Páginas

Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas

11.11.2013

ARGENTINA, UNA INMENSA TRADUCCION

Por Julio Woscoboinik
+Notas de Alejandro Patat en ADN Omni







La traducción literaria en la Argentina -afirman en los últimos años casi por unanimidad todos aquellos que la han estudiado o practicado- no es un factor al margen de la identidad cultural del país, sino uno de los pilares sobre los que se funda tal identidad. Sin traducciones pensadas, programadas y elaboradas por argentinos a lo largo de dos siglos, nuestra cultura sería otra o probablemente no sería. Anna Gargatagli y Patricia Willson han ejemplificado de manera magistral cómo la busca de un estilo propio de nuestros escritores ha sido y es inescindible de la vasta experiencia en el campo de la traducción.



DOS IDEAS INCONCILIABLES

Si se me permite una síntesis brutal, creo que es posible reducir todos los debates modernos sobre la Traducción, fuera y dentro de nuestro país, a dos grandes polos inconciliables. A la primera posición, férrea en su afán totalitario, la llamaría "semiótica", porque considera la Traducción un acto comunicativo, susceptible de ser catalogado minuciosamente en una serie finita de fenómenos. 

Quienes levantan esa bandera están persuadidos de que la Traducción es una práctica codificada, que implica determinados procedimientos y estrategias, aplicables en los distintos casos que todo Texto presenta. Para ellos, el traductor es un técnico que ejercita una labor mecánica con mayor o menor desenvoltura. 

Hoy existen Asociaciones, Colegios de Traductores públicos, Carreras específicas, Publicaciones y Congresos de Traductología en Universidades de todo el mundo. En estas instituciones han nacido verdaderos grupos "fundamentalistas", que excluyen de la órbita de la "buena" Traducción a quienquiera no haya recibido su formación, y que congelan, por lo tanto, el concepto de la Traducción como profesión.

Del otro lado, en continua posición de combate o, peor aún, con agresiva indiferencia a la idea de la profesionalización, se ubican los que defienden la perspectiva de la Traducción como un hecho que yo llamaría "estético". Como es razonable, quienes sostienen este otro postulado ahondan sus raíces en los primeros debates filosóficos y religiosos para llegar a la idea de Traducción como producto artístico, con sus propias convenciones y poéticas. 

Para estos últimos, es inútil que un Traductor conozca las abstrusas taxonomías que la Tradición académica difunde sin cesar y que cambia según los caprichos de las modas universitarias. El acto de traducir, argumentan, se basa en un trabajo de excavación en la propia lengua, con agotadoras intuiciones explorativas y experimentales. La Traducción esconde las mismas insidias de cualquier actividad artística, y el Traductor enfrenta plenamente los desafíos de la Escritura.



PROBLEMAS

Dado que he optado por la brutalidad, espero se me conceda otra síntesis. La ya casi infinita biblioteca acerca de la Traducción guarda en realidad un engaño. Como la Filosofía, la Traducción vuelve siempre a los primeros interrogantes, que, son, desde ya, irresolubles. Según Franco Buffoni, el mayor estudioso de la Traducción en Italia, Director de la magnífica Revista Testo a Fronte, todos esos interrogantes se han presentado a lo largo de la Historia como ejes binarios de carácter opositivo. 


Libertad|sumisión; traición|fidelidad; estilización|literalidad; sentido|palabra; domesticación|extranjerización, son algunos de los ejes claves que dieron lugar a las diversas Tipologías traductivas que Antione Berman ha examinado en su brillante Ensayo La traduction et la lettre ou l'auberge du lointain. Más allá de estos excelentes materiales, propongo -modestísimamente- otro Camino.



UN ESTUDIO POR CASOS

En distintas oportunidades, ya sea en el café o en las aulas universitarias, me he visto obligado a discutir acaloradamente sobre uno de los lugares comunes más difundidos en nuestro país: el hecho de que la Cultura argentina es el resultado de una conmixtión original de ideas y soluciones que provienen de Francia o de Inglaterra. La idea de una elite cultural filofrancesa y filoinglesa ya en el siglo XIX no me parece discutible. Demasiados testimonios lo confirman.

Ahora bien, si en vez de concebir las Traducciones argentinas del inglés y del francés como hegemónicas y paradigmáticas nos detuviéramos a pensar aquello que deriva del contacto de nuestra Literatura con otras Lenguas, obtendríamos nuevas perspectivas y cuestiones. Dado mi limitado conocimiento, querría ilustrar sólo algunos fenómenos que resultan del contacto entre la Literatura italiana con las Tradición traductora de nuestro país.

Insisto, todavía no existe una Historia de la Traducción en la Argentina, pero si existiera, debería organizarse por "casos", y debería tener en cuenta esas otras empresas no tan marginales que los argentinos emprendieron más allá de las Literaturas inglesa y francesa. Los "casos" son simplemente los distintos modos de haber entendido y ejecutado la práctica de Traducción.



LA TRADUCCIÓN POLÍTICA

Los Románticos, se sabe, abrazaron la idea de la Traducción como gesto iluminista, como arma capaz de borrar las fronteras y de universalizar las ideas fundacionales de la modernidad. En la Argentina, la Traducción de las Tragedias de Alfieri o de las Novelas de Foscolo y Manzoni significó dar a conocer la catástrofe italiana, especular de la argentina, en cuanto naciones en busca de una auténtica libertad. 

La apropiación política de esos Textos claves de la Literatura italiana del Siglo XIX fue fundamental también para la Generación del 80, que vio a Italia no como nación-modelo, sino como nación-hermana. Quizás éste sea uno de los motivos por los cuales los Lectores argentinos de hoy siguen leyendo las grandes Obras inglesas y francesas del Siglo XIX como Obras "maestras" de mundos acabados, pero desconocen en general esas Obras italianas. 

Porque fue su circulación en Traducciones políticas, demasiado apegadas a las urgencias históricas de nuestro país, la que no permitió ni siquiera entrever los motivos por los que esas mismas Obras son imprescindibles en Italia: su innovación formal y su grandiosa experimentación lingüística.

No será la primera ni la última vez que los Textos italianos entrarán por la puerta de la política -Gramsci, por mencionar el caso más importante del Siglo XX-, para desatender la imponente grandeza estética de sus Escritos.



