlil y Ninmah trajeron a la Tierra a su hijo Ninurta, con su esposa Ninlil, tuvo Enlil un hijo más, un hermano de Nannar; Ishkur fue su nombre. Tres hijos en total tuvo Enlil, ninguno nacido de concubinas, Dos clanes se establecieron así en la Tierra; sus rivalidades llevaron a las Guerras. Viene ahora el Relato del Motín de los Igigi, y de cómo se le dio muerte a Anzu, en castigo por robar las Tablillas de los Destinos.

Desde el Abzu, se llevaba el Oro de las venas de la Tierra hasta el Lugar de Aterrizaje,
de allí, los Igigi lo transportaban en Naves Espaciales hasta la Estación de Paso en Lahmu. Desde el Planeta Lahmu, el metal precioso se llevaba a Nibiru en Carros Celestiales; en Nibiru, el Oro se convertía en el Más Fino Polvo, se empleaba para proteger la Atmófera.

¡Lentamente se curó la brecha en los Cielos, lentamente se salvó Nibiru! En el Edin, las Cinco Ciudades se perfeccionaron. Enki se hizo una Morada deslumbrante en Eridú, desde la Tierra la elevó hacia el Cielo, como una montaña la elevó por encima del suelo, en un buen lugar la construyó. Su esposa Damkina moraba en ella; y allí le enseñó Enki la Sabiduría a su hijo Marduk.

Enlil estableció en Nibru-ki el Enlace Cielo-Tierra, era digno de ver. En su centro, un alto Pilar el mismo cielo alcanzaba, se puso sobre una Plataforma que no se podía derrumbar; con esto, las palabras de Enki llegaban a todos los asentamientos, en Lahmu y en Nibiru se podían escuchar. Desde allí se elevaron Rayos, podían buscar en el Corazón de todas las Tierras; sus Ojos podían explorar todas las Tierras, su Red hacía imposible una aproximación no deseada.

En su elevada Casa, una Cámara como una corona era el Centro, miraba con atención los cielos distantes; miraba fijamente hacia el Horizonte, perfeccionó el cénit celestial. En su santificada Cámara Oscura, con Doce Emblemas estaba marcada la Familia del Sol; en los ME estaban registradas las Fórmulas Secretas del Sol y la Luna, Nibiru y la Tierra, y los Ocho Dioses Celestiales.

Las Tablillas de los Destinos emitían sus Tonos de Colores en la Cámara, con ellas, Enlil supervisaba todas las idas y venidas. En la Tierra, los Anunnaki trabajaban sin descanso, se quejaban del trabajo y del sustento. Estaban trastornados por los rápidos Ciclos de la Tierra, y del Elixir sólo se les daban pequeñas raciones. En el Edin, los Anunnaki trabajaban sin descanso; en el Abzu, el trabajo era aún más extenuante. 

Por Equipos, se enviaban Anunnakis de vuelta a Nibiru; por Equipos, otros nuevos llegaban. Los Igigi, que moraban en Lahmu, eran los que más ruidosamente se quejaban: demandaban un Lugar de Descanso en la Tierra, para cuando bajaban de Lahmu a la Tierra. Enlil y Enki intercambiaron palabras con Anu, al Rey consultaron: ¡Dejad que el Líder vaya a la Tierra, discutidlo con Anzu!

Así les dijo Anu. Anzu descendió de los Cielos a la Tierra, entregó los términos de las quejas a Enlil y Enki. ¡Deja que Anzu conozca el mecanismo!, le dijo Enki a Enlil. ¡Yo le mostraré el Abzu, revélale tú el Enlace Cielo-Tierra! Enlil consintió con las palabras de Enki. Enki le mostró el Abzu a Anzu, el agotador trabajo en las minas le mostró; Enlil invitó a Anzu a Nibru-ki, en la Sagrada Cámara Oscura le dejó entrar; en lo Más Profundo del Santuario, le explicó a Anzu las Tablillas de los Destinos.

Le mostró a Anzu lo que los Anunnaki estaban haciendo en las Cinco Ciudades; prometió alivio a los Igigi que llegaban al Lugar de Aterrizaje. Volvió después a Nibru-ki para discutir las quejas de los Igigi. Anzu era un Príncipe entre los Príncipes, de Simiente Real era su Ascendencia; malvados pensamientos llenaron su corazón cuando volvió al Enlace Cielo-Tierra. Estaba planeando llevarse las Tablillas de los Destinos; en su corazón, estaba planeando tomar el control de los Decretos del Cielo y la Tierra.

¡Concibió en su corazón arrebatar la Enlildad, su objetivo era gobernar a Igigi y Anunnaki! Sin albergar sospechas, Enlil dejó a Anzu que se instalara en la entrada del Santuario; sin albergar sospechas, Enlil dejó el Santuario, se fue a darse un baño refrescante. Con malvadas intenciones, Anzu se apoderó de las Tablillas de los Destinos; huyó en una Cámara Celeste, se fue rápidamente a la montaña de las Cámaras Celestes; allí, en el Lugar de Aterrizaje, le estaban esperando Igigi rebeldes, ¡Se estaban preparando para declarar a Anzu Rey de la Tierra y de Lahmu!

En el Santuario de Nibru-ki, el resplandor se desvaneció, el zumbido se acalló, el silencio prevalecía en el Lugar, las Fórmulas Sagradas habían quedado suspendidas. En Nibru-ki, Enlil se quedó sin palabras; estaba abrumado por la traición. Palabras furiosas profirió contra Enki, dudó de la Ascendencia de Anzu. Se reunieron los Líderes en Nibru-ki, los Anunnaki que decretan los Hados consultaron con Anu.

¡Hay que detener a Anzu, las Tablillas deben volver al Santuario!, decretó Anu. ¿Quién se enfrentará al rebelde? ¿Quién recuperará las Tablillas?, se preguntaban entre sí los Líderes. ¡Estando en posesión de las Tablillas de los Destinos, Anzu es invencible!, se decían uno a otro. Ninurta, animado por su madre, se adelantó entre los reunidos: ¡Seré el Guerrero de Enlil, venceré a Anzu! 

Así habló Ninurta. Ninurta se dirigió hacia la ladera de la montaña, se comprometió a vencer al fugitivo Anzu. Anzu se mofaba de Ninurta desde su escondrijo: ¡Las Tablillas son mi protección, soy invencible! Dardos relampagueantes le dirigió Ninurta a Anzu; las Flechas no pudieron acercarse a Anzu, volvieron hacia atrás. ¡La batalla se detuvo, las Armas de Ninurta no vencerían a Anzu! 

Entonces, Enki le dio un consejo a Ninurta: ¡Levanta una tormenta con tu Torbellino, que el rostro de Anzu se cubra de polvo, que las alas de su Pájaro Celeste se encrespen! Enlil forjó una poderosa Arma para su hijo, era un Proyectil Tillu; ¡Sujétalo a tu Arma-Tormentosa, cuando se acerquen ala con ala, dispáraselo a Anzu! Así instruyó Enlil a su hijo Ninurta. ¡Cuando se acerquen ala con ala entre sí, deja que el Proyectil vuele como un rayo! 

De nuevo se remontó en el cielo Ninurta con su Torbellino; Anzu se elevó con su Pájaro Celeste para hacerle frente. ¡Ala con ala!, gritó Anzu enfurecido. ¡Esta batalla será tu destrucción! Ninurta siguió el consejo de Enki; con su Torbellino creó una tormenta de polvo. El polvo cubrió el rostro de Anzu, quedaron al descubierto los piñones de su Pájaro Celeste; en medio de ellos, dejó ir Ninurta el Proyectil, los piñones de Anzu se vieron sumidos en un Resplandor de Fuego.

Sus alas comenzaron a aletear como Mariposas; Anzu cayó hasta el suelo. La Tierra se sacudió, los Cielos se oscurecieron; Ninurta hizo cautivo al caído Anzu, de él recuperó las Tablillas. Los Igigi estaban observando desde la cima de la montaña; cuando Ninurta llegó al Lugar de Aterrizaje, temblaron y le besaron los pies. Ninurta liberó al cautivo Abgal y a los Anunnaki, anunció su victoria a Anu y a Enlil.

Después, volvió a Nibru-ki, y las Tablillas se reinstalaron en la Cámara Más Profunda. De nuevo volvió el Resplandor allí dentro, se restableció el zumbido de los ME en las Tablillas. Anzu fue sometido a juicio ante los Siete-Que-Juzgan; Enlil y Ninlil, su esposa, Enki y su esposa Ninki, a la que anteriormente se conocía como Damkina, y los hijos Nannar y Marduk estaban allí, Ninmah también estaba en el Juicio.

Ninurta habló de los malvados actos: ¡No hay justificación, que la Muerte sea su pena!, dijo. ¡Los Igigi se quejaban con razón, necesitan un lugar de descanso en la Tierra!, argüyó Marduk en contra. ¡Por su malvada acción, Anzu puso en peligro a todos los Anunnaki y a los Igigi!, dijo Enlil. Enki y Ninmah dieron la razón a Enlil; ¡El mal debe ser extinguido!, dijeron. 

Los Siete sentenciaron a Anzu a Muerte por ejecución; con un Rayo mortal fue extinguido el Aliento Vital de Anzu. ¡Dejadle su cuerpo a los buitres!, dijo Ninurta. ¡Dejad que sea enterrado en Lahmu, que se le ponga en una cueva junto a Alalu para su descanso!, dijo Enki. ¡De la misma Simiente Ancestral eran ambos! ¡Que Marduk lleve su cuerpo a Lahmu, que Marduk se quede allí como Comandante!

Eso sugirió Enki a los Jueces. ¡Así sea!, dijo Enlil. Viene ahora el Relato de cómo se fundó Bad-Tibira, la Ciudad del Metal, y de cómo, en el Cuadragésimo Shar, los Anunnaki se amotinaron en el Abzu. Anzu fue juzgado y ejecutado en el Vigésimoquinto Shar, esto sojuzgó el malestar de los Igigi, aunque siguió hirviendo lentamente. Marduk fue enviado a Lahmu para levantar los Espíritus de los Igigi, para prestar atención a su bienestar.

En la Tierra, Enlil y Enki discutieron cambios, estuvieron reflexionando sobre cómo evitar el malestar en la Tierra. Las Estancias en la Tierra son demasiado prolongadas, se decían uno a otro. Pidieron consejo a Ninmah; quedaron alarmados por el cambio de semblante en ella. ¡El Oro debe fluir con más rapidez a Nibiru, hay que proveer de salvación con más rapidez!, coincidieron todos. 

