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10.03.2012

LIBELULAS Y PIMIENTOS

Por Eduardo Berti




Cierto día en que paseaban por el campo, el poeta Matsuo Bashô (1644-1694) y su discípulo Kikaku se extasiaron mirando el revoloteo de las libélulas. En el acto, el discípulo compuso un haiku:
¡Libélulas rojas!
Quítales las alas
y serán pimientos.

El maestro repuso: "No. De esta manera has matado a las libélulas". Y propuso otra versión:

¡Pimientos!
Añádeles alas
y serán libélulas.

La anécdota fascinaba a Luis Alberto Spinetta en sus últimos años, tanto que llegó a contarla en más de una entrevista. Un video realizado por Emilio Cartoy Díaz muestra a Spinetta comentando que, a su entender, el episodio de Bashô resume y confronta "dos visiones del mundo": la destrucción versus la creación.

La crítica de la violencia y de la destrucción fue una constante en la obra de Spinetta y, con certeza, uno de los pilares de la ideología del rock, que nació tras el nazismo e Hiroshima. Un sketch de la película Hasta que se ponga el sol (de Aníbal Uset), filmado en los años de plomo, casi al mismo tiempo que la matanza de Ezeiza, muestra a los músicos de Pescado Rabioso caminando por una calle apacible de un barrio porteño. Aparece una limusina y tras ella va un coche algo destartalado. Una especie de "personaje importante" baja de la limusina. Un tirador baja del otro coche y le apunta con una grosera escopeta. Los músicos se cruzan, por error, en la línea de fuego. Suena un disparo. David Lebón recibe una bala perdida y reacciona indignado frente al tirador. "Tonto", resume Spinetta.

De aquella bala perdida a la bengala perdida del disco llamado nada menos que Tester de violencia y basado en algunos textos de Michel Foucault, la postura de Spinetta ante el instinto de muerte fue siempre activa, siempre creativa. Lennoniana, podría decirse. Un grupo como Pescado Rabioso sondeaba la poesía en los resquicios de la "dureza". Una canción como Kamikaze hacía una crítica -no exenta de admiración- de la ética del sacrificio.

"Estoy en contra de la muerte. No concibo la posibilidad de que los hombres se maten ni por inmolación, ni para beneficio de la guerra, ni jugando a los dados o a la ruleta rusa, ni en la calle ni en los accidentes", le decía Spinetta a Gabriel Senanes en una entrevista donde hablaba del libro que le había inspirado esta última canción: Los kamikazes, de Fernando Castro.

Pero, a la vez, el sobre interno del disco (también bautizado Kamikaze) admitía su perplejidad por la audaz convicción de estos guerreros: 



"¿Lamentablemente no hay más kamikazes en la vida creativa?" [...]

Según Bashô, uno de los atributos más importantes de un haiku era el de reunir dos principios opuestos que él llamaba fueki (lo immutable) y ryukô (lo efímero). Estos principios -dicen los estudiosos del haiku- provienen de los conceptos chinos de yin (lo cambiante, lo femenino, la luna, la sombra) y yang (lo estable, lo masculino, el sol, la luz).

La noción de "pescado rabioso" reunía dos conceptos en teoría opuestos o, al menos, irreconciliables. De esa noción (de ese animal de agua que es víctima de una enfermedad de mamífero) nacía algo dulce y violento a la vez: algo próximo a Led Zeppelin, algo que (como el rock en su conjunto) ponía en tela de juicio los límites rígidos, puristas, "tangueros", entre las sensibilidades mal o bien llamadas femeninas y masculinas.

Una canción de Invisible se llama Encadenado al ánima. Otra se llama En una lejana playa del ánimus. Comparables en cierto aspecto al yin y al yang, ánima y ánimus son dos conceptos de Carl Gustav Jung, a quien Spinetta leía con interés a mediados de los años setenta. En síntesis, el ánima representaba para Jung el lado femenino de la psiquis del varón y el ánimus era la parte masculina de la psiquis femenina.

"El ánimus ama la vida. El ánima busca la muerte", escribió Jung en El secreto de la flor de oro. "El ánimus es el alma-yang, luminosa, mientras que el ánima es el alma-yin, oscura [?]. Quien al despertar está sombrío y deprimido, encadenado a la figura corpórea, está encadenado por el ánima."
En tal sentido, no deja de ser curioso que la letra de Encadenado al ánima (llena de imágenes surrealistas: "La distancia es un caudal de eternidad agazapada sobre la espalda de un león") apareciera firmada no por Spinetta, sino por su padre (Santiago), cultural y generacionalmente "encadenado" al tango.


El interés que Spinetta sintió durante décadas por la obra de Carlos Castaneda parece otra forma distinta de tender "un puente de inteligencia anímica, interna, entre Occidente y Oriente", como escribe Jung en El secreto de la flor de oro.

Padre simbólico de muchos pensadores de la así llamada "Nueva Era", Castaneda publicó en 1968 su primer libro (Las enseñanzas de don Juan, un relato que colocaba a un estudiante de Antropología ante las mismísimas puertas de la percepción) y en 1973 coronó, aunque no terminó, la serie con Viaje a Ixtlán. Libro a libro, iba narrando en primera persona la lenta y casi siempre desconcertante lección de brujería a la que lo sometía don Juan Matus, un viejo chamán yaqui dispuesto a convertirlo en su joven discípulo.

Castaneda no fue el primero en interesarse por el chamanismo ni tampoco por el uso del peyote y otras plantas alucinógenas en la cultura azteca (el mismísimo Artaud fue uno de los muchos interesados), pero encontró un formato sumamente ameno, no tan académico como el que había empleado a mediados de los años 1950 Aldous Huxley en su The Doors of Perception, el libro que inspirara a Jim Morrison a la hora de bautizar a su banda musical.

Uno de las principios centrales que don Juan Matus le inculca a Carlos es que debe borrar la historia personal, porque "la historia personal es basura": mejor olvidarse del pasado para ser una persona nueva cada día y obtener la libertad de lo imprevisible.

"Sentirse importante lo hace a uno pesado, torpe y vano. Para ser un guerrero, uno necesita ser ligero y fluido", dice don Juan. Los detractores de Castaneda (quienes creen que el libro es mera ficción y que don Juan nunca existió) arguyen que estas ideas provienen directamente de la filosofía budista, que propicia el empequeñecimiento del "yo" o de la identidad personal a favor de un "yo" colectivo.

"El budismo niega el yo", explicaba Jorge Luis Borges durante una conferencia en el Colegio Libre de Estudios Superiores, que fue seguramente el embrión de su libro Qué es el budismo, escrito junto con Alicia Jurado. Y seguía diciendo: 


"Una de las desilusiones capitales es la del yo. [?] No hay un sujeto, lo que hay es una serie de estados mentales".
Otro escritor que indagó en este sentido fue Octavio Paz, quien pasó muchos años en Oriente y estableció (tanto en su interesantísimo ensayo Vislumbres de la India como en otros libros) diversas analogías no sólo entre la cultura mexicana y la india, sino también entre el budismo y las vanguardias del siglo XX, principalmente el surrealismo. 
"A más de dos mil años de distancia, la poesía occidental descubre algo que constituye la enseñanza central del budismo: el yo es una ilusión, una congregación de sensaciones, pensamientos y deseos", dice Paz en un ensayo sobre el surrealismo. "La sistemática destrucción del yo -o mejor dicho: la objetivización del sujeto- se realiza a través de diversas técnicas. La más notable y eficaz es la escritura automática; o sea: el dictado del pensamiento no dirigido, emancipado de las interdicciones de la moral, la razón o el gusto artístico." [...]
Hace unas cinco décadas, el escritor francés Michel Random visitó la casa de Yukio Mishima, en Japón, y le llamó la atención que fuese tan europea en su estilo y en su decoración. "¿Cómo se explica -le preguntó- que en su casa no haya nada japonés?". Mishima sonrió y le dijo: "Aquí tan sólo lo invisible es japonés".