LA TRADUCCIÓN DEMIÚRGICA

La Traducción de La Divina Comedia, hecha por Bartolomé Mitre, sufrió los embates violentos de los irreverentes jovencitos reunidos en torno a la Revista Martín Fierro, allá por los años veinte. Desde entonces, la versión del Poema dantesco ha sido injustamente olvidada o denigrada. Sin embargo, la Traducción de Mitre ha tenido un rol imprescindible en nuestro país, nos guste o no nos guste su versión. 


¿Por qué? Porque al cabo de largos años de trabajo, que van desde 1891 hasta 1897, considera su propia versión a la par del Original. Es más, antepone al Texto una Teoría del traductor e incluye cientos de Notas a la Traducción -y no al texto-. Todo eso implica que estamos leyendo La Divina Comedia de Mitre, más que la de Dante.

Traducción demiúrgica significa que el Traductor se sobrepone al Autor. Porque si éste construye y crea, el segundo se sumerge y penetra en el Misterio de la creación.



LA TRADUCCIÓN POR IDENTIFICACIÓN
"La tarea del escritor no es imaginar sino percibir", sentenció Proust. 

Propongo que el predicado se aplique plenamente a la tarea del Traductor. "Un traductor debe primeramente perder y luego recuperar su propia identidad", afirmaba Elsa Gress, escritora danesa, en ese precioso volumen sobre la Traducción que la Revista Sur publicó en 1977. 

La Argentina ofrece muchos casos de escritores abocados a la percepción sutil de una Obra imaginada por otro. La llamaré Traducción por Identificación. A tal punto que un Traductor de este tipo sufre una especie de ensimismamiento y apropiación de una identidad ajena, cuyo síntoma final consiste en transformarse en alter ego del Autor. 

Permítaseme contar una anécdota curiosa. Cuando en 1997 traduje junto con Carlos Ripso una Antología de Montale, no preví que esa acción, efectivamente audaz y osada, despertaría las justas sospechas de Horacio Armani, el famoso Traductor de Montale en la Argentina. Nuestra operación no guardaba ningún rencor contra aquel Texto excelente que había circulado y sigue circulando notablemente en nuestro país. 

Armani, sin embargo, no concebía que existieran dos versiones simultáneas. La paradoja -lo descubro después de años- es que muchas veces la nueva identidad del Traductor es tan perfecta que termina por velar la del escritor mismo, y no viceversa.



LA TRADUCCIÓN QUE DA VOZ

En aquel Número inolvidable de Sur, Tres Textos subyacen a las discusiones de los latinoamericanos que participaron del volumen: la famosa diatriba Newman-Arnold en torno a la intraducibilidad de Homero, el Artículo Miserias y esplendores de la traducción, de Ortega y Gasset, de 1937, y el notable Ensayo de Octavio Paz, Traducción: literatura y literalidad, publicado en Barcelona en 1970.

Ortega había esclarecido la diatriba acerca de la intraducibilidad de todo Texto, desplazando la imagen banal de la inadecuación de los códigos retórico-semánticos de una Obra clásica hacia una disquisición mucho más fina acerca de lo que una Lengua manifiesta o acalla.

Cada Lengua es una ecuación diferente entre manifestaciones y silencios. Cada pueblo calla unas cosas para poder decir otras. Porque todo sería indecible. De aquí la enorme dificultad de la Traducción: en ella se trata de decir en un Idioma precisamente lo que este Idioma tiende a silenciar.

A estas alturas, habría que pensar el rol esencial que cumplieron en la dictadura argentina algunos Textos de Pavese, escritos también ellos en clave durante el fascismo. La influencia de Pavese entre la generación de escritores como Piglia o Saer es notoria, pero todavía no se ha hecho hincapié en todo lo que la Literatura argentina "dijo" a partir de los Escritos de Pavese. 

O si se quiere, basta con leer muchas de las versiones de Rodolfo Alonso y Pablo Anadón para comprender cuántas más cosas dijo nuestra Poesía a partir de la Poesía italiana del Siglo XX.



LA TRADUCCIÓN REIVINDICATIVA

Digamos que la reivindicación del Estatuto de las Lenguas coloniales respecto de la Lengua de la Madre Patria acompaña los debates desde la Independencia hasta nuestros días, con las posiciones que ya conocemos, y que van de un extremo al otro.

Lo cierto es que la Industria Editorial de los últimos años en Lengua castellana, como resulta del hermoso volumen La traducción literaria en América Latina, compilado por Gabriela Adamo, ha privilegiado la variedad ibérica a la hora de difundir Textos en Lenguas extranjeras. 

No se trata sólo de una política lingüística normativa, ciega ante un Público masivo latinoamericano que tiene problemas tangibles para digerir las Traducciones españolas. Con el pase de las grandes Editoriales argentinas a manos españolas, se trata más bien de una cuestión de política editorial. 

Uno de los más espinosos es la circulación inquietante de Traducciones argentinas manipuladas. Como señala Gargatagli en el volumen recién citado: 

"A partir de 1976, se trasladaron a España catálogos enteros de las empresas argentinas que iban desapareciendo y las Traducciones nacionales pasaron a ser un inmenso borrador que podía corregirse, plagiarse, editarse, denigrarse, peninsularizarse y enviarse otra vez a la Argentina".

A este propósito resulta imperdible el Ensayo de Andrés Ehrenhaus, incluido en el volumen. Argentino exiliado y radicado en España desde hace décadas, Ehrenhaus, se reconoce Traductor "huésped" en la Lengua de España. A las objeciones de sus connacionales por la adaptación de la propia variedad lingüística replica que, a fin de cuentas, cualquier manipulación o sumisión de la propia variedad a la normativa peninsular implica siempre un desborde, una filtración, un desangrarse de la Lengua materna, que deja sus huellas y sus manchas.

Cuando en los años Noventa Antonio Aliberti, poeta argentino nacido en Sicilia, concluyó sus Traducciones de Leopardi, confesándome que ese enorme trabajo lo había purificado y lo había preparado para su muerte inminente, no imaginaba quizá que su versión del monumental poeta italiano nos quedaría como testimonio maravilloso de esa Lengua particular que los argentinos construyeron con el aporte de los inmigrantes italianos.



LA TRADUCCIÓN COMO COMPENSACIÓN

Sin embargo, los argentinos no deberíamos olvidar tan a menudo que la Lengua que hablamos tiene una larga Historia, que no está hecha sólo de glorias, "el bronce de Francisco de Quevedo", según rezan los versos de Borges. 