Ninurta era un Experto en las interioridades de los Planetas; dijo palabras sabias a sus mayores: Que se establezca una Ciudad del Metal, para que allí se funda y se refine el mineral aurífero, allí se podrán disponer cargamentos menos pesados desde la Tierra. Cada Nave Espacial podrá llevar más Oro, y quedará espacio para que los Anunnaki regresen a Nibiru, ¡Que los agotados regresen a Nibiru, que otros frescos los sustituyan en la Tierra

Enlil, Enki y Ninmah consideraron favorablemente la sugerencia de Ninurta, se le consultó a Anu y dio su aprobación. ¡En el Edin, se planificó una Ciudad del Metal, en esa ubicación insistió Enlil! Se construyó con materiales de Nibiru, se equipó con Herramientas de Nibiru. Tres Shars llevó su construcción, se le dio por nombre Bad-Tibira. Ninurta, que hizo la sugerencia, fue su Primer Comandante. 

De esta forma, el flujo de Oro a Nibiru se hizo más fácil y rápido, aquellos que habían venido a la Tierra y a Lahmu al Principio de los Tiempos Previos volvieron a Nibiru; Alalgar, Abgal y Nungal estaban entre ellos. Los recién llegados que los sustituyeron eran más jóvenes y entusiastas; no estaban acostumbrados a los Ciclos de la Tierra y de Lahmu ni a otros rigores. 

En Nibiru, de donde habían venido, la brecha en la Atmósfera se estaba curando; los más jóvenes no habían conocido las grandes Calamidades que habían tenido lugar en el Planeta y en sus cielos. ¡De su Misión dorada albergaban especialmente el anhelo de emociones y Aventuras! Tal como había concebido Ninurta, los Minerales se traían desde el Abzu, en Bad-Tibira se fundían y se reformaban, con Naves Espaciales se enviaban a Lahmu; el Oro puro se llevaba de Lahmu a Tibiru en Carros Celestiales. 

Tal como había concebido Ninurta, el Oro fluía desde el Abzu hasta Nibiru; ¡Lo que no había concebido era el malestar de los Anunnaki recién llegados que trabajaban sin descanso en el AbzuLa verdad sea dicha, Enki no tuvo en cuenta lo que se estaba fraguando, ponía su atención en otros asuntos del Abzu. Había llegado a fascinarse con lo que crece y vive en el Abzu; deseaba aprender de las diferencias entre lo que había aparecido en la Tierra y lo que había aparecido en Nibiru, quería descubrir cómo se causaban las enfermedades por la Atmósfera y los Ciclos de la Tierra.

En el Abzu, junto a las chorreantes Aguas, erigió un magnífico Lugar de Estudio, lo dotó con todo tipo de Herramientas y de Equipos. Llamó al lugar Casa de la Vida, a ella invitó a su hijo Ningishzidda. Configuraron Fórmulas Sagradas, diminutos ME, la posesión de los Secretos de la Vida y la Muerte, buscaban desentrañar los Misterios de la Vida y la Muerte de las Criaturas de la Tierra.

Enki estaba especialmente enamorado de algunas Criaturas vivas; éstas vivían entre los árboles altos, utilizaban sus patas delanteras como manos. En las altas hierbas de las estepas se veían extrañas Criaturas; parecían caminar erectas. Enki estaba absorbido con estos Estudios; pero no se daba cuenta de lo que se estaba fraguando entre los Anunnaki. El primero en darse cuenta del problema fue Ninurta: en Bad-Tibira había observado una disminución en Mineral de Oro.

Enlil envió a Ninurta al Abzu para averiguar lo que estaba sucediendo. Ennugi, el Oficial Jefe, lo acompañó en las Excavaciones, con sus propios oídos escuchó las quejas de los Anunnaki; murmuraban y se lamentaban, refunfuñaban en las Excavaciones; ¡El trabajo es insoportable!, le dijeron a Ninurta. Ninurta dio cuenta de esto a su tío Enki. ¡Convoquemos a Enlil!, dijo Enki. 

Enlil llegó al Abzu, se instaló en una casa cercana a las Excavaciones. ¡Vamos a enervar a Enlil en su Morada!, gritaron los Héroes que trabajaban en las minas. ¡Que nos libere del duro trabajo! ¡Proclamemos la Guerra, nos liberaremos a través de las hostilidades!, gritaban otros. Los Anunnaki de las Excavaciones prestaron oídos a las palabras de instigación, prendieron fuego a sus Herramientas, quemaron sus hachas. 

Se enfrentaron a Ennugi, Oficial Jefe de las Minas, lo apresaron en los Túneles; lo llevaron con ellos, se abrieron paso hasta la puerta de la Morada de Enlil. Era de noche, en mitad de la vigilia; rodearon la Morada de Enlil, sostenían en alto sus Herramientas a modo de
antorchas. 
Kalkal, el Guardián de la Entrada, atrancó la puerta y despertó a Nusku; Nusku, el Visir de Enlil, despertó a su Señor, lo sacó de la cama, diciéndole así: ¡Mi Señor, la casa está rodeada, hasta la puerta han llegado los hostiles Anunnaki!

Enlil convocó a Enki, Enlil convocó a Ninurta a su presencia: ¡Qué es lo que están viendo mis ojos! ¿Es contra mí contra quien se está haciendo esto? Así les dijo Enlil: ¿Quién es el instigador de las hostilidades? Los Anunnaki se mantuvieron unidos: ¡Cada uno de nosotros ha declarado las hostilidades! ¡El trabajo es excesivo, nuestro trabajo es duro, grande es nuestra aflicción! Así le dijeron a Enlil. Enlil le transmitió a Anu palabras de lo que estaba sucediendo. ¿De qué se acusa a Enlil?, inquirió Anu. 

¡El trabajo, no Enlil, es la causa del problema!, le dijo Enki a Anu. ¡Graves son los lamentos, todos los días podemos escuchar las quejas! ¡Hay que obtener Oro!, dijo Anu. ¡El trabajo debe continuar! ¡Liberad a Ennugi para consultas!, dijo Enki a los hostiles Anunnaki. Ennugi fue liberado; a los Líderes les dijo: ¡Desde que ha aumentado el calor en la Tierra, el trabajo es insoportable, inaguantable! ¡Que los rebeldes vuelvan a Nibiru, y que otros Nuevos vengan en su lugar!, dijo Ninurta.

¿No podrías forjar nuevas Herramientas?, dijo Enlil a Enki. ¿Para que los Héroes Anunnaki evitaran los Túneles? ¡Llamemos a mi hijo Ningishzidda, deseo que me asesore él!, respondió Enki. Convocaron a Ningishzidda, vino desde la Casa de la Vida; Enki se apartó con él, intercambiaron palabras entre ellos. ¡Es posible una solución!, dijo Enki. ¡Creemos un Lulu, un Trabajador Primitivo, para que se ocupe del trabajo más duro, que ese Ser cargue sobre su espalda el duro trabajo de los Anunnaki!

Asombrados quedaron los Líderes asediados, ciertamente se quedaron sin palabras. ¿Quién había oído hablar antes de un Ser creado de nuevo, un trabajador que pudiera hacer el trabajo de los Anunnaki? Llamaron a Ninmah, que en Curación y Ayuda era Experta. Le repitieron las palabras de Enki: ¿Acaso hay alguien que haya oído hablar de eso?, le preguntaron. ¡No se había oído hablar de algo así!, le dijo ella a Enki. 

Todos los Seres Descienden de una Simiente, ¡Cada ser se desarrolló a lo largo de eones a partir de otro, ninguno vino nunca de la nada! ¡Cuánta razón tienes, hermana!, dijo Enki sonriendo. Dejadme que os revele un Secreto del Abzu: ¡El Ser que necesitamos existe ya! Todo lo que tenemos que hacer es ponerle la Señal de nuestra Esencia, ¡Así se creará un Lulu, un Trabajador Primitivo! Así les dijo Enki.

Tomemos pues una Decisión, dadle la bendición a mi Plan: ¡Crear un Trabajador Primitivo, forjarlo por la Señal de nuestra Esencia! 



Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin
Portada: M16 Nebulosa dl Aguila, by NASA Hubble Space Telescope



GLOSARIO:

Abael: El bíblico Abel, muerto por su hermano Ka-in.
Abgal: Piloto; Primer Comandante del Lugar de Aterrizaje.
Abrazador: Epíteto de Ninurta por su papel en la utilización de armas nucleares.
Abzu: Dominios mineros de Oro de Enki en el sudeste de África.
Abzu Inferior: Punta Sur de África, dominios de Nergal Ereshkigal.
Acad: Las Tierras del Norte anexionadas a Sumer bajo Sargón I.
Acadio: Lengua madre de todas las Lenguas semitas.
Adab: Ciudad postdiluviana de Ninharsag en Sumer.
Adad: Nombre acadio de Ishkur, el hijo menor de Enlil.
Adamu: El primer Trabajador Primitivo logrado con éxito a través de Ingeniería Genética, El Adán.
Adapa: Hijo de Enki con una hembra Terrestre, primer Hombre Civilizado; el bíblico Adán.
Agadé: Primera capital de Nibiru después de la guerra; Capital Unificada de Sumer y Acad.
Agua de Juventud: Se la prometía Ra a sus seguidores en la Otra Vida.
Agua de Vida: Utilizada para revivir a Inanna y traerla de vuelta de entre los muertos.
Alalgar: Piloto; Segundo Comandante de Eridú.
Alalu: El depuesto Rey de Nibiru que escapó a la Tierra y descubrió Oro; murió en Marte; se talló su imagen en la roca que le sirvió de tumba.
Alam: Hijo de Anshargal a través de una concubina.
Amanecer y Crepúsculo: Hembras Terrestres fecundadas por Enki, madres de Adapa y Titi.
Amun: Nombre egipcio para el exiliado dios Ra.
An: Primer Rey de la Unidad en Nibiru; nombre del planeta al que llamamos Urano.
Anak: Estaño.
Anib: Título Real de Ib, un Sucesor del Trono de Nibiru.
Anki: Hijo primogénito de An en Nibiru.
Annu: Ciudad Sagrada en Egipto, la bíblica On, Heliópolis en griego.
Anshar: Quinto Soberano de Nibiru de la Dinastía Unificada; el planeta al que llamamos Saturno.
Anshargal: Cuarto Soberano de Nibiru de la Dinastía Unificada.
Antu: Esposa de An; esposa de Anu; nombre primitivo del planeta al que llamamos Neptuno.
Anu: Soberano de Nibiru cuando los Anunnaki llegaron a la Tierra; también, el planeta al que llamamos Urano.
Anunitu: Nombre cariñoso para la diosa Inanna.
Anunnaki: Aquellos-Que-del-Cielo-a-la-Tierra-Vinieron.
Anzu: Piloto; Primer Comandante de la Estación de Paso en Marte.
Apsu: Progenitor primordial del Sistema Solar, el Sol.
Aratta: Dominio concedido a Inanna, parte de la Tercera Región.
Arbakad: El bíblico Arpakshad, uno de los hijos de Sem.
Armas del Terror: Armas nucleares, utilizadas al principio en Nibiru y, después, finalmente, en la Tierra.
Arrata: La tierra y las montañas de Ararat.
Asar: Dios egipcio llamado Osiris.
Asta: Diosa egipcia llamada Isis, esposa-hermana de Asar.
Awan: Esposa-hermana de Ka-in.
Aya: Esposa de Utu; el dios llamado Shamash en acadio.
Azura: Esposa de Sati, madre de Enshi, el bíblico Enoch.
Bab-Ili: Pórtico de los DiosesBabilonia, ciudad de Marduk en Mesopotamia.
Bad-Tibira: Ciudad de Ninurta de fundición y refinado de Oro.
Banda: Soberano heroico de Uruk -la bíblica Erek-, padre de Gilgamesh.
Baraka: Esposa de Irid, el bíblico Yéred.
Barca celestial: Término egipcio para la Nave Espacial de un Dios.
Barco del Cielo: Vehículo aéreo de diversos Dioses y Diosas.
Batalla Celestial: Colisión primordial entre Nibiru y Tiamat.
Batanash: Esposa de Lu-Mach -el bíblico Lamek-, madre del Héroe del Diluvio.
Bau: Esposa de Ninurta, una sanadora.
Ben-Ben: Parte superior cónica del Barco Celestial de Ra.
Blancatierra: La Antártida.
Bosque de Cedros: Ubicación del Lugar de Aterrizaje -en la actualidad, Líbano-.
Brazalete Repujado: El Cinturón de Asteroides.
Burannu: El río Éufrates.
Cam: Segundo hijo del Héroe del Diluvio, hermano de Sem y de Jafet.
Cámara de la Creación: Instalaciones de Ingeniería Genética y domesticación en las Montañas de los Cedros.
Camino de Anu: Banda central de la Esfera Celeste que contiene las Constelaciones Zodiacales; en la Tierra, banda central entre el septentrional Camino de Enlil y el meridional Camino de Enki.
Camino de Enki: Esfera celeste por debajo del paralelo 30º Sur.
Camino de Enlil: Esfera celeste por encima del paralelo 30º Norte.
Carros celestiales: Nave Espacial.
Casa de Elaboración: Laboratorio genético en el Bosque de los Cedros para los cereales y el ganado.
Casa de la Vida: Instalaciones biogenéticas de Enki en el Abzu.
Casa de Sanación: Instalaciones médico-biológicas de Ninmah en Shurubak.
Centro de Control de Misiones: En Nibru-ki -Nippur- antes del Diluvio, en el Monte Moriah después del Diluvio.
Creador de Todo: El Dios universal y cósmico.
Cresta Norte: Morada de Enlil en las Montañas de los Cedros.
Cuarta Región: La Península del Sinaí, ubicación del Espacio Puerto postdiluviano.
Cuenta de Años de la Tierra: La cuenta de los años desde la visita de Anu a la Tierra, el calendario de Nippur comenzó en el 3760 AC.
Damkina: Esposa de Enki, renombrada Ninki; hija de Alalu.
Dauru: Esposa del Rey nibiruano Du-Uru.
Destino: Curso predeterminado de acontecimientos.
Diluvio: La Gran Inundación.
Duat: Nombre egipcio de la zona restringida del Espacio Puerto en el Sinaí.
Dudu: Nombre cariñoso del dios Adad -Ishkur-, hijo menor de Enlil, tío de Inanna.
Dumuzi: Hijo menor de Enki, encargado del pastoreo en sus dominios egipcios.
Dunna: Esposa de Malalu, madre de Irid -los bíblicos Mahalalel y Yéred-.
Duttur: Concubina de Enki, madre de Dumuzi.
Du-Uru (Duuru): Séptimo Soberano de Nibiru.
Ea: Aquel-cuyo-hogar-es-el-agua, el Acuario prototipo; primogénito de Anu, hermanastro de Enlil; líder del primer grupo Anunnaki en llegar a la Tierra; Creador de la Humanidad y su salvador en el Diluvio; se le dan los epítetos de Nudimmud, El ForjadorPtah, El Constructor, en Egipto, Enki, El Señor Tierra; padre de Marduk.
Eanna: Templo de Siete Niveles de Anu en Uruk, Anu se lo dio a Inanna como presente.
Edin: Ubicación de los primeros asentamientos de los Anunnaki, el bíblico Edén, en el Sur de Mesopotamia; posteriormente, el área de Sumer.
Edinni: Esposa de Enkime, madre de Matushal -los bíblicos Henoch y Matusalén-.
Ednat: Esposa de Matushal, madre de Lu-Mach, el bíblico Lamek.
Ekur: La alta Estructura en el Centro de Control de Misiones antediluviano; la Gran Pirámide de Gizeh, después del Diluvio.
Emisor: Instrumento utilizado junto con el Pulsador para revivir a Inanna.
Emush: Desierto infestado de serpientes donde intentó esconderse Dumuzi.
Emzara: Esposa de Ziusudra, el bíblico Noé, y madre de sus tres hijos.
Enbilulu: Teniente de Ea en la Primera Misión.
Endubsar: El Escriba al cual dictó Enki sus Memorias.
Engendrador Primordial: Apsu, el Sol, en la Cosmogonía de la creación.
Engur: Teniente de Ea en la Primera Misión.
Eninnu: La Morada-Templo de Ninurta en el Recinto Sagrado de Lagash.
Enki: Título-epíteto de Ea tras la división de deberes y poderes entre él y su hermanastro y rival Enlil; padre de Marduk con su esposa Damkina; no pudo tener un hijo con su hermana Ninmah, pero tuvo cinco hijos más con concubinas y también tuvo hijos con mujeres Terrestres.
Enkidu: Compañero de Gilgamesh creado artificialmente.
Enkime: Se le llevó al Cielo y se le concedieron muchos Conocimientos; el bíblico Henoch; padre de Sarpanit, esposa de Marduk.
Enlace Cielo-Tierra: El Centro de Control de Misiones.
Enlil: Hijo de Anu y de su esposa-hermana Antu y, por ello, Hijo Principal, destinado a la sucesión del trono de Nibiru por delante del primogénito Ea; Administrador y Comandante militar, enviado a la Tierra para organizar las operaciones de obtención de Oro a gran escala; padre de Ninurta con su hermanastra Ninmah, y de Nannar e Ishkur con su esposa Ninlil; se opuso a la creación de los Terrestres, intentó la desaparición de la Humanidad mediante el Diluvio; autorizó el uso de armas nucleares contra Marduk.
Enmerkar: Soberano heroico de Urug-ki, Uruk, abuelo de Gilgamesh.
Ennugi: Comandante de los Anunnaki asignado a las minas de Oro en el Abzu.
Enshar: Sexto Soberano dinástico en Nibiru; nombró a los Planetas que abarcaba la órbita de Nibiru.
Enshi: El bíblico Enoch, el primero al que se le enseñaron los Ritos y el Culto.
Enursag: Teniente de Ea en la Primera Misión.
Enuru: Tercer hijo de An y Antu, y padre del soberano de Nibiru, Anu.
Ereshkigal: Nieta de Enlil, señora del Mundo Inferior -Sur de Africa-; esposa de Nergal; hermana de Inanna.
Eridú: Primer Asentamiento en la Tierra, fundado por Ea; fue su centro permanente y su morada en Sumer.
Erra: Epíteto de Nergal después del holocausto nuclear, significa El-Aniquilador.
Esagil: Templo de Marduk, en Babilonia.
Esencia de vida o vital: El ADN genéticamente codificado.
Estaciones celestiales: Las Doce Casas de las Constelaciones Zodiacales.
Estrella Imperecedera: Nombre egipcio para el planeta del cual había venido Ra.
Etana: Rey de Uruk que fue llevado al cielo pero tuvo miedo de continuar.
Firmamento: El Cinturón de Asteroides, restos de la mitad destruida de Tiamat.
Gaga: La Luna de Anshar, Saturno, que, tras el paso de Nibiru, se convirtió en el planeta Plutón.
Gaida: Hijo menor de Enkime, Henoch en la Biblia).
Galzu: Misterioso emisario divino que transmitía los mensajes en sueños y visiones.
Gente de cabeza negra: El pueblo sumerio.
Geshtinanna: Hermana de Dumuzi que le traicionó.
Gibil: Hijo de Enki, encargado de la Metalurgia, creador de Artefactos Mágicos.
Gigunu: Casa de Placer Nocturno de Inanna.
Gilgamesh: Rey en Uruk; siendo hijo de una diosa, fue en busca de la inmortalidad.
Girsu: Recinto sagrado de Ninurta en Lagash.
Gran Abajo: El continente de la Antártida.
Gran Calamidad: La devastación posterior al holocausto nuclear en 2024 AC.
Gran Profundo: Océano Antártico.
Gran Mar: Mar Mediterráneo; llamado también Mar Superior.
Guru: Teniente de Eaen el Primer Aterrizaje.
Hado: Curso de acontecimientos que está sujeto al libre albedrío y es alterable.
Hapi: Antiguo nombre egipcio del río Nilo.
Hem-Ta: Nombre egipcio del Antiguo Egipto.
Hijo principal: El hijo nacido aun Soberano a través de su hermanastra y, por tanto, heredero legal.
Hombre Civilizado: Homo sapiens-sapiens, del cual Adapa fue el primero.
Horon: El dios egipcio al que ahora se le llama Horus.
Hurum: Montaña donde el Héroe Banda murió y volvió a la vida.
Ib: Tercer rey dinástico de Nibiru, se le dio el Título Real de An-Ib.
Ibru: Nieto de Arbakad, el bíblico Heber, antepasado de Abraham.
Ibru-Um [Ibruum]: Vástago de una Familia Real sacerdotal de Nippur y Ur, el bíblico Abraham.
Igigi: Los Trescientos Anunnaki asignados a la Lanzadera y a la Estación de Paso de Marte; raptaron a mujeres Terrestres para tomarlas como esposas.
Ilabrat: Visir y emisario de Anu; fue por Adapa párale viaje a Nibiru.
Inanna: Hija de Nannar y Ningal, hermana gemela de Utu; fue la prometida de Dumuzi; feroz en la guerra, lujuriosa en las relaciones sexuales; señora de Uruk y de la Tercera Región; conocida como Ishtar en acadio; asociada con el planeta al que llamamos Venus.
Inbu: Fruto traído de Nibiru a la Tierra, origen del elixir de los Anunnaki.
Irid: El bíblico Yéred; padre de Enkime, el bíblico Henoch.
Ishkur: El hijo más joven de Enlil con su esposa Ninlil, el dios acadio Adad.
Ishtar: Nombre acadio de la diosa Inanna.
Ishum: Epíteto dado a Ninurta después del holocausto nuclear, significa El Abrasador.
Isimud: Mayordomo y visir de Enki.
Jarán: Ciudad del Noroeste de Mesopotamia -ahora en Turquía-, que hizo las veces de ciudad gemela de Ur; lugar de estancia de Abraham; lugar desde donde Marduk usurpó la supremacía en la Tierra.
Ka-in: El bíblico Caín, que mató a su hermano Abael -Abel- y fue desterrado.
Kalkal: Guardián de la Residencia de Enlil en el Abzu.
Ki: Suelo firme, el planeta Tierra.
Ki-Engi: Sumer, Tierra de los Nobles Vigilantes, la Primera Región de Civilización.