Los grandes artistas poseen el don de comunicar con lo invisible: no únicamente de lograr que lo invisible se vuelva palpable, sino de ayudarnos a ver de otra manera lo que damos por obvio. Las libélulas son pimientos para los ojos creativos. [...]

Cuando muere alguien como Spinetta, dos sensaciones aparecen con la sensata velocidad de los lugares comunes: que la gente como Spinetta nunca muere y que la muerte de la gente como Spinetta hace que muera una parte de quienes crecimos con él y gracias a él.

Nada más cierto que estas sensaciones. Pero la mejor manera de darle gracias, sospecho, es luchar para que no muera en nosotros aquello que nos enseñó su arte.

[...] Ángel-poeta, "hombre de luz" (como rezaba una vieja canción de Almendra), Spinetta nos ayudó salvar la piel (y el alma) en medio de la noche de la dictadura. Nos recordó que, si estamos atentos, la vida tiene música. Que nuestro ego es, en el fondo, "un silbido más en el viento". Que el arte, cuando ataca, es irresistible. Que "deberás crear/ si quieres ver a tu tierra en paz". Que hay que abrirse al "mágico y misterioso" mundo. Que hay que amar y ver si uno es capaz de amar con la libre osadía del viento. Nos enseñó, en fin, que para los días de la vida ("vida siempre", contra el instinto de muerte) hay que pensar que mañana es mejor.




Portada: Sebastián Dufour
Diagramación & DG: Pachakamakin

9.30.2012

LA MUERTE Y LA BRUJULA [2]

Por Giovanni Bottiroli







3. LABERINTO DEL TIPO CUARTO

Según John Hillis Miller, Red Scharlach es un escéptico [10], no cree que los hechos tengan un sentido, y sabe que Lönnrot sí lo cree. De ahí la posición ventajosa que logra asumir cuando se enfrenta a su víctima: el habitante de Triste-le-Roy, una construcción insensata que en más de un aspecto recuerda la Ciudad de los Inmortales, observa el mundo desde una sad hermeneutics, desde la vaciedad del sentido: no hay significados escondidos o secretos, y el sentido siempre es la proyección de un intérprete. Este enfoque de momento parece aceptable; pero el engaño perpetrado en perjuicio de Lönnrot no se puede reducir a la trampa que el escéptico le ha tendido al creyente.

Este no es sino uno de los muchos errores de Miller –un error que podríamos definir como “provisional”, en cuanto que su lectura del relato va más allá del conflicto entre sentido y falta de sentido. En cualquier caso, vale la pena destacar de inmediato como la declinación de la tristeza, el modo en que Miller lee el nombre Triste-le-Roy, conduce en una dirección equivocada. 

“Scharlach’s sadness is the sadness of the radical skeptic or disbeliever”: [11] tristeza hermenéutica o ético-hermenéutica. Como si el gangster fuese un individuo al que le cuesta elaborar el duelo de la ausencia de sentido, un discípulo de Pascal incapaz sin embargo de obtener algún consuelo del ejercicio de pensar (aquel ejercicio que hace de cada uno de nosotros, frágil caña, una caña que piensa). Y con todo, no hay nada que deba inducirnos a leer en la tristeza de Triste-le-Roy una expresión de orden ético, en lugar de estético. 
“Vista de cerca, la casa de la quinta de Triste-le-Roy abundaba en inútiles simetrías y en repeticiones maniáticas… Un Hermes de dos caras proyectaba una sombra monstruosa” (MB, 153). 
Una sobreabundancia caótica que suscita malestar, la percepción de lo monstruoso –no del monstruo: tal vez esta distinción ayude a comprender la diferencia entre estética y ética. El monstruo, en todo caso, es el habitante del Laberinto: pero ¿De cuál? Porque la villa es una construcción estéticamente reprobable, un ejemplo de la  confusión inferior, pero el verdadero Laberinto es el creado por Scharlach para vengarse: 
“En esas noches yo juré por el dios que ve con dos caras y por todos los dioses de la fiebre y de los espejos tejer un laberinto en torno del hombre que había encarcelado a mi hermano. Lo he tejido y es firme: los materiales son un heresiólogo muerto, una brújula, una secta del siglo XVIII, una palabra griega, un puñal, los rombos de una pinturería” (MB, 155
Éste es un verdadero Laberinto, destinado a confundir a los hombres (una casa labrada para confundir a los hombres), como dice El inmortal (A, 13). Un Laberinto ideado por la inteligencia estratégica, por un discípulo funesto de la griega Metis. Éticamente reprobable, de todos modos este Laberinto pertenece a lo distintivo: solamente es confusivo si se mira con los ojos de Lönnrot. Emerge así una asimetría en la percepción del Laberinto, que obliga a reflexionar acerca de las clasificaciones. En un artículo que sigue conservando su interés, Rosenstiehl proponía esta tipología: 

A) El Laberinto más simple, unicursivo, constituido por una sola línea, un corredor único con un callejón sin salida, en cada extremo. Solo hay un modo de recorrerlo. 
“Estos Laberintos pueden ser considerados sin bifurcaciones, por tanto sin de elección para el viajero, como posibilidad imágenes engañosas, como evocaciones de circunvoluciones laberínticas; pero no son Laberintos propiamente dichos porque niegan el hilo de Ariadna. El hilo de Ariadna adquiere sentido a partir del momento en que existen ramificaciones, es decir un cruce que abra al menos tres corredores.” [12] 
B) El Laberinto arborescente, más complejo que el anterior, y que sin embargo no implica ciclos. Por ciclo se entiende un conjunto de corredores sucesivos que, tomados una sola vez, permiten al viajero reencontrar sus pasos, cruzarse con ellos [13] 

C) El Laberinto ciclomático, es decir dotado de ciclos, y expresable mediante un número ciclomático K, que indica su complejidad. 
“La complejidad del dédalo crece con el número ciclomático K”, “el Laberinto más inextricable es aquel en el cual los ciclos crecen sin límite”. [14] 
Como ejemplo Rosenstiehl cita el desierto de Borges del relato Los dos reyes y los dos laberintos. No obstante este laberinto “donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso” (A, 136) no parece adecuado para ilustrar el tercer tipo. Es verdad que la fatal imprudencia (y la inexplicable presunción) del Rey de Babilonia recuerdan la imprudencia y la presunción con que Lönnrot se lanza en brazos de su enemigo; y sin duda alguna podemos pensar el desierto como una inmensa repetición de elementos atómicos, los granos de arena. Pero no convence el atributo inextricable, aplicado a un desierto. En cualquier caso, toda la clasificación (que vacila entre una morfología y una lógica separativa) es poco convincente y el mismo Rosenstiehl lo acaba admitiendo: 
“El laberinto se resuelve, la metáfora se mantiene intacta” [15] 
El autor parece reconocer los límites de su descripción, que ha tomado para examinarlos solamente Laberintos estáticos, o rígidos, en los que el factor de complejidad es puramente numérico. Con todo, el Laberinto no es reducible a una estructura matemática, ni lo podemos agotar dentro de una visión gramatical. No es solamente la metáfora, sino el concepto de Laberinto lo que permanece intacto o en todo caso incompleto al final de la argumentación de Rosenstiehl. 