En 1971, en Nueva York, el Político, Periodista e Historiador catalán Víctor Alba [1916-2003], militante del Partido Comunista español, preso por el franquismo en Alicante y luego en Barcelona, exiliado en México y luego en Estados Unidos, fue invitado a participar de unas importantes jornadas sobre Traducción. 

El original Escrito de Alba, recogido por Sur, razona en torno a un Tema ajeno a la Cultura norteamericana, pero impelente en el caso de la Lengua española: nuestra Lengua ha hecho siempre las cuentas con contextos dictatoriales, dominados por el control y la censura de Estado. El Traductor no ha sido indemne a los juegos acrobáticos de la Lengua y a las paráfrasis disuasivas.



LA TRADUCCIÓN IDEOLÓGICA

Los años Setenta fueron propicios para la ideologización de la práctica de Traducción, cuyo principal problema pasó a ser la cuestión de la traducibilidad cultural. En esos años, la Revista Pasado y Presente, en Córdoba, al traducir los Cuadernos de la cárcel, de Gramsci, planteó el siguiente problema: 

¿Hasta qué punto los postulados y las ideas relativas a la realidad italiana son traducibles en América Latina? ¿Conceptos como hegemonía o intelectual orgánico significan la misma cosa de un lado y del otro del Atlántico? 

El debate no era otra cosa que la Traducción del propio debate que Gramsci había generado en sus Cuadernos, donde se preguntaba si las Literaturas populares francesa y rusa del Siglo XIX eran del todo traducibles en la Italia del mismo período. La Historia de las ideas en América Latina ha sido, de por sí, una respuesta a la cuestión.



LA TRADUCCIÓN COMO EXPERIMENTACIÓN

Patricia Willson, en La Constelación del Sur, ha trazado un panorama de las Traducciones argentinas del Grupo Sur, analizando las soluciones de Victoria Ocampo, José Bianco y Jorges Luis Borges. De las innumerables intuiciones críticas de la ensayista, rescato aquí una en particular: la idea de que la traducción fue y es en la Argentina un Laboratorio estilístico, cuyo ejercicio de reescritura traductiva termina por filtrarse en las Obras.

A los Tres Modelos que Willson propone, yo les sumaría las soberbias interpretaciones de Enrique Pezzoni de algunos Textos italianos, que no han recibido hasta ahora la misma atención que sus Textos críticos. Porque no habría que olvidar la bella metáfora de Jaime Rest en su ensayo Reflexiones de un traductor:

El Texto original es siempre una partitura que atesora en su silencio la forma ideal de la composición: el Traductor no en vano es un intérprete, un ejecutante de la partitura.



LA TRADUCCIÓN COMO SAQUEO

He dejado deliberadamente para el final la visión de la Traducción como saqueo, idea que Borges ha injertado en nuestra Cultura. Para Ricardo Piglia, el germen de las ideas borgeanas se halla en la Traducción desviada del epígrafe "On ne tue point les idées" del Facundo, que Sarmiento atribuye equívocamente a Fortoul en vez de Diderot, y que traduce "mal" en la Edición de 1845: 

"A los hombres se los degüella, a las ideas no". 

Allí estaría la vocación apócrifa de nuestra Literatura. 

Las distintas posiciones de Borges en torno a la Traducción han sido analizadas puntualmente por Sergio Waisman. Así, la célebre frase de Borges:

"El concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio",

hoy incluida en Discusión , lo llevó a afirmar que:

"La superstición de la inferioridad de las traducciones -amonedada en el consabido adagio italiano- procede de una distraída experiencia". 

Éstos serían los corolarios que conducen a la idea de Traducción como falsificación, distorsión, desdoblamiento, apropiación, saqueo. Al final de su carrera, en El oficio de traducir, en 1975, Borges afirma -expandiendo aún más las infinitas posibilidades de la Traducción- que ésta no es sino una forma de "sentir el universo".

Si Borges se apropió de una gran cantidad de Textos escritos en otras Lenguas, será útil saber que en 1965 se negó a aceptar la invitación de los intelectuales latinoamericanos a traducir La Divina Comedia. 

Claudia Fernández Greco, estudiosa de la Universidad de Buenos Aires, está llevando a cabo un análisis titánico de las Traducciones de Dante en la Argentina y acaba de aportar una interesante interpretación de esa negativa. Porque una Literatura está hecha también de Textos que nunca existieron.


FINAL

En 1958, Juan Rodolfo Wilcock se encuentra en Londres, lugar que había elegido para escapar de la Argentina reducida al enfrentamiento entre peronismo y antiperonismo. 

Desde su exilio voluntario, escribe cartas desesperadas a Miguel Murmis, a quien había conocido y frecuentado en Buenos Aires. Y entre notas personales, agrega críptico: 

"Veo la Argentina como una inmensa Traducción". 

Wilcock, el amigo íntimo de Silvina Ocampo, que se había enemistado con Victoria, deja suspendida esta idea. Creo que con esta frase Wilcock quiso subrayar que lo que más añoraba de Buenos Aires era el espíritu cosmopolita de esos años, visible en la vocación omnívora por la Traducción. 

La suya era una consideración elegíaca de aquello que había dejado para siempre. Su destino romano, así como su pasaje deslumbrante a la Literatura italiana en breves años, no hubieran sido posibles sin ese recurrente Sueño argentino, que consiste ante todo en traducir.



Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin

4.22.2013

PANTALLA TOTAL


Por Jean Baudrillard







Video, pantalla Interactiva, multimedia, Internet, realidad virtual: la Interactividad nos amenaza por todos lados. Lo que estaba separado se ha confundido en todas partes, y en todas partes se ha abolido la distancia: entre los sexos, entre los Polos Opuestos, entre el Escenario y la Sala, entre los Protagonistas y la Acción, entre el Sujeto y el Objeto, entre Lo Real y su Doble. Y esta confusión de los términos, esta colisión de los Polos hacen que en ningún sitio exista ya un juicio de valor posible: ni en Arte, ni en la Moral, ni en Política. 

Mediante la abolición de la distancia, del pathos de la distancia, todo se vuelve indeterminable. Incluso en el ámbito físico: la excesiva proximidad del Receptor y de la Fuente de Emisión crea un Efecto Larsen que interfiere en las Ondas. 

La excesiva proximidad del Acontecimiento y de su difusión en Tiempo Real crea una indeterminabilidad, una virtualidad del Acontecimiento que le quita su dimensión histórica y lo sustrae a la Memoria. Que las Tecnologías de Lo Virtual produzcan lo indeterminable, o que sea nuestro Universo indeterminable el que suscita a su vez esas Tecnologías, incluso esto es indeterminable.