Kingu: Principal satélite de Tiamat; la Luna de la Tierra después de la Batalla Celestial.
Kishar: Esposa del Quinto Soberano de Nibiru; el planeta al que llamamos Júpiter.
Kishargal: Esposa del Cuarto Soberano de Nibiru.
Kishi: La primera Ciudad de Hombres en Sumer, donde comenzó la Realeza.
Kulla: Teniente de Ea durante la Primera Misión.
Kunin: El bíblico Quenán, hijo de Enshi y Noam.
Laarsa: Una de las ciudades de los Anunnaki; refundada después del Diluvio.
Lagash: Construida al mismo tiempo que Laarsa, ambas servían como Ciudades Baliza; después del Diluvio, refundada como ciudad principal de Ninurta.
Lahama: Esposa de Lahma.
Lahamu: El planeta al que llamamos Venus.
Ley de la Simiente: La norma que daba Prioridad Sucesoria a un hijo de una hermanastra.
Lugal: Literalmente, Gran Hombre; epíteto de un Rey electo.
Lugar de Aterrizaje: Plataforma para Naves Celestes y Naves Espaciales en las Montañas de los Cedros.
Lugar de los Carros: Espacio Puerto.
Lugar de los Carros Celestiales: Espacio Puerto de los Anunnaki.
Lugar Níveo: La Antártida.
Lulu: Híbrido realizado por Ingeniería Genética, el Trabajador Primitivo.
Lu-Mach: Hijo de Matushal y de Ednat, el bíblico Lamek.
Llanura Superior: Región del Norte de Mesopotamia donde vivieron los descendientes de Arpakad.
Magan: Antiguo Egipto.
Malalu: Hijo de Kunin Mualit, el bíblico Mahalalel.
Mar Inferior: Masa de Agua llamada ahora Golfo Pérsico.
Mar Superior: Mar Mediterráneo.
Marduk: Primogénito y heredero legal de Enki Damkina; adorado como Ra en Egipto; envidioso de sus hermanos, insatisfecho con Egipto sólo como sus dominios, reclamó la supremacía de la Tierra y, después de exilios y guerras, la consiguió desde su ciudad de Babilonia.
Matushal: Hijo de Enkime y Edinni, el bíblico Matusalén.
ME: Objetos diminutos codificados con fórmulas sobre todos loas aspectos de la Ciencia y la Civilización.
Meluhha: Antigua Nubia.
Mena: Rey cuyo reinado comenzó la Primera Dinastía de Faraones egipcios.
Mena-Nefer: Primera capital de Egipto, Menphis.
Montaña de los Cedros: Ubicación de la morada de Enlil en el Bosque de Cedros.
Monte de la Salvación: Los picos de Ararat, donde se posó el Arca después del Diluvio.
Monte de Mostrar el Camino: Monte Moriah, lugar del Centro de Control de Misiones postdiluviano.
Monte Mashu: Monte equipado con instrumental en el Espacio Puerto del Sinaí postdiluviano.
Mualit: Esposa de Kunin, madre de Malalu.
Mundo Inferior: Hemisferio Sur, que incluye el sur de África y de la Antártida.
Musardu: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Nabu: Hijo de Marduk y de Sarpanit; organizó a los seguidores humanos de Marduk.
Namtar: Hado; Visir de Ereshkigal en sus dominios del Mundo Inferior.
Nannar: Hijo de Enlil Ninlil, el primer líder Anunnaki que nació en la Tierra; dios patrón de Urim -Ur- y Jarán; asociado con la Luna; conocido como Sin en acadio; padre de Utu e Inanna.
Naram-Sin: Nieto de Sargón y sucesor suyo como Rey de Sumer Acad.
Nebat: Esposa-hermana del Dios egipcio Satu, ala que llamamos Neftys.
Nergal: Hijo de Enki, soberano del Abzu Inferior junto con su esposa Ereshkigal; liberó las armas nucleares junto con N
inurta.
Neteru: Palabra egipcia para dioses, que significa Guardianes Vigilantes.
Nibiru: Planeta madre de los Anunnaki; su período orbital, un Shar, equivale a 3.600 años terrestres; se convirtió en el Duodécimo Miembro del Sistema Solar después de la Batalla Celestial.
Nibru-ki: Centro de Control de Misiones original; ciudad de Enlil en Sumer, llamada Nippur en acadio.
Nimug: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Nimul: Madre de Ea/Enki con Anu; no siendo esposa oficial ni hermanastra, su hijo, aunque primogénito, perdió la sucesión ante Enlil, cuya madre era Antu.
Ninagal: Hijo de Enki, designado por él para conducir el Barco del Héroe del Diluvio.
Ninbara: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Ningal: Esposa de Nannar-Sin, madre de Inanna y de Utu.
Ningirsig: Teniente de Ea en el primer aterrizaje.
Ningishzidda: Hijo de Enki, Maestro en Genética y de otras Ciencias; llamado Tehuti -Toth- en el Antiguo Egipto; se fue a las Américas con sus seguidores después de ser depuesto por su hermano Marduk.
Ninguanna: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Ninharsag: Epíteto de Ninmah, después de serle concedida una morada en el Sinaí.
Ninkashi: Mujer Anunnaki encargada de la elaboración de la cerveza.
Ninki: Esposa de Ib, Tercer Rey dinástico en Nibiru.
Ninimma: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Ninlil: Se casó con Enlil tras perdonarle ella su violación; Madre de Nannar y de Ishkur.
Ninmada: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Ninmah: Hermanastra de Enki y Enlil, madre de Ninurta con Enlil; Oficial Médico Jefe de los Anunnaki; ayudó a Enki a crear mediante Ingeniería Genética el Trabajador Primitivo; pacificadora entre los clanes rivales y guerreros de los Anunnaki; renombrada Ninharsag.
Ninmug: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Ninshubur: Doncella de Cámara de Inanna.
Ninsun: Madre Anunnaki de Gilgamesh.
Ninurta: Hijo Principal de Enlil, engendrado por Enlil con su hermanastra Ninmah, y su Sucesor Legal; combatió con Anzu, que se apoderó de las Tablillas de los Destinos, y con Marduk; encontró fuentes alternativas de Oro y estableció unas instalaciones espaciales alternativas en América; Dios patrón de Lagash.
Nippur: Nombre acadio de Nibru-ki, donde comenzó el calendario de años terrestres en el 3.760 AC.; lugar de nacimiento de Ibru-Um -Abraham-.
Nisaba: Diosa de la Escritura y las Medidas.
Noam: Esposa-hermana de Enshi, madre de Kunin.
Nudimmud: Un epíteto de Ea, que significa El-Que-Elabora-Cosas; el planeta Neptuno.
Nungal: Piloto.
Nusku: Visir y emisario de Enlil.
Objeto Brillante Celestial: Dispositivo Divino secreto que salvaguardaba el Lugar de la Realeza.
Objeto de la Tierra: Epíteto para la ubicación del Centro de Control de Misiones.
Padre de Todo Principio: El universal Creador de Todo; el Dios cósmico.
Pájaro de la Tormenta: Nave aérea de batalla de Ninurta.
Pájaro Negro: Vehículo aéreo de Ninurta.
Pájaros celestes: Nave aérea de los Anunnaki para volar por los cielos terrestres.
Picos baliza: Las dos Grandes Pirámides de Gizeh; posteriormente, Monte Mashu, en el Sinaí.
Piedra Gug: Cristal emisor de radiaciones, transferido desde la Gran Pirámide hasta el Monte Mashu.
Planta de la Vida: Utilizada por los emisarios robóticos de Enki para revivir a Inanna.
Planta de Ser Joven de Nuevo: Planta secreta del Rejuvenecimiento que encontrara Gilgamesh.
Porciones celestiales: Período de 72 años para el cambio de 1º Zodiacal debido a la Precesión.
Pórtico al cielo: El objetivo de la torre de lanzamiento que construyera Marduk en Babilonia.
Primera Región: La Primera Región de civilización concedida a la Humanidad, Sumer.
Ptah: Nombre de Enki en Egipto; significa El Constructor, conmemora sus Hazañas al elevar la tierra de debajo de las Aguas del Diluvio.
Pulsador: Instrumento utilizado, junto con el Emisor, para revivir a los muertos.
Ra: Nombre egipcio de Marduk, significa el Brillante.
Rama de esencia vital: Cromosoma.
Sarpanit: Una Terrestre, esposa de Marduk, madre de Nabu.
Sati: Tercer hijo de Adapa y Titi, el bíblico Set.
Satu: Hijo de Marduk y Sarpanit, dios egipcio conocido como Set.
Segunda Región: Egipto y Nubia, cuando se les concedió la civilización.
Sem: Hijo mayor Héroe del Diluvio.
Serpiente Alada: Epíteto de Ningishzidda en América.
Serpiente maligna: Epíteto despectivo para Marduk entre sus enemigos.
Shamash: Nombre acadio de Utu.
Shamgaz: Líder de los Igigi e instigador del rapto de mujeres Terrestres.
Shar: Un período orbital de Nibiru alrededor del Sol, equivalente a 3.600 años terrestres.
Sharru-kin: Primer Rey de Sumer Acad unidos, al que llamamos Sargón I.
Sumer: Tierra de los Vigilantes, la Primera Región de civilización postdiluviana.
Shurubak: Centro de Sanación de Ninmah anterior al Diluvio y reestablecido posteriormente.
Simiente de Vida: Semen.
Sin: Nombre acadio de Nannar.
Sippar: La ciudad del Espacio Puerto en Tiempos Antediluvianos comandada por Utu; su centro de culto después del Diluvio.
Sud: Una enfermera; también el nombre epíteto de Ninlil antes de convertirse en esposa de Enlil.
Suzianna: Una de las Siete Madres Alumbradoras de los Primeros Terrestres.
Tablillas de los Destinos: Dispositivos utilizados en el Centro de Control de Misiones para rastrear y controlar las Orbitas y Trayectorias; más tarde, un registro de decisiones inalterables.
Tehuti: Nombre egipcio de Ningishzidda como Thot, el Dios de la Ciencia y el Conocimiento.
Tercera Región: Dominio asignado a Inanna; la Civilización del Valle del Indo.
Tiamat: Planeta Primordial que se partió en la Batalla Celestial, dando lugar al Cinturón de Asteroides y a la Tierra.
Ti-Amat: Esposa de Adamu; primera hembra Terrestre capaz de procrear.
Tiempo Celestial: Tiempo medido por los Cambios Precesionales de las Constelaciones Zodiacales.
Tiempos de Antaño: Periodo que comenzó con el Primer Aterrizaje y terminó con el Diluvio.
Tiempos Previos: El Período de los Acontecimientos en Nibiru antes de las Misiones en la Tierra.
Tierra de los Dos Estrechos: Las tierras que hay a lo largo del río Nilo.
Tierra de Más Allá de los Mares: América; pobladas por los descendientes de Ka-in, supervisadas por Ninurta.
Tierra negra: Dominios africanos del Dios Dumuzi.
Tierra oscura: África.
Tilmun: Tierra de los Proyectiles, la Cuarta Región, en la península del Sinaí.
Tirhu: Sacerdote oracular en Nippur, Ur y Jarán -el bíblico Téraj, padre de Abraham-.
Titi: Esposa del primer Hombre Civilizado, Adapa, madre de Ka-in Abael.
Torbellino: Uno de los Siete Satélites o Lunas de Nibiru.
Torbellinos: Vehículos aéreos de los Anunnaki parecidos a los helicópteros.
Toro del Cielo: Guardián de Enlil del Lugar de Aterrizaje, símbolo de su constelación.
Trabajador Primitivo: El Primer Terrestre, realizado mediante Ingeniería Genética.
Udbar: Padre del escriba Endubsar.
Ulmash: Teniente de Ea en la Primera Misión.
Unug-ki: Ciudad construida para la visita de Anu, éste se la regaló a Inanna; llamada posteriormente Uruk, la bíblica Erek; Ciudad-Trono de Gilgamesh y de otros semidioses.
Ur: Nombre acadio de Urim; a los soberanos de Sumer y Acad cuando tuvo lugar la calamidad nuclear se les conoce como Reyes de la Tercera Dinastía de Ur; la bíblica Ur de los Caldeos, desde la cual emigró Abraham hasta Jarán.
Urim: Ciudad de Nannar en Sumer y tres veces capital del país -incluso en la época de la Gran Calamidad-; próspero centro de Cultura, Industria y Comercio Internacional.
Ur-Nammu: Primer Rey de la Tercera Dinastía de Ur.
Uruk: Nombre acadio de Unug-ki, la bíblica Erek.
Utu: Shamash en acadio; hermano gemelo de Inanna; comandante del Espacio Puerto de Sippar en Tiempos Antediluvianos y del del Sinaí después del Diluvio; dador de leyes desde su centro de culto en Sippar después del Diluvio; Padrino de Gilgamesh.
Viento Este: Un satélite o luna de Nibiru.
Viento Maligno: La nube nuclear portadora de muerte que recorrió Sumer hacia el este.
Viento Norte: Uno de los satélites o lunas de Nibiru.
Viento Oeste: Uno de los satélites o lunas de Nibiru.
Viento Sur: Satélite o luna de Nibiru.
Vuelta: Orbita de un Planeta alrededor del Sol.
Zamush: Tierra de piedras preciosas, parte de la Tercera Región de Inanna.
Ziusudra: Héroe del Diluvio, hijo de Enki con una Terrestre -el bíblico Noé-.
Zumul: Sacerdote-Astrónomo en Uruk durante la visita de Anu.