Aunque haya sido evocada, en cierto momento, la razón astuta, la Metis, en la tipología descrita hasta aquí falta casi completamente la dimensión estratégica. Sin embargo, ¿No es este, tal vez, el componente decisivo en La muerte y la brújula? Así pues hay que suponer un cuarto tipo de Laberinto, una construcción estratégica, ya no pensable como un objeto enfrentado a un sujeto sino como un lugar que la relación intersubjetiva vuelve elástico. El estratega no es simplemente quien elabora un plan, sino quien sabe conferir al adversario la ilusión de poseer un mapa, destinado a convertirse en la red en la que será capturado. 

Transformar el mapa del adversario en un Laberinto, éste es el resultado más admirable de la Estrategia. Y es exactamente lo que sucede en el relato que estamos examinando: al detective Erik Lönnrot le llama la atención la simetría de algunos homicidios; el primero ocurre en la parte oriental de la ciudad, el segundo en el Oeste, el tercero en el Norte; han tenido lugar el tercer día de tres meses sucesivos; tres mensajes dejados por el asesino o por los asesinos dicen que la primera, la segunda y la tercera letra del nombre han sido articuladas. Lönnrot es un admirador de Auguste Dupin y valora los métodos de la policía con el mismo desprecio. [16] 

Puesto que la primera víctima es un rabino, autor de un libro sobre la secta de los Hasidim, el detective estudia su doctrina; descubre –pero también lo descubrirá Red Scharlach– que al parecer existe un nombre secreto de Dios, y que algunos Hasidim, en busca de este nombre secreto, a veces han sacrificado a seres humanos. Las simetrías en el tiempo y en el espacio, que se ofrecen a su intuición, lo persuaden; con la ayuda de un compás y de una brújula individualiza el sitio en el que tendrá lugar el cuarto homicidio: ocurrirá en el vértice de un rombo que completará el triángulo equilátero formado por los tres primeros sitios. Lönnrot se dirige al Sur, hacia la villa laberíntica de Triste-le-Roy, entra en ella, se pierde en las remisiones ilimitadas de la penumbra, de la soledad y de los espejos. De pronto algunos hombres se lanzan sobre él; le llevan frente a Red Scharlach, un gangster cuyo hermano había hecho arrestar, tiempo atrás. Se entera de que el primer delito fue casual, que la primera frase había sido escrita por el rabino, y que la simetría de los homicidios, lejos de ser el móvil –el vértigo que habría guiado la búsqueda mágica del Tetragrámaton– constituía una trampa para atraerle a la villa triste y con proliferación de dobles, donde será asesinado. 

La cuarta letra del Nombre ha sido articulada, en una versión laica, por un Scharlach paródico. Lo que el lector descubre es que un Laberinto no es inevitablemente un dato, una estructura ontológica (penetrable por el pensamiento matemático) o la invencible causalidad que puede imponerse a la mente de algunos hombres, el motor de su fanatismo: el Laberinto puede ser un producto, una construcción hacia la cual el antagonista atrae a su adversario, y que requiere, para ser descifrado, una inteligencia no tanto matemática como estratégica. Como ya se ha dicho, toda Estrategia es la proyección de un Laberinto no como arquitectura estática, sino como una red, en la que el adversario creerá descubrir un mapa: es ésta la flexibilidad del Laberinto. Como construcción estratégica, el Laberinto es asimétrico y bifronte: puede ser su emblema la estatua de Jano, cuya presencia en la villa de Triste-le-Roy, Hillis Miller destaca, la cual sin embargo reconduce a la lógica de la simetría. 

En cambio, en el rostro de Jano, que mira en dos direcciones opuestas, deberíamos saber descubrir el desdoblamiento de lo simétrico y de lo no simétrico, el mapa que se convierte en red, el Laberinto que se vuelve Laberinto –pero solamente para uno de los antagonistas.





Arte: Rob Scharein
Diseño & Diagramación: Pachakamakin



CITAS:

[10] “Scharlach appears to be a radical skeptic” en J. Hillis Miller, Ariadne’s Thread. Story lines, 1992, Yale P New Haven and London, p. 237.
[11] Ibídem. . 

[12] P. Rosenstiehl, Labirinto, en Enciclopedia Einaudi, 8, Torino, 1979. Respecto de esta tipología Umberto Eco se engaña clamorosamente: cfr. L ’albero di Porfirio, ahora en el volumen Sugli specchi, Bompiani, pp. 357-58, donde Eco banaliza el laberinto cretense reduciéndolo al tipo unicursivo.
[13] Ibidem.
[14] Ibíd. p. 20. 

[15] Ibíd. P 29.
[16] Desprecio totalmente injustificado, si hemos de juzgar por este relato en el cual Lönnrot es absorbido inmediatamente por el Imaginario (en sentido lacaniano).
[17] J. Hillis Miller, op.cit., P 240.
[18] Ibíd., p. 242.
[19] Avatares de la tortuga, Emecé, p.149.
[20] “Die Krähen behaupten, eine einnzige Krähe könnte den Himmel zerstören. Das ist zweifellos, beweist aber nichts gegen den Himmel, denn Himmel bedeutet eben: Unmöglichkeit von Krähen”, F. Kafka, Betrachtungen über Sünde, Leid, Hoffnung und den wahren Weg, 1917/18.
[21] J. Hillis Miller, op. cit. pp. 252-253.
[22] Permítanme remitir a mi artículo C’è sempre un fuori testo, 2004.
[23] Ibíd., P 253. 
[24] “Ulises, se dice, fue hasta tal punto sagaz, como un zorro, que ni la diosa del destino (die Schicksalsgöttin) consiguió engañarlo” (F. Kafka, Das Schweigen der Sirenen, 1917).

9.28.2012

CHUANG-TZE: UN CONTRAVENENO. VIDA DE POETA

Por Octavio Paz



En 1957 hice algunas traducciones de breves textos de clásicos chinos. El formidable obstáculo de la lengua no me detuvo y, sin respeto por la filología, traduje del inglés y del francés. Me pareció que esos textos debían traducirse al español no sólo por su belleza construcciones a un tiempo geométricas y aéreas, fantasías templadas siempre por una sonrisa irónica- sino también para compartir el placer que había experimentado al leerlos. Los publiqué, ese mismo año, en México en la cultura, el suplemento literario de Novedades que dirigía Fernando Benítez. Más tarde reuní esos apólogos y cortos ensayos -algunos muy cerca de lo que llamamos “poema en prosa”- en Versiones y diversiones (1974), bajo un título adrede ambiguo: Trazos. Excluí únicamente los fragmentos de Chuang-Tze. Ahora los recojo. Creo que Chuang-Tze no sólo es un filósofo notable sino un gran poeta. Es el maestro de la paradoja y del humor, puentes colgantes entre el concepto y la iluminación sin palabras. Poco o nada se sabe de Chuang-Tze, salvo las anécdotas, discursos y ensayos que aparecen en su libro (que ostenta también el nombre de su autor). Chuang-Tze vivió a mediados del Siglo IV antes de Cristo, en una época de intensa actividad intelectual y de gran inestabilidad política.