Y todo esto se consolida dondequiera que opere esta promiscuidad, esta colisión de los Polos.


Incluso en el reality show, donde se asiste, en la emisión en directo, en el acting televisivo inmediato, a la confusión de la existencia y de su doble. Ya no hay separación, ni vacío, ni ausencia: uno entra en la pantalla, en la Imagen Virtual sin obstáculo. Uno entra en su propia vida como en una Pantalla. Uno enfila su propia vida como una combinación digital.

A diferencia de la Fotografía, del Cine y de la Pintura, donde hay un Escenario y una Mirada, tanto la Imagen Video como la pantalla del Ordenador inducen una especie de inmersión, de relación umbilical, de interacción "táctil", como decía ya Marshall McLuhan de la Televisión. 


Inmersión celular, corpuscular: uno penetra en la sustancia fluida de la Imagen para modificarla eventualmente, del mismo modo que la Ciencia se infiltra en el Genoma, en el Código Genético, para transformar desde ahí al Cuerpo mismo. Uno se mueve como quiere y hace lo que quiere con la Imagen Interactiva, pero la inmersión es el precio de esta disponibilidad infinita, de esta Combinatoria Abierta. 

Lo mismo ocurre con el Texto, con cualquier Texto "Virtual". Aquello se trabaja como una Imagen de Síntesis, lo que no tiene ya nada que ver con la Trascendencia de la Mirada o de la Escritura. Ahora bien, es en la separación estricta del Texto y de la Pantalla, del Texto y de la Imagen, donde la Escritura es una Actividad de pleno derecho, nunca una interacción.

Del mismo modo, sólo en la separación estricta del Escenario y de la Sala el Espectador es un Actor de pleno derecho. Pero resulta que todo concurre hoy en día a la abolición de esta fractura: la inmersión del Espectador se vuelve algo fácil, interactivo. ¿Apogeo o fin del Espectador? Cuando todos se vuelven Actores ya no hay Acción ni Escenario. Fin de la Ilusión Estética.


Las Máquinas sólo producen Máquinas. Eso es cada vez más cierto a medida que se van perfeccionando las Tecnologías Virtuales. A cierto Nivel de Maquinización, de inmersión en la Maquinaria Virtual, deja de haber distinción Hombre/Máquina: la Máquina está en los dos lados del interfaz. 


Quizá ya sólo seamos su propio Espacio, el Hombre convertido en la Realidad Virtual de la Máquina, su Operador en Espejo. Eso guarda relación con la esencia misma de la Pantalla. No existe un Más Allá de la Pantalla como existe un Más Allá del Espejo. Las Dimensiones del Tiempo mismo se confunden allí en el Tiempo Real. 

Y como la característica de cualquier superficie virtual es, ante todo, estar allí Vacía y, por tanto, poder ser Llenada por lo que sea, de nosotros depende entrar en Tiempo Real, en Interactividad con el Vacío.

Paralelamente, todo lo que es producido por el medium de la Máquina es una Máquina. Los Textos, Imágenes, Películas, Discursos y Programas surgidos del Ordenador son Productos Maquínicos y tienen esas características: artificiaImente expandidos, potenciados por la Máquina, las Películas desbordantes de Efectos Especiales, los Textos que se hacen largos, repletos de redundancias debidas a la maligna voluntad de la Máquina de funcionar a cualquier precio (es su pasión) y a la fascinación del Operador por esta posibilidad limitada de funcionamiento. 


De ahí el carácter pesado, en las Películas, de toda esa violencia y esa sexualidad pornografiada, que sólo son Efectos Especiales de violencia y de sexo, ni siquiera fantasmados por seres humanos, pura violencia maquínica que ya no nos afecta. De ahí todos esos Textos que parecen obra de Agentes Virtuales "inteligentes", cuyo único gesto es el de la Programación, mientras que el resto se desarrolla según criterios automáticos. 

Nada que ver, por cierto, con la Escritura Automática, que jugaba al choque frontal mágico de las Palabras y los Conceptos, mientras que aquí se trata sólo del automatismo de la Programación, de la declinación automática de todas las posibilidades. Por delante el design maquínico del cuerpo, del Texto, de la Imagen. 

Eso se llama la Cibernética: dar Ordenes a la Imagen, al Texto, al Cuerpo, desde el interior en cierto modo, desde la Matriz, jugando con el Código o las Modalidades Genéticas. 

Es, además, este Fantasma de performance ideal del Texto o de la Imagen ‑esta posibilidad de corregir sin fin‑ lo que provoca en el "creador" ese vértigo de Interactividad con su propio Objeto, a la vez cae el vértigo ansioso de no haber ido hasta los Límites Tecnológicos de sus Posibilidades. De hecho, es la Máquina -Virtual- la que nos habla, es ella la que nos piensa.

Pero ¿Existe realmente la posibilidad de Descubrir Algo en el Ciberespacio? Internet no hace más que simular un Espacio Mental Libre, un Espacio de Libertad y Descubrimiento. De hecho, solo ofrece un Espacio desmultiplicado, aunque convencional, donde el Operador interactúa con Elementos conocidos, Sitios establecidos, Códigos instituidos. 


Más Allá de esos parámetros de investigación no existe nada. Cualquier Pregunta es asignada a una Respuesta anticipada. Uno es el interrogador automático al mismo tiempo que el contestador automático de la Máquina. 

A la vez Codificador y Descodificador, de hecho nuestro propio Terminal, nuestro propio Corresponsal. Es eso el extasis de la Comunicación. Ya no hay otro enfrente, ni tampoco destino final. El Sistema gira así sin fin y sin finalidad. 

Y su única posibilidad es la de una reproducción y de una involución al Infinito. De ahí el confortable vértigo de esa Interacción electrónica e informática, similar al de una droga. Uno puede pasarse toda la vida en ella, sin discontinuidad. La droga misma no es más que el ejemplo perfecto de una interactividad enloquecida en un circuito cerrado.

Para domesticarnos se nos dice: el Ordenador no es sino una máquina de escribir, sólo que más práctica y compleja. Lo cual es falso. La máquina de escribir es un objeto perfectamente exterior. La página flota al aire libre y yo también. Tengo una relación física con la Escritura. 
Toco con los ojos la página en blanco o la página escrita, cosa que no puedo hacer con la Pantalla. El Ordenador es, en cambio, una verdadera prótesis. 