NIBIRU V: LA BUSQUEDA








En esta última entrega de nuestra serie sobre Zecharia Sitchin y el Descubrimiento de Nibiru contaremos la Historia de la Búsqueda del planeta Nibiru y analizaremos las posibilidades reales de su existencia. Cuando Zecharia Sitchin publicó su Primer Libro sobre los Anunnaki y Nibiru en 1976, la búsqueda del planeta perdido de nuestro Sistema Solar ya tenía casi cien años.


El planeta Sedna tiene una órbita de 10,500 años y es un antecedente sobre la 
posibilidad de la existencia de Nibiru. La última vez que Sedna pasó cerca al 
centro del Sistema Solar, la Tierra estaba saliendo de la última Era Glacial. 


Si bien los trabajos de Zecharia Sitchin sobre la Astronomía sumeria nos presentan sólidos argumentos para establecer la existencia de Nibiru, se hace necesario revisar las Teorías de Sitchin a la luz de algunos Descubrimientos científicos y otras Investigaciones.



LA ORBITA GIGANTE DE NIBIRU

Según las investigaciones de Zecharia Sitchin la órbita de Nibiru es de 3,600 años. La pregunta que cabe hacerse es ¿Existe algún planeta en el Sistema Solar que tenga una órbita tan grande?

La órbita más larga de los planetas “oficiales” del Sistema Solar pertenece a Neptuno y dura 165 años terrestres.

Si bien en una entrega anterior vimos que el cometa Kohoutek tiene una órbita de 75,000 años, se hace necesario investigar si existe algún otro cuerpo celeste con un recorrido similar en las cercanías del Sistema Solar. Existe y se llama, Sedna.

Revisemos el caso del planeta Sedna porque es un antecedente importante que refuerza la posibilidad de la existencia del planeta Nibiru.

Sedna fue descubierto en el 2003, y tiene una órbita de 10,500 años, casi el triple de la que propone Sitchin para el planeta Nibiru.

El Astrónomo Michael Brown del Instituto Tecnológico de California, uno de sus descubridores, declaró que este Planeta era el lugar más frio y lejano del Sistema Solar. Por esto lo bautizó con el nombre de Sedna, una de las Diosas principales de la Mitología esquimal.

En el 2012, Sedna se encuentra a una distancia Tres Veces más lejana del Sol que Neptuno. Según Michael Brown, si alguien estuviera, en este momento, en la superficie del planeta Sedna, una cabeza de alfiler sería suficiente para bloquear la luz del Sol.



Desde la superficie del planeta Sedna, en el afelio -punto más alejado del Sol- de su órbita, la luz del Sol se puede bloquear con la punta de un alfiler. 


El planeta Sedna es ligeramente más pequeño que Plutón y su órbita no transcurre en el mismo plano que la mayoría de planetas del Sistema Solar porque está inclinada 17 grados sobre la Eclíptica. La Eclíptica es el plano en el que orbitan la mayoría de Planetas del Sistema Solar en relación al Sol.

El ex-planeta Plutón es uno de los pocos que orbita en un plano diferente al del Eclíptica, con un Angulo de Inclinación de 17 grados. Esos 17 grados de inclinación sobre la Eclíptica y su lejanía del Sol, fueron los motivos por los que Plutón no fue descubierto sino hasta el año 1930. Lo mismo sucedió con Sedna, que tiene una inclinación de 11 grados sobre la Eclíptica del Sistema Solar y no fue descubierto hasta el 2003.

La conclusión es simple: si un Planeta tiene una órbita de miles de años de duración con una inclinación pronunciada sobre el Plano de la Eclíptica del Sistema Solar, como podría ser el caso de Nibiru, este será más difícil de descubrir.

Además, para poder descubrir un planeta lejano los Astrónomos necesitan observar detenidamente a la Estrella o Sol del Sistema donde se encuentra el Planeta. Si observando la Estrella ven que su luz disminuye momentáneamente, entonces pueden inferir que su luz disminuyó porque un Planeta cruzó entre la Estrella y nosotros, bloqueando temporalmente su luz. 


Es así como se descubrió el Planeta que hoy tiene más posibilidades de albergar vida, el famoso Gliese 581c. Esta técnica de descubrimiento de planetas depende tanto de la interpretación de los Valores Numéricos relacionados a la disminución en la luz de las estrellas que aún existe un debate sobre si Gliese 581c existe o no. Para algunos es un Planeta, para otros es un error de cálculo.

Entonces, si Nibiru orbitara, aproximadamente, dos veces más lejos del Sol que Neptuno y tuviera un Angulo de Inclinación de más de 30 grados sobre la Eclíptica del Sistema Solar, identificarlo puede ser una tarea casi imposible.




El planeta Sedna es más pequeño que la Luna y Plutón. Su masa no es 
suficiente para haber provocado las anomalías observadas en las 
órbitas de Urano y Neptuno. 


Existen varias Teorías sobre el origen de la extraña órbita del planeta Sedna: el Planeta podría haber caído en esa órbita como consecuencia del paso de una Estrella cercana, podría haber pertenecido originalmente a otro Sistema y haber sido capturado por las Fuerzas Gravitacionales de nuestro Sistema Solar, o como propone Michael Brown podría ser la evidencia de la existencia de un Planeta desconocido más allá de la órbita de Neptuno.

“No hay forma de que Sedna esté donde está. Nunca está tan cerca como para ser afectado por el Sol, pero tampoco está lo suficientemente lejos del Sol como para ser afectado por otras Estrellas.”

Esta última Hipótesis sobre la posibilidad de que exista un Planeta escondido en los confines del Sistema Solar es más antigua que las Teorías de Zecharia Sitchin sobre Nibiru.