Como en el caso de las repúblicas italianas del Renacimiento o de las ciudades griegas de la época clásica, las querellas que dividían a los príncipes y a los pequeños Estados corrían parejas con la fecundidad de los espíritus y con la originalidad y valentía de la especulación. A grandes males, grandes remedios. Un poco más tarde los Ch’n (249-206 AC C.) unificaron al país y fundaron el primer Imperio histórico. Desde entonces hasta la caída de la última dinastía en nuestro siglo, China vivió de las ideas inventadas en el período de los Reinos Combatientes. 

Durante dos milenios no hizo más que perfeccionarlas, podarlas, extenderlas o adaptarlas a las condiciones y circunstancias históricas. La filosofía, o mejor: la moral -y mejor aún: la políticade Confucio (Kung-Fu-Tzu) y sus grandes sucesores (Mo-Tzu o Mencio) fueron el fundamento de la vida social; sus principios regían lo mismo la vida de la Ciudad que la de la familia. Pero la ortodoxia confuciana no dejó de tener rivales; los más poderosos fueron el taoísmo y, más tarde, el budismo. Ambas tendencias predican la pasividad, la indiferencia frente al mundo, el olvido de los deberes sociales y familiares, la búsqueda de un estado de perfecta beatitud, la disolución del yo en una realidad indecible. 

A diferencia del budismo -corriente de fuera- el taoísmo no niega al yo ni a la persona; al contrario, los afirma ante el Estado, la familia y la sociedad. El taoísmo es un “disolvente”. No es extraño que los confucionistas lo viesen como una tendencia antisocial, enemiga de la sociedad y del Estado. En el taoísmo hay una persistente tonalidad anarquista. 

Los padres del taoísmo (Lao-Tze y Chuang- Tze) recuerdan a veces a los filósofos presocráticos; otras, a los cínicos, a los estoicos y a los escépticos. También, ya en la edad moderna, a Thoreau. Lejos de perderse en las especulaciones metafísicas del budismo, los taoístas no olvidan nunca al hombre concreto que, para ellos, es el “hombre natural”. 

Sus emblemas son el pedazo de madera sin tallar y el agua, que adquiere siempre la forma de la roca o del suelo que la contiene. El hombre natural es dúctil y blando como el agua; como ella, es transparente. Se le puede ver el fondo y en ese fondo todos pueden verse. El sabio es el rostro de todos los hombres. 

He dividido mi brevísima selección en tres secciones. La primera se refiere a la lógica y a la dialéctica. La crítica de Chuang-Tzu a las especulaciones intelectuales de los lógicos aparece en una serie de apólogos y cuentos en los que el humor se alía al raciocinio. Muchos entre ellos asumen la forma de un diálogo entre Hui-Tzu, el intelectual, y Chuang-Tze (o su maestro: Lao-Tze). 

Ante las sutilezas del dialéctico el sabio verdadero recurre, sonriente, al conocido método de reductio ad absurdum. En nuestra época erizada de filosofías y razonamientos cortantes y tajantes (preludio necesario de las atroces operaciones de cirugía social que hoy ejecutan los políticos, discípulos de los filósofos), nada más saludable que divulgar unos cuantos de estos diálogos llenos de buen sentido y sabiduría. Estas anécdotas nos enseñan a desconfiar de las quimeras de la razón y, sobre todo, a tener piedad de los hombres. La segunda sección está compuesta por fragmentos acerca de la moral. 

Con mayor encono aún que a los dialécticos y a los filósofos, Chuang-Tzu ataca a los moralistas. El arquetipo del moralista es Confucio. Su moral es la del equilibrio social; su fundamento es la autoridad de los seis libros clásicos, depositarios del saber de una mítica edad de oro en la que reinaban la virtud y la piedad filial. La virtud (jen) era concebida como un compuesto de benevolencia, rectitud y justicia, encarnación del culto al Emperador y a los antepasados. La acción del sabio, esencialmente política, consistía en preservar la herencia del pasado y, así, mantener el equilibrio social. 

Éste, a su vez, no era sino el reflejo del orden cósmico. Cosmología política. Nosotros, en lengua española, tenemos una palabra que quizá dé cierta idea del término chino: “hidalguía”. La hidalguía está fundada en la lealtad a ciertos principios tradicionales: fidelidad al señor, dignidad personal (el hidalgo es el rey de su casa) y la honra. Todo esto hace de la hidalguía una virtud social. Pero el hidalgo es un caballero; venera el pasado pero no ve en él un principio cósmico ni un orden fundado en el movimiento de la naturaleza. El discípulo de Confucio es un mandarín: un letrado, un funcionario y un padre de familia. 

El carácter utilitario y conservador de la filosofía de Confucio, su respeto supersticioso por los libros clásicos, su culto a la ley y, sobre todo, su moral hecha de premios y castigos, eran tendencias que no podían sino inspirar repugnancia a un filósofo-poeta como Chuang-Tze.

Su crítica a la moral fue también una crítica al Estado y a lo que comúnmente se llama bien y mal. Cuando los virtuosos -es decir: los filósofos, los que creen que saben lo que es bueno y lo que es malo-, toman el poder, instauran la tiranía más insoportable: la de los justos. 

El reino de los filósofos, nos dice Chuang-Tze, se transforma fatalmente en despotismo y terror. En nombre de la virtud se castiga; esos castigos son cada vez más crueles y abarcan a mayor número de 1 personas, porque la naturaleza humana -rebelde a todo sistema- no puede nunca conformar a la rigidez geométrica de los conceptos. Frente a esa sociedad de justos y criminales, de leyes y castigos, Chuang-Tze postula una comunidad de ermitaños y de gente sencilla. La sociedad ideal, para él, es una sociedad de sabios rústicos. En ella no hay gobierno ni tribunales ni técnica; nadie ha leído un libro; nadie quiere ganar más de lo necesario; nadie teme a la muerte porque nadie le pide nada a la vida. 

La ley del cielo, la ley natural, rige a los hombres como rige la ronda de las estaciones. Así, el arquetipo de los taoístas es el mismo de los confucianos: el orden cósmico, la naturaleza y sus cambios recurrentes. Sin embargo, lo mismo en el dominio de la política y la moral que en el de las ideas, su oposición es irreductible. La sociedad de Confucio, imperfecta como todo lo humano, se realizó y se convirtió en el ideario y el patrón ideal de un Imperio que duró dos mil años. La sociedad de Lao-Tze y de Chuang-Tze es irrealizable pero la crítica que los dos hacen a la civilización merece nuestra simpatía. 

Nuestra época ama el poder, adora el éxito, la fama, la eficacia, la utilidad y sacrifica todo a esos ídolos. Es consolador saber que, hace dos mil años, alguien predicaba lo contrario: la oscuridad, la inseguridad y la ignorancia, es decir, la sabiduría y no el conocimiento. En la tercera sección he procurado agrupar algunos textos sobre lo que podría llamarse el hombre perfecto. El sabio, el santo, es aquel que está en relación –en contacto, en el sentido directo del término- con los poderes naturales. El sabio obra milagros porque es un ser en estado natural y sólo la naturaleza es hacedora de milagros. Pero mejor será cederle la palabra a Chuang-Tze.