Yo mantengo con él una relación no sólo Interactiva, sino también Táctil e Intersensorial. Yo mismo me convierto en un Ectoplasma de la Pantalla. De ahí provienen, sin duda, de esa incubación de la Imagen Virtual y del Cerebro, las insuficiencias que afectan a los Ordenadores y que son como los lapsus de nuestro propio Cuerpo.

En cambio, el hecho de que la Identidad sea la de la Red y nunca la de los Individuos, el hecho de que la prioridad se dé a la Red más que a los Protagonistas de la Red, conlleva la posibilidad de disimularse en Ella, de desaparecer en el Espacio impalpable de Lo Virtual y no estar ya localizable en ningún lugar, ni siquiera para Uno Mismo, lo cual resuelve todos los problemas de identidad, sin contar los problemas de alteridad. 


Así, la atracción de todas estas Máquinas Virtuales se debe sin duda menos a la sed de Información y de Conocimiento, e incluso a la de Contacto, que al deseo de desaparecer y a la posibilidad de disolverse en una operabilidad fantasmal. Forma planeante que hace las veces de felicidad, de una evidencia de felicidad por el hecho mismo de que ya no tiene razón de ser.

La Virtualidad sólo se aproxima a la felicidad porque retira subrepticiamente cualquier referencia a las Cosas. Nos da todo, pero de manera sutil nos escamotea al mismo tiempo Todo. El sujeto se realiza en ella perfectamente, pero cuando el sujeto está perfectamente realizado, se convierte de forma automática en Objeto y cunde el pánico.





Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin
Portada: Pachakamakin

4.09.2013

MAGIA Y ARTE: ¿PARA QUE ES EL ARTE?

Por Maryela Bianchi






LA CREACION DEL ARTISTA

¿Con qué es posible recorrer cada tramo de Camino y Avanzar hacia el siguiente? Con qué es posible fortalecerse, encontrar respuestas donde la mayoría no haya ni la pregunta, y continuar avanzando?.

La Respuesta es con Arte.

Existe desde siempre: Antigua y Actual, Constante; siempre, mientras haya hombre, Habrá Arte. La más vieja y bella de las Artes es la de Magia. Y aunque se haya intentado dividir “Las Artes de la Magia”, en su esencia- y aunque muchos no se den por enterados- siguen funcionando juntas: para hacer Magia necesitamos Arte, y mediante Arte Sabemos las Leyes de la Magia, y del Universo.

El punto en el que el Artista y Mago se encuentran Es en la Propia Creación. En la Creación del Artista.

Sólo tenemos que recordarnos Para Qué es el Arte, y qué estamos haciendo, cuando hacemos Arte.

Encontremos qué se Dice es el Arte desde Su Etimología y Qué función tuvo en sus tiempo más primigenios, para encontrar entonces Cuál es esa función que desde siempre tiene el Arte.



UN POCO DE HISTORIA ES UN POCO DE ADIVINACION

La palabra Arte proviene de un antiguo vocablo pre- helénico: artao, Que significa “aquello que debe ser juntado, unido” o “algo que une”.

Entonces podemos Apostar que el Arte es un Puente, tiene una Función Pontífice. Que Une e Integra… o también separa, como lo hace todo Puente. Qué con Qué une? Qué de Qué separa?

Arnold Hauser, historiador del Arte de origen húngaro en su Libro Historia Social de la Literatura y el Arte, cuando nos habla del Arte del paleolítico subraya y resalta el Puente entre Arte y Magia:

“Todos los indicios aluden a que este arte- arte paleolítico de cazadores- servía de medio a una técnica Mágica, tenía una función por entero pragmática, dirigida totalmente a lograr inmediatos objetivos”.
La relación entre Arte y Magia era cotidiana.
“Las representaciones plásticas eran una parte del aparejo técnico de esa Magia, eran la trampa en la que el animal tenía que caer, o mejor, era la trampa con el animal capturado ya, pues la pintura era al mismo tiempo la representación y la cosa representada, era el deseo y la satisfacción del deseo a la vez”
“El pintor y cazador del paleolítico pensaba que con la pintura poseía ya la cosa misma, pensaba que con el retrato del objeto había adquirido poder sobre el objeto. Creía que el animal al que convocaba en sus pinturas, y cazaba en sus pinturas, en la realidad sufría esa misma muerte.”
La representación pictórica no era en su pensamiento otra cosa que la anticipación del efecto deseado en la “realidad”; el acontecimiento real tenía que devenir inevitablemente de la mágica simulación. Y mejor todavía: el suceso que esperaban ya estaba contenido en ella, sólo que “separado” de la realidad sólo por el concepto “irreal” del tiempo y el espacio.

Cuando el artista del paleolítico pintaba un animal sobre una roca, pintaba un animal verdadero y lo que hacía suceder con ese animal, sucedía de verdad.

Es consecuencia de la función Mágica del Arte que el pintor lograse en sus representaciones el naturalismo, el detalle, la exactitud, la fidelidad al modelo, porque no se lo estaba imitando, señalando, se los estaba sustituyendo, ocupando el lugar del modelo.

Sentiría una satisfacción estética en su labor, aunque considerase la labor estética como un medio para un fin práctico.

No se reduce a fines estéticos su Producción. Hay varias pruebas que muestran que estos Magos Artistas encontraban el efecto Mágico, más que el estético: figuras humanas disfrazadas de animales, mascaras de animales, animales atravesados por lanzas y flechas. La gran cantidad de estas representaciones fueron halladas en cavernas de difícil acceso, escondidas en rincones inaccesibles y muy oscuros. Eso y La superposición de imágenes en un mismo espacio – aún cuando contaban con mucho lugar donde realizar las representaciones- dicen que esas imágenes no tenían fin decorativo, ornamental, o necesidades de comunicación, expresión puramente estéticas, de contemplación. Sino una Función Mágica, y Práctica.

El mundo de la “ficción” de la pintura, la esfera del arte, era para el Artista Mago Pintor algo no diferente, ni separado de la “realidad”. No enfrentaba una con otra, sino que una era la continuación directa e inmediata de la otra.

Reconocemos en Eso la génesis de artao: Arte es lo que une, el pegamento entre el mundo simbólico de sus pensamientos, intenciones, imaginario y real. Y aquello que debe ser Unido: lo que se pone en el mundo de la imagen, desde la intención de lo qué se quiere alcanzar ahí, se plasma en lo real, en la realidad.



HOY

Ese mismo Puente es usado para Separar.