NIBIRU Y EL PLANETA X

Desde el Siglo XIX, los científicos habían detectado algunas anomalías inexplicables en la órbita de Urano. El Descubrimiento de Neptuno fue consecuencia de la búsqueda a una respuesta para estas irregularidades y fue la primera vez que un Planeta fue descubierto a través de Predicciones matemáticas en lugar de observaciones empíricas.

Pero el Descubrimiento de Neptuno de 1846 no fue suficiente para explicar todas las irregularidades observadas en la órbita de Urano. Los Astrónomos observaron otras irregularidades sin explicación aparente en la órbita del mismo Neptuno. Se especuló entonces que podría existir otro Planeta más allá de la órbita de Neptuno.

El Astrónomo Percival Lowell [1855-1916] pasó a la Historia por afirmar que había observado una red de Canales en la superficie del planeta Marte, supuestamente construidos por los habitantes del Planeta Rojo.Pero eso no fue lo único que hizo Lowell, él también sostuvo que las irregularidades en las órbitas de Urano y Neptuno tendrían sentido si existiera un Planeta gigante desconocido. 


Lowell dedicó la última parte de su vida a la Búsqueda de este Planeta y lo bautizó como el “Planeta X”. Según Lowell, los planetas Urano y Neptuno fueron desplazados de sus órbitas originales a causa de la gravedad producida por el “Planeta X”.


Perciwall Lowell [1855-1916] no pudo probar ninguna de sus Teorías, ni su Teoría 
sobre los Canales de Marte, ni la del "Planeta X". La Teoría de los Canales de 
Marte fue descartada cuando la sonda Voyager fotografió la superficie del 
planeta y no encontró ningún canal como los que afirmaba haber visto Lowell.


Desde ese entonces, el “Planeta X” ha sido incorporado irresponsablemente a la búsqueda de Nibiru como si se tratara del mismo Planeta. Lo cierto es que no tenemos ninguna evidencia de que Nibiru sea el “Planeta X” que Lowell estaba buscando. Hasta donde sabemos puede serlo o no.

Para implementar su búsqueda del “Planeta X”, Lowell construyó un Observatorio Espacial en Arizona. Catorce años después de su muerte, uno de los Astrónomos que trabajaban en el Observatorio descubrió, cerca de la posición en la que Lowell esperaba encontrar al “Planeta X”, al planeta Plutón.




NIBIRU, SITCHIN Y ROBERT HARRINGTON

En los años Ochenta, los Astrónomos Robert Harrington [1942-1993] y Tom Van Flandern [1940-2009] del Observatorio Naval de los Estados Unidos, continuaron con la investigación de Lowell. La NASA, en 1982, anunció que uno de los Objetivos de su Telescopio espacial IRAS sería la Búsqueda del esquivo “Planeta X”.

El Equipo de Robert Harrington propuso que si el “Planeta X” existía, debería encontrarse en la Región de Escorpio o en la de Tauro. En 1988, el Dr. Harrington llegó incluso a publicar una investigación sobre la ubicación del “Planeta X”. El Equipo de Harrington creía que el “Planeta X” era Cinco Veces más grande que la Tierra y que estaba Tres Veces más lejos del Sol que Plutón.

Por su parte, el Astrónomo Tom Van Flandern propuso que un planeta con una masa de Dos a Cinco veces la de la Tierra podría explicar las irregularidades observadas en las órbitas de Urano y de Neptuno, pero sólo si estuviera ubicado, Cincuenta o Cien Veces más lejos del Sol que la Tierra. La órbita que Van Flandern propuso para el “Planeta X” era de 500 a 1,000 años.



Arriba, el Astrónomo Thomas Van Flandern quien teorizó sobre la existencia 
del "Planeta X" y sobre las anomalías encontradas en el planeta Marte. 
Abajo, el Astrónomo Robert Harrington del Observatorio Naval de los 
Estados Unidos, quien intentó encontrar al "Planeta X" durante los años 
ochenta. El "Planeta X" podría estar relacionado con el planeta Nibiru.


Algunas Notas de Prensa publicadas durante los años Ochenta se usaron y siguen siendo usadas como el arma principal de los defensores de la existencia de Nibiru. Uno de estos reportes publicado en el año 1983 sostenía que se había encontrado un cuerpo celeste tan grande como el planeta Júpiter en la Constelación de Orión:

“Un cuerpo celeste tan grande como Júpiter y posiblemente tan cerca de la Tierra como para ser parte del Sistema Solar, ha sido encontrado en dirección a la Constelación de Orión por el Telescopio Espacial Infrarrojo IRAS. Este Objeto es tan misterioso que los Astrónomos no saben si es un Planeta, un Cometa gigante, una Proto-Estrella que nunca se calentó lo suficiente como para convertirse en una Estrella, una Galaxia distante tan joven que aún está en el proceso de formar sus primeras Estrellas o una Galaxia tan envuelta en polvo cósmico que la luz que emiten sus Estrellas es imposible de percibir. `Todo lo que puedo decirles es que no sabemos lo que es´ declaró Gerry Neugebauer, Jefe Científico del IRAS.

La noticia, misteriosamente, no siguió desarrollándose en los Medios de Comunicación, y fue progresivamente relativizada y minimizada hasta desaparecer de la cobertura mediática.

La Nota de Prensa anterior y la Investigación publicada por Harrington provocaron que Zecharia Sitchin y muchos defensores de la existencia de Nibiru sostuvieran, en ese entonces, que el planeta Nibiru o el “Planeta X” había sido descubierto. Esto está muy lejos de la realidad.

El Texto de la Nota de Prensa denota que lo que descubrieron los Astrónomos del IRAS puede ser desde un Asteroide gigante hasta una extraña Galaxia. No tiene que ser necesariamente un Planeta.

Por otro lado, los Estudios de Harrington y de Van Flandern se basaron en Datos recogidos a lo largo de varios siglos que no han sido verificados. Además, algunos científicos sostienen que las anomalías en las órbitas de Urano y Neptuno son extremadamente pequeñas. Inclusive, un grupo de Astrónomos del Jet Propulsion Laboratory, o JPL, propuso que los Datos en los que se basaron Harrington y Van Flandern sugerían irregularidades en las órbitas de la mayoría de Planetas del Sistema Solar. 


Las Hipótesis de Van Flandern y Harrington no pueden ser descartadas totalmente ni presentadas como evidencia concluyente. Las Investigaciones de ambos científicos deben de ser tomadas en cuenta y analizadas con la ayuda de las Nuevas Tecnologías.


En un Pasado Remoto la Tierra pudo haber tenido Dos Soles según 
la Teoría del Segundo Sol o Némesis. El caso de Némesis no está 
relacionado con el Tema de Nibiru. 



NIBIRU Y NEMESIS, O EL SEGUNDO SOL DEL SISTEMA SOLAR

Una Segunda Hipótesis incorporada, ingenuamente o a propósito, a las Investigaciones sobre la existencia del planeta Nibiru, es la de Némesis o el Segundo Sol de nuestro Sistema Solar.

Los nuevos Telescopios, en los últimos años, han revelado que una cantidad considerable de Sistemas Solares tienen Dos Estrellas o “Dos Soles”. La mayor parte de las Estrellas vienen en pares y nuestro Sol no tendría porque ser la excepción. En 1984, luego de una Serie de Investigaciones, algunos Científicos propusieron que nuestro Sistema Solar pudo haber tenido un Segundo Sol en el Pasado, y lo llamaron Némesis.

La Teoría de Némesis fue reforzada por los paleontólogos David Raup y John Sepkoski de la Universidad de Chicago. Estos científicos se dieron cuenta que las extinciones mayores ocurridas en el planeta Tierra mostraban, de acuerdo con el registro de fósiles, un patrón. 

Nuestro Planeta enfrenta un Período de Muerte y Destrucción cada 26 a 30 millones de años. Esos Períodos de Destrucción serían producidos por los acercamientos del Némesis de nuestro Sol a nuestro Sistema Planetario. Uno de los acercamientos de Nemesis habría provocado la extinción de los Dinosaurios. La destrucción estaría causada por la Fuerza Gravitacional que la enorme masa del gigantesco Némesis ejercería en nuestro Planeta.

Hasta el día de hoy, no tenemos ninguna prueba contundente que apoye la existencia de un Segundo Sol en nuestro Sistema Planetario. Sin embargo, algunos Telescopios de la NASA, como el WISE, lo siguen buscando y deberían terminar sus Análisis a mediados del 2012.

El “Planeta X”, Nemesis y Nibiru son Tres Casos diferentes que deben de ser estudiados por separado. El problema es que muchos Investigadores, en su afán por defender la existencia de Nibiru, han mezclado y siguen mezclando irresponsablemente todas estas Teorías. 

Lamentablemente, esto no provoca más que confusión y contribuye a la desinformación generalizada que existe sobre los Anunnaki y el planeta Nibiru.




La Fuerza Gravitacional generada por la masa de Némesis produciría 
catástrofes en la Tierra en cada uno de sus acercamientos. Estos sucederían
cada 26 a 30 millones de años. El caso de Némesis suele ser confundido 
con el de Nibiru.


La existencia de Nibiru, el “Planeta X”, o la de Némesis son Hipótesis que merecen investigarse en detalle a través de un esfuerzo multidisciplinario. Lo que tenemos hasta ahora, son sólo indicios que deberían señalar el camino para próximas Investigaciones.

Finalmente, el planeta Sedna es la prueba más importante para defender la posibilidad de la existencia de Nibiru con su gigantesca órbita de 3,600 años. En una próxima Serie de Entregas revisaremos en detalle Teorías de diferentes Investigadores como Richard C. Hoagland, Richard A.Day y Michael Tellinger, entre otros, que revelan interesantes posibilidades sobre la existencia de Nibiru.






[Continuará...]

Nibiru [I]: El Orígen
Nibiru [II]: El Enuma Elish
Nibiru [III]: La Orbita
Nibiru [IV]: La Ruta
Nibiru [V]: La Búsqueda

Las Crónicas Annunaki [I]
Las Crónicas Annunaki [II]
Las Crónicas Annunaki [III]
Las Crónicas Annunaki [IV]
Los Annunaki. La Conexión Azteca [I]
Los Annunaki. La Conexión Azteca [II]
Los Annunaki. La Conexión Perú [I]
Los Annunaki. La Conexión Perú [II]
Los Annunaki. La Conexión Perú [III]
Los Annunaki. La Conexión Perú [IV]
Los Annunaki. La Conexión Perú [V]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VI]
Los Annunaki. La Conexión Perú [VII]





Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin
Arte: M16 Nebulosa del Aguila, by John Nassr, del Stardust Observatory




FUENTES:

Zecharia Sitchin, 2007. Book I of The Earth Chronicles. The 12th Planet. Harper Collins.