1. Sobre la sabiduría. 
2. La tortuga sagrada. 
3. Los cerrojos y los ladrones. 
4. Causalidad.

Por Chuang -ze
Traducción de Octavio Paz


SOBRE LA SABIDURÍA

Volver al punto de partida cansados de buscar en vano, ¿No deberíamos moler nuestras sutilezas en el Mortero Celeste, olvidar nuestras disquisiciones sobre la eternidad y vivir en paz los días que nos quedan? ¿Y qué quiere decir moler nuestras sutilezas en el Mortero Divino? Aniquilar las diferencias entre ser y no ser, entre esto y aquello. Olvido, olvido... ser y no ser, esto y aquello, son partículas desprendidas del infinito y volverán a fundirse en el infinito. 



LA TORTUGA SAGRADA 

Chuang-Tze paseaba por las orillas del río Pu. El rey de Chou envió a dos altos funcionarios con la misión de proponerle el cargo de Primer Ministro. La caña entre las manos y los ojos fijos en el sedal, Chuang-Tzu respondió: 
“Me han dicho que en Chou veneran una tortuga sagrada, que murió hace tres mil años. Los reyes conservan sus restos en el altar familiar, en una caja cubierta con un paño. Si el día que pescaron a la tortuga le hubiesen dado la posibilidad de elegir entre morir y ver sus huesos adorados por siglos o seguir viviendo con la cola enterrada en el lodo, ¿Qué habría escogido?”
Los funcionarios repusieron: “Vivir con la cola en el lodo”. “Pues ésa es mi respuesta: prefiero que me dejen aquí, con la cola en el lodo, pero vivo”. 


LOS CERROJOS Y LOS LADRONES 

Para protegernos de los malhechores que abren las arcas, escudriñan los cajones y hacen saltar las cerraduras de los cofres, la gente acostumbra reforzar con toda clase de nudos y cerrojos los muebles que guardan sus bienes. El mundo aprueba estas precauciones, que le parecen muestra de cordura. Pero de pronto se presentan unos ladrones. Si lo son realmente, en un abrir y cerrar de ojos desatarán los nudos, abrirán los cerrojos y, si es necesario, cargarán con las cajas sirviéndose para ello de las cuerdas y nudos de que están provistas. En verdad, los propietarios ahorran a los ladrones el trabajo de empacar los objetos. No es exagerado afirmar que todo lo que llamamos “cordura” no es sino “empacar para los ladrones”. Y lo que llamamos “virtud”, acumular botines para los malhechores. ¿Por qué digo esto? A lo largo y a lo ancho del país de Chi (un territorio tan poblado que el mero cacareo de los gallos y el ladrido de los perros en un pueblo se oye en el de junto), entre pescadores, campesinos, cazadores y artesanos, en santuarios y cementerios, prefecturas y palacios, en ciudades, poblados, distritos, barrios, calles y casas particulares... en fin, en todo el reino, veneradas por todos sus habitantes, imperaban las leyes de los Reyes Antiguos. Sin embargo, en menos de veinticuatro horas Tien-Ch’eng Tzu asesinó al príncipe de Chi y se apoderó de su reino. Y no sólo de su reino, sino también de las leyes y artes de gobierno de los sabios de antaño, que habían inspirado a los soberanos legítimos de Chi. Es verdad que la historia llama a Tien-Ch’eng Tze usurpador y asesino; pero mientras vivió fue respetado como el virtuoso Tsen y el benévolo Shun. Los pequeños reinos no se atrevieron a criticarlo, ni los grandes a castigarlo. Durante doce generaciones sus descendientes conservaron entre sus manos la tierra de Chi... 


CAUSALIDAD 

La Penumbra le dijo a la Sombra: “A ratos te mueves, otros te quedas quieta. Una vez te acuestas, otra te levantas. ¿Por qué eres tan cambiante?”. “Dependo”, dijo la sombra, “de algo que me lleva de aquí para allá. Y ese algo a su vez depende de otro algo que lo obliga a moverse o a quedarse inmóvil. Como los anillos de la serpiente, o las alas del pájaro, que no se arrastran ni vuelan por voluntad Propia, así yo. ¿Cómo quieres que responda a tu pregunta?”. 




9.27.2012

ASHTAR SHERAN, EL GRAN TITIRITERO COSMICO

Por Débora Goldstern


ASHTAR SHERAN

Por casi sesenta años la figura de Asthar Sheran se constituyó en una presencia regular y activa, con enorme influencia, aún hoy día, en algunos de los grupos más importantes del mundo del contacto. Sus orígenes señalan al gran país del norte, USA, como lugar de procedencia, algo que no debe extrañar teniendo en cuenta el contexto de posguerra que inició la fiebre platillista.

En aquel escenario una verdadera epidemia de mensajeros espaciales tomó al país por asalto extendiéndose luego por el mundo, donde supuestos representantes galácticos alertaban sobre los efectos devastadores de la energía nuclear. Sin embargo esta entidad de estilo andrógino, y de facciones casi angelicales, desde su aparición acaparó la atención, y se ganó una legión de seguidores que inexplicablemente continúa creciendo en número.

El por qué de esta fascinación necesitaría de la opinión de psicólogos y en algunos casos hasta psiquiatras, para comprender las motivaciones que impulsan hasta las mentes más racionales a prestar devoción a una entidad, que está muy lejos de decodificarse en su real dimensión.

Aunque el caso de Asthar Sheran mereció cierto tipo de atención entre algunos estudiosos, la mayoría no pasó de vincularlo a uno de los resortes fundamentales de la New Age, así como desmitificaciones en cuanto a su verdadero papel, pero sin acertar a desvelar el misterio que su presencia provoca.

Desde Crónica decidimos indagar en algunas de esas zonas grises, donde creemos se encuentran pistas fundamentales para ir resolviendo el enigma que actualmente conocemos como Asthar Sheran.

Vamos a repasar tres casos que involucran al mítico comandante estelar y que entendemos como resumen, quizá, de la historia de sus andanzas.

El primero en toparse con el andrógino venusino, fue el norteamericano George Van Tassel, un mecánico de aviación a quién Asthar se le apareció luego de una sesión de meditación, que se realizó en Giant Rock, lugar considerado sagrado por los antiguos indios de la zona, y que se alza en pleno desierto de Mojave, California, región a la cual volveremos luego. Según manifestó Tassel en un primer momento de la experiencia fue “transportado astralmente a una enorme nave extraterrestre que orbitaba la tierra, donde conoció al llamado consejo de los siete sabios”, fecha, 1951. Un año más tarde, Tassel afirmó que “fue visitado por seres de carne y hueso en su casa -éstos procedentes, según él- del planeta Venus, que le animaron a construir una estructura cuyo fin era extender la vida humana; y ayudar a la gente a tomar ventaja del proceso de envejecimiento. Esta estructura seria el Integratron, su obsesión por los siguientes 25 años”. Fruto de esos encuentros, derivaría en la realización de gigantescas convenciones de público reunidos para contactarse con los maestros del espacio, y en la publicación de seis libros, uno de los cuales se transformaría en material de culto, I rode the fliying saucer (1952).

Veamos uno de los típicos mensajes canalizados por el norteamericano, la mayoría de los cuales se lograba por escritura automática, un recurso del cual también abusarían sus continuadores para ponerse en contacto con los hermanos del espacio.


LA PREOCUPACION NUCLEAR. 18 de Julio de 1952.