La idea de que la esfera del Arte es la continuación directa de la realidad ordinaria y a la inversa también cuenta- que la realidad es la continuación de la esfera del Arte- no desaparece completamente, aunque sí se lo ha pretendido cuando aparece el predominio de la intención artística como opuesta al mundo de la realidad. Desde allí se rompe la noción de la continuidad de los dos terrenos, y de la causación entre el pensamiento, la plasmación en las imágenes y la resultante de eso en la realidad.

Desde entonces, la separación se eterniza en las universidades y sistemas de educación, donde aprendemos la técnica de repetir lo que vemos afuera, en la realidad, vaciando esa representación del sentido propio. A lo que Creamos se le pone una nota según hayamos copiado mejor o peor el modelo, se está aprobado o no, y es posible reprobemos si la imagen que plasmamos no coincide con la realidad; nos enseñan que en todo caso la respuesta es borrar y corregir.

Es un Discurso que nos dice que lo que está afuera es lo que ordena y dirige el universo interior de cada quien, y que hay que adaptarse a eso, a la realidad. Que plasmar “la realidad como es”, es todo un logro.

Se perdió la perspectiva de que es exactamente al revés: Que eso que surge desde el interior es lo que necesariamente hay que escuchar porque dirige la realidad. Porque eso está ahí desde lo interior creando realidad, diciéndonos lo que hace falta sea atendido, curado, o Amplificado.

La misma Historia nos lo muestra: Todo cambio y variación en la estética de las Artes, devino de un cambio interior y anterior de Discurso. No por adaptación a los movimientos de la realidad, sino por una necesidad de cambio de posición respecto a esa realidad.

Gracias a ver esa historia, Adivinamos que hoy sigue siendo así.

La Diferencia que hace el Gran Artista, Maestro o Mago es que no permite que el afuera- la realidad- le varíe su Creación, que la realidad le diga qué creer, qué es la realidad.

No se ajustaban a su tiempo, y a la realidad, aquellos que hoy son y siguen siendo referentes atemporales en el Arte, aquellos que fueron pioneros aún cuando su mismo tiempo no quería que lo fueran e intentaban por todas las vías callar sus creaciones.

Podemos preguntárselo a Van Gogh, a Seraphine, a Dalí, si mientras Creaban Sus Obras, intentaban responder a la realidad circundante o sólo respondían a su movilización interior, sus angustias, sus necesidades y Deseos. Hay que preguntar al entorno donde vivían si los consideraban genios del arte, o sólo excéntricos, locos, o incomprendidos por atender y respetar ese Universo Interior.

La función del Arte entonces y ahora está enteramente al servicio de la Vida, de lo Particular, de los Deseos y Necesidades de cada uno. Es Para descubrir y develar lo que nos detiene y lo que nos moviliza. Para Reconocer lo que llevamos dentro y que crea realidad y Encontrarnos Sujetos a que siempre estamos Creando y Decidimos Qué Crear.

La manifestación artística son las hojas visibles de un árbol que creció y crece y del cual sus raíces están profundamente enraizadas.

Toda obra de arte destinada a aliviar el peso que gravita sobre el corazón del artista, comparte con el Arte Mágico del paleolítico la tendencia a operar de manera Oculta. El artista del paleolítico estaba interesado únicamente en la Eficacia de la Magia. Su Vida dependía de la Eficacia de Su Magia.

Entonces, es posible Decir que lo que plasmamos en una obra de arte, es lo que plasmamos en la realidad cotidiana. Y toda necesidad que tengamos en la Realidad cotidiana es posible darle combate y trascenderla desde la Función Mágica Transformado y Alquímica del Arte.

También que toda creación hay que recibirla con el respeto, y valor que merece.

Hoy se dió por tierra que el Arte es Para Sanar, Para Reconocernos, Para Liberarnos y Para –lo más importante- Crear Realidad. El Arte es un Lugar desde el Cual es posible Crear La Realidad Propia.



Diseño|Arte|Diagramación: Pachakamakin
Portada: Moebius



4.08.2013

PRESENTACION DE "SILUETAS"






El 21 de Marzo de 2013, Rodrigo Guidi, Amigo y Colaborador de ADN, presentó su anunciado Libro de Poesías Siluetas. Lejos de las extravagantes disquisiciones que mantienen en vilo la curiosidad del Profesor Golber, Rodrigo Guidi ha logrado un libro inaugural Altamente Original. Una vez finalizada la presentación nuestro Amigo no dudó en transmitirnos lo que había sucedido esa noche, y en sus propias palabras, las Cualidades Creativas de su Primera Obra impresa:

"Con el libro Siluetas intento romper con las estructuras preestablecidas, tanto de escritura como de lectura. Es un matrimonio entre la imagen y la palabra. Los versos están escritos de tal manera que forman un dibujo, una silueta. Además, se distribuyen en el papel de forma tal que algunas poesías se leen de derecha a izquierda, o se entrecruzan los renglones de una hoja a otra. Bajo esta idea, la presentación se generó como una acción multimedia: la lectura del libro se hizo a través de una pequeña intervención teatral (donde dos albaceas de poetas muertos increpaban al autor por plagio); fotografías de nuestra geografía y un cierre con saxo de por medio."
La siguiente es la crónica fotográfica de la Presentación se hizo el Jueves 21 de Marzo en el Restó Rumalé del Hotel Altos Ushuaia. 



Amanecer austral

El Puerto y la Ciudad de Ushuaia


El hotel Altos Ushuaia

Rodrigo Guidi

Luis Cimi, Rodrigo Guidi y Sergio Araque

Tano Facini y Rodrigo Guidi

¿La sombra de la Justicia?

Luis Cimi [izq.] es representante de la Editorial Cultural; 
Sergio Araque, es el Secretario de Cultura Provincial

La presentación multimedia de Siluetas

El actor Manuel Lopez

Manuel López y César Rosso Castellaro en plena actuación.

La enunciación de los cargos contra el Autor...

El público 

Dos albaceas de poetas muertos increpan al autor por plagio...

Diálogo y discusión entre las partes.

Que finaliza cordialmente...

Y la sangre no llega al río...

El Arte ha ganado (y si no ha ganado ha empatado)...

Cimi, Guidi y Araque: artífices.



La hora de las dedicatorias.

Una extensa dedicatoria en uno de los ejemplares.

Mónica Díaz y Rodrigo Guidi

Y continúan las dedicatorias...



Diseño & Diagramación: Pachakamakin




2.04.2013

EL AJEDREZ, ¿UNA DISCIPLINA MATEMATICA?