 Ian Lawton, 2000. Sitchin’s Cosmology and Planet X.
 Thomas Van Flandern, 1993. Dark Matter, Missing Planets & New Comets. North Atlantic Books.

EL SUR

Por Jorge Luis Borges







El hombre que desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino. Su abuelo materno había sido aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea, que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado por indios de Catriel: en la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann -tal vez a impulso de la sangre germánica- eligió el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica. 

Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso. A costa de algunas privaciones, Dahlmann había logrado salvar el casco de una estancia en el Sur, que fue de los Flores: una de las costumbres de su memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí. 

Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura. En los últimos días de Febrero de 1939, algo le aconteció.

Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones. Dahlmann había conseguido, esa tarde, un ejemplar descabalado de Las Mil y Una Noches de Weil; ávido de examinar ese hallazgo, no esperó que bajara el ascensor y subió con apuro las escaleras; algo en la oscuridad le rozó la frente, ¿Un murciélago, un pájaro? En la cara de la mujer que le abrió la puerta vio grabado el horror, y la mano que se pasó por la frente salió roja de sangre. La arista de un batiente recién pintado que alguien se olvidó de cerrar le habría hecho esa herida. 

Dahlmann logró dormir, pero a la madrugada estaba despierto y desde aquella hora el sabor de todas las cosas fue atroz. La fiebre lo gastó y las ilustraciones de Las Mil y Una Noches sirvieron para decorar pasadillas. Amigos y parientes lo visitaban y con exagerada sonrisa le repetían que lo hallaban muy bien. Dahlmann los oía con una especie de débil estupor y le maravillaba que no supieran que estaba en el infierno. Ocho días pasaron, como ocho siglos. 

Una tarde, el médico habitual se presentó con un médico nuevo y lo condujeron a un sanatorio de la calle Ecuador, porque era indispensable sacarle una radiografía. Dahlmann, en el coche de plaza que los llevó, pensó que en una habitación que no fuera la suya podría, al fin, dormir. Se sintió feliz y conversador; en cuanto llegó, lo desvistieron; le raparon la cabeza, lo sujetaron con metales a una camilla, lo iluminaron hasta la ceguera y el vértigo, lo auscultaron y un hombre enmascarado le clavó una aguja en el brazo. 

Se despertó con náuseas, vendado, en una celda que tenía algo de pozo y, en los días y noches que siguieron a la operación pudo entender que apenas había estado, hasta entonces, en un arrabal del infierno. El hielo no dejaba en su boca el menor rastro de frescura. En esos días, Dahlmann minuciosamente se odió; odió su identidad, sus necesidades corporales, su humillación, la barba que le erizaba la cara. 

Sufrió con estoicismo las curaciones, que eran muy dolorosas, pero cuando el cirujano le dijo que había estado a punto de morir de una septicemia, Dahlmann se echó a llorar, condolido de su destino. Las miserias físicas y la incesante previsión de las malas noches no le habían dejado pensar en algo tan abstracto como la muerte. Otro día, el cirujano le dijo que estaba reponiéndose y que, muy pronto, podría ir a convalecer a la estancia. Increíblemente, el día prometido llegó.

A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos; Dahlmann había llegado al sanatorio en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo llevaba a Constitución. La primera frescura del Otoño, después de la opresión del Verano, era como un símbolo natural de su destino rescatado de la muerte y la fiebre. La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios. 

Dahlmann la reconocía con felicidad y con un principio de vértigo; unos segundos antes de que las registraran sus ojos, recordaba las esquinas, las carteleras, las modestas diferencias de Buenos Aires. En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él.

Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia. Dahlmann solía repetir que ello no es una convención y que quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme. Desde el coche buscaba entre la nueva edificación, la ventana de rejas, el llamador, el arco de la puerta, el zaguán, el íntimo patio.

En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta minutos. Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil -a pocos metros de la casa de Yrigoyen- había un enorme gato que se dejaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la endulzó lentamente, la probó -ese placer le había sido vedado en la clínica- y pensó, mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.

A lo largo del penúltimo andén el tren esperaba. Dahlmann recorrió los vagones y dio con uno casi vacío. Acomodó en la red la valija; cuando los coches arrancaron, la abrió y sacó, tras alguna vacilación, el primer tomo de Las Mil y Una Noches. Viajar con este libro, tan vinculado a la historia de su desdicha, era una afirmación de que esa desdicha había sido anulada y un desafío alegre y secreto a las frustradas fuerzas del mal.

A los lados del tren, la ciudad se desgarraba en suburbios; esta visión y luego la de jardines y quintas demoraron el principio de la lectura. La verdad es que Dahlmann leyó poco; la montaña de piedra imán y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran, quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que la mañana y que el hecho de ser. La felicidad lo distraía de Shahrazad y de sus milagros superfluos; Dahlmann cerraba el libro y se dejaba simplemente vivir.

El almuerzo -con el caldo servido en boles de metal reluciente, como en los ya remotos veraneos de la niñez- fue otro goce tranquilo y agradecido.

Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres. Vio casas de ladrillo sin revocar, esquinadas y largas, infinitamente mirando pasar los trenes; vio jinetes en los terrosos caminos; vio zanjas y lagunas y hacienda; vio largas nubes luminosas que parecían de mármol, y todas estas cosas eran casuales, como sueños de la llanura. 

También creyó reconocer árboles y sembrados que no hubiera podido nombrar, porque su directo conocimiento de la campaña era harto inferior a su conocimiento nostálgico y literario.

Alguna vez durmió y en sus sueños estaba el ímpetu del tren. Ya el blanco sol intolerable de las doce del día era el sol amarillo que precede al anochecer y no tardaría en ser rojo. También el coche era distinto; no era el que fue en Constitución, al dejar el andén: la llanura y las horas lo habían atravesado y transfigurado. Afuera la móvil sombra del vagón se alargaba hacia el horizonte. No turbaban la tierra elemental ni poblaciones ni otros signos humanos. 

Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo y, de alguna manera, secreto. En el campo desaforado, a veces no había otra cosa que un toro. La soledad era perfecta y tal vez hostil, y Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur. De esa conjetura fantástica lo distrajo el inspector, que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la estación de siempre sino en otra, un poco anterior y apenas conocida por Dahlmann. -El hombre añadió una explicación que Dahlmann no trató de entender ni siquiera de oír, porque el mecanismo de los hechos no le importaba-.

El tren laboriosamente se detuvo, casi en medio del campo. Del otro lado de las vías quedaba la estación, que era poco más que un andén con un cobertizo. Ningún vehículo tenían, pero el jefe opinó que tal vez pudiera conseguir uno en un comercio que le indicó a unas diez, doce, cuadras.

Dahlmann aceptó la caminata como una pequeña aventura. Ya se había hundido el sol, pero un esplendor final exaltaba la viva y silenciosa llanura, antes de que la borrara la noche. Menos para no fatigarse que para hacer durar esas cosas, Dahlmann caminaba despacio, aspirando con grave felicidad el olor del trébol.

El almacén, alguna vez, había sido punzó, pero los años habían mitigado para su bien ese color violento. Algo en su pobre arquitectura le recordó un grabado en acero, acaso de una vieja edición de Pablo y Virginia. Atados al palenque había unos caballos. Dahlmann, adentro, creyó reconocer al patrón; luego comprendió que lo había engañado su parecido con uno de los empleados del sanatorio. El hombre, oído el caso, dijo que le haría atar la jardinera; para agregar otro hecho a aquel día y para llenar ese tiempo, Dahlmann resolvió comer en el almacén.

En una mesa comían y bebían ruidosamente unos muchachones, en los que Dahlmann, al principio, no se fijó. En el suelo, apoyado en el mostrador, se acurrucaba, inmóvil como una cosa, un hombre muy viejo. Los muchos años lo habían reducido y pulido como las aguas a una piedra o las generaciones de los hombres a una sentencia. Era oscuro, chico y reseco, y estaba como fuera del tiempo, en una eternidad. Dahlmann registró con satisfacción la vincha, el poncho de bayeta, el largo chiripá y la bota de potro y se dijo, rememorando inútiles discusiones con gente de los partidos del Norte o con entrerrianos, que gauchos de ésos ya no quedan más que en el Sur.

Dahlmann se acomodó junto a la ventana. La oscuridad fue quedándose con el campo, pero su olor y sus rumores aún le llegaban entre los barrotes de hierro. El patrón le trajo sardinas y después carne asada; Dahlmann las empujó con unos vasos de vino tinto. Ocioso, paladeaba el áspero sabor y dejaba errar la mirada por el local, ya un poco soñolienta. La lámpara de kerosén pendía de uno de los tirantes; los parroquianos de la otra mesa eran tres: dos parecían peones de chacra: otro, de rasgos achinados y torpes, bebía con el chambergo puesto. 

Dahlmann, de pronto, sintió un leve roce en la cara. Junto al vaso ordinario de vidrio turbio, sobre una de las rayas del mantel, había una bolita de miga. Eso era todo, pero alguien se la había tirado. Los de la otra mesa parecían ajenos a él. Dalhman, perplejo, decidió que nada había ocurrido y abrió el volumen de Las Mil y Una Noches, como para tapar la realidad. Otra bolita lo alcanzó a los pocos minutos, y esta vez los peones se rieron. 

Dahlmann se dijo que no estaba asustado, pero que sería un disparate que él, un convaleciente, se dejara arrastrar por desconocidos a una pelea confusa. Resolvió salir; ya estaba de pie cuando el patrón se le acercó y lo exhortó con voz alarmada:

-Señor Dahlmann, no les haga caso a esos mozos, que están medio alegres.

Dahlmann no se extrañó de que el otro, ahora, lo conociera, pero sintió que estas palabras conciliadoras agravaban, de hecho, la situación. Antes, la provocación de los peones era a una cara accidental, casi a nadie; ahora iba contra él y contra su nombre y lo sabrían los vecinos. Dahlmann hizo a un lado al patrón, se enfrentó con los peones y les preguntó qué andaban buscando.