“Saludos a ustedes, seres de Shan, lo saludo en amor y paz, mi identidad es Ashtar, comandante del sector cuadra, estación de patrullaje Schare, todas las proyecciones, todas las ondas. Saludos, a través de El consejo de las Siete Luces ustedes han sido traídos aquí con la luz interna para ayudar a su prójimo. Ustedes son mortales y otros mortales pueden solamente entender aquello que su prójimo puede entender. El propósito de esta organización es, en un sentido, salvar a la humanidad de sí misma. Hace algunos años sus físicos nucleares penetraron el Libro del Conocimiento, ellos descubrieron cómo explotar al átomo. Vergonzosos como han sido los resultados, que esta fuerza debiera ser usada para la destrucción, no es ni comparado a lo que ella puede ser. No nos hemos preocupados con su explosión de plutonio y UR 235, el elemento madre Uranio, este átomo es un elemento inerte. Estamos preocupados, sin embargo, con su intento de explotar el elemento Hidrógeno.
Este elemento es dador de vida junto con cinco otros elementos en el aire que respiran, en el agua que toman, en la composición de su sustancia física, hidrógeno. Sus esfuerzos en el campo de la ciencia han sido exitosos en la medida en que ellos no están contentos para descansar sobre sus laureles de un poder más allá de su uso, ni contentos con la destrucción entera de una deidad entera cada vez. Ellos deberán tener algo más destructivo, ellos lo tienen. Cuando exploten el átomo de Hidrógeno deberán extinguir la vida sobre este planeta. Están jugueteando con una fórmula que no comprenden. Están destruyendo un elemento dador de vida de la Inteligencia Creativa. Nuestro mensaje para ustedes es éste: ustedes deberán avanzar a su gobierno toda la información que les hemos transmitido. Deberán solicitar que su gobierno inmediatamente deberá contactar todas las otras naciones sin tener en cuenta sus sentimientos políticos. Muchos de sus físicos, con un desarrollo de percepción interna, se han rehusado a tener algo que ver con la explosión del átomo de hidrógeno. La explosión de un átomo de sustancias inertes y aquélla de una sustancia viva son dos cosas diferentes. Estamos preocupados por su deliberada determinación de extinguir a la humanidad y volver a este planeta una ceniza. Su materialismo estará en desacuerdo con nuestro intento de advertir a la humanidad. Pierdan cuidado, ellos deberán cesar de explotar los átomos dadores de vida, o deberemos eliminar todos los proyectos conectados con tales.
Nuestra misión es pacífica, pero esta condición ocurrió antes en este sistema solar y el planeta, Lucifer, fue hecho pedazos. Estamos determinados a que no suceda de nuevo. Los gobiernos del planeta Shan han reconocido que somos de una inteligencia más alta, ellos deben reconocer también que somos de una autoridad más alta. Así que no tenemos que entrar a sus edificios para saber lo que están haciendo. Tenemos la fórmula que les gustaría usar. No se entiende que sea para la destrucción. Su propósito aquí ha sido para construir una receptividad de tal manera que nosotros pudiéramos comunicarnos con su planeta, porque por la atracción de los átomos de sustancias de luz, nosotros patrullamos su universo. Para su gobierno y para su gente y a través de ellos para todos los gobiernos y todas las gentes del planeta Shan, acepten la advertencia como una bendición de que la humanidad pueda sobrevivir. Mi luz, deberemos permanecer en contacto aquí, en este cono de receptividad”.
Muchos de los tópicos descriptos en la historia de Van Tassel, serían el modelo a seguir por otros contactados, donde elementos similares vuelven a repetirse en su interacción con la entidad venusina.

Un segundo caso nos traslada a Europa donde la huella de Asthar vuelve hacerse visible. Lugar: Italia. Año: 1962. Protagonista: Eugenio Siragusa, por ese entonces un empleado de arbitrio de la zona de Catania. Veamos su historia. Según relata en Siragusa mensajero de los extraterrestres, el encuentro con Sheran tuvo lugar en el Monte Manfré. Allí el comandante venusino junto con otro compañero, Ithacar, le entregaron un mensaje para los líderes de la tierra alertándolo sobre la utilización de armas atómicas. Narra Siragusa que: 
“Había llegado a la mitad de la ladera escarpada, cuando vi en lo alto de la colina destacar la silueta de dos individuos, cuyo traje espacial plateado brillaba bajo los rayos de la luna llena. Eran altos y de aire atlético, con cabellos rubios cayendo sobre sus hombros. Llevaban muñequeras y tobilleras que parecían brillantes, que parecían de oro. Tenían un cinturón luminoso en la cintura y unas placas extrañas en el pecho. Viéndolos mi sangre se heló en las venas y me sentí inundado de un sudor frío. Hacía diez años que esperaba ardientemente este momento, pero el sitio aislado, la oscuridad nocturna y el encuentro repentino no estimulaban precisamente mi valor.
Uno de los extraterrestres dirigió hacia mi un rayo de luz verde, proyectado por un objeto que tenía en la mano, e instantáneamente me sentí recorrido por una sensación extraña, que me tranquilizó inmediatamente, dándome una serenidad indescriptible. Mi corazón, que al principio parecía querer explotar en mi pecho, volvió a latir regular y pausadamente. Me quedé mirando a ambos como embobado. Con la iluminación de la luna, pude distinguir sus facciones delicadas y su mirada penetrante y sobrecogedora. Uno de los dos me dirigió la palabra en italiano ´la paz sea contigo hijo´. ´Te estábamos esperando. Graba en tu mente cuanto te digamos´ La voz no tenía timbre humano; parecía metálica y como si saliese de un registrador. Me dieron el mensaje, y yo intenté retenerlo en la memoria para escribirlo en cuanto llegase a casa … Elevaron sus manos como en gesto de bendición, me dijeron: ´La paz sea contigo´ y se fueron hacia el disco, que se encontraba al lado de uno de los cráteres." 
Nuevamente la preocupación nuclear …


MENSAJE A LOS POTENTADOS DE LA TIERRA

“Sabios, Gobernantes! A nuestro pesar, debemos, una vez más, y necesariamente, advertiros que, en el caso de que continuéis llevando a cabo los locos designios que os habéis fijado sobre experimentos nucleares, nada se podrá hacer para evitar que nuestro mundo sufra un rudo golpe de naturaleza desastrosa y mortal. Si queréis que vuestro planeta no se vea inmerso nuevamente en el baño de dolor de un tiempo remoto, debéis, del modo más eficaz y decisivo desmontar para siempre vuestros injustificables locos y mortales experimentos nucleares. Si nosotros nos hemos propuesto vigilar vuestro destino, es porque hemos alimentado y alimentamos aún una gran confianza en vuestro porvenir. Haciendo y obrando tal como procedéis, causáis graves impedimentos a vuestras positivas intenciones. Estad seguros de que, si encontráis la fuerza y el valor para construir una sólida unión entre todos los pueblos de la tierra y destruís completamente todas las armas destructoras que aún hoy, y más que nunca, os hacen orgullosamente malos y morbosamente agresivos, nosotros estaremos autorizados, por el amor que nos une a vosotros desde los orígenes del sistema solar, a acercarnos sin ninguna reserva, para proporcionaros los conocimientos y una mejor ciencia que propiciará a toda la humanidad de vuestra tierra una vida serena, rica en felicidad, en verdadera libertad y en infinita prosperidad.
Obrando como lo hacéis, provocáis en nosotros, además de dificultades, una gran desilusión y amargura. Podríais ser verdaderamente libres y, como nosotros, dueños del universo y de su eterna belleza, podríais ser libres de alegraros amando sin sufrir y sin padecer. Podríais, en fin, volver vuestros ojos llenos de esperanza y de amor, de beata serenidad y de dulzura espiritual, hacia la imagen viviente de Aquél que es siempre el Creador eterno del Todo. ¿Por qué renunciar a tanta paz y felicidad? ¿Por qué queréis a toda costa autodestruiros de forma tan terrible, renegando en un instante de vuestra histórica fatiga evolutiva? Este mensaje, que hemos dictado con gran amor, aunque con igual preocupación, es una de las invitaciones más sentidas, dada la gravedad de los hechos que os proponéis llevar a cabo, nosotros hecho mucho y continuaremos haciendo todo lo posible para evitar lo peor. Pero en el caso de que vosotros, gobernantes y hombres de ciencia, elijáis lo peor, no nos quedará otra misión que la de llevar fuera del irremediable desastre solamente a aquellos que nos hayan reconocido y comprendido y que hayan amado a su prójimo como nosotros os amamos. Por lo tanto estad despiertos y sed responsables si queréis sobrevivir. No hagáis inútil el celestial perdón que os trajo Jesús-Cristo por gracia del Padre Creador. En fe”.
Eugenio Siragusa
Monte Manfré, Etna. 30 de Abril de 1982. Hora 22,15.