Por Mauricio Durán Toro

Una mañana de domingo hace tal vez dos años (recuerdo, me hallaba absorto, dubitativo, meditabundo, ante los posibles ires y venires de mis trebejos). Sólo la brisa interrumpía con su susurro, el silencio imperante en nuestro club de Ajedrez. De repente, a lo lejos de nuestro mundo escaqueado en el que se debatían, lo blanco y lo negro, el bien y el mal, el ying y el yang… una voz, que a fuerza de insistir nos retornó a todos, de golpe, a este mundo. Se trataba de una mujer a quien, curioseando entre las diferentes partidas le surgió una impresión, la cual, nos plantó con sendo halago: 

“…oigan, ustedes deben ser buenos para las matemáticas, ¿cierto?... “.
La mayoría de los súbditos del reino de Caissa solo atinaron responder a la simpática neófita, con una apurada sonrisa, sin siquiera apartar los ojos de sus caminos adosados de blanco y negro. Por mi parte, tal vez por la premura de entregarme nuevamente a las cavilaciones de la vasta ciencia ajedrecística, respondí (ahora diría que casi de forma intuitiva, sacando a colación las palabras o al menos la idea recientemente leída al tenor de la relación entre el Ajedrez y las Matemáticas) en la Enciclopedia de Harry Golombek:
“…No necesariamente; pocos ajedrecistas destacados han sido, a su vez, destacados matemáticos…”. Y así, ¡Zas!, de un zarpazo, pretendí finiquitar una cuestión que de momento me figuré pueril.
Unas semanas más tarde, surcando el océano informático, me topé con un foro ajedrecístico que discutía (¡Deja vu!) una cuestión similar: ¿Está el Ajedrez relacionado con las Matemáticas? Las opiniones obviamente eran variopintas: algunos esgrimían razones, generalmente apasionadas, para aseverar dicha relación; diametralmente opuestos había quienes acusaban al Ajedrez de ser sólo un juego y nada más, no podía algo tan superfluo (en opinión de aquellos proscriptos de Caissa) guardar relación con la circunspecta Matemática… Esta vez no me permití exponer, nuevamente, mi trivial argumento. No, la venerable Ciencia ajedrecística merecía de mi parte, una reflexión más profunda y documentada.
“Podemos esperar que las máquinas competirán eventualmente con los hombres en todos los campos puramente intelectuales. Pero ¿Cuáles son los mejores para empezar? Incluso esto es una decisión difícil. Mucha gente piensa que una actividad muy abstracta como jugar Ajedrez, sería la mejor…” Alan Mathison Touring (1912-1954) Matemático británico,autor de la base Teórica Matemática de las Máquinas de Datos
Sin embargo, todas mis horas de investigación en la red resultaron estériles. Los textos o artículos que encontraba bajo la clave “ajedrez+matemáticas” se referían a pasatiempos como el consabido cuento de Sisa y los granos de trigo o las formas simétricas dibujadas por los diferentes caminos del Caballo, entre otras. ¿Esa era toda la relación que guardaba el Ajedrez con las Matemáticas? ¿Únicamente un puñado de adivinanzas para niños? Cansado, un poco abatido, me dejé caer entonces, lentamente cuan largo soy, sobre la poltrona de mi estudio. 

Los recovecos de mi subconsciente me condujeron, como al Coronel Aureliano Buendía, a aquella tarde en que mi padre me llevo a conocer… el Ajedrez. Tenía cinco años, recuerdo, mi hermano seis. Caminábamos apurando nuestros pequeños pasos para acompasarlos con las zancadas de nuestro padre, quien nos encaminaba prestamente al supermercado del barrio. Una vez allí, se dirigió con paso firme hasta la sección de juguetes y tomó, sonriendo con satisfacción, una caja blanca, la cual, tenía dibujados unos cuadros amarillos, otros cafés y unas figuras elegantes entre las que se me destacaba la de medio Caballo encrespado. Tintineando con la caja y sonriendo, mi padre se acurrucó a nuestra altura anunciándonos con camaradería: 
“Esta tarde les voy a enseñar a jugar Ajedrez”. 
Hoy día no puedo recordar con tal exactitud el día de mi primer beso, o el de mi grado de bachiller, o el de ingeniero, pero el recuerdo de ese Rito de Iniciación al Ajedrez, esta asociado inclusive, a los colores arrebolados de aquella tarde y al olor a papel nuevo de la modesta pero atesorada caja de trebejos. ¿Qué particularidad de aquel acontecimiento produjo en mi esa impronta feliz e indeleble? Medito… y creo hallar la respuesta en la fascinación producida por aquel conjunto de piezas que, en mi imaginación infantil me transportaban a un universo medieval poblado de Caballeros, Reyes, Damas, Magos y Dragones. 

Al despertar de mi solaz letargo, levantándome con una lucidez renovada, me dirigí al estante de libros para hurgar, despreocupadamente, entre textos de Matemáticas y realizar alguna lectura sin mayores pretensiones. Cayó entre mis manos el tomo de Matemáticas de la Nueva Enciclopedia Temática Planeta (Edición 1991) y en la introducción hecha por el Licenciado Javier Sánchez Almazán encontré este aparte: 
“Antiguamente, las Matemáticas se definían como la Ciencia que se dedica al estudio de la Cantidad y el Espacio. Esta definición no resulta adecuada en la actualidad, puesto que en el Siglo XIX surgieron nuevas ramas, como la Teoría de Conjuntos y la Geometría Abstracta, que no tratan de Cantidad ni Espacio físico alguno. Hoy, lo esencial de las Matemáticas no es lo que estudian, sino más bien el Método que emplean. En este sentido, constituyen una vasta Ciencia que abarca varias ramas y cuyos fundamentos se hallan en los principios de la Lógica…”.
Cerré el libro, manteniendo mi índice incrustado en aquella providencial revelación, llevándolo lentamente a mi regazo, elevando la vista hacia ninguna parte, como se hace cuando comenzamos a discurrir por los sinuosos caminos del entendimiento, ejecutando el lento vaivén afirmativo de la cabeza y la parsimoniosa sonrisa, de quien, recién comienza a comprender un antiguo arcano.