El compadrito de la cara achinada se paró, tambaleándose. A un paso de Juan Dahlmann, lo injurió a gritos, como si estuviera muy lejos. Jugaba a exagerar su borrachera y esa exageración era otra ferocidad y una burla. Entre malas palabras y obscenidades, tiró al aire un largo cuchillo, lo siguió con los ojos, lo barajó e invitó a Dahlmann a pelear. El patrón objetó con trémula voz que Dahlmann estaba desarmado. En ese punto, algo imprevisible ocurrió.

Desde un rincón el viejo gaucho estático, en el que Dahlmann vio una cifra del Sur -del Sur que era suyo-, le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus pies. Era como si el Sur hubiera resuelto que Dahlmann aceptara el duelo. Dahlmann se inclinó a recoger la daga y sintió dos cosas. La primera, que ese acto casi instintivo lo comprometía a pelear. La segunda, que el arma, en su mano torpe, no serviría para defenderlo, sino para justificar que lo mataran. Alguna vez había jugado con un puñal, como todos los hombres, pero su esgrima no pasaba de una noción de que los golpes deben ir hacia arriba y con el filo para adentro. No hubieran permitido en el sanatorio que me pasaran estas cosas, pensó.

-Vamos saliendo- dijo el otro.

Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.

Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.



Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin

LA PAREJA Y EL AMOR... ¿QUE AMOR?








Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro.

Y si dos están de acuerdo, es por un malentendido. 
Jean Paul Sartre


¿Se puede amar sin constituirse en pareja? -¿Amar sin intermediario?-. Seguramente, en ese amor que llamamos “sexual”, “erótico”, sea imposible. Y aunque “la relación sexual no existe”, el otro siempre está. La pareja es deseo de posesión: es, de alguna manera, una mutua propiedad. El problema es que se quiera hacer necesario el amor en la pareja. Porque de hecho puede haber pareja sin amor o por lo menos con algunas ráfagas de él, momentáneas, pasajeras.

Desde hace ya más de un siglo se viene sosteniendo en la conformación de la pareja –conyugal–, que “el principio es el amor…” (frase que nos evoca el título del Libro de Julia Kristeva, refiriéndose a la importancia del amor en el Proceso Analítico). 


Pero lo que vemos en la clínica cuando consultan, es que el amor “está en fuga”, ha cesado, desaparecido –o nunca se ha constituido– aunque ellos digan que se aman y que el problema radica en que la pasan muy mal, discuten, se agraden; y tal vez sea al revés: porque no se aman sucede todo eso de lo que vienen a quejarse. Pero, ¿Qué es amarse, cómo amarse, qué amor?

Los Escritos psicoanalíticos desde Freud en adelante, a través de sus aforismos y apotegmas, nos han hecho reflexionar:

que el amor está marcado por la ambivalencia; 

 por el Narcisismo -amar es, esencialmente, querer ser amado-; 

 por la lógica edípica; que se diferencia del Deseo -clivaje entre la corriente tierna y la corriente sensual: si se ama no se desea y viceversa-; 

 que el primer Objeto de Amor es la madre y todo hallazgo posterior no es otra cosa que un intento por hallar ese Objeto Primario de Amor -es este “amor primario” el que buscamos en los objetos de amor sucesivos); 

 que en la demanda de amor se busca algo Más Allá del Objeto amado, algo que el Objeto no posee -“lo que se ama en el amor es, en efecto, lo que está más allá del sujeto, literalmente lo que no tiene”-; 

 que la compulsión de repetición es partícipe de las vicisitudes que experimenta la vida amorosa; que es dar lo que no se tiene… a alguien que no lo es; 

 que el estado del enamoramiento muestra el predominio de la libido de objeto en detrimento de la libido del yo -“un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo, y por fuerza enfermará si a consecuencia de una frustración no puede amar”-; 

 que la persona –Objeto– del cual el Sujeto se ha enamorado está en el lugar de su ideal -la dependencia respecto del Objeto amado rebaja el sentimiento de sí, el que está enamorado, está humillado, como lo dice Víctor Hugo: Reducir el universo a un ser. Y dilatar ese ser hasta Dios, eso es el amor”-

 que un enamorado es como un hipnotizado; 

 que es el malentendido el que hace posible el amor; 

 que lo que suple la relación sexual es precisamente el amor -porque “ellos” dos no se pueden fusionar, no pueden hacer uno, que lo Uno no puede sostener ninguna verdadera relación con lo Otro; imposibilidad de relación, que siempre presentifica un abismo entre los sexos; ausencia de proporción, de complementariedad, por más que dos se abracen en ningún caso dos cuerpos pueden hacerse uno-.


Creo que, como sucede en el dispositivo individual, ambos miembros de la pareja recurren al tratamiento a “causa de una falta de amor” -aunque digan amarse-. ¿Podremos como Analistas trabajar con “esos discursos amorosos” cuando sabemos que son discursos hacia un Otro imposible, insatisfactorio, incapaz de colmar ni las demandas ni los deseos; un Otro que siempre será elusivo, que nunca se podrá poseer. Tal vez sea más importante para la pareja poder “hacer el amor” -o seguir haciéndolo- que hablar del amor.

En el lazo del amor no sólo está en juego el tener-no tener: hay algo que se sitúa en el nivel del no saber. El erastés, el amante que no sabe: no sabe lo que le falta. El erómenos, es el Objeto amado “aquel que no sabe lo que tiene escondido”, -¿no será eso lo que hace su atractivo?-. 

Vemos que el amor está verdaderamente habitado por un no saber, por una ignorancia estructural. ¿Seremos como Analistas, tan omnipotentes de pensar que podremos arrojar “luz” sobre él, en aquellos que nos consultan? 

“Entre estos dos términos que constituyen, en su esencia, el amante y el amado, observen que no hay ninguna coincidencia. Lo que le falta a uno, no es lo que está escondido en el otro. Y ahí está todo el problema del amor”. Jacques Lacan

Desde el comienzo la discordancia está expresada, y el enredo del amor se despliega en el malentendido permanente, que es lo que lo funda. 

¿Como hablar con ellos de esa “pasión del ser” que es el amor, que busca en el Otro aquello que va a calmar y colmar la falta-en-ser? Tal vez podamos conversar -e interpretar- con ellos algo que se sitúa en los bordes del amor, en sus fronteras; enfrentando el desconocimiento, no para obturarlo, sino para sostenerlo. 

Como también habrá que sostener el malentendido y las paradojas que implican siempre el estar en pareja. Hablar de amor -decir palabras de amor- es posible en tanto se sepa que lo más alejado de él es el Saber.

De los griegos aprendimos que al amor se lo puede nombrar de muchas maneras, inclusive al que suele darse en la pareja. Pero a pesar de tanta tinta derramada en estas cuestiones, hoy se sigue insistiendo a través del imaginario social, en una posición “romántica” del amor, a tal punto que se pretende que en la pareja matrimonial ese tipo de amor la cimente, la sostenga, la renueve… 

El Psicoanálisis desmitifica el concepto que tenemos del amor romántico y tierno como el único digno de llamarse amor. Parecería que el hombre occidental insiste en esa irrealizable pretensión de continuidad, de fusión con el otro. Incluso pedir reciprocidad en el amor es alienarse, porque ¿Qué nos devolvería el amado en esa reciprocidad sino lo mismo que no le damos? Tan sólo un “yo también te amo”, lo cual no nos asegura nada, simplemente sostiene la ilusión -que tal vez no sea poca cosa-.

La demanda, el deseo por el otro, convierten al Sujeto esclavo del Objeto. Con el Análisis podemos saber de Eso: la alienación a la que nos exponemos, lo imposible e ilusorio de esa reciprocidad. Luego es saber que uno corre riesgos cuando ama, cuando desea, es como saber a qué se atiene uno. Y no olvidemos que el amor es una ficción: la de haber encontrado algo, en alguien.

El Análisis de Pareja, aunque muchas veces discutido en su legitimidad, puede revelar verdades poco placenteras, incómodas, sobre todo de aquellos intereses psíquicos a partir de los cuales se construyeron pactos y acuerdos amorosos, y que de alguna manera se podrán modificar para hacer más soportable las desilusiones, los malentendidos, las paradojas, que resultan de la convivencia. 

Pero convengamos que casi siempre el Objeto del Deseo no coincide con el Objeto de Amor. Y aquí tiene mucho que ver lo que nos decía Oscar Masotta advirtiéndonos que como psicoanalistas no deberíamos promover Objetos de Amor, sino dejar expresar los Objetos del Deseo, ya que los Objetos del Amor pueden aplastar los Objetos del Deseo, resultando ésto una posición ideológica muy importante. 

El amor es oblativo, sacrificial, se abastece de nada, mientras que en el horizonte del Deseo aparece el goce.

¿Qué pedimos, qué damos cuando decimos amar? 

El amor es dar lo que no se tiene, y sólo puede amar el que no tiene, incluso aunque tenga. El amor como respuesta implica el dominio del no-tener. Dar lo que se tiene, es la fiesta, no es el amor. Jacques Lacan

Pero además de “dar lo que no se tiene” es también dirigirse “a alguien que no lo es”. Porque contrariamente a la creencia de que el partenaire del Sujeto pudiera ser el otro -el semejante o el Otro-, el partenaire del Sujeto es el Objeto a, con lo cual la relación con el otro, estará siempre mediatizada por el fantasma. 

Y entonces en cada relación cada uno hablará su idioma, un idioma sin traducción, el idioma finalmente del fantasma de cada uno de los dos. No necesita mucho tiempo la relación amorosa para que cada uno empiece a sospechar que habla solo y a entender -si se puede- que el amor es esencialmente engaño.

Para seguir echando leña al fuego -¿Del amor?- bastaría agregar el neologismo lacaniano “odioenamoración” para hablar de la coexistencia del odio y el amor, y entrar así en el aspecto mortífero y mortificante del amor.

Pero, aunque desmitificado, entre el hombre y la mujer seguirá estando el amor, aunque también exista el mundo y el muro.


“Amarás al prójimo como a ti mismo… por lo que no es, por lo que no tiene”. 




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BIBLIOGRAFIA


★ Masotta, Oscar. Lecturas de psicoanálisis Freud, Lacan. Paidós. Bs.As. 1992.
★ Kristeva, Julia. Al principio era el amor. Psicoanálisis y Fe. Gedisa. Bs. As. 1986.
★ Lacan, Jacques. Seminario 20. Aun. Paidós. Bs.As. 1998.
★ Laurent, Eric. Los objetos de la pasión. Tres Haches. Bs.As. 2000.