Un dato que aporta Siragusa en cuanto a la naturaleza de Sheran, revela que éste se considera a si mismo “como el jefe santo que tiene a su cargo el mando de la flota en misión sobre nuestro planeta”. A diferencia de su par norteamericano, Siragusa introduce la vinculación religiosa, que a partir de allí elevarían al venusino a la posición de santo patrón espacial. Resultado de sus encuentros con los “supuestos extraterrestres” se evidenciaría en discursos sobre el funcionamiento y energía utilizada por los UFOs, viajes a la zona oscura de la Luna, donde afirmó que contempló bases alienígenas así como el inicio de grupos que bajo el título de Fraternidad Cósmica, se esparcieron por todo el mundo, fueron parte de un legado que el contactado italiano cultivó hasta su muerte.

Nuestro tercer elemento de estudio será el Grupo Rahma, originario de Perú y con quién Asthar tomó contacto a mediado de los años 70’. Como sabemos Sixto Paz su fundador afirmó estar en comunicación con seres provenientes de las lunas de Júpiter, Morlen y Ganímedes, dando así un giro en los clásicos encuentros venusinos. Sin embargo, el santo patrón también integró la saga Rahma, aunque con una corrupción en cuanto a pronunciación ya que fue conocido como Antar Sherar. El suceso que vamos a relatar y lo involucra tuvo lugar en el monte Gorbea, Bilbao, España y está narrado por J.J. Benítez en 100.000 kilómetros tras los OVNIs (1978).


LOS GUIAS DESCIENDEN SOBRE EL MONTE GORBEA 

“Eran poco más de la siete de la tarde. Vi las tiendas de campaña. Y a los miembros de Rahma formando un círculo en aquella especie de pequeña explanada, junto a unas rocas blancas en las montañas llamadas Gorbea. Casi al mismo tiempo una sensación de paz me inundó. Sentí una corriente de aire cálido y cuando me fijé, aquella nave grande, y de luz blanca estaba posada en tierra, a pocos metros del grupo. Pero los miembros de Rahma seguían en silencio, seguidos en sus meditaciones. Y parecían no darse cuenta del aterrizaje de aquella espléndida nave. Vi entonces delante de la nave a dos guías, uno era Antar Sherar, el comandante de la flota espacial. Pero el otro no lo reconocí, era algo más bajo que Antar Sherar y vestía de idéntica forma. Sus ropas eran de un blanco luminoso, no tenían costuras. Llevaba como unas muñequeras más brillantes, así como botas hasta la rodilla, y también refulgentes. Y en los pechos se distinguía como una raya horizontal o formando una V.
El cabello era largo y tan blanco como las ropas. Quedé asombrada por sus estaturas, todos tenían más de dos metros. Antar Sherar quizás alcanzaba los 2,50 metros. Sus ojos eran rasgados y su piel blanca, como la de los pueblos nórdicos, me inspiraron temor.
Miré absorto al grupo y comprobé que seguía absorto en sus pensamientos y meditaciones, nadie se había movido. Nadie parecía percatarse de lo que estaba sucediendo. Pero ellos estaban allí. De pronto vi algo extraño en torno al grupo. Era como un círculo de energía y muy cerca de los miembros de Rahma ´frente por frente de aquellos dos guías´, observé otros dos extraterrestres, tan alto como el que acompañaban al comandante, de la flota de naves. También vestían igual, y también desprendían esa hermosa luz blanca como si brillasen. Durante media hora el comandante, el segundo guía y los demás seres les hablaron a los miembros de Rahma. Pero ninguno parecía darse cuenta de lo que sucedía. Ni siquiera les habían visto. Hacia las siete y media los guías regresaron a su nave y desaparecieron. Pero ninguno de los miembros Rahma se había percatado de la presencia de los seres del espacio …”

Según refieren algunos miembros participantes de ese encuentro, Antar y su grupo hacían hincapié, no ya en el tema atómico dominante en las épocas anteriores, sino en la preparación de la humanidad para un futuro contacto entre razas, así como alertas en cuanto a crisis futuras que tendrían a la tierra como protagonista.

Creo que el pasaje es sumamente revelador, y devela aspectos esenciales del comportamiento de la entidad en cuanto a su vinculación con los receptores humanos.

También señala que es a través del viejo Ocultismo de Escuela, el cual venimos pregonando desde hace rato, donde encontraremos las claves necesarias, para ir descifrando este Misterio.


Comencemos con el análisis. Primer tópico: Venus.

El Ocultismo enseña que “cada planeta es considerado como una escuela donde se aprenden unas enseñanzas concretas. Urano es conocido como la Escuela de Magia del Décimo Orden. A Vulcano se le llama La Escuela de las Piedras de Fuego, y los humanos bajo el influjo de este planeta tienen una especial relación con el mundo mineral. Júpiter es la Escuela de los Magos Benéficos, donde se entrenan los que practicarán la Magia Constructiva. Marte es la Escuela de los Guerreros, y Venus la Escuela de Cinco Grados Estrictos. Mercurio tiene la Escuela para los Hijos de la Aspiración. Todos estos términos, realmente, no tienen sentido alguno para el hombre corriente, pero la Tierra, que es conocida como la Escuela de la Respuesta Magnética, llama a sus discípulos “los Graduados de la Empresa Penosa”, un título que nadie tendrá dificultad en comprender.

También se dice “que el planeta Venus y los Señores de la Llama figuran como mucha frecuencia en las doctrinas mistéricas, por las siguientes razones: se sabe que Venus es un planeta sagrado, y que sus habitantes llegaron a un estado de evolución mucho más avanzado que sus hermanos de la Tierra. En efecto, Venus es “el alter ego” de la Tierra, con una relación análoga a la del alma con el cuerpo. Hace varios eones, los Señores de la Llama entablaron en Venus una batalla contra los Señores del Rostro Oscuro. Esto no quiere decir que el planeta fuera recorrido por bandas de tipos extraños que se cascaban mutuamente con bombas atómicas y armas de rayos láser. No es más que una forma de decir, que el espíritu triunfó sobre la materia. Gracias a su triunfo Venus lleva delantera a la Tierra en todas las fases de su desarrollo, y por lo tanto está en condiciones de ayuda a sus habitantes. Los Señores de la Llama no son venusinos del espacio, sino una de las grandes Jerarquías espirituales que guían nuestro Sistema Solar. Los misterios dicen que empezaron a controlar la evolución de la humanidad de la Tierra hace unos dieciocho millones de años, en tiempos de la raza Lemúrida o tercera raza –raíz."