Lo vi claramente entonces… La cuestión ‘relación Matemáticas-Ajedrez’, ha sido incomprendida al concebir las Matemáticas como una ‘Ciencia que estudia la Cantidad y el Espacio’; al no versar el Ajedrez sobre ninguno de estos dos conceptos en particular, los detractores de la ‘relación’ pueden argumentar que el estudio del Ajedrez nada aporta al conocimiento del Espacio o la Cantidad. A su vez, quienes han pretendido contribuir a favor del Tema, se han limitado a referenciar o inventar entretenimientos sobre cantidades, como la Leyenda de Sisa y los granos de trigo, o sobre Espacio, como los recorridos del Caballo. Pero ahora, a la luz de los noveles predicados para definir las Matemáticas, ¿Qué nuevos argumentos podemos aportar a favor de la debatida cuestión?

“No se puede negar, por ejemplo, que el Ajedrez es Matemática en un cierto sentido” Charles Sanders Peirce (1839 – 1914) Matemático y filósofo estadounidense, fundador de la Semiótica.
Reflexionemos entonces sobre la sentencia expuesta por el Lic. Sánchez Almazán en su nueva definición de las Matemáticas: ‘lo esencial de las Matemáticas no es lo que estudian, sino más bien el Método que emplean’, ¿En qué consiste dicho método?, ¿Podemos usar los ajedrecistas ‘el Método Matemático’ para abordar nuestro conocimiento?. 


El Método Matemático se caracteriza (El mundo de las matemáticas, 
Enciclopedia Sigma, Tomo 5, págs. 220–237, artículo El modo matemático de pensar por Hermann Weyl) por:

1. La Abstracción, es decir, asumimos el fenómeno a estudiar en forma ideal, independientemente de sus particularidades materiales, de este modo, las conclusiones obtenidas serán de carácter general. Por ejemplo, cuando los ‘matemáticos’ sumerios (de una antigua región de Mesopotamia), tal vez contando sus rebaños descubrieron el número, pronto comprendieron que estos podrían representar también, cantidades de semillas, personas, estrellas, etc. El Ajedrez por su parte es esencialmente abstracto, si bien poseemos y manipulamos tableros y piezas físicas, lo hacemos por motivos básicamente mnemotécnicos, aún sin ellas podríamos jugar partidas, estudiar posiciones, etc. con la sola intervención de nuestra mente, a esto comúnmente lo llamamos ‘Ajedrez a la ciega’. Así las cosas, cuando un Maestro realiza un estudio casero de una Apertura, sus conclusiones serán válidas para el Ajedrez en general, no sólo para el conjunto de piezas utilizadas en sus análisis.

2. La Simbolización, esta hace más eficiente la Transmisión de Información al designar una idea de cierta extensión, por un Símbolo particular. Por ejemplo, en Aritmética no solemos utilizar expresiones como ‘a una cantidad tal agregamos la cantidad tal’, para expresar esta idea los matemáticos inventaron hace miles de años los Números y el Símbolo (+). En Ajedrez, hace cientos de años empleamos una Simbología propia para comunicar nuestro conocimiento, inclusive para identificar una posición determinada no es necesario graficar el tablero y las piezas respectivas, para ello existe la Notación FEN. 


Por ejemplo, la siguiente posición perteneciente a la partida Magem–Franco, León 1990.





Simbólicamente, puede escribirse  así:

2a4t/1p1p1prp/3C1p2/p1p5/8/8/PPP2PPP/2R1T3 w

El tablero se describe de arriba para abajo y de izquierda a derecha, los números indican las casillas vacías, las barras separan las filas, las minúsculas indican las piezas negras y las mayúsculas las blancas. La letra al final indica qué piezas tienen el turno de mover, en este caso las negras. Ahora, si además de expresar que las negras juegan, deseamos indicar que ganan, la expresión adquiere la apariencia típica de una ecuación:

2a4t/1p1p1prp/3C1p2/p1p5/8/8/PPP2PPP/2R1T3 w = 1

Acto seguido podemos demostrar esta ecuación, usando otro lenguaje simbólico mayormente conocido por los ajedrecistas, la Notación Algebraica:

1. Te8 TxT 2. CxT+ Rg6 3. Cd6 +–
La última característica del Método Matemático es:

3. Axiomatización. Consiste en plantear un reducido cuerpo de proposiciones (Axiomas) que, se asumen como verdaderas sin necesidad de demostración. A partir de las anteriores se deducen las demás proposiciones (Teoremas), mediante procedimientos ajustados a la Lógica. Axiomas y Teoremas describen conjuntamente el comportamiento del fenómeno en estudio.

Ejemplo de Axiomas son los siguientes, correspondientes al campo de la Geometría Plana (solamente son algunos): 1. Toda línea es un conjunto de puntos. 2. Si p y q son puntos, entonces existe una y sólo una línea que contiene a p y q. Ejemplo de Teorema sería, 1. Todo punto se encuentra al menos sobre dos líneas distintas.

En Ajedrez, el cuerpo axiomático está constituido por las reglas relativas al movimiento de las piezas, a partir de las cuales se construye, siguiendo razonamientos lógicos, todo el conocimiento ajedrecístico: Teoría de Aperturas (principios de desarrollo, centralización, etc.), Principios de Steinitz, Técnica de Finales, etc.
“El juego matemático se desarrolla en silencio, sin palabras, como el Ajedrez. Sólo las Reglas tienen que explicarse y comunicarse con palabras” Hermann Weyl (1885 – 1955) Matemático alemán que realizó, entre otras, notables contribuciones a la Teoría de la Relatividad.

De todo lo anterior podemos concluir que, el Ajedrez es una disciplina matemática, por cuanto el proceso de razonamiento ajedrecístico se alinea al Método Matemático (Abstracción, Simbolización, Axiomas–Teoremas). Cada partida desarrollada por la humanidad hasta nuestros días, cada partida que tenga lugar, ha sido y será, un intento por demostrar mediante Algoritmos lógico–matemáticos, basados estos en un particular cuerpo de axiomas y teoremas, la siguiente conjetura:




rnbqkbnr/pppppppp/8/8/8/8/PPPPPPPP/RNBQKBNR w = 1
¿Ganan blancas?

Queda entonces resuelta la inquietud de aquella dama, que osó irrumpir de forma abrupta nuestro nirvana ajedrecístico, la tarde de un verano perdido en mi memoria.... mmmm, aunque ahora pensándolo mejor, la respuesta era más simple: 
"Señora no podría asegurarle que seamos buenos matemáticos, pues honradamente no podría decirle si somos buenos ajedrecistas :-)!"


Arte: Stockholm, towards the chessboard, by Edaswong 
Diseño & Diagramación: Pachakamakin