Alice Bailey escribió sobre esto:
"La individuación humana se produjo, a mediados de la Tercera Raza Raíz, por una destrucción a gran escala de lo que llamamos el hombre animal. Es éste un punto rara veces mencionado en las doctrinas. El advenimiento de los Señores de la Llama, la tempestad etérica que introdujo el período del hombre, se caracterizó por el desastre, el caos y la destrucción de muchos en el Tercer Reino de la Naturaleza. La chispa de la inteligencia fue implantada, y la fuerza de la vibración y el efecto inmediato de su presencia ocasionaron la muerte de la forma animal, produciendo así la imposibilidad inmediata de que los cuerpos recientemente vitalizados (cuerpos con alma) vibrasen con el fin de adquirir nuevos vehículos físicos. Lo que quiere decir aquí es que la implantación de las semillas de la mente en el hombre animal hizo estrago en sus cuerpos físicos, que no pudieron resistir la alta tensión. Lo mismo sucede a cualquier hombre que entre en contacto con potencias superiores antes de estar dispuesto para recibirlas".
A lo cual ampliaríamos: “aparte del hombre, existen esos seres a quiénes las diversas escrituras llaman devas o ángeles. Muchos están por debajo del hombre en la escala evolutiva, y otros muy por encima. Se dicen que algunos hombres pueden trasladarse a ciertas áreas del reino de los devas, trabajando en cooperación con Cristo. Los devas inferiores pueden tener efectos desastrosos sobre el cuerpo humano, mientras que con los de las órdenes superiores es posible la comunicación, si se está lo suficientemente avanzado, para realizar una labor constructiva.”.

¿Encuentra el lector estos párrafos relevantes para ir desentrañando el misterio? Quién escribe cree que sí. Prosigamos.


CITAS DE CONTACTOS:
GIANT ROCK, DESIERTO DE MOJAVE, MONTE MANFRE Y MONTE GORBEA

Giant Rock: El desierto de Mojave tiene una historia por demás sugestiva. El mismo años en que Van Tessel proclama sus encuentros con Asthar, otro contactado salta a la palestra pública, George Adamski, al mencionar que fue abordado en aquellos solitarios parajes por una entidad oh, casualidad!, de procedencia venusina, al que denominó Orthon, preocupado también oh, casualidad!, por el desarrollo de las armas nucleares. Como si fuera poco, Mojave es hogar de la famosa Área 51. Y al parecer mora en sus entrañas el famoso Rey del Mundo, si atendemos a un rumor que circula desde 1986. Giant Rock, por otra parte más allá de residir en este enigmático enclave, es una piedra considerada sagrada, grabada con innumerables petroglifos, la mayoría vinculados a lo cósmico.

Monte Manfré. Cráter apagado de la ladera del volcán Etna.
Monte Gorbea: Situado en los montes Vascos.

A priori estas tres localidades, no suponen ninguna vinculación para el lector pero si uno repasa la historia de los encuentros del profeta judío Moisés en el Monte Sinaí, con la “zarza ardiente”, todo comienza adquirir un significado, y empezamos a comprender la puesta en escena del venusino Asthar, donde el desierto, las grandes elevaciones de montaña, encuentran una similitud sorprendente con la saga judaica. Como decimos, el escenario perfecto.


TERCER PUNTO. LA REVELACION TECNOLOGICA

Tanto Van Tessel como Siragusa recibieron ciertos datos de interés que apuntaban al funcionamiento de ciertas máquinas, como el caso del Integraton, ideado para el rejuvenecimiento celular, aunque actualmente imposibilitado de llevarse a la práctica. Siragusa por ejemplo dejó innumerables escritos sobre la energía utilizada por los OVNIs que hacía posible su activación, aunque tampoco ofrecen demasiada atención por parte de los estudiosos, quizás por prejuicio. Debemos entender, por otra parte que hablar de una tecnología que desafía las leyes conocidas y rompe con los paradigmas establecidos, no es fácil de encauzar en nuestra actual Ciencia, y porque algunas de esas revelaciones alienígenas, en la mayoría de los casos resulta fallida en su recreación.

Si tomamos nuevamente los textos ocultistas, estos dicen que el hombre aún está lejos de acceder a ciertos poderes olvidados, que involucran a los lados desconocidos de la Naturaleza, debido sobre todo a su escaso desarrollo espiritual. 

En el Tratado del Fuego Cósmico leemos: “cuando estas cualidades ocupen el primer plano, y cuando hombre haya demostrado autenticidad de su voluntad de servicio. Será cuando se le dé la clave por la que descubrirá el método para controlar y utilizar la energía eléctrica, que se manifestará en forma de luz, calor y movimiento; descubrirá la fuente del impulso motor primero en los centros exteriores del sistema, y descubrirá también el ritmo básico. Entonces, y sólo entonces, se convertirá en un colaborador inteligente y, escapando al control de la ley de los tres mundos, será él quién dicte las leyes a las esferas inferiores”. 

Adamski por ejemplo postulaba que los ovnis se controlaban “con lo que él denominaba movimiento ideo-motor”, una hipótesis que remite a los enigmáticos vimanas hindúes, que al parecer vinculaban el aspecto psíquico con la materia.

Teniendo en cuenta estas recomendaciones no parece razonable que las entidades alienígenas, por llamarlas de alguna manera, tengan en mente entregar al hombre tecnología de avanzada, ya que las limitaciones para su recreación son inmensas. Pero como vemos les gusta complacer a sus receptores… O mejor dicho crearles problemas, presentándoles proyectos poco realizables, por estar demasiado adelantados a su tiempo.

Este análisis sobre la figura de Asthar, a quién elegimos por su ascendencia en innumerables grupos de contactos, puede aplicarse a cualquier entidad que se esté contactando con individuos y grupos, ya que generalmente, se comportan en forma similar. Quizás muchos de los lectores se nieguen a disociar al carismático comandante de su origen extraterrestre, ya que como vimos, su procedencia sugiere otra realidad mucho más cercana, y que solo el Ocultismo de Escuela, aplicado en la realización de este trabajo puede develar en aquello que se oculta tras la fachada de estos contactos. Como sabemos el hombre tiene un largo camino en lo espiritual, y desconoce leyes que quizás a futuro y dependiendo de sus avances logre descubrir. El acercamiento con entidades que dicen querer ayudarnos como raza, representa un peligro para el receptor, ya que se está en franca desventaja y poco preparado para la acción de energías tan poderosas. Es necesario primero que el hombre avance y luego sí, intente la comunicación con esa otra realidad, no antes, ya que como dijimos lejos está de comprendérsela.





Diagramación & DG: Pachakamakin





Bibliografía:


-Benítez, J.J. 100.000 kilómetros tras los OVNIs. Barcelona: Plaza & Janes, 1978.
-Pozo, Victorino. Siragusa: mensajero de los extraterrestres. Madrid: EDAF, 1977.
-Tansley, David. Mensajeros de la luz. Madrid: EDAF, 1977.